Partida Rol por web

Un día como otro cualquiera, en una fecha no escrita todavía, el sol hace pocas horas que ha salido, el sonido de las olas chocando con el astillero, y el de los marineros saliendo en sus barcos al mar, es como cada mañana, estimulante.

La ciudad?, que importa, el lugar?, aún no está claro, sea como sea, el destino para el que cada persona a sido preparado, comienza a tomar forma, ahora lo que aquí se relata son sus comienzos, como nuestros héroes forjarán su primera amistad, una amistad que los llevará al mas grande de los tesoros o a la mas terrible de las muertes.

Aquí comienza la historia del Oarthrash, la historia de su capitan Rowkick, y lo que a ella y sus camaradas les tiene reservado el futuro ...

En un siniestro embarcadero de una pequeña ciudad del sur de Inglaterra, el Oarthrash lleva meses amarrado, recuperándose de las heridas de sus últimas andanzas. La noche es fría, y la espesa niebla hace que ni el más potente farol proyecte más que una tímida aura luminosa. Tan solo se ve, al fondo y difuminado por la niebla, el resplandor del pequeño faro del puerto. Mientras, en tierra, el silencio se apodera de la noche y solo se rompe, muy de vez en cuando, por el crujido de las tablas de algún barco o por el sonido de alguna risa lejana.

Rowkick pasea lentamente por los muelles, que conoce perfectamente, pues pasó gran parte de su niñez sobre ellos. La reina ha vuelto a confiar en él, pese al pequeño fracaso de su última misión, y esta vez parece que se trata de un encargo realmente importante.

Rowkick, bien pertrechado con sus ropas de capitán, entretiene sus manos haciendo virutas con su cuchillo un trozo de madera y se dirige, lentamente, a una de las tabernas del puerto, donde espera reunirse con los hombres de su antigua tripulación que aún le son fieles y completarla con otros que hayan acudido allí interesados por la oferta que hace semanas ya hizo circular por la zona.

El ambiente en la taberna es, como siempre, ruidoso y cargado de humo y olores. Pero aún así no se detecta alegría en las voces de la gente, sino más bien algo de decaimiento y depresión, y es que no son buenos tiempos para la gente de estos lugares.

Rowkick guarda su cuchillo y, tras habituarse lentamente a la luz del interior, consigue distinguir a uno de sus antiguos compañeros. Alza la mano en señal de saludo y se acerca hacia donde se encuentra, ocupado en llenarse el estómago de cerveza.

La noche es fría, pero dentro de la taberna se está bien gracias a la hoguera que hace poco, él mismo encendió. La gente no ha cesado de entrar, y en estos momentos ya parecen todos lo suficiente embriagados como para que los gritos afloren y la diversión comience, -dentro de poco quizá veamos alguna entretenida pelea entre alguno de estos rufianes-.

Steven sigue sirviendo cerveza y ron a aquellos que se lo piden ya amable, ya rudamente, está acostumbrado a este tipo de trato... si su padre hubiera podido mantener La Dorada hoy se le trataría como es debido.

La puerta se abre de repente, Steven gira la cabeza y pone atención en el hombre que entra, -¡es el Capitán Rowkick!- miró al otro lado de la sala -¡miembros de su antigua tripulación! sobresaltado se alejó hacia la barra, para poner un par de cervezas más -¡se reagrupan!- el Capitán Rowick acaba por acercarse a los antiguos miembros de su tripulación, -¡van a reclutar- en ese momento Steven se llena de coraje, llena una buena jarra con la mezcla por la que ha sido bautizado como Mealy Vanilly y se acerca a Rowick y sus compañeros ¡Aquí están sus cervezas señores! y esta jarra es para usted mi Capitán, invita la casa, es mi especialidad, le reconfortará. Steven se vuelve hacia la barra a enjuagar las jarras que luego volverá a servir.

Observo la entrada del capitan en la taberna y sonrio. Me hallo un poco alejado, en el extremo de la taberna, con una jarra de buen ron en la mano derecha. La alzo y, lentamente, la dejo seca. Dejo la jarra sobre una mesa y me acerco al capitan. Sonrio y digo. Supongo que toca prepararnos para una nueva singladura por el Caribe. ¡Estoy listo, capitan!. Rio en voz alta y añado. La verdad, casi mis ultimos perquines los he gastado en esa jarra de ron. ¡Brindemos. Por el oro del nuevo mundo!. Y , haciendo una senal a Steven, pido una nueva jarra de ron. Sonriendo, le digo a nuestro cocinero de otras ocasiones. Apuntamela, ya sabes que yo siempre pago mis deudas. Ademas, no vamos a dejar que nuestro capitan beba solo, ¿verdad?.

Se abre la puerta de la taberna y aparece Henry Morgan flanqueado de dos soldados de la reina, enseguida uno de ellos le espeta al capitan Aqui tiene el cirujano que necesitaba, este pequeño rufian se quedo sin capitan hace unas semanas y aun tiene algo de condena que cumplir, queda bajo su jurisdiccion .- hecho esto los dos soldados se despiden con un ironico "pasarlo bien".

Me quedo mirando al capitan ¿ y esto me tiene que dar ordenes...? Saludos mi capitan, aqui tiene un saca muelas y saja heridas y me quedo apoyado en la barra mientras pido una cerveza

Duncan pasea entre la bruma, cerca de los cabos de amarre. Espera a que el viento mueva por fin los largos jirones de niebla y por fin vislumbra el Oarthrash, imponente entre las pequeñas barcazas de los pescadores locales. Sus ojos entendidos pasean por los mástiles, fijándose en el velamen y una sonrisa le aparece en los labios cuarteados por el aire. Continúa andando hasta quedarse cerca del bamboleante casco y le da unas palmadas a la madera firme.

Con la otra mano vuelve a sacar el pliego de papel.
"Se busca tripulación para el Oarthrash, al servicio de la corona de nuestra patria."
De nuevo su vista se para sobre unas palabras garabateadas entre los distintos puestos que se requieren. "Maestro de las Alturas." Y más abajo se fija en la firma del Capitán Rowkick.

Recuerda que su padre le habló del viejo lobo de mar con el que tuvo el gusto de navegar y es eso lo que ha movido a Duncan hasta ese pequeño puerto. El último barco en el que había trabajado había acabado subastado porque el capitán se gastaba más dinero del que conseguía, y fue justo entonces cuando le llegó la noticia. El resto de la tripulación estaba demasiado borracha para leer aquel cartel que pusieron en La Bella Ahogada, en Munntown, pero Duncan vio su oportunidad de volver a la mar.

Ahora todo era cuestión de encontrar la taberna y causar una buena impresión al capitán Rowkick y estaría de nuevo entre las velas, balanceándose y gritando órdenes, mientras el barco engullía leguas de agua salada bajo su quilla.

Mealy mira al tipo que le acaba de pedir que le fie una jarra... ¡Pídeselo a mi jefe! no confía demasiado en mi... Y señala al señor O'Finnegan que habla entretendido con dos bribones.

Tras decir esto mira al tipo de la barra mientras le sirve una cerveza... Espero que esta vez traigas más doblones que historias Henry, el viejo O'finnegan no está muy de acuerdo últimamente con los que no pueden pagar lo que se llevan al vientre...

No te preocupes mi buen Steven, esta vez, invita la corona .- digo riendome a cacajadas y soltando el precio de la jarra en unas monedas mas que lustrosas

Steven recoge las monedas rápidamente, le sonrie enseñando sus dientes ¡Entonces que te sea de provecho amigo!¡Aquí aceptamos dinero de la corona! jajajajajajaja

O'Finnegan, se detiene al escuchar la palabra jefe, se gira y observa la situación, lanzando una mirada entre odio y desprecio a Steven Brewster, aunque tras las palabras, y la muestra del dinero, de nuevo se gira y continúa hablando con las dos personas ...

En su mano porta una enorme jarra de cerveza, que deja reposar sobre la mesa en la que se encuentra, y de nuevo recoge para dar un gran trago, repitiendo esta operación una vez tras otra ... tanto él como sus dos amigos, ríen despreocupadamente, hablando de sus cosas ...

Le Chuck entra a la taberna mirando hacia todos los lados..mientras piensa con esto de la Maldicion Vudu en Monkey Island tengo que andar con mucho cuidado...lo mejor sera embarcarme rapido ocupando mi saber de Navegante....

se sienta en una de las mesas esperando ser atendido rapidamente....Mesero... una cerveza para esta garganta sedienta

Finalmente, agarro la jarra de ron pagada por el matasanos y sonrio alzandola. Inclino la cabeza ante el, para agradecerle la invitacion. Despues, le meto un buen trago y, tras esto, la dejo apoyada en la barra. Observo el grupo que se va formando alrededor del capitan. Sin duda, una buena tripulacion. Miro al capitan y digo. A este ritmo, pronto seremos los necesarios para emprender el viaje. Miro entonces a los presentes y añado. Pero os advierto, nuestra singladura estara plagada de combates y sangre. Luchad con valor junto a vuestros compañeros o yo mismo me encargare de vuestro ultimo paseo por la plancha.

Rápidamente Steven ve como un hombre desconocido por él acaba de entrar, y sentandose en uno de los pocos huecos que quedan en uno de las banquetas le pide algo para quitarse la sed. Steven vuelve a la barra, sirve la jarra y se la lleva al tipo. Medio doblón lobo de mar... no te conozco yo a ti... ¿no eres de por aquí verdad? mirando firmemente al tipo esperando su respuesta.

Apreto con fuerza el cartel de "Se busca tripulación". Intento mirarme reflejada en el cristal de la taberna donde se nos ha citado a los futuros candidatos a marineros, pero la mugre de la misma me imposibilita cualquier posibilidad de vislumbramiento. Me coloco bien la capa sobre los hombros y me retiro la máscara de la cara, es la hora de la verdad, me digo a mi misma mientras abro la puerta.

La imagen interior es todo lo que esperaba ver: hombres grandes, barbudos, mojando su vello en alcohol. Con mirada firme me dirijo al que, a mi parecer es el capitán, y sin dar tiempo a que medie palabra, le interrumpo: Mi nombre es Sneaker, y quiero estar en su barco.

Rowkick bebe un largo trago de la cerveza que acaban de servirle y se dirije a su fiel compañero Periko Ximénez.

- Me alegra ver que has venido, Periko, no esperaba menos de ti..., dice el capitán con una media sonrisa en la cara, - y ahora que parece que ningumo más de nuestros antiguos compañeros se ha dignado a aparecer, te necesitaré para ayudarme a conseguir un puñado de buenos hombres para completar nuestra tripulación.

A los pocos minutos, un hombre y una mujer se acercan al capitán mostrando interés por unirse a su barco.

Perfecto, un matasanos enclenque y convicto y una mujer... pues sí que empezamos bien...

Les mira y se dirige a ellos:

- Señores, están ustedes optando a enrolarse en el que seguramente es uno de los mejores barcos de toda Inglaterra y a ponerse al servicio de la Corona para una importante misión en los extremos del fin del mundo. No será un viaje de placer y se necesita gente experimentada, con capacidad de sacrificio y que no les tiemble el pulso al empuñar una espada o disparar un cañón. Decidme, ¿por qué creéis que debería dejaros subir a mi barco?

Cita:

Al oir estas palabras me giro hacia el No te preocupes, yo ya estoy muerto antes de subir a este barco, sino muero ahi, morire en la horca...

Al rato oigo preguntar al capitan que porque deberia estar en su barco Capitan, usted mismo pidio a la corona si tenian alguna cirujano que "sobrase" asi que usted sabra porque quiere un jodido cirujano a bordo, en cuanto a mi, puedo decirle que antes estuve a bordo con mas capitanes, pero el uiltimo murio en un duelo personal, llevo ya unos años en mar, se hablar español y sajar heridas, si no me quiere llevar en su barco a mi me da igual, eso si cuando me ahorquen ya me ocupare de que mi espiritu maldiga y vaya con su barco hasta el fin de sus dias....- y me quedo expectante esperando una contestacion

Espero a que el matasanos acabe con su discurso e intervengo en post de mi nueva incorporación al barco, Disculpe mi atrevimiento, señor, pero para empezar no soy mujer por elección propia. También he de decir que le garantizo no encontrará a nadie mejor para cortar gargantas que mi persona, a unas cuantas millas en la costa. Tomo aire, y bajo el tono hasta volverme casi un susurro, mucha, mucha gente ha muerto entre mis dedos; pero ahora lo que busco es irme de aquí. Si no le resulto útil, le invito a que me deje en cualquier puerto, pero de momento, le aseguro le conviene tenerme a su lado.

La chica tiene agallas... pero ese matasanos...

Rowkick parece olvidar a la mujer y se dirije directamente a Morgan, con un tono algo más alterado del que lo hizo la primera vez.

- Mira, matasanos, no estás en condiciones de amenazarme. Te aseguro que hay muertes mucho peores que la horca, así que créeme, no quieres hacerme enfadar. La corona te envía y yo deberé aceptarte, porque, aunque siempre podría llevarme a alguna enfermera para coser heridas, no creo que pudiera reemplazar tus delicadas manos a la hora de fregar las cubiertas.

De nuevo vuelve a dirigirse a los dos futuros corsarios para decirles:

- Estáis dentro. Sentíos orgullosos de formar parte de la tripulación del glorioso Oarthrash. Vuestro sueldo será generoso, pero deberéis ganároslo. Aprovechad esta noche para beber y cenad bien, pues mañana embarcaremos y no volveréis a ver estas tierras durante mucho, mucho tiempo

Creame Capitan, que despues de pasar largas temporadas en las humedas celdas y la manera en la que fui tratado en los primeros barcos ni la mas cruel de las muertes me haria sentir miedo... .- hago una reverencia Pero sea como fuere, estoy encantado de pertenecer a su tripulacion

Y yo, tras oir a nuestro nuevo matasanos le meto un buen trago a la jarra y digo. ¡Bien dicho, hombre!. Espero que esas palabras sean un atisbo de tu temple. Si es asi, sera un honor tenerte como compañero a bordo. Me giro entonces hacia la mujer que ha hablado anteriormente y añado. Has elegido una dura via de escape. Te deseo suerte. Piensa, que si vuelves viva, contaras con el oro suficiente para comprarte una nueva reputacion. Sonrio y continuo. Puedes creer lo que te digo. En este mundo, todo esta en venta. Todo. Excepto la reputacion de nuestra nave. Y cuando termino de hablar, le meto otro buen trago a mi jarra.