Partida Rol por web

Puso los ojos en blanco, este hombre era un pelin cabezota, lo que decía ella tenia toda su lógica, no sabían a cuanto estaba al gasolinera, pero dado que nadie tubo muy en cuenta su lógica decidió callar y seguir andando. Estaba sumergida en sus pensamientos, quizás en los últimos momentos de su padres, mirando al suelo y dando patadas a las piedrecitas que encontraba, más que andar y pensar, parecía una autómata que solo andaba hacia delante.

Os ponéis a andar en dirección a la gasolinera. El sol aún no se ha ocultado, pero las largas sombras que dibujan vuestras siluetas en el asfalto os dicen que no falta mucho. Cuando lleváis diez o doce kilómetros de viaje podéis ver al horizonte lo que parece ser el autobús, os acercáis con cautela hasta estar al lado. Tiene la puerta delantera abierta y no hay ni rastro de los dos hermanos, el depósito, cómo no, está completamente vacío.

En ese momento, a lo lejos, podéis oír el sonido de lo que parece ser un disparo.

"Esos dos llegaron más lejos de lo que yo creía", pienso sorprendida de que el poco combustible que tenían hubiese llegado para tanto. Sin embargo, los dos barbudos que les habían birlado el autobús no parecen estar por ninguna parte. "¿Conocían también la gasolinera a la que nosotros nos dirigimos? como sea así y la hayan saqueado, estamos jodidos".

A lo lejos se oye algo que se parece demasiado a un disparo. Mirando a los demás, pregunto bajando un poco la voz sin motivo ninguno:

- ¿Habéis oído eso? ¿de dónde viene?

Joder.

Por lo visto Ken también sabía decir palabrotas.

Tenemos que tener cuidado o nos volarán la cabeza. Tal vez tengan problemas con los zombis. Cubridme, voy a ver si han dejado el mapa en el autobus. Siempre irá bien tener un mapa.

Y entro rápidamente buscando el mapa.

Arqueo sus rojizas cejas al oír los disparos -Bien, tenemos compañía y no muy agradable por ninguno de los dos bandos me temo- susurro.

-¿Y bien vaquero?- miro a sheriff -Usted dirá ¿no estaba al mando?- dijo mirandolo sin mucha confianza.

Da un par de palmadas al bus cuando por fin lo encuentran.

- Bueno... muy a las malas cerramos la puerta, atrancamos las ventanas y ya tenemos cuchitril.

Justo en ese momento se produce un disparo que hace que el sheriff saque el arma preparado.

- ¿Mando? Ya te dije que no, pero habria que investigar eso. Veamoslos antes de que ellos nos vean a nosotros.

No lográis encontrar nada de utilidad dentro del autobús, así que seguís caminando. El sol se empieza a ocultar y ahora sí podéis decir que se empieza a hacer de noche.

Lleváis caminados menos de quinientos metros cuando podéis ver dos figuras a lo lejos que se mueven bruscamente, de repente un grito ahogado y una de ellas cae. Tras recorrer un tramo más, os cercioráis de lo que antes sólo intuíais. En la carretera, tirados como dos fardos en el asfalto, yacen los cuerpos de Bret y Ted rodeados por un charco de sangre. Cuatro animales de aspecto similar a coyotes, se ceban con las entrañas de los dos hombres que os robaron el autobús. Uno de ellos levanta el hocico y olisquea el aire, al momento gira la cabeza en vuestra dirección y gruñe enseñándoos su babeante hilera de deformes dientes. Sus compañeros dejan de masticar y se giran igualmente. Como si fueran uno solo, los coyotes se lanzan a la carrera en vuestra dirección.

Al mas puro estilo del oeste lo que podria parecer sin apuntar da un disparo certero de cadera a uno de los coyote dandole de pleno.

Aun tiene tiempo de lanzar un escupitajo a un lado antes de armarse a disparar al siguiente.

El ver a los dos hermanos muertos y siendo devorados por los animales me producen ganas de vomitar. Sin embargo, se me pasan inmediatamente cuando esas bestias se giran... Ahogo un grito por el susto. Esta claro que esos coyotes no son normales. "Oh Dios mío... ¡¡¡vienen hacia aquí!!!", pienso con una expresión de miedo en la cara.

Inmediatamente saco mi arma. No soy tan buena con las pistolas como Ricky... Bueno, dejémoslo en que no soy muy buena. Pero el ver a esas... criaturas... corriendo hacia nosotros ("¡sí que son rápidos!") me hacen disparar cuanto antes para impedir que se acerquen. Tanta velocidad hace que no apunte debidamente y fallo los tiros.

Tina entorna los ojos al cielo al ver disparar a Purity dios da pan a quien no tiene dientes y mocos a quien no tiene pañuelos

¡Joder! Tengo que pillar una ¡ya! se desespera desquiciada por el mono de la pólvora. 

Sospesa de nuevo la lata de cerveza y después de dedicarle una mirada a los coyotes se prepara para arrojarsela a la manada.

- Nena. - le hace una señal con la otra mano a Valeria para que se de por aludida y luego se señala con el pulgar por encima del hombro- Detrás de mi. 

Tina se ajusta el sombrero en un gesto muy parecido al que solía utilizar para asegurarse la gorra de béisbol antes de lanzar la pelota en los partidos de pachanga que celebraba con sus hermanos antes de que decidieran volverse gilipollas e irse a vivir a Nueva york.

Retiró el pie y situó el peso del cuerpo en un 60% detrás y el 40% delante y lanzo la lata a los coyotes.

Ella estaba acostumbrada a disparar más que a lanzar, y a acertar a objetos inmóviles más que móviles. sin embargo, aquello que se acercaba no era un objetivo, eran varios, así que si no le daba a uno, le daría a otro.

Agradeció que Tina la tuviese en cuenta, ya que parecía que los demás estaban muy ocupados, que por otro lado, era totalmente normal. Se puso tras ella pero... ¿que estaba haciendo? lanzarles una lata de cerveza ¿los iba a invitar o les iba a dar la bebida de la comida? Miro hacia varios lados por si el plan A (Tina) fallaba y tenia que escapar corriendo, buscando árboles, pues para ella escalarlos era muy fácil y los zombies, ya fuesen perros o no, no solían saber subir.

Uno de los coyotes es abatido por Ricky y queda más rezagado, sin embargo sigue en pié. El resto de sabuesos logra alcanzaros y con una fiereza psicótica se abalanzan sobre vosotros.

El primer coyote se encara a Jonh y salta para morderle, sin embargo el pijo tiene buenos reflejos y logra apartarse a tiempo; mientras que el segundo, al que le ha pasado rozando la lata, solo tiene ojos para Tina; por último el tercer coyote se precipita hacia Ricky lanzando mordiscos al aire.

Tina apretó los dientes y retiró instintivamente su cabeza hacia atrás intentando alejarse de ese bicho que se lanzaba hacía ella deseoso de agradecerle la invitación a cerveza. Sin embargo el resto de su cuerpo no se movió, a lo máximo le concedió la gracia de arquearse.

¡Mierda de bicho! gritó para sus adentros mientras su puño se dirigía hacia la mandíbula babeante del coyote.

Tina vivió ese puñetazo a cámara lenta, con los ojos sobresaliéndose de sus cuencas sufriendo el fatal destino de sus uñas al golpear ese canino o de su brazo de ser interceptado entre los dientes de su atacante.

Tiró de Tina viendo lo que acababa de ocurrir, ella se había preocupado de ella, no la iba a dejar tirada ahora -¡¡Rickyyyyyy!!-grito a todo pulmón, pues no tenia muy buena pinta, y no sabía si tenia fuerza suficiente para tirar de Tina, de hehco lo dudaba, nunca habia sido una chica muy fuerte

Los coyotes se nos echan encima como si fuésemos la última presa existente en el planeta. Tristemente no nos queda mucho para ello, como bien demuestran los cadáveres de Bred y Ted.

Todo pasa demasiado rápido y cuando me quiero dar cuenta, dos de esas bestias están casi encima de Tina y del sheriff, y no falta mucho para que alcancen la melena pelirroja de Valeria. Jonh ha sido más hábil y ha conseguido esquivar al que iba directo a su garganta. Sin embargo, al ser el pijo quien estaba más cerca mía, el coyote se ha quedado lo suficientemente cerca como para que le golpee con lo primero que tengo a mano... la culata de mi pistola.

Con un grito y empleando todas mis fuerzas, intento darle un golpe seco en la monstruosa cabeza del animal.

Jonh sabía cómo manejar un martillo. Dio las clases de artes marciales cuando apenas tenía cuatro años sin prestarles excesiva atención. No lo hizo hasta que algo después descubrió las katas con armas y las graves heridas que rápidamente se podían ocasionar a los enemigos.

Tenía un puntito de sadismo y había visto algunos largometrajes que habrían sido aprobados por el grillado gafitas de la película tesis, que era una de sus favoritas. Y ahora tenía el martillo en las manos y no tenía que reprimirse. El primer coyote ya había caído pero había suficiente para todos.

Hizo oscilar el arma con satisfacción dispuesto a reventar los sesos de aquel despojo con garras.

Ricky trata de apartarse mientras ve como aquellas 2 hileras de colmillos buscan su pierna, da un paso a su diestra dispuesto a enlazar la esquiva con una patada en el morro del coyote, con suerte le rompera un par de colmillos.

La pelea se divide en tres secuencias distintas. Por un lado, uno de los coyotes se abalanza hacia Tina y Valeria, mientras el perro intenta morder a la vaquera, ambas chicas tratan de patearle pero no logran nada. Finalmente el coyote logra enzarzarse con el pantalón de Tina, por suerte para ella no le produce ninguna herida.

En el otro extremo Purity y Jonh se ensañan con el segundo coyote, martillo y pistola en mano aporrean al animal hasta que cae destrozado.

En medio de todo Rick, manteniendo su pelea particular. Intenta darle una patada al coyote, pero no logra impactarle.

El coyote con el que sigue peleando el Sherif lanza bocados sin lograr alcanzarle, a su vez, el coyote al que había disparado entra en el combate con más ira que nunca y se abalanza sobre su agresor.

El otro perro sigue enfrascado en intentar morder a Tina.