Partida Rol por web

Pues nada por aquí... Me adentro en lo que parece la zona de rezo del templo, algo decepcionado por la falta de "cosas". Aunque tal vez tras el atril haya algo interesante... Me acerco mientras la parejita de sabios se dedica a mirar las paredes, buscando algo más material que los frescos que no se van a mover de ahí. 

- Oh, ¿alguien tiene miedo de los fantasmas? Decían que por aquí había unos cuantos... - le respondo a Ekron, con una sonrisilla traviesa, desviando mi atención al atril de nuevo - Creo que habíamos venido a hacerle un favor a nuestro colega encamado, ¿verdad, Morrigan? - digo, girándome hacia ella, esperando que sea quien lo explique. No obstante, a los pocos segundos abro ligeramente los ojos y la sonrisa disminuye, mientras me acerco al pasillo - Sea como sea, creo que nos ha oído el resto de la familia... Así que preparaos.

_{- Todos contra la pared -} dijo con urgencia y forzando ligeramente la voz para que todos pudieran oiral mientras señalaba con rapidez varias posiciones desde las que podrían emboscar a los que venían mientras ella se colocaba a un lado de la puerta, pues apenas se había movido de esta.

Así, en cuanto el primer incauto cruzara el umbral, no vería venir el espadazo que le caía encima desde un lateral. Su cuerpo estaba tensó, preparado e intentó controlar sus respiraciones, volviendolas silenciosas e ínfimas.

Aquí sólo veo un fantasma y tiene fuego por pelo - comento con sorna a las provocaciones de Feniel - ¿Un colega encamado? ¿De qué va todo este asunto?

Iba a pedir más explicaciones hasta que Morrigan da la voz de alarma. No me apetecen más peleas con bichos de orejas largas así que obedezco y me pego a la pared tras ella todo lo que puedo.

Me debéis una explicación - susurro...

Mientras Feniel asegura que los alrededores son realmente un callejón sin salida, los sonidos de varias bestias empiezan a ser audibles también por Ekron y Meriel. Claramente avanzaban desde el fondo este y empezaban a entrar en la sala donde habían sido asaltados por los Skuldrs.

Los segundos se hacen eternos mientras pequeños chillidos se oyen y notáis como al menos una de las criaturas se acerca hasta la entrada del claustro. Sin embargo el momento esperado llega y un skuldr adulto se asoma con cuidado claramente consciente de la presencia de Morrigan, no obstante la guerrera es rápida y de un golpe certero consigue dañar a la bestia con bastante profundidad. 

El chillido de dolor alerta al resto que estaban comprobando las otras entradas y avanzan a ayudar a su compañera.

Me tengo que contener por no soltar una carcajada al escuchar a Ekron y rápidamente me quedo pegado a la pared tras la orden de Morrigan. Eso sí, no puedo contener en echarle una mirada provocadora a Ekron, al tiempo que mi pelo se alza por un momento y se me iluminan más los ojos. 

- ¿Así que yo te asusto? Ahora que me lo has dicho voy a tener que buscar formas de aprovecharlo. - sonrío de forma pícara - Aunque creo que ya te lo explicamos y viste a nuestro "amigo" en la taberna. Pero Morrigan fue la que se empeñó en venir así que tendrás que preguntarle sus motivos. Si es que hay alguno aparte de la curiosidad...

Me tengo que interrumpir en cuanto la primera de las criaturas asoma por la puerta, llevándose un buen tajo de parte de nuestra curiosa y callada compañera. Sin querer ser menos y suponiendo que ya nos han visto de sobra, retrocedo en la sala de forma que pueda ver bien la puerta y disparo con la ballesta hacia el primer skuldr que ha aparecido.

Estaban bien posicionados de momento. O eso parecia. Ya dependia del número de enemigos que estuvieran llegando, porque si eran demasiados, aquella sala podría convertirse en una trampa ratonil. Pero ya no había marcha atrás. Sintió su acero traspasar la carne del ser y se movió con agilidad para ensartar al siguiente que entrara por aquella puerta, pero como intentaba dejar visión para el resto de sus compañeros no atinó y tuvo que avanzar algo más para poder golpear otra vez

El virote que dispara el bardo se clava en el hombro de la criatura ya herida, sin embargo esta sigue en pie y avanza hacia la entrada dispuesta a cobrarse su venganza o quizás solo tuviera hambre. Sea como sea, ninguno de ellos lo sabrá pues Morrigan demostrando una habilidad y velocidad increíbles le corta el paso asestándole dos tajos con su mandoble terminando por cortarle un brazo y dándole muerte.

Por su lado sus otras dos compañeras atacan a Morrigan, sin embargo el arco de piedra y la propia armadura de la guerrera consiguen evitar que sus afiladas garras alcancen la suave piel de la divina de Berath.

Por su parte Meriel que no entendía el porque de la discusión de los dos hombres, y sinceramente ahora mismo no le importaba, imita al bardo para tener algo de ángulo y atacar a uno de los dos skulrds consiguiendo quemarle parte de la cara.

Si te parece hablamos luego cuando no haya bichos más feos que tú intentando matarnos - En el tiempo que digo estas palabras el combate empieza rápido. Murmuro rápido el conjuro de orbe sónico que tan buenos resultados me ha dado antes con tan mala suerte que esta vez no consigo duplicarlo...

Ekron vuelve a canalizar los mismos ataques sónicos que durante el combate anterior. Sin embargo teniendo apenas hueco para apuntar uno de los dos choca contra la pared generando un sonido que retumba por el lugar. Afortunadamente el otro golpea a la criatura ya quemada por Meriel dejándola al borde la muerte, pero aún en pie.

Parpadeo dulcemente hacia Ekron por semejante halago tan obvio, pero decido que tal vez lo mejor sea centrarme en lo importante. Así que viendo que uno de los skuldr está que apenas se tiene en pie, miro al otro que no parece querer dejar a Morrigan en paz. Tanto mi pelo como mis ojos refulgen durante un instante de más mientras esbozo una sonrisa que no depara nada bueno y comienzo a murmurar algo en voz baja...

La criatura enfrente de Morrigan se lleva las manos a la cabeza mientras grita de dolor de tal manera que parece que los simples susurros del bardo son la mayor tortura que se puede recibir. Sin embargo a pesar de estar claramente debilitada se mantiene en pie dispuesta a pelear.

La guerrera se percató del gesto de Feniel y de la oportunidad que aquello le brindaba. Inspiró con fuerza y volvió a descargar con fuerza la espada contra aquel ser, formando un semi arco lateral de acero. La punta del espadón levantó algunas chispas ante la fricción del metal contra la piedra del suelo pero aquello no amilanó a Morrigan, sino que se dejó llevar por la inercia del movimiento, girando sobre si misma. Sin detenerse a observar si aquello  había mellado su arma, volvió a tomar postura de ataque mientras se preparaba para un nuevo ataque

La bestia estaba débil y moribunda pero quizás por ello Morrigan ataco con demasiada confianza y el skuldr se aparto a tiempo del mandoblazo dejándola a merced de su compañero. Sin embargo ambas bestias no consiguen alcanzar la piel de la guerrera ante la extraña dureza de su capa.

Por su parte Meriel no lo duda y vuelve a lanzar un proyectil flamígero que acaba con la más debilitada.

¿Cancioncitas? ¿En serio? - Moldeo rápidamente una nueva esfera de energía mágica que convierto en sónica justo antes de lanzarla contra el último skuldr, esperando que sea suficiente para acabar la pelea...

De la misma manera que la descarga flamígera golpea a la más debilitada de los dos el orbe sónico retumba en la cabeza de su compañera haciendo un claro daño y dejándola en un estado bastante deplorable.

- Créeme, que estas no quieres escucharlas. - le replico a Ekron, sacando de nuevo la ballesta y apuntando, no muy bien, para qué mentir, al skuldr - Morrigan, ¿nos haces los honores?

Ya sea porque el bardo estaba más centrado en soltar chanzas o quizás por miedo de dañar a una de sus muchas musas el disparo de su ballesta sale bastante desviado sin siquiera rozar al único de las criaturas que quedan, al menos en las cercanías.

Gracias al ataque flamígero de Meriel, la guerrera pudo apartarse un segundo y coger aire. Inspiró con calma el aire viciado de aquel lugar cerrado y se centró en la criatura que quedaba.

Sus ojos captaron el trayecto veloz de aquel virote lanzado por Feniel y fue como un pistoletazo de salida, que le hizo avanzar los pasos que le separaran del enemigo para descargar de nuevo su filo contra él.

Finalmente el golpe de Morrigan consigue rematar a la última de las criaturas y el silencio vuelve a dominar las habitaciones del templo. Todos sois consciente de que la segunda batalla no ha sido menos ruidosa que la primera y sin embargo no parece que nada venga hacia vosotros. Estabais a salvo... por ahora.

Una vez la última criatura cae la mujer de pelo blanco suspira algo relajada y pasa la mirada por todos vosotros con cierta preocupación.

- ¿Estáis todos bien?- lo pregunta a la vez que comprueba que realmente nadie parecía herido.- Si queda alguna de esas criaturas vivas podría volverse una plaga y este pueblo ya sufre demasiado...- termina por comentar dejando claro que ella pensaba continuar.