Partida Rol por web

Tarako se sorprendió al llegar al lugar, la austeridad del recinto sin apenas decoración fue algo que le chocó, pues era totalmente contraria a los otros gimnasios en los que había estado. Pero lo que más le sorprendió fue el enorme sol que iluminaba el campo de batalla, iba totalmente preparado para un terreno árido como aquel, pero el detalle del sol se le había escapado y evidentemente es algo que le aporta mucha ventaja a sus pokemon de fuego.

A pesar de todo el joven no se amilanó pues sabía que tendría sus opciones. La sonrisa de su boca, que deslumbraba con aquel potente sol daba buena muestra de ello. Mi nombre es Tarako. Se presentó el joven a pesar de que ella no se había molestado en hacerlo. Es un placer poder luchar por la medalla fuego. El chico eligió muy bien las palabras, pues era evidente que llamándose todo Aura le iba a escocer que la llamará de otra forma y si la sacaba de sus casillas y eso hacía que se distrajera del combate sería una buena ayuda.

Tarako tomó su posición en el campo de combate y se seco el sudor de la frente con el antebrazo. Rápidamente libero a sus pokemon. ¡Adelante Ptero! Llamó a su nueva adquisición, un formidable Aerodactyl. ¡Roca afilada sobre Chandelure!

A continuación llamo a su querido y leal Garchomp. ¡Sal Garfio! ¡Usa terremoto! Evidentemente Garchomp y su terremoto eran su mayor baza, aunque no dudaba de que Aura se iba a dar cuenta rápidamente y lucharía por evitarlo.

Por ultimo llamo a su elegante Lucario ¡Adelante Ryu! Onda vacío sobre Blaziken. El chico sabía que el tipo acero de Lucario le penalizaba y por ello opto por usar el único ataque que le iba a permitir actuar con seguridad para generar una ventaja, pues intuía que sería un blanco rápido.

Los ojos de Aura se eliminaron como el fuego al escuchar las palabras del aspirante. No le había hecho ninguna gracia que cambiara de nombre a SU MEDALLA. Aquello no hizo más que provocar su ira y tener ganas de vencer en el combate. Pero no dijo nada, no pretendía dejarle claro a Tarako lo que le había hecho sentir.

Está bien, acabemos con esto cuanto antes. Dijo brevemente y de forma bastante agresiva a sus pokémon.

Pero antes de que pudiera dar ninguna orden, Lucario ya se había adelantado para golpear a Blaziken con una esfera grisácea que salió de sus manos. El pokémon de fuego recibió el impacto en el pecho y quedó bastante dolorido.

Lástima no tener a mano a Aerodactyl, pensó Aura antes de lanzar el ataque que le iba a mandar a Delphox: ¡Brillo mágico contra ese Garchomp! Vamos a tratar de eliminarle. Es de tipo tierra y seguro que es capaz de ejecutar el movimiento terremoto que nos puede hacer mucho daño. ¡Acaba con él!

Un hermoso brillante de color rosado salió de la varita de Delphox y cegó por unos momentos a Garchomp, el pokémon no parecía tener ningún rasguño, pero la realidad era que lo había dejado francamente debilitado. En ese momento, Aerodactyl sobrevoló el campo de batalla para descargar una gigantesca roca, pero Chandelure lo vio venir y logró esquivarlo sin mucho problema. Aquello fue lo que necesito Aura para lograr quitarse de encima a la terrorífica amenaza que era Garchomp. ¡Chandelure, sé que le tienes ganas a ese Aerodactyl, pero Garchomp puede ser más peligroso! ¡Acaba con él usando tu rayo solar!. El movimiento se cargó rápidamente debido al potente sol que había en el campo de batalla. Y un rayo de luz golpeó a Garchomp debilitándole por completo.

El más lento de todos, aunque no por mucho tiempo, fue Blaziken que sin Garchomp ahora en el combate,  Aura le mandó devolver el golpe. ¡Blaziken, acaba con Lucario antes de que pueda volver a adelantarse, ¡Patada salto alta!!

Blaziken dio un salto enorme y golpeó en el pecho a Lucario dejándolo fuera de combate de un solo golpe y habiendo recibido un impacto demasiado agresivo para un combate de esas condiciones.

Al ver como estaba el equipo de Tarako, Aura se rió. 

¡Jajajjajaa! Estoy acostumbrada a vencer, pero nunca tan rápidamente. ¿Te retiras, o quieres ver como tu Aerodactyl cae ante la ira de mis tres pokémon? Dijo con una sonrisa que inspiraba temor.

A Tarako siempre le quedará la duda de si había echo mal en vacilar a Aura, lo que sí le había quedado claro era lo gran entrenadora de era.

¡Nos rendimos! Dijo el chico devolviendo a Ryu y Garfio a sus pokeball. Está claro que no podemos ganar. ¡Vamos Ptero! Ánimo a su último pokemon en pie a abandonar el lugar. Antes de marcharse se dirigió a Aura por última vez. Ha sido un placer luchar contra ti y tus pokemon, he aprendido una gran lección. Pero por fuerte que seas, deberías rebajar tu ego, algún día vendrá alguien mejor que tú y te derrotará. A pesar de sus palabras el joven pelirrojo no perdió su sonrisa en ningún momento. 

Sin más, salió del lugar, montó en su Aerodactyl y se dirigió volando al centro pokemon para curar a Garchomp y Lucario y elegir nuevo gimnasio al que retar.

Aura era la líder del gimnasio de tipo fuego. Era una entrenadora tan poderosa que había decidido ponerle su propio nombre a su gimnasio y a la medalla que entregaría al aspirante que la retase. Eso siempre y cuando fuese capaz de derrotarle.

Aura había comenzado su viaje como entrenadora y pronto se había hecho muy poderosa, tanto que su poder, fama y fuerza se le subieron a la cabeza y el problema vino cuando la nombraron líder del gimnasio. Ella se creía por encima de los demás, y por cada medalla que entregaba a los aspirantes sentía como si fuera una gran decepción para ella.

Al contrario que su ego, el gimnasio era un pequeño local, muy modesto y sin apenas decoración. Tan solo un letrero luminoso con letras ardientes indicaban el nombre del gimnasio en el que se encontraban. En su interior no había mucho que destacar, unos asientos de cuero negro donde esperar a que los combates terminasen, un ordenador para transferir los pokémon necesarios y unas puertas de color rojo de doble hoja, que sin lugar a dudas daban a lo que sería el estadio.

Cuando el aspirante abrió la puerta descubrió un terreno seco y sin una pizca de agua, algo de esperar en un gimnasio de aquel tipo y en lo alto del techo un fuerte sol iluminaba y calentaba el local.

Aura no se dignó ni tan siquiera a saludar al aspirante, junto a ella había un Blaziken que sería el que mandaría a la batalla sin inmutarse lo más mínimo. Cuando vio aparecer a su rival, sonrió con prepotencia. ¿Tú serás mi rival? Creo que no tienes nada que hacer contra mi. 

En ese momento chasqueó los dedos y su Blaziken cuya cara parecía la de un pokémon triste pero su cuerpo la de un pokémon muy poderoso y fuerte salió al campo de batalla. Si logras derrotarle, que lo dudo mucho, te daré mi medalla. ¿Entendido?

Cuando Chartreuse llegó al campo, se sintió como en casa. Un sitio cálido, una sol fuerte brillando sobre el lugar, todo esto le hacía recordar a Hoenn. 
-Ah, que agusto que se siente aquí, ¿a qué sí? -Le dio un ligero codazo al ludicolo a su lado, que se limitó a hacer una pose radical con los brazos cerrados.

Naturalmente, cuando llegaron con la líder de gimnasio, la personalidad casi idéntica de ambas entrenadoras le pareció de lo más chocante a la retadora.
-¡Argh! ¡Líder Aura! Me puedes hacer menos lo que quieras, pero vine al gimnasio Aura a obtener la medalla Aura, ¡Pancho, al frente! -Ordeno a su pokemon apuntando al campo de batalla-. Este debe ser mi día de suerte. Un lugar muy agradable y caluroso, y contra un pokemon de Hoenn. Una pelea entre estrellas de Hoenn, claro una de ellas más brillante que otras -Chartreuse puso su mano en su barbilla e hizo una pose exagerada como si estuviera pensando muy fuerte-. Aunque creo que le hace falta algo para que sea un día perfecto, ¡un poco de lluvia! Pancho, Danza Lluvia.

El breve combate dio comienzo y Chartreuse fue la primera en comenzar. Como empezaba a ser habitual en ella, tomó la estrategia de cambiar el clima soleado que había en el gimnasio por uno más lluvioso y que favoreciese a la entrenadora. La lluvia hizo que el desdichado Blaziken mirase hacia abajo y se enfureciese. No parecía gustarle esa sensación. ¡Aggg! Gritó Aura molesta. Los entrenadores de tipo agua y vuestra manía de perder el tiempo cambiando el clima. Dijo muy molesta. Acaba con esto, Blaziken, demuéstrala lo fuerte que somos y los motivos por los que nuestra gimnasio es uno de los más poderosos.

Y sin más, el pokémon dio un salto enorme y descargó una fuerte patada sobre Ludicolo que lo dejó fuera de combate de un solo golpe.

¿Lo ves? Dijo Aura con desprecio. Te lo dije. Y sin más, la entrandora devolvió a su pokémon y se marchó de allí sin tan siquiera despedirse.

Al puro estilo de las películas de samurai. El combate se había decidido con un sólo movimiento y en cuestión de segundos. Chartreuse permaneció ahí por un momento boquiabierta. Tratando se digerir lo que recién había sucedido. No fue sino hasta que la líder ya iba a medio camino fuera del campo que por fin cayó en cuenta del resultado de la batalla.
Ella bajó la cabeza, con fuertes sentimientos brotando en su interior y que exigían una salida, algún medio por el cual expresarse, así que de manera casi inconsciente, la boca de la entrenadora se abrió con voluntad propia.
-Eso... ¡eso fue genial! -Atinó a gritar con emoción, sus prácticamente brillando como estrellas-. ¡Eres genial, líder Aura! ¡Recuerda el nombre de Chartreuse! Yo seré tan buena como tú y me convertiré en campeona. ¡Ya lo verás! -Recogió al ludicolo a su pokebola-. ¿Viste eso, Pancho? ¿Nos imaginas ganando combate así de geniales, como la líder Aura? -Se fue del lugar, con la piel algo quemada por el sol de antes, y sin parar de hablarle a la pokebola en su mano, con la luz de la esperanza en sus ojos.

Aura era la líder del gimnasio de tipo fuego. Era una entrenadora tan poderosa que había decidido ponerle su propio nombre a su gimnasio y a la medalla que entregaría al aspirante que la retase. Eso siempre y cuando fuese capaz de derrotarle.

Aura había comenzado su viaje como entrenadora y pronto se había hecho muy poderosa, tanto que su poder, fama y fuerza se le subieron a la cabeza y el problema vino cuando la nombraron líder del gimnasio. Ella se creía por encima de los demás, y por cada medalla que entregaba a los aspirantes sentía como si fuera una gran decepción para ella.

Al contrario que su ego, el gimnasio era un pequeño local, muy modesto y sin apenas decoración. Tan solo un letrero luminoso con letras ardientes indicaban el nombre del gimnasio en el que se encontraban. En su interior no había mucho que destacar, unos asientos de cuero negro donde esperar a que los combates terminasen, un ordenador para transferir los pokémon necesarios y unas puertas de color rojo de doble hoja, que sin lugar a dudas daban a lo que sería el estadio.

Cuando el aspirante abrió la puerta descubrió un terreno seco y sin una pizca de agua, algo de esperar en un gimnasio de aquel tipo y en lo alto del techo un fuerte sol iluminaba y calentaba el local.

Aura no se dignó ni tan siquiera a saludar al aspirante, junto a ella había un Blaziken que sería el que mandaría a la batalla sin inmutarse lo más mínimo. Cuando vio aparecer a su rival, sonrió con prepotencia. ¿Tú serás mi rival? Creo que no tienes nada que hacer contra mi. 

En ese momento chasqueó los dedos y dos pokémon, un Blaziken cuya cara parecía la de un pokémon triste pero su cuerpo la de un pokémon muy poderoso y fuerte salió al campo de batalla. 

Tras él un nuevo pokémon apareció. Un Chandelure con la misma cara que Blaziken. Y por último, quien salió fue Delphox que estaba mucho más delgado que cualquier otro de su especie y con una cara de preocupación absoluta. Parecía incluso poco acostumbrado a que su entrenadora le sacara a combatir.

Si logras derrotarlos, que lo dudo mucho, te daré mi medalla. ¿Entendido?

Al llegar a las puertas del gimnasio Kenji se quito el suéter ante el acuciante calor. Pasó por su cabeza sacar a su Pokémon de agua para refrescarse, pero la necesitaba al 100% para aquel combate. La primera impresión sobre la líder fue bastante mala, pero no estaba allí para ser su amigo sino para enfrentarse a ella, que rápidamente sacó sus tres elegidos para el combate. 

Viendo a los Pokémon que la líder mandó a luchar, sintió lástima por ellos puesto que, si bien Kenji no era el más afectuoso de los entrenadores, no llegaba al extremo de Aura.

Kenji había pensado una estrategia para el combate triple y aunque era algo arriesgada, creía que era la única manera de vencer aquello. Primero sacó a su Azumarill, Serina, al que colocaría delante del Blaziken, es decir, en el centro, aunque antes de comenzar la batalla le dedicó unas palabras.

- Eres la pieza clave de este combate, Serina. - Le dijo sabiendo lo que tenía que soportar con tanto calor. - Necesito que seas la piedra angular del equipo y aguantes lo máximo posible frente al calor. 

Se sentía un poco raro hablándole a su Pokémon, pero quería que toda la atención de sus rivales se centrarán en ella. Después llamó a los otros dos pokemon, colocando a Eje frente a Chandelure (izquierda) y a Brumak a la derecha frente al Delphox. 

Una vez colocados, espero a que diera inicio el combate para darles las órdenes a sus compañeros, sin siquiera dignarse a dirigirse a la líder. 

Sin ningún órden concreto, dió las órdenes a sus tres Pokémon, deseando que la estrategia diese resultado. 

- Eje, pulso umbrío a Chandelure; Serina, Acua jet a Chandelure; Brumak, terremoto. 

Sabía que el terremoto dañaría también a sus Pokémon, pero esperaba que fueran lo suficientemente resistentes para aguantar todo el castigo del combate. 

Aura estaba sumamente seria al igual que lo estaba Kenji, ambos entrenadores parecían especialmente concentrados. ¡No hay un segundo que perder! Delphox, controla la mente de ese Dragonite! ¡Chandelure demuestra lo potente que es nuestro día soleado y acaba con Azumarrill con tu rayo solar! Blaziken, patada super alta contra PorygonZ.

Los pokémon recibieron las órdenes de su líder y los tres se colocaron en posición de batalla. 

Delphox llevó su varita a su cabeza y Dragonite pudo sentir como sin que el pokémon hiciera aparentemente nada le debilitaba ligeramente. Después, PorygonZ lanzaba un rayo de oscuridad sobre Chandelure antes de que éste fuera capaz de lanzar su rayo solar.

Y fue Dragonite quien puso el punto y final a aquel combate, pues el pokémon dragón voló para después golpear el terreno de batalla. Varias grietas se crearon en el campo y engulleron a todos los pokémon que había aún en el campo de batalla.

Aura se quedó muy impactada al caer también al suelo y ver que ninguno de sus pokémon era capaz de salir de las grietas. ¡Dais asco! Le gritó a sus pokémon cuando se acercó a los agujeros y ver que ninguno de ellos lo había soportado. Finalmente vio como los tres pokémon de Kenji aún seguían en pie y Aura le miró muy enfadada.

Enhorabuena... le dijo con muy poca alegría y casi por obligación. Después le tiró la medalla al suelo y le dijo, esa mierda es para ti. Y finalmente recogió a sus pokémon y se marchó.

Kenji sintió un mezcla de rabia y pena por el trato que recibieron los pokémon rivales de parte de su entrenadora, así que cuando ésta hubo desaparecido, se acercó a sus compañeros que tenían diversas heridas de batalla, pero por suerte ninguno había acabado exhausto.

- Amigos, siento siento que esta estrategia haya sido la única que se me ocurriera para vencer. - Les habló a sus pokémon con franqueza. - Ojalá fuera un mejor entrenador para no haber tenido que recurrir a esto, así que me esforzaré por seguir aprendiendo a vuestro lado, si todavía queréis seguir conmigo en este camino.

Tras la breve disculpa, guardó a sus pokémon para que descansaran hasta que llegaran al centro pokémon. Antes de irse del gimnasio, recogió la medalla del suelo y se preguntó qué habría conducido a aquella mujer a volverse tan arrogante y enfermiza con sus leales compañeros, pero pensó que si bien nunca lo adivinaría, tampoco podía hacer mucho por ellos.

Aura era la líder del gimnasio de tipo fuego. Era una entrenadora tan poderosa que había decidido ponerle su propio nombre a su gimnasio y a la medalla que entregaría al aspirante que la retase. Eso siempre y cuando fuese capaz de derrotarle.

Aura había comenzado su viaje como entrenadora y pronto se había hecho muy poderosa, tanto que su poder, fama y fuerza se le subieron a la cabeza y el problema vino cuando la nombraron líder del gimnasio. Ella se creía por encima de los demás, y por cada medalla que entregaba a los aspirantes sentía como si fuera una gran decepción para ella.

Al contrario que su ego, el gimnasio era un pequeño local, muy modesto y sin apenas decoración. Tan solo un letrero luminoso con letras ardientes indicaban el nombre del gimnasio en el que se encontraban. En su interior no había mucho que destacar, unos asientos de cuero negro donde esperar a que los combates terminasen, un ordenador para transferir los pokémon necesarios y unas puertas de color rojo de doble hoja, que sin lugar a dudas daban a lo que sería el estadio.

Cuando el aspirante abrió la puerta descubrió un terreno seco y sin una pizca de agua, algo de esperar en un gimnasio de aquel tipo y en lo alto del techo un fuerte sol iluminaba y calentaba el local.

Aura no se dignó ni tan siquiera a saludar al aspirante, junto a ella había un Blaziken que sería el que mandaría a la batalla sin inmutarse lo más mínimo. Cuando vio aparecer a su rival, sonrió con prepotencia. ¿Tú serás mi rival? Creo que no tienes nada que hacer contra mi. 

En ese momento chasqueó los dedos y su Blaziken cuya cara parecía la de un pokémon triste pero su cuerpo la de un pokémon muy poderoso y fuerte salió al campo de batalla. Si logras derrotarle a él y a mi siguiente pokémon, que lo dudo mucho, habrás derrotado a la primera líder del Alto Mando. Tan solo podrás usar dos pokémon y nada de cambios ¿Entendido?

Ryu entró escuchando lo que la entrenadora decía, era el primer combate del alto mando y estaba entusiasmado. 

Veamos si puedo ganarte, sonrió mientras veía a su primer pokemon. Adelante Jumpluff, se que puedes con él. La verdad es que tenía muchas debilidades contra el tipo fuego, pero quizá poco a poco. 

​​​​​​¡Usa somnífero! Duermele hasta que pensemos una estrategia, ordenó a su pokemon para que comenzara a sobrevolar la zona. 

El combate entre la líder del alto mando y Ryu daba comienzo en ese momento. Ambos decidieron usar una estrategia ligeramente defensiva y por eso ninguna funcionó. El pokémon de Ryu, que era más rápido decidió esparcir su polvo para dormir sin mucho éxito, y aunque lo hubiera tenido tampoco hubiera servido de nada porque Blaziken había optado por protegerse. Pero Aura había activado la MegaPiedra de su Blaziken haciendo que éste megaevolucionase y se volviese muchísimo más poderoso.

Ahora el combate seguía igual que antes, aunque M-Blaziken había aumentado su velocidad gracias a su fuerte impulso.

Oh, suspiró Ryu, parecía que este primer turno iba a ser el fin del combate, Aura quería aprovechar la velocidad de su Blaziken sin ningún tipo de duda, aunque Ryu había pensado en ello equipando a sus pokemon justo para este primer combate contra un tipo desfavorable.

El as bajo la manga no era otro que la banda focus que portaba Jumpluff y que le daba otra oportunidad de dormir a su rival. Jumpluff repite el somnífero, esta vez con toda tu potencia, confío en tí para ganar este combate. le dijo a su pokemon que, aguantando el golpe que le venía intentaría dormirle una vez más.

Apenas había comenzado el combate y ya se le estaba haciendo cuesta arriba a Ryu, y es que los líderes del alto mando no eran tan sencillos como el resto de miembros de la liga. M-Blaziken había incrementado su velocidad y golpeó con una fuerte patada que estampó al pokémon de Ryu contra el extremo del gimnasio. Por suerte, Ryu le había protegido con una banda focus y logró evitar que cayese debilitado.

Desgraciadamente su oponente era mucho más rápido que él gracias a la habilidad impulso así que lo más probable es que cayese en el siguiente ataque.

Sonrió a la entrenadora, creo que es el momento de rendirse, ninguno de mis pokemon puede con megaBlaziken, gracias por el combate. Quizá me falte entrenamiento para el alto mando.

Tras ello, Ryu recogió a su pokemon debilitado y se fue con una despedida con la mano a la salida, donde volaría con su Hydreigon hasta el centro pokemon. 

Aura era la líder del gimnasio de tipo fuego. Era una entrenadora tan poderosa que había decidido ponerle su propio nombre a su gimnasio y a la medalla que entregaría al aspirante que la retase. Eso siempre y cuando fuese capaz de derrotarle.

Aura había comenzado su viaje como entrenadora y pronto se había hecho muy poderosa, tanto que su poder, fama y fuerza se le subieron a la cabeza y el problema vino cuando la nombraron líder del gimnasio. Ella se creía por encima de los demás, y por cada medalla que entregaba a los aspirantes sentía como si fuera una gran decepción para ella.

Al contrario que su ego, el gimnasio era un pequeño local, muy modesto y sin apenas decoración. Tan solo un letrero luminoso con letras ardientes indicaban el nombre del gimnasio en el que se encontraban. En su interior no había mucho que destacar, unos asientos de cuero negro donde esperar a que los combates terminasen, un ordenador para transferir los pokémon necesarios y unas puertas de color rojo de doble hoja, que sin lugar a dudas daban a lo que sería el estadio.

Cuando el aspirante abrió la puerta descubrió un terreno seco y sin una pizca de agua, algo de esperar en un gimnasio de aquel tipo y en lo alto del techo un fuerte sol iluminaba y calentaba el local.

Aura no se dignó ni tan siquiera a saludar al aspirante, junto a ella había un Blaziken que sería el que mandaría a la batalla sin inmutarse lo más mínimo. Cuando vio aparecer a su rival, sonrió con prepotencia. ¿Tú serás mi rival? Creo que no tienes nada que hacer contra mi. 

En ese momento chasqueó los dedos y un Blaziken cuya cara parecía la de un pokémon triste pero su cuerpo la de un pokémon muy poderoso y fuerte salió al campo de batalla. 

Si logras derrotarle a él y a otros dos más, que lo dudo mucho, te daré mi medalla. ¿Entendido?

El calor molestaba a chica peliazul por este motivo ignoró la mal educación de la líder - Buen día y veremos si eres tan fuerte como se rumorea - Azura saco su pesoball con la que había atrapado a Garchomp - Rey! Demuestra tu gran poder, Terremoto. - La danzante no tendría piedad de una líder de gimnasio.

¡Seguramente sea más fuerte aún de lo que se habla de mi! Comentó Aura sin dejarse amedrentar por el comentario de la aspirante. Y en cuanto dio la orden, Aura tuvo claro lo que iba a hacer: Dale, Blaziken, protégete. Del brazo y de los pies del pokémon de tipo fuego salió una especie de escudo que le libró de la potente sacudida que Garchomp materializó bajo sus pies.

El escudo protegió del golpe y después un aura de color rojizo le rodeó haciendo que se volviera más rápido que antes.