Partida Rol por web

William iba uno pasos detrás de Arak, si encontraban problemas al menos podría echar una mano al picaro. O por lo menos eso esperaba.
Lo cierto es que todos iban muy cautelosos, él incluido, pues después del encuentro con los no muertos no podían dar nada por sentado.

Asintió a las palabras del paladin.

Sí. Revisemos qué hay tras esa puerta y luego sigamos. Que no haya llegado nadie todavía no quiere decir que no estén a punto de llegar. De hecho, alguien debería hacer guardia en la entrada para avisar. Por si acaso.

Clarissa echa un vistazo a los virotes y queda un poco sorprendida de la potencia del aura mágica que los rodea.

En cuanto a la otra puerta, veis que lleva a una construcción de ladrillo modesta que en tiempos debió contener los establos del lugar.

Enfrente de vosotros hay una mesa sobre la que hay unas herramientas para trabajar cuero cerca de un comedero de piedra. Hacia el norte hay una serie de compartimentos completamente vacíos.

Clarissa cargó uno de los virotes en su ballesta y tomó buena posición de tiro.

—Abrid una de esas puertas pequeñas... tenemos que acabar aquí antes de que vengan más enemigos.

Atiendo a las órdenes de Clarissa, y con el urgrosh en una mano, intento abrir la puerta, con la esperanza de que no hubiese trampas... Había que darse prisa, y Arak no podía hacerlo todo él.

La puerta se abre con facilidad revelando una habitación que bien pudiera haber sido una especie de almacen. O quizá una forja porque la chimenea, el yunque y las herramientas desperdigadas por el suelo así lo parecen indicar.

La puerta del sur está agrietada en varios sitios y justo delante de ella hay varias cajas de maderas esparcidas como si fueran una especie de improvisada barricada que no debió tener mucho éxito...

Clarissa echó un vistazo prolongado, al igual que Arak y luego ya desde dentro, rebuscaron toda la habitación.

Irían con cuidado, no haber encontrado nada no quería decir que no encontraran problemas más adelante. 

Entre la morralla, Clarissa y Arak son capaces de encontrar dos frascos con unas curiosas sales, algún tipo de producto alquímico útil.

Las dobles puertas no parecen tener trampas de ningún tipo así que las abrís revelando una sala bastante amplia.

Un prolongado silencio parece haberse aposentado sobre esta sala desgastada por el tiempo. Unas elegantes columnas de piedra se alienean a ambos lados mientras que veis coloridos jeroglíficos que representan escenas de una era distante. Al final de la sala veis una pequeña puerta de madera, de un pasadizo abierto hacia el norte os llega un sonido constante de chapoteo. Hacia el sur unas dobles puertas de piedra bloquean el camino.

Uno de los pilares se ha derrumbado y un cadaver humano se encuentra aplastado bajo él. La inconfundible forma de un wayfinder se puede apreciar bajo la mano del cadáver.

El paladin se aproxima al cuerpo, intentando descubrir algo mas del pathfinder fallecido.

Con cuidado y respeto, rebusca entre los bolsillos mientras intenta determinar cuanto tiempo lleva muerto.

- Cuando marchemos de aqui, deberiamos llevarnoslo. La sociedad no debe dejar atras a los suyos.

Ethelnir no tiene demasiado problema en descubrir que este cuerpo lleva aquí años. Corresponde a una mujer, probablemente humana. El wayfinder que lleva está roto, pero dos cosas se pueden ver en él, tiene grabado un escarabajo y la siguiente inscripción:

Enhorabuena, Asha. V. L.

La mayor parte del equipo que llevaba en la mochila está hecho trizas, pero dos cosas parecen haber sobrevivido: un frasco con un líquido oleoso que estaba dentro de un contenedor de acero y un cubo de piedra.

El paladin ofrecio a Clarissa los objetos, esperando que ella pudiese determinar que eran.

- Este frasco tal vez contenga algun producto alquimico ...

Clarissa repartió los objetos entre sus compañeros según le pareció que serían útiles. Luego observó el cadáver del pathfinder.

—Deberíamos darle un entierro a esta pobre desdichada. Déjame ese frasco que vea que contiene...

Clarissa examina con su conjuro las pertenencias de la fallecida. Aunque no logra identificar qué son sí que es capaz de determinar que el aceite, el cubo y el wayfinder desprenden magia.

El paladin examino las dos puertas de la sala.

- Cuando esto termine la enterraremos.

—Quizá sea mejor llevarla a la sociedad...— dijo Clarissa como dándose cuenta de algo. —Quizá fuera una persona importante y un conjuro de Resurreción podría hacer algo por ella siempre que no hayan pasado demasiados años...

—Todo depende del dinero y el prestigio que tuviera, por supuesto, son las cosas más valiosas para la sociedad y para todo el mundo.

El elfo asintio pensativo.

- Tienes razon. Sin embargo, me imagino lo cruel que debe ser descubrir que llevas años muerto y tu seres queridos ha seguido con sus vidas o sufrido penalidades ... puede ser un regalo envenenado, una tortura cruel. No es lo mismo que ser resucitado tras uno o dos dias ... Pero llevemosla a la logia mas cercana al terminar. Algo podran hacer, por ella o por sus familiares.

William seguía cerca de Arak vigilando la nueva sala que habían descubierto. Se sorprendió mucho cuando Clarissa le ofreció un frasco de los que habían encontrado, y le explicó para lo que servía.

Vaya. Muchas gracias. Lo tendré en cuenta por si nos enfrentamos a algo que sea dificil de golpear.

Después escuchó la conversación entre la clérigo y el paladín.

Aunque haya pasado mucho tiempo, yo también creo que es mejor llevarla por si pueden hacer algo por ella. Como mínimo sus familiares sabrán qué le sucedió. Eso ya es un consuelo.
Pero hasta que no acabemos aquí no podremos hacer nada de esto. Así que sigamos.

Se acercó a la puerta norte y le preguntó a Arak si parecia segura para abrirla.

Al acercarse a la entrada del norte, William puede ver una estatua que echa agua en una enorme fuente.