Partida Rol por web

Viendo que mis compañeros sí afectaban con sus armas al zombi menos "especial", hago un giro de muñeca mientras doy un paso y de nuevo hago mi movimiento preferido, golpeando de abajo hacia arriba con mi hacha y bajando después el arma con la lanza por delante. Empeño toda mi fuerza en el proceso, haciendo que se desvie el hacha, pero corrijo el espacio entre la criatura y yo y clavo la lanza en todo el muslo, si se le podía llamar así.

El lanzazo de Hothar es lo suficientemente letal para que este último zombi estalle en inmundicia golpeando sus trozos a todos cuanto le rodean.

Parece que no hay más amenazas en esta sala...

Los relieves, ahora que os da algo más de tiempo para fijaros en ellos, representan a un faraón (suponéis), fundando una ciudad y trayendo agua a la gente. Quizá si hubierais prestado más atención a esos cursillos acelerados de historia osiriana hubierais sabido algo de él...

Una vez ha caido el último no muerto, William limpia las armas lo mejor que puede antes de enfundarlas.

Menuda peste echaban, se nota que llevan tiempo aquí.
Me pregunto si los habrán levantado alguien hace poco o estaban de guardianes desde el principio.

Tras decir eso se dispuso a bucar rastros, por si encontraba algunos recientes aparte de los de los no muertos.

- Este lugar esta maldito. Tened cuidado con lo que tocais.

—Espero que no hayáis pillado alguna horrible enfermedad de esos zombies de plaga. Odiaría tener que cuidaros mientras descendéis a la muerte en vida. Esperad que echo un vistazo a la sala, tenemos que ir con mucho cuidado...

—No parece haber nada por aquí— dijo Clarissa mientras miraba la estatua del Faraón. —Y los cursos que nos dieron sobre Osirión eran bastante pobres, no mencionaban para nada a este faraón...*

—Antes de abrir puertas, subamos y registremos la muralla, quizá desde ahí podamos ver si los otros grupos se acercan.. luego ya habrá tiempo para que busquemos trampas en las puertas.

Esperó a que sus compañeros encabezaran la marcha. Los escudos de carne eran ellos. Ella sólo era el cerebro.

Después de que sus compañeros encabezaran la carga llegáis a la parte superior de las murallas. Allí hay una puerta un poco destartalada.

- Muy bien no parece estar la puerta....pero se han puesto trampas en sitios peores. 

Busco en las puerta, más por oficio que por creer que hayan dejado algo allí esperándonos. 

William tampoco encontró nada interesante. Por lo que volvió con sus compañeros y esperó nuevas instrucciones de la clérigo, que era la que ladraba las ordenes.
Una vez Arak dio el visto bueno, el explorador abrió la puerta espada en mano.

Bueno, veamos qué hay. Cuanto antes examinemos el lugar antes encontraremos lo que hemos venido a buscar.

En cuanto Williams se aproxima a la puerta y trata de abrirla, se cae de sus goznes al suelo haciendo un enorme ruido. En el interior hay una pequeña sala que parece que fuese algún puesto de guardia. En el cento de la sala hay un brasero de bronce y a un lado veis un pequeño armario de piedra.

- Arak ...

Señala el armario, esperando mientras examina la sala.

El paladin examina el exterior desde la aspillera, tras observar el brasero.

Sus compañeros contemplaban como pasmarotes la habitación y Clarissa comenzó a dar con el pié en el suelo en señal de impaciencia. No podían pretender que ella lo hiciera todo... ¿O sí?

Todo lleva mucho tiempo sin usarse...

Busco trampas en el armario como me señala el paladín....parecía que en cualquier momento algo podría saltar sobre mis compañeros si no buscaba en cada rincón.

- Me voy a ganar el sueldo.

Arak no encuentra trampas y al abrir el armarito, entre restos inservibles, encuentra 5 virotes de ballesta que han resistido muy bien el paso del tiempo.

- Revisemos este lugar antes de que aparezca compañia ...

Señala a la puerta a su izquierda con un gesto vago.

Clarissa detectó magia en los virotes, si habían resistido tan bien las eras, seguramente tenían algún encantamiento y podría utilizarlos.

Con los inútiles de sus compañeros, seguro que los necesitaría.