Partida Rol por web

Ike negó con la cabeza, mirando a Baxter.

-Yo he nacido y crecido en Ánimas y luego he venido aquí con mi grupo a la Academia hace medio año. No he visto nunca alguien que use armas tan... Extravagantes. Lo más cercano a ello es él.-, señaló a Roland, -Con sus... Palos explosivos o como se llamen. Eso sí, he visto palos explosivos más largos pero parecían tardar mucho en recargar...-

-Pues yo soy la profesora de todo lo que es tecnología y armas y esas cosas. Aunque la verdad es que todos los que vienen a mis clases solo quieren aprender a disparar cosas o construir aparatos simples... No sé qué tiene la gente, una vez le explota un brazo a un alumno por accidente y ya nadie confía en tí. ¡Le construí uno nuevo! ¡Y mucho mejor! ¡Y ni las gracias me ha dado!-

-... Fue un evento desafortunado y tanto él como su familia fueron compensados.-, frunce el ceño, ya están haciendo quedar mal a la Academia. No puede confiar en que los profesores velen por la reputación del lugar, parece...

-Yo soy prácticamente el Director.

-El esposo de la Directora~-, acotó ella divertida.

Será un tanto alocada pero parece buena gente.

-PRACTICAMENTE Director.-, fulminó con la mirada a Alma, parece empezar a molestarse. Hoy es el día en el que todos intentan acabar con su paciencia, parece.

-Supongo que has tenido suerte. De haber salido en cualquier otro lugar podrían haber civiles heridos.

-Y de todos modos nos habrían echado la culpa a nosotros.

-¡Espera un momento!-, se dirigió a Jennifer, -No estarás planeando hacerme la competencia, ¿Verdad?-, se cruzó de brazos, -¡Jaja! ¡Será divertido! ¡Veremos quien es el mejor repetidor!

Lo dice como si fuese algo de lo que enorgullecerse...

-Pues tendremos que competir por ellos.-, asiente.

-... O podrían venir conmigo y pasar de ellos dos. Y ya saben, estudiar y hacer cosas de alumnos... Tampoco hace falta ir a buscar problemas y aventuras, estando en esta Academia esas cosas vienen solas. Para bien o para mal...

-¡Ah, ah, ya llego, ya llego...!-, finalmente los alcanza una mujer cargando varios botiquines apilados. Tropieza con una roca por el camino y cae de cara al suelo, los paquetes que llevaba entre sus manos caen y ruedan por ahí. Ella queda con la cara llena de tierra y la ropa llena de barro y se levanta, roja.

-L-l-l-lo siento.-, se limpia la cara, toda tensa. -¡Ah! E-encima son... Nuevos alumnos, que vergüenza.-, está conteniendo las ganas de ponerse a llorar. Traga saliva. -S-s-soy Ha-haibara, ¡Digo, l-la Pr-pr-profesora Steïns! ¡Es un p-p-placer!-, se reverencia ante el grupo y luego apuradamente recoge un botiquín. -A... A ver, v-veo que estais todos un poco ma-magullados... ¿Los... puedo sanar...?

-Esto... Yo estoy bien.-, parece que le da algo de pena como se ha puesto la pobre mujer en un instante, no sabe cómo reaccionar.

 El chico se ha sentado en los restos de un puesto destrozado a escuchar hablar a la gente, para intentar aprender un poco del lenguaje común que se le da regular. Algo peor que regular. Responde a Jennifer cuando habla de los talleres.

- Zak gusta entrenar. Taller de guerreros con chica sombra buen sonido - seguramente quería decir que suena bien... - Zak apunta. También entrena con baruk Tao. Gran gran guerrera. ¿Donde ahora? - esto último se lo pregunta a Aminé. 

Cuando llega Haibara Zak alza una ceja. Que raro habla... ¡Peor que yo! Jeje, que bien, así no soy el peor... También le llama la atención lo torpe torpe que es. 

- Aquí, kaken Steïns - dice de un bocinazo el híbrido que a estas alturas tiene medio pecho y cara cubiertos de la sangre de su almuerzo, el cual sigue despedazando con mordiscos bastante poco ortodoxos - Yo necesita curandero. Un poco. - Si se acerca le sonríe y le extiende el cerdito a medio comer, chorreando sangre. Compartir comida es un gesto de buena voluntad, seguro que la tranquiliza y le da confianza - ¿Quierer?

Agdayne se las pasa descansando en el suelo tras el empujoncito de la profesora de tecnología, escuchando a todos parlotear. Obviamente preferiría tomarse una siesta que estar ahí rodeado de gente desconocida, pero no cree que le vaya todo tan de perlas si no hace un poco de vida social.

Su desempeño en la pura vagueza se ve interrumpido por la llegada de los bocatas. En ese momento saca energía desde donde no las hay y roba uno de los bocatas de las manos de Ike. Se pone a zampárselo como si no hubiera un mañana, ¿de verdad tanta hambre tiene? -¡Manjares...! ¡Manjares de reyes! ¡Jajaja!- Deja escapar una risa exagerando la calidad de los alimentos.

-Así que... mademoiselle Velvet, ¿non?- Se limpia con el dorso de la mano no-corrupta, esbozando una larga sonrisa entre dientes mirando a la chica. -Fue entretenido. No me ha dado tiempo a echar de menos la acción... Vivir como un príncipe ha de ser trés aburrido. Aunque digan por aquí que eso de tener alojamiento gratuito no es un lujo...- Se calla un poco cuando empiezan a hablar de los talleres. Realmente no le interesa demasiado y tampoco le han invitado. Está más interesado en esperar la "medicina gratis" que han prometido. De hecho, cuando ve caer a la alquimista, se acerca rápidamente a ayudar en la recogida de botiquines. -¡Enchanté, madame Steïns! ¡Esperaba su llegada con suma urgencia! ¡Mi corazón palpita ante la simple idea de no morirme! ... Así que la ayudo con los botiquines para que me ayude usted. ¿Suena justo?- Le guiña un ojo, procurando no tocar los botiquines con el brazo infectado. ¿De dónde diablos han sacado a este tipo?

Diferentes sucesos hicieron que pudiera ignorar la pregunta que me había lanzado el chico-pez. No me gustaba hablar de lo que yo era o dejara de ser, no me importaba comentarle como funcionaban las cosas aquí, todos fuimos nuevos alguna vez, pero mis asuntos personales eran eso, personales. Así que cogí uno de los bocadillos y lo mordí con ansia, ni siquiera miré de qué era, sólo comí con hambre.

La pregunta indirecta que Jennifer le lanzó a Velvet me permitió seguir comiendo y no tener que intervenir, ya que era eso mismo lo que yo quería saber. Ahora mismo ninguna conversación conseguía que dejara de prestar atención a la comida, por lo que estaba con la oreja puesta y masticando -con la boca cerrada, por supuesto-.

Del tema de los talleres, ninguno me llamaba lo suficiente la atención como para unirme, yo prefería ser un lobo solitario y colaborar con quien fuera si se diera el caso, pero tampoco quería cerrarme puertas. Las rivalidades las dejaba para el círculo de combate, hasta el momento no había tenido motivos para sacarla de allí.

La llegada de la profesora Steïns fue la guinda que coronaba este escena tan extraña que estábamos viviendo. Con el cuerpo del titán ahí al lado -que resultó ser obra de algún cacharro que habían robado de la Academia-, charlábamos y comíamos como si nada, y quién tenía que curarnos era demasiado patosa como para no hacer una entrada triunfal besando la tierra que había bajo nuestros pies. Peculiaridades que eran parte del encanto de la Academia.

Roland apenas tiene energia restante para mantenerse despierto mientras mastica un aperitivo con aire ausente mientras observa la escena que se desarolla ante sus ojos-yo estoy mas que satisfecho de formar parte del taller de Kyra-acoto el por su parte con algo que podria haber pasado por una sonrisa al escuchar como Ike se referia a sus revolveres como 'palos explosivos'; la diferencia en conocimientos y ciencia que parecia haber entre las distintas regiones de Anima casi hacian parecer que fueran mundos completamente diferentes.

Con la llegada de la profesora Steins al menos ya pudo quedarse tranquilo que en algun momento recibiria ayuda, aunque a decir verdad comparado con algunos de sus compañeros lo que el tenia era agotamiento por el uso de la energia mas que alguna herida realmente severa.

El resumen de la historia que ha contado no les ha dejado satisfechos, pero Velvet tampoco tiene intención de contar nada más por el momento, así que ignora la pregunta de Jennifer con un monosílabo evasivo - Ya...-. Contesta como dándole la razón sobre lo que dice Jennifer pero sin contarle realmente nada. Por suerte, pronto se ponen todos a hablar de los talleres y la pregunta se pierde en el aire. 

Por otra parte, Kyra vuelve a insistir en el taller de estudio y esta vez Velvet no puede evitar intervenir. -Pues me gustaría apuntarme a ese grupo de estudio... Pero claro, primero debería hablar con -mira a a Aminé, quien ha dicho que es uno de los directores - Usted-. Termina la frase y prosigue - ¿Qué debería hacer para ingresar en la academia?

A la espera de que el director le responda, llega otra profesora cargada con un montón de botiquines que se le terminan cayendo al suelo. Velvet ayuda a recoger algunas cosas del suelo y se las va dando a Haibara. La verdad es que agradecería que le curaran un poco las heridas. 

Velvet no le responde en su cara. Estaba esperando su respuesta. Y encima el resto ignora su proposición del taller. La emoción de la batalla puede que pronto se convierta en ira y rabia. Cuando ve claramente que Velvet la ignora a Wen y a ella frunce el ceño. -¿Como que ya? ¿Sabes algo o no? Encima que preguntamos por ti. Nos has destruido el festival hasta que se demuestre lo contrario.-

Se cruje los nudillos. Mira a Zak, al menos el dijo que sí. Alguien es alguien. -Bien dicho Zak, tu sabes elegir, no como el resto. Siempre podemos decidir entre los futuros miembros cual será la dedicación del taller.- Comenta cerca de Velvet, esperando aún así que le diga algo más que un "Ya" Y es una tipa bien grande.
 

Doy otro par de mordiscos al bocata mientras que escucho a la gente hablar. Palos explosivos... digno de investigar, yo creía que era de naturaleza mágica pero tiene pinta de guardar algún secreto. Yo estoy muy bien con mis brazos de nacimiento. No quiero decir que poder construir unos nuevos y mejorados esté mal. Pero tengo estos desde que nací y a estas cosas se les coge cariño con facilidad. En cambio eso de aparatos simples... ¿Qué definiría como simple? Estaba claro que esta persona que decía ser profesora en Issaera tenía un sentido común alejado de la regla de lo normal. Maldita sea mi suerte, lo que más me interesa y tiene que ser ella la que lo enseña. 

Por otro lado llega algún tipo de curandera que se presenta como otra profesora aunque sin especificar que enseña, supongo que es algún tipo de arte curativa por extrapolación. Parece que están todos pluriempleados... Tras su aterrizaje no se como reaccionar y mientras que pienso en la manera de actuar ya está rodeada por un par de alumnos intentando ayudarla y pierdo mi oportunidad.

Y por último pero no menos importante está la chica de la gorra. No tenía ni idea de que decirle, cada vez que abría la boca lo único que yo conseguía era echarle una mirada de forma paralela al suelo. ¿Dispondrá de algún tipo de técnica o encantamiento que impida el raciocinio a quien posara la mirada sobre ella?

Las palabras de Jennifer hacen que Velvet se sienta peor de lo que ya se sentía por irrumpir en el festival y destrozarlo -aunque no por voluntad propia-. Quiere responder a Jennifer, pero delante de todos... no tiene muchas ganas de hablar de la situación y contarlo solo a medias tampoco soluciona nada. Decide que lo más sensato es ser sicera. - Yo... Ahora mismo es lo unico que puedo decir. Es algo personal y no tengo ganas de hablar del tema por ahora. Siento haber causado este caos en el festival, aceptaré cualquier castigo-. Desvia la mirada hacia el suelo y se podría decir que su expresión parece algo triste, aunque sigue teniendo esa cara de póquer inconfundible.

Tras ayudar a la profesora Steïns con los botiquines, Agdayne mueve un poco las orejas al escuchar jaleo, alerta. No puede evitar centrar su atención a las dos mujeres discutiendo. Bueno, realmente no discutían las dos, solo Jennifer se le echaba encima a una desacostumbrada Velvet. Realmente eso suscitaba en él un gran conflicto interno... ¿cuál sería el mejor proceder? Empezaba a tener un plan satisfactorio para ambas partes y eso le gustaba.

-Le pido un momento, madàme Steïns, en seguida volveré para ponerme a cargo de sus delicadas manos.- Asiente varias veces antes de acercarse a Jennifer y Velvet. Si, iba a interrumpir con sus dos pelotas.

-¡Pardon, mademoiselles! Siento interrumpir... ¡qué digo! ¡No lo siento en absoluto!- Sonrie entre dientes, confiado. -Jennifer, ¿no es así? ¡Bon! Ella ya dijo que es algo personalle. Eso quiere decir que quizás la realidad contenga aspectos vergonzosos de su vida privada... ¡que obviamente no va a contar a una panda de desconocidos! Sino a la dirección que es, supongo, la que paga este sitio. Es como si me hicieras confesar que me encanta rebuscar raspas de pescado en los cubos de basura.- Encoge los hombros para luego darse cuenta de que lo dijo muy alto. Ensancha un poco la sonrisa, pues se ve que le importa poco. -Todos estamos trés decepcionados con la pérdida del festival. Oui, oui. Pero, ¡porque la estábamos pasando bien! Si a alguien debe explicaciones, es a la dirección.- Tras ello se lleva una mano a la nuca. -Tampoco creo que vaya a convencerte con palabrería. Así que... si la dejas en paz, me uniré a tu taller, ¿trato? ¡A fin de cuentas vosotros deux fueron quien aprovecharon en mejor medida lo que hice con el núcleo! Le partí las defensas para que lo hiciérais puré. Eso significa que trabajamos trés bien.- Se gira tras ello a Velvet, esbozando una sonrisa de lado. -En cuanto a toi, pelirroja... Habla con la dirección, y si aún mademoiselle Jennifer está molesta... ¿Por qué no te unes a su taller como compensación? ¡A fin de cuentas arruinaste la fiesta! Así funciona el mundo; deudas y pagos.- Tras ello empieza a caminar de vuelta hacia Haibara. Cuando está cerca de Velvet dice en tono más bajito: -A mi solo me debes una cena para compensarme, ¿oui? Ya que he perdido el almuerzo por esto-. Y camina hacia la alquimista riendo. ¿Servirá para contentar a las dos? Eso espera.

Cuando Velvet al menos le responde parece calmarse. Solo quería sinceridad en el fondo. Esboza una leve sonrisa tras su comentario, pero es interrumpida por el gato epiléptico. Alza levemente una ceja cuando se mete entre ambas, escuchando toda su explicación.

-Si, es personal, y no me parece mal que entonces tenga reticencia a contárselo. Pero en algo te equivocas gato. - Le pone la mano en la cabeza para que la mire fijamente. -El festival es de todos. Todos hemos participado en arreglar este problema y todos hemos sufrido las consecuencias. No solo afecta a la dirección. Es de todos, nuestros ánimos, corazones y esperanzas estaban puestas en este festival que ahora está algo derruido- Tras eso sonríe soltándolo. Cruzándose una vez más de brazos. Si que le tiene que gustar la posición. -Pero está bien. Aceptaré tu propuesta. Y espero que en algún momento puedas explicarnos algo, Vel... vet. - Dice lentamente, pues le ha costado recordar su nombre, mirándola sonriendo.

Y se gira hacia la mesa en la que estaba disputando su anterior combate interrumpido. Mira entre los restos, buscando a su archienemiga que parecía que había logrado escapar en la confusión.

Aminé iba a intervenir en la discusión pero entonces se encontró con un discurso complicado, extenso, emocional y descriptivo. Tantos años en esta Academia de locos y aún lo consiguen sorprender con nuevas extravagancias.

-... Deberías hablar conmigo y con mi esposa.-, dice él. Y entonces parece recordar algo. -¡Mi esposa! Quedaros por aquí. Vigilad que nada le suceda al núcleo. Nada peor, al menos.-, niega con la cabeza y se dirige hacia la Academia. Parece que la pobre Velvet ha quedado un poco al aire con su duda, ¿Al final estará dentro o no?

Alma se dirige a Baxter.

-Ya sabes. Ballestas clásicas, catapultas, escaleras... Nadie está interesada en termo-difusores de geo-golemancia meta-aero-kinética. Ya sabes, ¿los pinganillos esos para estabilizar la temperatura de un Golem de Tierra cuando interactúa con un encantamiento de Movimiento Aéreo para propulsarse? No, CLARO que no lo sabes, ¡PORQUE A NADIE LE INTERESA APRENDERLO!-, que frustración que lleva.

-Oh... Uh... G-gracias.-, se dirige a todos los que han hecho aunque sea el más mínimo gesto de pretender ayudarla. Pronto se dispone a aplicar ungüentos sobre los cortes menores y adicionalmente vendar las heridas. Poco a poco se va relajando.

-E-esta semana... Les recomiendo descansar bien. Así... Así que... ¡Dormid bien y come-comed bien!-, asiente un poco. -A... algo de e-ejercicio no les hará daño igual... D-digo... P-pero no demasiado...-, aunque cuando se le escapa Agdayne y le dice eso sobre sus delicadas manos, se pone roja y se cubre el rostro.

-¡Jajaja! ¡Por supuesto! ¡Venir a mi taller es---!-, y entonces cae en que nadie dijo de ir con él.

-Jaja... ja... ja...-, se frota la nuca, cerrando los ojos. -... ¿Eh? Esperad. Esto usualmente no resulta así.-, se la nuca, su risa ahora denota confusión y quizás un deje de derrota. -¿Como haré de mentor si se van con ella?

-... Bueno, si tantas ganas tienes de tener un papel protagónico en sus vidas estudiantiles... Siempre podrías conseguir alumnos de por ahí y ser una fuente antagónica para obligarlos a dar su mayor esfuerzo.

-... Por mi parte solo tienen que preocuparse de que les robe las mejores notas.-, cierra los ojos.

-... Hablando de cosas más importantes... Mirad.-, señala al núcleo. No queda nada del titán, se ha terminado de desintegrar en nada. Solo quedan los pedazos del núcleo, completamente apagado.

-Parece que realmente ha acabado. Y... Espera. Tienes razón, chico azul, ¿Donde está Tao?-

En eso se ve una columna de energía dorada ascender hasta el cielo y apartar las nubes, levantando consigo una serie de figuras oscuras, sombras que se desintegran mientras son lanzadas en todas direcciones. Parece que cerca del gimnasio hubo también alguna pelea, pero tras ver eso... Seguro ha acabado.

-... Eh... Voy a asumir que eso fue ella.

-¿No se supone que la gata azul era Guardiana de la Academia? No nos ha ayudado en nada.

-¿La Híbrida que perseguía la mariposa...?

-... Me ha resultado agradable, a decir verdad. Aunque... Podría habernos ayudado un poco.

-La verdad es que yo no he hecho nada impresionante con mi espada.-, niega un poco.

Cuando Agdayne terminó de hablar, Haibara se acercó a él y lo hizo sentarse para poder tratar la bala en su hombro. Lo trató con cuidado, le hizo beber una pócima y le inmovilizó ese hombro.

-E... Esa mano negra tiene m-mala pinta... ¿T-te molestaría... S-si la examino mejor luego...? ¿En mi laboratorio...?-

Parecía que había logrado amenizar el problema. Se añade un punto positivo a su marcador personal, marchándose con una satisfecha sonrisa. Cuando Haibara le para se gira, alzando una ceja. -¿Hmm? Claro, claro. Esto va a doler, ¿non?- Se arranca un cacho de su ropa poco digna y muerde la tela con fuerza, dejando que le trate el hombro. Aguanta más o menos bien, al parecer acostumbrado a ese tipo de cosas. Escupe la tela tras ello hacia un lado, mirando hacia la profesora con una sonrisa pícara, de oreja a oreja. -¿Yo con usted? ¿En su laboratorio? Oooh, por supuesto, madàme. Me tendrá ahí para lo que sea necesario.- Dice acompañando sus palabras con un guiño.

No sería mejor usar un acumulador con un contador de ciclos, en lugar de hacer de difusor de la energía la acumularía y descargaría en periodos de tiempo secuenciales ahorrando así una sobrecarga en el peor de los casos. Lo que no se es como puedes enlazar un encantamiento permanentemente a un objeto físico sin la necesidad de repetir el encantamiento una y otra vez. Mis golems apenas aguantan unos minutos en el mejor de los casos y el problema que presentas tiene pinta de tener una naturaleza más permanente. Me quedo esperando con interés la respuesta hasta darme cuenta de lo que acababa de soltar por la boca. A si... tengo interés por aprender... aunque aún no se como va el asunto del aprendizaje aquí. Lo demás había pasado a un plano secundario, aquí estaba la principal razón por la que había viajado tal distancia y después de tener que aguantar el ataque de los seres oscuros era el momento de acumular el botín como en las historias de aventureros.

Ante la respuesta de Jennifer, Velvet se queda algo más tranquila y lanza un suspiro. - Gracias, de verdad. Espero poder contarlo pronto. -Hace un pequeña pausa y añade- Pensaré en lo de unirme a tu taller-. Si pudiera, Velvet le sonreiría, pero su cara se muestra tan glacial como siempre.

Cuando el gato pasa por su lado y le susurra lo de la cena Velvet se queda perpleja. -¿Cena? ¿Cenar con alguien?- Siempre había cenado sola... la idea de cenar junto a otros le parecía extraña. Además, no tenia ni idea de cocinar y tampoco tenía dinero encima para pagarle una cena al gato. -Qué tontería-, pensó y para cuando quiso responderle algo, el chico ya había ido a curarse con la profesora. Ella necesitaba atención médica también... pero lo que más necesitaba en realidad era descansar.

-¿Qué dices tu? ¡Eso es una batería!-, parece algo ofendida ante la sugerencia de Baxter, -Ais, ais, ais, ¡Son cosas diferentes! Estos chicos de hoy en día...-, se cruza de brazos.

-Aprenden una o dos cosas de mecánicas de mana y se piensan que ya pueden hacer cualquier cosa...

Pronto parece que la situación se calma. Todos son tratados, uno a uno (¡A menos que se nieguen a ello!), de todos modos nadie tenía heridas graves.

Jennifer se encontró con que su enemiga había estado ocupada luchando contra otros grupos de Sombras, defendiendo a un grupo de alumnos adinerados que habían sido acorralados. Y según dicen los rumores, les ha 'sugerido' que le den un 'agradecimiento' monetario importante. Claro, Jennifer se mata peleando contra el bicho enorme y le dan un bocata y esa va a darle un par de hostias a bichos menores y se lleva un pastón. Típico.

Pronto llega un aviso por parte de un alumno, la Directora ha convocado una reunión no muy lejos de donde están ahora. Los alumnos de la Academia, ya habiendo acabado todos los conflictos y habiendo defendido exitosamente el lugar, se reúnen. Aminé volvió un momento a buscar las gemas, acompañado de algo de ayuda (osea, alumnos que arrastró a trabajar para él). Entre ellos llevaron los fragmentos de vuelta al almacén.