Dos días después de los eventos contra el Titán y tras haber descansado y comenzado las clases, Wen se encontró a sí mismo frente a los tablones en Asuntos Estudiantiles, observando un curioso Encargo donde tan solo pedían a un "aliado" para ayudar en algo "genial y que te llenará los bolsillos si no eres un nenazas".
-Sí, sí, este encargo ha llegado justo hoy...-, le dijo René cuando lo vio interesado. -Lo ha colgado una chica que me parece que vi antes por aquí... Pero no me suena su nombre, nunca viene por ningún asunto estudiantil. ¿Será que no es alumna?-, ladea la cabeza, pensando.
-El encargo va de... La verdad es que no sé. ¿Algo de ir al bosque? Ten cuidado con los bandidos... ¡Y los animales salvajes!
El sobre del encargo estaba sellado. Parece ser una práctica estándar para asuntos más privados: Algunos cuelgan un resumen del encargo y si aceptas, ¡te dan los detalles en ese sobre!
El contenido le describió un camino a tomar. ¿Como negarse? Ayudar a una misteriosa doncella, explorar el bosque, quizás luchar contra bandidos... ¡Demasiado jugoso!
No mucho después, tras conseguir permiso para salir (no le costó mucho realmente, después de la pelea contra el Titán quedó claro que Wen puede cuidarse solo), Wen se encontraba paseando por el precioso bosque que se encuentra pasando el gran puente.
Llegado a cierto punto por el camino, encuentra una antigua estatua que era referenciada en su mapa. Gira, internándose en el bosque.
Pasado un cierto tramo se encuentra perdido entre enormes raíces, preciosos pájaros con plumas multicolor. Escucha movimiento, por aquí y por allá... Como si alguien estuviese acechandole...
Puede rendirse y volver hacia atrás, seguro pronto llegaría al camino y a la seguridad. ¡O quizás investigar qué es lo que hace el ruido! O sudar y seguir hasta llegar al "punto de reunion" que mencionaba el encargo.
Era por la tarde y no tenía nada mejor que hacer. No me apetecía entrenar, cosa demasiado extraña en mí, así que decidí probar suerte con el tablón de anuncios. Ya que no era miembro de ningún taller, y apuntaba a que seguiría así, tenía que buscarme yo mismo los encargos.
Fui pasando los dedos por los diferentes carteles hasta que uno me llamó especialmente la atención. Lo de llenarme los bolsillos no me importaba demasiado, simplemente con que me llamara nenaza ya me había convencido. Pregunté a René por el resto de detalles y me entregó un sobre tras aceptar la propuesta. Que tengan ellos cuidado conmigo -dije sin la menor intención de quedar de sobrado, sino como una broma-.
Abrí el sobre para encontrarme unas indicaciones, así que antes de salir tendría que pedir permiso. No hubo mucho problema con ello, ya podía salir de la Academia sin buscarme ningún problema. Pero antes de irme, cogí una bolsa y un pequeño cuchillo, nunca se sabe qué me podía encontrar en el bosque que pudiera servirme -hierbas, raíces o incluso hongos-.
Me fui adentrando cada vez más en el bosque, siguiendo el mapa. Ver la estatua me reconfortó un poco, no estaba tan perdido como me temía. Seguí caminando hasta que llegué a una zona un poco más poblada de lo que estaba el camino, para una vez que puedo salir no iba a quedarme en él. Cuando empiezo a escuchar movimiento por los arbustos. No pintaba demasiado bien.
Pero no iba a correr en la dirección del ruido, simplemente lo dejé estar e intenté provocarlo para que saliera. Me acerqué a unos hierbajos y me agaché como si fuese a recoger algo. Tenía todos mis sentidos alerta, o lo intentaba al menos, para poder rodar hacia un lado si algo salía para cogerme, pero quería saber qué era.
Dejo la acción preparada, esquivar si algo viene a por mí
Wen se acercó exitosamente al arbusto... Y entonces vio como una ardilla se escapó corriendo de allí, seguida de un ciervo. Falsa alarma, falsa alarma...
Siguiendo por el sendero, finalmente dio con la posición indicada. Parece ser una vieja cabaña abandonada. Daga en una mano, una chica rubia está amenazando a tres figuras de aspecto rudo que la rodean. Parecen ser dos hombres y una mujer vestidos de armaduras de cuero y armados con espadas de bronce poco refinado.
-¡Fuera de aquí, imbéciles!-, gritó ella lanzando un amenazador corte al aire. Uno de ellos retrocedió. Parece que están demandando que suelte su arma y entregue sus objetos valiosos...
En eso los cuatro se percatan de la presencia de Wen. La chica es la primera en dirigirse a él: -¡Eh, tu, tu, ayudame con estos, por favor!-
Uno de los hombres alza la voz en dirección a Wen: -Mantente al margen y no recibirás daño, criajo.-, no parecen majos.
No parecen demasiado fuertes pero son tres y tienen rodeada a la chica... Y la Academia no vería muy bien que hiera de gravedad a alguien, incluso si es en defensa propia. Transformarse podría ser muy riesgoso. Aunque parece que solo son bandidos buscando dinero...
Relájate, Wen. Sólo son animales. Ya, pero si René no me hubiera dicho lo de los bandidos no me habría puesto así. Es su culpa. Claro, es su culpa por meterme esa idea en la cabeza... Nunca una conversación con uno mismo fue tan clara. Más relajado, seguí por el camino adentrándome en el bosque.
Al llegar a la cabaña me encontré con una escena de la que René me había advertido: bandidos. Ahora si que tenía motivos para sospechar y prepararme para lo peor. O puede que esto no vaya conmigo y me meta de todas formas. Seguía avanzando con cautela, hasta que la chica rubia alzó la voz delatando mi posición. Cerré los ojos y negué con la cabeza, ¿cuándo aprenderán?
-Lo mismo podría decirte -me cruzo de brazos y mantengo mi gesto serio-. Iros ahora mismo y no recibiréis daño, o este criajo os enseñará modales -sonrío levemente, en parte quería que se volvieran contra mí, que me dieran un motivo para poder zurrarles y no empezar yo la pelea-. Tengo un contrato que hace de ella mi protegida y, lamentablemente para vosotros, eso os convierte en mis enemigos.
Estaba seguro de que no se irían sin más, así que empiezo con un breve calentamiento que engloba el cuello y los hombros, incluso algún salto sin moverme del sitio. Les estaba dando tiempo a que rectificaran.
Dos de ellos se giraron a Wen, dándole más prioridad porque él parece un hombre fuerte y la rubia parece una chica pequeña. Se mueven hacia él.
Bandido 1: -Venga, vamos, no te hagas el héroe. ¿Por qué no te das la vuelta y vuelves a casa, chavalín?
Son tan genéricos que no solo no tienen nombre sino que su apariencia puede ser resumida como "bandidos" y ya. ¡Pero eh! ¡Uno es "bandida"! Ya es algo.
Bandida: -Eso, vuelve a casa.
Uno de los hombros se quedó amenazando a la chica con la espada.
-Eh... No serás de la Academia, ¿Verdad?
-¡Soy Yuki, la que ha puesto el aviso! Venga, venga, ayúdame con estos y te explico de qué va el asunto~ ¿Sí? ¡Te prometo que va a valer la pena!
El tiempo se había acabado y seguían con la intención de salirse con la suya. Yo tenía claro que no me iba a marchar de allí, especialmente cuando la chica confirmó que había sido ella quién había colgado el cartel. No quedaba lugar a dudas, aquí empezaba este encargo.
-Sino es por las buenas... será por las malas. Luego no digáis que no os lo advertí -sonreí encantado con la decisión que habíamos tomado en conjunto-. ¿Yuki, verdad? ¿Te apañas con ese mientras yo me encargo de estos? -hablo con ella como si no estuvieran, ni hubiera peligro alguno. Lo que me faltaría es que tras despachar a estos dos la cogiera el que faltaba-.
Sin ni siquiera esperar una respuesta de la rubia, por si acaso eso hiciera que los bandidos se giraran para verla mientras respondía, salgo corriendo hacia el primero de ellos. Quería que esto fuera rápido, no era más que una distracción del motivo principal de mi viaje al bosque, así que busco golpearle en la rodilla con una patada.
Motivo: Hab + Pelea
Tirada: 6d6
Dificultad: 4+
Resultado: 4, 4, 4, 2, 4, 2 (Suma: 20)
Exitos: 4
¡Una hostia bien puesta! El pobre bandido no se lo ha visto venir. El pie le da en la rodilla, causándole un gran dolor y haciendo que se arrodille como reacción, soltando su arma y abrazando la rodilla.
-¡Mierda, agh, duele!-, gritó él.
Su compañera se abalanzó sobre él y le dio un golpe con la empuñadura de la espada, no parece dispuesta a tomar medidas letales contra un niño, por más criminal que sea. -¡Quita, tu!-
La chica rubia, de mientras, pelea contra el otro. Parece que se maneja bien, va ganando la rubia.
Motivo: Bandida
Tirada: 3d6
Dificultad: 4+
Resultado: 7 (Exito)
Motivo: Bandida
Tirada: 3d6
Dificultad: 4+
Resultado: 6, 5, 3 (Suma: 14)
Exitos: 2
Wen causa 4 Daño al bandido, dejándole la rodilla tullida e impidiendo que actúe del dolor.
Como la primera tirada ha dado un 7 y no hay forma de que esa haya sido una buena tirada, no contaré la nova de la segunda. Por lo tanto, la atacante solo consigue causarle 2 de daño a Wen.
Uno menos, pensé cuando vi como el bandido se agachaba cogiéndose la rodilla. Tampoco le había dado tan fuerte, pero serían unos debiluchos. Sea como fuere, sólo me quedaba la mujer antes de poder reunirme con la que sería mi compañera. Me giré para plantarle cara cuando ella ya estaba viniendo hacia mí, soltándome un golpe con el mango de la espada. Eso si que me había pillado por sorpresa, no el golpe en sí, sino que no quisiera hacerme daño.
-Ouch... -dije frotándome dónde me había dado el golpe. Más por la pantomima que porque me hubiera dolido de verdad-. No puedo pegarle a una mujer... -mentí tras hacer el amago varias veces, como si me estuviera decidiendo si golpearla o no-.
Realmente lo que quería es que fuera ella quien me atacase para usarlo en su contra y lanzarla por los aires. Una maniobra básica en el combate cuerpo a cuerpo.
Vuelvo a dejar la acción preparada. Mi intención es hacer esto. Si quieres, puedes hacer la tirada para agilizarlo ^^
El bandido con la pierna herida pronto se recompuso y se dispuso a atacarle, sin embargo Wen fue capaz de esquivarlo grácilmente. Tras eso, la bandida se lanzó contra él, siendo víctima de un perfecto lanzamiento, alejándola del medio del combate.
La bandida se está poniendo en pie, algo alejada del centro del combate. El bandido se enfrenta a él de nuevo. -¡Eh, niño, ríndete y ya!-, parece preocupado. Quizás no se esperaba que él sea tan fuerte... Pero por orgullo no se rinde.
Por el otro lado, el otro bandido genérico sigue luchando contra la rubia, parece que chocan daga y espada frecuentemente. La chica es muy ágil pero como el bandido usa una espada larga ella no puede acercarse sin ponerse en riesgo...
Motivo: Lanzamiento de Wen
Tirada: 5d6
Dificultad: 4+
Resultado: 17 (Exito)
Motivo: Lanzamiento de Wen
Tirada: 5d6
Dificultad: 4+
Resultado: 3, 5, 6, 5, 2 (Suma: 21)
Exitos: 3
Motivo: Nova de Lanzamiento de Wen
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 5 (Exito)
Motivo: Ataque Bandido
Tirada: 4d6
Dificultad: 4+
Resultado: 1, 3, 2, 5 (Suma: 11)
Exitos: 1
Motivo: Ataque Bandida
Tirada: 3d6
Dificultad: 4+
Resultado: 5, 3, 1 (Suma: 9)
Exitos: 1
Wen: Agilidad + Pelea = 4 Éxitos
Bandido: 0 Éxitos
Bandida: 0 Éxitos
Estaba tan concentrado en la bandida, que daba por hecho que su compinche no se levantaría del suelo tras recibir la patada en la rodilla. No podía estar más equivocado, ya que vino para atacarme. Menos mal que pude echarme a un lado en el último momento, sino lo habría tenido crudo.
La bandida había hecho justo lo que quería, en lugar de atacarle preferí esperar para devolverle el golpe y así fue. Con un giro de cadera y un poco de fuerza salió volando, sacándola del combate momentáneamente. No volvería a cometer el mismo error que con el bandido, al que ahora me encaraba para soltarle un gancho con el puño.
-Rendirme nunca está entre mis prioridades -dije sonriendo desde la protección de mi guardia con los puños en alto-.
Motivo: Hab + Pelea
Tirada: 6d6
Dificultad: 4+
Resultado: 4, 2, 5, 3, 2, 4 (Suma: 20)
Exitos: 3
¡El gancho es exitoso! El bandido retrocede un poco, frotándose el mentón y preparándose para el ataque. Aún así, cuando ven que entre los dos les están dando problemas, chasquea la lengua y le dice al grupo: "¡No vale la pena, venga, vamos!", y (algunos más a regañadientes que otros) se retiran.
Finalmente quedan solo Wen y la rubia allí.
Ella se acerca, suspirando.
-Puf. No eran muy duros pero... Contra tres a la vez no habría podido. Gracias~-, le guiña un ojo, sonriente, -Soy Yuki. ¿Eres de la Academia? He dejado un Encargo ahí.- le mira de arriba a abajo y luego asiente, -Pues pareces el indicado, sí! Bueno, no el MÁS INDICADO, pero seguramente uno de los más indicados entre todos los que podrían haber venido.
Sonrío satisfecho viendo como los bandidos se retiran, me quedo con los brazos en jarras observando como se alejan hasta que dejo de verles. Después de los trucos tan sucios que habían utilizado, no me fiaba ni un pelo. Es entonces cuando la rubia decide acercase, parece que empieza el encargo por fin.
-Yo soy Wen, y si, soy de la Academia. Estoy aquí por tu encargo, me llamó la atención -reconocí sin ningún tipo de problemas, aunque me arrepentí en cuanto ella siguió hablando-. ¿Qué quieres decir con "no el más indicado"? -me quedo mirándola serio, lo que me faltaba por escuchar-. Te acabo de salvar el pellejo, por sino te has dado cuenta -respondo molesto- si quieres me marcho y te dejo esperando al siguiente, si es que viene alguien... ¿cómo se puede poner un anuncio con tan poca información y, encima, querer tener el lujo de elegir...? -era una réplica que no le estaba lanzando directamente a ella, más bien un pensamiento en voz alta-. Da igual... ya que he llegado hasta aquí -suspiro con resignación- ¿en qué consiste el encargo? -pregunto ligeramente desanimado-.
Los bandidos no regresan. Que poco nivel tenían... Seguro no eran más que pobres atracadores buscando sacar una tajada fácil. No se esperaban a dos alumnos de la Academia. Espera, ¿Ella es de la Academia...? Le suena haberla visto... Pero nunca en ninguna clase, solo por los pasillos por ahí una vez durante la semana. ¿Quizás es de años superiores...?
Ella agitó las manos, cerrando los ojos. Esbozó una sonrisa nerviosa, notando que quizás lo ofendió. -Eh, eh, no no no, no pretendía hacerte enojar, verás...-, abre los ojos y luego guiña uno, -Es que le había dicho a la dependienta esa que intente conseguírme alguien que no llame mucho la atención.-, esto empieza a oler mal...
-¡Verás! Soy una chica de negocios.-, chasquea los dedos, -Y necesito un compañero de trabajo. Uno que se lleve un buen porcentaje de las ganancias, con tal de que GENERE alguna ganancia.-, empieza a oler mejor. Esboza ese tipo de sonrisa que surge de alguien que sabe que puede venderte tu propio sombrero y además hacerte sentir mal por haberle pagado tan poco por él. -¿Sabes? En la Academia hay muchos adolescentes y tal. Pero como hay reglas estrictas de que cada cual se quede en su habitación y hay muy pocos lugares privados... Bueno, adolescentes serán adolescentes y eso de que las chicas no puedan estar con chicos y viceversa durante la noche es un poco una injusticia, ¿A que sí?
-¡Pues mi negocio remediará eso! Bueno, remediará los efectos secundarios de eso. Verás... Tengo unas Esferas Mágicas que pueden grabar todo lo que sucede en un rango determinado y luego reproducirlo. Son caras, frágiles y valiosas, pero podrían alquilarse por tiempo limitado.-, frota sus manos, oliendo una mina de oro, -Y con unas pocas rentas ya compensarían su precio.
-¡Entonces tenemos un mercado! Chicos y chicas que necesitan... Err... Material.-, hace un gesto circular con la mano, cerrando los ojos, -Y tenemos una forma de satisfacerlo. Lo que necesito es alguien de la academia que pueda... 'Grabar material adecuado'.
-El trato es el siguiente: Yo compro y preparo las esferas, tú grabas el material, yo consigo quienes los alquilen y que paguen un seguro por si la rompen, tu te aseguras de que paguen y nos devuelvan la esfera intacta y que paguen por la esfera si la rompen y no tienen el seguro.
-Dividimos el total de ganancias en un cincuenta-cincuenta hasta que yo amortigüe la compra inicial y luego lo cambiamos 75 y 25, tu llevandote la mayor tajada porque eres el que tiene la parte más peligrosa.
-¿Que dices?
Todo esto suena altamente ilegal pero Wen está bastante seguro de que no debe haber ninguna ley contra ello...
¿Para qué querría alguien que no llamase la atención? Y, lo que era más importante aún ¿yo llamaba la atención? Me quedo mirándome un momento, pensando en que esa posibilidad fuera real. Seguí escuchándola, a pesar de que ese plan me estaba sonando demasiado mal, especialmente cuando dijo que era una chica de negocios, lo que significaba que sus habilidades eran pocas. Con razón la habían arrinconado... Niego con la cabeza y continúo allí parado.
Al hablarme de la injusticia sobre que los chicos y las chicas no se pudiera mezclar durante la noche, me quedo mirándola un tanto extrañado, ¿eso era una proposición? Porque si lo era no estaba interesado, por lo que negué con la cabeza cuando me preguntó.
Toda la exposición de su plan me seguía sonando mal, pero no parecía que hubiera nada de malo. Eso no significaba que fuera a aceptar con los ojos cerrados. Podía meterme en algún lío, eso por no hablar de que tendría que encararme a saber con quién...
-Tengo varias preguntas antes de responder. Si eres de la Academia, ¿por qué no las grabas tú? ¿Qué pasa si algún profesor me pilla? ¿Voy a convertirme en un matón? Porque suena a que tendré que sacarle los dientes a más de uno -y no me refería a enseñarle los míos, sino a sacarles los suyos, literalmente-. Y... ¿Quién me dice que no vas a recopilar esas imágenes mientras se usan? -aquello era la parte que más me escamaba, supondría demasiados enemigos-.
Ella se mantiene sonriente.
-Que no, hombre, que no es ningún peligro, ¿Eh? Que la Academia es grande y es fácil pasar desapercibido. Te lo digo yo, que no soy ni alumna.-, guiña el ojo, -Aunque yo soy especialmente guay en lo que es ir por ahí de incógnito.
-¡Primero! No tienes por qué ser un matón. Osea, a ver, si nadie nos intenta estafar pues no hace falta golpear a nadie. Después de todo, allí hay principalmente niños ricos... Seguro pueden costearse estas cosas.
-Luego... Si un profesor te pilla, ¿Qué te puede decir? Le dices que eran para uso personal y ala. Eres un adolescente, seguro lo comprenden, ¡Seguro hicieron cosas parecidas ellos mismos!
-Y... Pues, yo no soy una maga así que no podría siquiera usar las Orbes. Y si las tienes tú... ¿Como las usaría yo~? ¡Es un negocio perfecto! Y seguro.
Debo de estar loco, pero aquél plan me parecían bien, no había demasiadas lagunas y sólo se saltaba alguna injusta norma de la academia. Como bien había dicho, era un negocio asegurado. Pero entonces, no entiendo porqué me sentía mal aceptando esas condiciones.
-Está bien, acepto -tenía la sensación de que estaba cometiendo un error, pero eso era algo que no podía evitar-. Háblame un poco más, ¿dónde nos encontraremos? En algún momento tendremos que juntarnos para hablar de dinero y devolverte las esferas, porque yo me dedico a recolectarlas, no a buscar clientes -eso sí que quería dejarlo claro-. También tendrás que decirme a quién tengo que buscar y cuando se acaba el plazo.
Incluso comentando las condiciones, sentía que algo no iba del todo bien. Sonaba demasiado clandestino, misterioso e ilegal. Pero no hacíamos daño a nadie y utilizábamos los recursos de los que disponíamos, ¿acaso eso no era lo que nos decían en las clases?
-Jeje, ¡Perfecto!-, ella sonríe, contenta. Por algún motivo, Wen no puede evitar sentir que le vendió su alma al diablo. Aunque en realidad es solo una chiquilla que quiere conseguir material no apto para menores de edad sobre menores de edad y venderlo a menores de edad.
... Será que no hay leyes contra eso porque no será algo común o conocido, pero de serlo...
-¿Qué te parece en la posada de El Mirador, por el Círculo Intermedio? Suelen ir muchos aventureros por ahí, es fácil pasar desapercibido si no haces ruido.
-Podemos quedar cada fin de semana allí para la merienda o algo así. Por ahora...-, le ofrece dos esferas, -Estas son todas las que he podido... Comprar.-, le sonríe tan contenta, -Aunque tuve que endeudarme un poco. Te enseñaré a usarlas y tu consigue algo de material. Cuando nos veamos de nuevo me lo muestras y yo consigo los clientes.
Acto seguido le explicó cómo hacerlo funcionar. Resumamoslo en que es mágico y que para alguien que entiende un poco de esas cosas, tiene sentido.
El trato se había cerrado, ocurriera lo que ocurriera era tan culpable como ella, aunque supongo que sería a mí a quién le caería encima el peso de la directora si esto va a peor. Aparto ese pensamiento de mi cabeza y sigo atendiendo a lo que Yuki decía.
-De acuerdo, cada fin de semana en la posada de El Mirador, Circulo Intermedio. Lo pillo -repito más para quedarme con la información que para corroborar lo que ella había dicho-. Procura no fallarme -aunque podía sonar a amenaza, no lo era tanto, sólo un poco-.
Recojo las esferas y me quedo mirándolas. Eran las pruebas del crimen y las tenía justo en mis manos. Reprimí mis instintos para atender a la explicación que me daba sobre su uso. Puede que con el tiempo cambie mi forma de pensar, pero a día de hoy tenía mis dudas al respecto. Me quedo mirándola por si tenía alguna otra cosa que decirme, pero la cuestión ahora era encontrar ese "material apropiado" por toda la Academia.
El trato quedó sellado. Ella le sonrió, contenta~ Quizás el dinero resultante de esta alianza sea el que necesitaba...
Quizás no sea exactamente lo que Wen esperaba de una misión por el bosque, pero al menos tuvo la oportunidad de ver más del exterior, un pequeño conflicto y conoció a una persona nueva. Quien sabe, puede que no le vaya mal con esto.
Volvieron juntos a la ciudad, aunque ella se separó ni bien entraron, yendo en dirección al Círculo Inferior. Ya estaba haciéndose un poco tarde así que Wen debió regresar a la Academia.
¿Cuando llegará la oportunidad de conseguir ese 'material apropiado'? A saber. Será cuestión de estar atento, quizás... O ir a buscar problemas por ahí.
Te pondré en una escena de "intermedio" que sucede unos días después de esto. Puedes participar (o no) de ella cuanto quieras, es puramente social mientras voy preparando a todos para la siguiente parte.