Partida Rol por web

Resulta extraño y casi hasta sospechoso ver a una mujer en medio de semejante caos llorando por la muerte de un hombre-lagarto, cuando al menos se supone que es una humana quien lo hace. ¿Tal vez llora al que fue? La verdad es que Ulthor desconocía muchas de las cosas que se "cocían" en este pequeño pueblo, pero a cada rato va descubriendo algo más. Y no por gusto.

Con el arco bajo pero una flecha cargada en él, el elfo trató de no perderse detalle. La semi-orca había sido especialmente delicada y había hecho las preguntas apropiadas, así que tal vez la mujer nos sorprendiera dándonos una respuesta que nos sirviera de algo. Pero algo olía mal, era preferible mantenerse alerta.

Suéni empieza a hablar a Drassil en el idioma enano, aunque no entiende porqué este cambio súbito.

Jamás me atrevería a luchar contra el Amo. Es demasiado poderoso. Pero está confinado, no puede atacar al pueblo directamente. La única manera que tienen los Wurd de atacar sería adiestrando a sus mujeres y ancianos. Si quisiesen enviar a la guerra a sus hijos, creo que primero mandarían a un grupo de una decena de crías de orco. En pocos meses estarían suficientemente desarrolladas para el combate.

Por lo demás, los dos más valiosos guerreros con los que cuentan son un humano con una máscara de hierro, y el demonio... que sí que creo que volvería a poseerme para una batalla. Aunque ahora podría elegirte a ti en mi lugar.

Espera... Había también una especie de grupo de élite dentro de los Wurd. Una especie de exploradores que funcionaban como una partida de caza, trayendo alimentos para los suyos. Puede ser cuestión de unos pocos días que vuelvan a la colonia.

Taluta sintió la mirada de la mujer, como un cuchillo clavándose en el alma. Una brujería que se le trataba de meter dentro, en el cuerpo. Y sobre todo en la cabeza. La razón se le nublaba...

Drassil está nervioso, el demonio no le hace ninguna gracia y no puede evitar temer que pueda aparecer, pero realmente con mayores recursos que ahora no ha podido hacer nada, nada podría hacer si apareciera. Continua hablando en idioma enano - Bien Sueni bien - apremia a la tranquilidad del semielfo- , ese demonio me ha poseído y me ha traído hasta aquí, como a ti, hemos peleado muchísimo y me ha agotado, estoy seguro que mañana podríamos hacer algo...tal vez mis compañeros vengan a buscarme - No quería revelar nada más, necesitaba descansar, no conocía al semielfo y no sabía cuanto unía la posesión entre el semielfo y el demonio. Drassil dedicó unos segundos a escrutar el aura que había encadenada a su lado, esperando que no se tratara de un malvado esbirro

Aún tras el elfo, intentando seguir el ritmo de sus largas zancadas, casi choca contra él cuando se detuvo de golpe. Tardó un momento en oír los lloros de la mujer, y unos segundos más en darse cuenta de donde estaban.

Era una escena extraña, una mujer llorando la muerte de un monstruo bajo la lluvia en un bosque que antes fuera un pueblo, ¿de que lloraba?
Antes de darse cuenta su voz sonó tras la de Taluta, aunque algo más debil

- Esto... ¿señora? ¿está bien? ¿puede hablarnos?

¿Por qué ha tenido que morir mi hijo...?

La pregunta de la mujer se escapó de una manera casi inaudible, como un susurro apagado por el sonido de la lluvia.

¿Por qué han matado a mi hijo...?

La aseveración llega con más fuerza y decisión. La piel negra de la mujer empieza a tornarse verduzca. Tras la escultura del yunque, sus pies se hunden en la tierra. Sus piernas crecen, elevándola por encima del suelo, dividiéndose en una madeja de raices similar a los manglares.

¿POR QUÉ HABÉIS MATADO A MI HIJO? ¡UAAAAARGH!

Como auténticas murallas, del suelo crecieron árboles y matojos de espino. Una en cada bocacalle de la plaza, dejándola cerrada e impidiendo la huída*.

Le cabe de consuelo a Drassil saber que su compañero de desdichas no emite ningún aura malévola.

Llega la mañana siguiente, algo de claridad que amortigua la oscuridad cerca de la entrada lo atestigua. Drassil lleva doce horas sin comer ni beber. A saber cuánto tiempo llevará Sueni. Los sollozos del semielfo hacen ver que ya está despierto.

El murciélago vuela despreocupadamente, lo cual también indica que el demonio no está. Si hay una mínima manera de escapar, es ahora.

¿Sueni? ¿Estás despierto? ¿Necesito que confíes en mí vale? Necesito que aceptes mis hechizos - Drassil murmuraba por lo bajito mientras sus manos señalaban a los múltiples objetivos de sus conjuros, y realizó las transposiciones dos veces con su familiar para dejar a ambos prisioneros libres de las cadenas si eso era posible, esta era la única manera que él  veía de salir

Ulthor no esperó a que pasara nada más, con lo que había visto había más que suficiente, no iban a salir de esta hablando, aquella mujer, o lo que fuera, no perdonaría la muerte de su "hijo". Dos flechas volaron en rápida sucesión hacia ella mientras el elfo recapacitaba... y sus manos expertas recargaban con un movimiento fluido, preparándose para una nueva salva.

El guerrero intenta ponerse en pie lo mas rápido que pueda apresta su escudo y su daga... tristemente solo una daga... y se encara con el gnoll.

Si me hubiera cruzado antes con alguien como tu lo recordaría, o tal vez el golpe contra el suelo me haya afectado, refréscame la memoria

A ver la como la mujer comenzaba a transformarse de aquella horrible manera Sichen fue a retroceder inconscientemente unos pasos hacia atrás, pero tropezó con las correas de la mochila y por poco se cae al suelo. Viéndose atrapado y preparándose para lo peor se apresuró a quitarse la mochila y apartarla de una patada.

Sacó también un puñal para defenderse con él, pero no sabía que hacer con la mano izquierda, al menos hasta que se acordó del anillo y se concentró para activar aquél escudo mágico para defenderse. Sintiéndose un poco más seguro se atrevió a asomarse tras Taluta y fijarse un poco mejor en la criatura. Estaba claro que estaba relacionada con el cambio en el pueblo, pero si era la causa de ese cambio o era algo que había pasado después, solo podía especular sobre ello.

Drassil se intercambia con su familiar... Esta vez aguarda a que esté volando bajo, no quiere que le pase lo mismo que a Sichen en la iglesia subterránea. Es maravilloso deshacerse de esos grilletes. Repite la operación con Sueni. Ha gastado dos conjuros en lo que se podría hacer con uno solo, pues los grilletes son de distinta talla. ¿Pero qué sería de la magia sin creatividad, eh?

Gra... Gracias. No sé cómo has hecho eso, pero gracias.

A tientas, con ayuda del murciélago y las sensaciones que transmite, el mediano logra tirar de la manga del semielfo hasta la mesa de piedra sobre la que están las cosas de ambos.

Por otro lado, hay claridad a mano izquierda, y se distinguen a contraluz los barrotes con la puerta con cerradura. Es el último obstáculo para salir de la cueva.

Drassil se acerca a los barrotes y usa un truco de nivel 0.... - ábrete... - No parece funcionar... prueba a abrir loas puertas y si estas no ceden a la suavidad, repetiría la anterior operación con su familiar, que para eso estaba. ¡Asómate a los barrotes ratilla!

La reacción de la mujer pilla por sorpresa a la semiorca, que tarda unos segundos en reaccionar. Cuando por fin es consciente del peligro de aquella extraña criatura, agarra su alfanjón con ambas manos y se prepara para defenderse de sus posibles ataques.

- Espera, Taluta y sus compañeros no matar a tu hijo. Por qué les atacas? - Frunce el ceño mientras habla casi a gritos para asegurarse de que puede escucharle - Taluta sabe quien lo hizo, pero no te dirá si le matas

La primera flecha de Ulthor rebota en la dura corteza de la mujer-árbol, y la segunda flecha se clava a duras penas.

¡NO NECESITO SABER EL NOMBRE DEL ASESINO! ¡MATARÉ A TODO EL PUEBLO Y ASÍ ACERTARÉ!

Los brazos de la mujer se alzan clamando al cielo, y de la tormenta cae un relámpago justo en la posición del elfo. A Sichen casi se le electrocutan los pelos de las cejas de lo cerca que está.

En realidad, anoche nadie se preocupó de quitar del cadáver de Martíl las flechas de Ulthor. La madre enloquecida atacará a cualquiera que lleve arco... en realidad atacará a cualquiera en general.

Hihihihihi... Claro... Es normal que no me recuerdes... ¡Ahora soy feo como el culo de un gnoll! Hihihihi... Tengo dos deudas de sangre, Darius. Una contigo, por haberme sacado de debajo de aquellas rocas. Mi otra deuda de sangre es con la Dama del Bosque, la druida a la que me llevó Valandil.

Gracias a ti, estaba vivo pero condenado a ser un tullido para siempre.

Gracias a ella, puedo caminar... en este nuevo cuerpo en el que me reencarnó.

Puestos en una balanza, mi deuda con ella pesa más, pues solo ella o la muerte me libraban de una vida miserable. Y la Dama del Bosque ha ordenado que mate a cualquiera con el que me encuentre en el pueblo. Mi nombre es Mindo Striker. Vine contigo desde Arquiona... y ahora voy a matarte.

Los chistes sobre los culos de gnolls no eran el fuerte de Mindo. No tenía ese sentido del humor. Pero si sabe todos esos detalles... Arquiona, el nombre de Mindo, el alud que le dejó tullido... No es un impostor, es solo que en ese nuevo cuerpo su mente se ha trastornado.

Dos transposiciones mágicas después, Sueni y Drassil son libres. En ese momento, se escucha un movimiento de roca deslizándose desde el interior de la guarida del demonio. Unos pasos corren atropeyadamente... sus pies casi se arrastran. Y de la oscuridad de la cueva surge un elfo de piel tan blanca que parece que nunca le haya dado la luz del sol.

Sus brazos se estiran por entre los barrotes, pero no intentan agarraros. Tan solo saborear el ápice de libertad que al resto de su cuerpo enjaulado se le niega. Sus ojos se posan en la cerradura de la puerta y luego os miran esperanzados.

Ey... ey, por favor... Abrid la puerta. Mi... mi nombre es Erin... Llevo años en una cueva... Los Wurd me echaron a su pozo de los sacrificios. Sobreviví a la caída y me alimenté en la oscuridad conjurando mi propia comida de la nada. Me abrí camino por las entrañas de la roca transformando la piedra también con la magia que Elhona me proporcionaba. No soy peligroso, siento haberos asustado... Pero por favor, abrid para que pueda salir de aquí.

Erin... Erin... Ese nombre a Drassil le suena familiar... ¡El hermano de Lynn y Jilo!

¿E-rin...? - Drassil arrastra un pie antes de lanzarse contra los barrotes como si acabara de darse cuenta que su propio hermano ha quedado al otro lado, el propio elfo se intenta echar un paso atrás antes de ver su mano atrapada entre los diminutos dedos del mediano que escruta su rostro mirandole bien, buscando algun ápice del mal en él, comprobando que realmente pueda ser el siervo de Elhonna - ¡Erin! ¡¡ S-soy Drassil, viajé con Lynn, y con Jilokasina !! ¡¡Te he estado buscando por todas partes!! - Los ojos del elfo se abren, ¿¡como no!? igual ha sido precipitado dar esta información pero el hobbit no ha podido evitar dejarse llevar por la emoción... baja la voz de nuevo

No es momento ahora... pero no te voy a dejar aquí. Sueni, ¿Tienes alguna magia que pueda sacarle con nosotros? - El semielfo parece pensativo, es como si ni siquiera supiera que tiene poderes mágicos, tan solo se mira las manos. Drassil coloca la mochila delante suyo y saca una pala antes de recolocarse la bandolera. Mira los barrotes, el suelo, las paredes, tiene que haber algun lado que parezca más fácil.... ¿Cavar por debajo? ¿Cavar por un lado? Todo parece tan pedregoso... los barrotes no parecen fáciles de doblar... pero tal vez con la pala...

La cueva por ahora está silenciosa... ¿cuanto tiempo tendrían?

El suelo es rocoso, no de tierra. Sería más apropiado un pico que la pala de Drassil, y aún teniendo un pico a mano, haría tanto ruido que los Wurd que vigilan el portalón de madera vendrían a ver alarmados qué ocurre.

Oh, no... Lo siento. Yo no sé usar magia. Noto ese poder en mí, pero no sé... no sé las palabras mágicas, ni los pases de manos... Los he visto cuando estaba poseído, puedo repetirlos como haría un mono amaestrado, pero eso no es suficiente para que la magia surja. Ya lo he intentado antes, y nunca funcionó.

No os preocupéis por eso, jóvenes. Yo también he agotado las energías mágicas de la diosa para doblegar la roca. Pero ahora sé que estoy a solo un día de salir de aquí-dijo Erin, ignorante del diablillo que mora en esta cueva-. Mañana rezaré a Elhona y su poder me sacará de aquí. Pero quiero pediros un favor. En esta región se encuentra el pueblo de Holmet. En esa aldea vive una preciosa mujer de ojos claros y pelo rubio... una humana. Si la encontráis decidle que lamento no haber vuelto a su lado a lo largo de todos estos años. Decidle que no pasaba ni un instante en el que pensara en ella. Decidle que espero con ansia a mañana, para poder ir allí y volver a abrazarla. El nombre de mi bella flor, entre todas la mejor del jardín, es Orquídea...

La vida es corta para los seres humanos. En todos estos años, la tal Orquídea puede haberle olvidado. Puede haberse casado y tenido hijos y nietos. Puede incluso estar ya muerta. Tal es la diferencia entre el tiempo de los cuasieternos elfos y la de los efímeros humanos.

Espera... ¿Orquídea? Orquídea es mi madre. Tú... yo... yo soy tu hijo. Me llamo Sueni. Mi madre me habló de ti. Estaba muy enamorada, pero nunca volviste. Y ahora sé porqué. Estabas atrapado todo este tiempo. Sabía que no me habías abandonado. Sabía que no eras un mal padre.

¿Tú...? ¿Tú eres mi hijo? No recuerdo a ningún bebé... Pe... pero si solo me acoste una vez con Orquídea antes de venir a hablar con los wurd... Oh... vaya... esto es tan inesperado... Mi hijo... Mi hijo Sueni. Acércate para que pueda estrecharte entre mis brazos a través de los barrotes... Mi hijo. Sí, señor. Qué orgullo.