Partida Rol por web

¿Entonces preferís esperar su llegada? - Drassil no estaba del todo convencido que apareciera justo cuando ellos estuvieran más preparados, pero si el resto lo veían claro, no había más inconveniente. Drassil rebuscó en sus sacos, de camino a la parroquia pararía en diferentes puestos y compraría algunos enseres que necesitaría más adelante*

No especialmente, propongo seguir esta conversación mientras o cuando lleguemos junto al otro que corre peligro...

La actitud del alcalde es realmente extraña. Parece especialmente desesperado, pero algo le hace desconfiar de él. Aún así, se ha comprometido a pagarles, por lo que en principio seguirá con lo pactado.

- Sí, a Taluta también le parece buena idea - mira al alcalde con el ceño fruncido - tú no separar de nosotros y no pasará nada a ti.

-Ya que la situación lo requiere, si las dimensiones de la iglesia son las adecuadas, podríamos preparar algunas defensas, un parapeto... ese tipo de cosas -añadió el elfo, al parecer obsesionado con el tema de las medidas. Probablemente fuera un tema de alcances con el arco y deformación "profesional".

El alcalde levantó una de las puntas de la gran alfombra del escritorio y dejó al descubierto una trampilla. Después miró a los aventureros que allí tenía.

Las damas primero-dijo, pero no a Jilokasina, sino a Taluta-. Está oscuro, y prefiero que la semiorca vaya delante. No es necesario que encendáis luces, es un pasillo estrecho de una sola dirección. Solo tenéis que seguir la linea de las paredes y tener cuidado con los escalones.

El grupo se introduce escaleras abajo, en este orden: Taluta, Jilokasina, Drassil, Cléquetto, Ulthor y por último Darius. Antes de cerrar la trampilla tras de sí, Darius se da cuenta de que falta alguien. El otro mediano, Alton, se debió mezclar con la población local cuando los curiosos se agolpaban para contemplar el cadáver de Doribius, porque hasta el despacho del alcalde nunca llegó a seguirles.

El pasadizo desenvoca en un sinuoso pasillo que se ensancha tras varios minutos de caminata. La pared de mampostería no les permite continuar. En ese habitáculo, el alcalde Cléquetto se desvía hacia un lado y manipula una zona de la pared, pero solo Taluta, con su vista adaptada a la oscuridad, logra ver las actividades del alcalde.

GNNNNNNNNINCH...

Una sección de pared se desplaza y el aire un poco menos viciado de la siguiente habitación aventura que están cerca de una habitación más concurrida.

Aguardad aquí-la voz del alcalde se aleja, cruzando la puerta secreta, que queda abierta.

Como que aguardad aquí, que parte de no se aleje de nosotros no ha entendido - el guerrero contrariado, se prepara para encender su linterna sorda

La idea de ser la primera le parece acertada. Ve perfectamente en la oscuridad y posiblemente sea más fuerte que la mayoría de los presentes. En caso de haber algún problema podrá afrontarlo mejor que los demás.

Cuando por fin llegan a la pared en la que termina el camino, el alcalde la manipula hasta que queda completamente abierta. Acto seguido, desaparece tras ella sin esperarles, por lo que asiente al escuchar a Darius y sale tras el alcalde, todavía con el alfanjón en la mano.

- ¿Eh, alcalde, dónde crees que vas?

Al escuchar la llamada de Darius, el alcalde vuelve a asomar la cabeza al interior del ensanche.

Bueno, yo supuse... Iba a coger una vela del almacén, para que pudieseis ver mejor. Pero si traéis vuestras propias luces, supongo que ya no es necesario que me exponga.

Con el grupo mejor preparado para explorar la iglesia, cruzan la entrada al almacén. Apenas hay sitio para las seis personas que lo invaden. Estanterías a un lado y a otro de este cuarto rectangular presentan cajas de madera rebosantes de trastos viejos, y algún que otro barrilete, con agua o alcohol.

El alcalde se abre paso hacia atrás y tira de la pared para cerrar el acceso al túnel que comunica la iglesia con la alcaldía. La entrada más habitual al almacén, una simple puerta de madera, da paso a uno de los laterales del púlpito. De frente hay otra puerta, que según lo avanzado por Cléquetto, debe de llevar a la celda del clérigo. A mano izquierda, se extiende el resto de la iglesia, desierto de cualquier tipo de decoración más allá de unos humildes bancos. Opuesto al púlpito, un arco da paso a unas escaleras que suben.

¿Queréis que llame a Vórtimer o estamos indagando en plan sigiloso?

-¿Quién más podría ser víctima de su hermano? Si usted está escondido y no puede encontrarlo tal vez vaya a por el siguiente de la lista... -susurró el elfo, analítico.

Puees... procuremos ir en sigilo... ¿Hace mucho que no se utiliza este pasadizo?- Drassil estaba pensando en adelantarse... - ¿A donde va a parar? Quiero decir, ¿a qué parte de la iglesia? . Drassil estaba bastante alterado, una vez más la sucesión de hechos en Holmet se agolpaban en su cabeza, se negaba a pensar que todo cuanto había sucedido era obra únicamente de un fantasma vengativo....   .... .... La siempre ordenada mente de Drassil se fué entonces a ensayar los primeros versos de un relato en el que el fantasma rencoroso vuelve para atormentar a su odiado hermano menor.

-Sigilo sera lo mejor vaya a ser que nos este esperando el asesino sobre su cadaver y usted sea el siguiente

Sonaba casi a premonicion, no pensaba que aquel pobre diablo siguiera con vida, aun asi tenian al alcalde cerca para protegerlo y que no le pasara nada

El alcalde comenzó respondiendo a Drassil.

Las iglesias enanas tienen la planta con forma de martillo o de "T", como las iglesias de San Cuthbert tienen planta en forma de cruz o de "+". Pues bien, las escaleras que suben a la entrada de la iglesia estarían en el extremo inferior del mango. La entrada por la que vinimos, llega a una de las dos cabezas del martillo, concretamente a este almacén. La cabeza opuesta a esta sería la celda de Vórtimer...

Como enlazando ideas, Cléquetto pasa a responder a Ulthor.

Ehm... correcto, elfo. Martíl murió de niño, así que no tuvo mucho tiempo para hacerse enemigos. Si no puede matarme a mí, el siguiente en la lista es, como os comenté en mi despacho...

El alcalde mencionó nosequé encontronazo en el que un conjuro para hablar con los muertos acabó con un cadáver amenazando al párroco Vórtimer desde la ultratumba. Darius, Drassil y Jilokasina lo recuerdan bien.

¡Vórtimer!

Los pies del grupo empiezan a desfilar dejando el almacén y pisando la tarima del púlpito. La tarima de madera vieja. Chirriante madera vieja que cruje a cada paso delatándoles en medio del silencio de la nave. La luz de la lámpara que porta Darius también señala la presencia de visitantes al iluminar en la oscuridad del subsuelo.

El summun de la discreción, sí señor, todo un enano...

La expresión del elfo se endureció y a la vez, con movimientos metódicos y muy entrenados, una flecha se colocó casi por arte de magia en el arco. Buscando un ángulo apropiado, se desplazó hacia un costado. Si el enano tenía un mínimo de cerebro y se veía ante asesinos, retrocedería hacia sus protectores. Entonces aparecerían en escena unos enemigos con los que hacer tiro al blanco. Y los ojos élficos de Ulthor no necesitaban casi ni el resplandor de las luces que portaban, así que no tendría problema por ese lado.

Mientras se ponen en guardia, expectantes, el sol sigue girando alrededor de la tierra. Tras unos minutos de espera, nada viene a ellos para matarles. Pero la espera ha merecido la pena: se escucha un ruido que viene de escaleras arriba, desde la entrada habitual de la iglesia...

BRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR...

Es el sonido de algo pesado arrastrándose. Quizás de roca contra roca, como una rueda de moler el grano. Entonces el arco de Ulthor se tensa más apuntando hacia las escaleras, pero nadie baja.

Pone el oído intentando identificar el extraño sonido que parece provenir del piso de arriba, pero tras unos segundos desiste y mira a los demás. Con el ceño fruncido, comienza a acercarse despacio a las escaleras.

- Taluta va a echar vistazo

Su voz es un susurro, y casi no pueden escucharla. Sujetando el arma con fuerza, camina tratando de aprovechar las sombras generadas por la escasa luz del lugar.

-Maldición. Voy tras de ti, Taluta -dijo el arquero siguiendo a la semi-orca de cerca.

Si hay problemas conviene que la primera en llegar no sea Taluta, sino la punta de una de mis flechas. No hacía falta ponerse en peligro entrando en combate cuerpo a cuerpo si no era necesario.

Drassil enarcó las cejas y cruzó su mirada con Darius.... - ¿Porqué todo el mundo se piensa que puede hacer la faena de un hobbit?  Deberíamos hacer un casting la próxima vez que queramos que nos acompañen... después de lo de Parceo, yo con estos dos no duermo- Drassil fué tras ellos, tenía tanta o más curiosidad por ver lo que provocaba ese ruido... y encendiendo la linterna sorda de Wilbur fué hacia el origen del sonido apremiando a los compañeros restantes y al alcalde impidiéndole separarse.

¿Entonces nosotros tres les esperamos aquí?-dice a Darius y a Jilokasina.

Taluta empieza a subir los escalones con energía. Ulthor tiene más problemas para ver en toda esa oscuridad. Mientras, Drassil queda algo rezagado debido a que se entretiene encendiendo la linterna, y a sus zancadas más cortas.

Escaleras regulares, un elfo cuidadoso y grácil y algo de prisa... Ningún problema supuso para Ulthor el seguir los pasos de Taluta hacia arriba.

Craaaaash...

Sonido de cristales rotos. Viene de escaleras arriba. Primero el brrrr y luego el crash. Desde luego se puede decir que hay mucha actividad onomatopéyica en esta iglesia. La primera en llegar es Taluta. Las escaleras están truncadas en esa parte. A la izquierda, los escalones mantienen su continuidad, pero los peldaños están encharcados por un líquido. A la derecha hay un pasadizo. Es como si las escaleras se hubiesen deslizado hacia la izquierda dejando ver una entrada secreta.

En el suelo, ante el pasadizo, un objeto rectangular está tirado en el suelo. Sus medidas aproximadas son 14''x7''x7''. Poco después, Ulthor palpa las espaldas (¿o es el trasero?) de Taluta e intuye que la semiorca se ha parado.

Finalmente, Drassil llega. Su linterna ilumina la escena. El líquido de las escaleras, que con la visión en blanco y negro de Taluta no podía distinguir su color, resulta ser un líquido rojo. Algo de luz se cuela en el pasadizo, que al cabo de unos cuantos pies, tuerce en un pasillo con forma de ele. El objeto del suelo resulta ser negro, con un tímido brillo metálico cuando la luz incide en él.