Partida Rol por web

-¡Kero!- Erol se preocupo cuando vio el potente golpe que había sufrido Kero de parte del Roserade de Mimi, pero logro seguir en pie e hizo lo que le había pedido, los pokemon de Mimi ya no tendrían donde esconderse, era hora de atacar con todo, y así lo hizo Baki, que logro acabar con el Roserade, aunque no parecía que lo hubiese hecho conscientemente, su enojo era tal, que le había nublado la razón y habría que esperar a que se le pasase ¿que se le va hacer?

-Kero ¿puedes continuar?- Erol recibió un gruñido como respuesta, parecía que aun podía seguir -bien, esta vez usa tu Lanzallamas sobre ese Tsareena-

Antes de que Mimi pudiera darle una orden a Tsareena, Houndoom la calcinó dejándola gravemente debilitada. Mimi se llevó las manos a la cabeza teminedo por el estado de su pokémon, no esperaba que cayera tan pronto con un golpe así, pero ahora que ya no había campo de hierba sus pokémon se encontraban en una delicada posición.

Después fue el dragón de Erol quien actuó continuando con su enfado y golpeando devastadoramente a Cacturne. Pero el pokemon-soldado de Mimi era duro y fue capaz de aguantar el golpe aunque quedó gravemente dañado.

¡No te preocupes, Cacturne, aprovecha ahora para drenar la vitalidad de Kommo-o! ¡Sé 

Antes de que Mimi pudiera darle una orden a Tsareena, Houndoom la calcinó dejándola gravemente debilitada. Mimi se llevó las manos a la cabeza teminedo por el estado de su pokémon, no esperaba que cayera tan pronto con un golpe así, pero ahora que ya no había campo de hierba sus pokémon se encontraban en una delicada posición.

Después fue el dragón de Erol quien actuó continuando con su enfado y golpeando devastadoramente a Cacturne. Pero el pokemon-soldado de Mimi era duro y fue capaz de aguantar el golpe aunque quedó gravemente dañado.

¡No te preocupes, Cacturne, aprovecha ahora para drenar la vitalidad de Kommo-o! ¡Actúa con tus drenadoras!

Las raíces de Cacturne se extendieron por el campo de batalla y atraparon al dragón de Erol que ahora estaba confundido tras su enfado. Dando quizá una poco probable oportunidad a Mimi. Segundos después devolvió a la pokéball a su Tsarreena y sacó el que sería su último pokémon.

Adelante, Leafeon, demuestra de lo que eres capaz.

Kero acabo de un potente lanzallamas con el Tsareena de Mimi -bien hecho, Kero- el combate estaba a favor de Erol y sus pokemon, parecía imposible que el combate se le fuera de las manos en este punto, a Baki se le había pasado el enfado, pero se le veía desorientado y había sido infestado con drenadoras, no creo que sea un problema, Kero aun puede terminar con esto, solo hacía falta derrotar a un pokemon más.

-¡Kero! ¡Baki! ¡terminemos este combate! Kero, usa Lanzallamas sobre su Leafeon, Baki, Gancho alto contra Cacturne-

¡Leafeon, rápido, acaba con ellos de una vez, no podemos perder este combate! Dijo Mimi animando a su pokémon que acababa de salir al campo de batalla. El pokémon fue muchísimo más rápido que cualquiera de los que estaban en el campo de batalla y se metió debajo de la tierra para atacar por sorpresa a alguno de los dos rivales contra los que se estaba enfrentando. Y evistando el intento de Houndoom por que le alcanzara con su ataque.

Cacturne, misma estrategia de antes, protégete con tu barrera espinosa. Erol y Kommo-o no lo vieron venir y antes de que se dieran cuenta el pokémon de Mimi se había protegido creando un montón de pinchos, que quedaron clavados en el dragón provocándole algo más de daño, que sumado a las drenadoras de antes cada vez lo estaban dejando más y más debilitado.

El Leafeon de Mimi se escondió rápidamente debajo de la tierra y su Cacturne se protegio con un escudo de pinchos, impidiendo que Kero pudiese acabar con Leafeon este turno y Baki se hiriera con el muro de pinchos -!Baki¡ ¿estas bien?- ese golpea y las drenadoras le estaban pasando factura, pero parecía que aun podía continuar.

-¡No hay de que preocuparse! ¡Enfoquen sus ataques en Cacturne y acabemos esto!- era seguro que Leafeon iba a por Kero, pero no había nada que pudiese hacer más que atacar -¡Kero, usa tu Lanzallamas! ¡Baki, Gancho alto!- Erol esperaba que Kero pudiese atacar antes de que el Leafeon lo debilitase o que Baki pudiese golpearlo realmente esta vez, pero se veía aun desorientado.

Houndoom y Leafeon eran dos pokémon muy rápidos y justo en el momento en que Leafeon salía de debajo del suelo, Hooudoom aprovechaba para lanzar su último y pontente lanzallamas contra Cacturne. Cuando el polvo levantado por culpa del movimiento de Leafon se depositó en el suelo, se pudo comprobar que tan solo quedaban en pie él y el dragón de Erol. 

Cuando Mimi vio el estado de su Cacturne sacó la pokéball para llevar la cabeza de un lado a otro negando la situación que estaba viviendo. ¡No puede ser! Gritó al ver lo que acababa de pasar. Erol, has ganado. No hay duda. Solo me queda mi Leafeon y tú aún tienes la mayor parte de tus pokémon activos. Eso significa que la medalla inocencia es tuya y no entregártela sería muy descortés por mi parte. Así que, mi más sentida enhorabuena. Dijo mientras hincaba una rodilla en el suelo para tender la medalla inocencia a su nuevo poseedor.

El gimnasio Princesa no era un local cualquiera, aquel edificio se encontraba en lo alto de una colina y era un castillo. Un impresionante castillo exactamente.

Sus paredes estaban decoradas con colores muy modernos para el lugar, con tonalidades verdosas y rosadas y con un cartel colocado en la parte superior de la puerta donde se anunciaba el nombre del gimnasio. En la puerta había dos Cacturne montando guardia para recibir a cualquier aspirante que decidiera acudir allí.

Al entrar, el lugar estaba decorado con múltiples cuadros y tapices donde podía verse a la entrenadora rodeada de decenas de pokémon de tipo planta, y como estos la daban todo su afecto y cariño. Cuando cruzaron el hall de entrada, los Cacturne acompañaron al aspirante hasta un patio interior que sería el terreno de batalla.

Aquel lugar necesitaba que alguien cortara el césped porque tenía la hierba demasiado alta, lo cuál sin duda era una estrategia de su líder, pues allí sus pokémon podrían camuflarse mejor y ya de paso aprovechar el terreno para potenciar sus ataques.

Al otro lado del jardín se hallaba Mimi, la líder del gimnasio Princesa, situada en un enorme trono vegetal decorado por enredaderas y flores rojas.

Bienvenido a mi gimnasio. Dijo la líder sin moverse de su trono. Yo soy mimi, la líder del gimnasio Princesa y veo que has venido a retarme.

Aún no tienes ninguna medalla en tu poder. Así que el combate se desarrollará con un solo pokémon y ganará el primero en derrotar al otro. ¿Entendido?

Tras aquellas palabras, Mimi no se molestó en sacar su pokéball, simplemente dio un par de palmadas, y una impresionante Roserade salió de detrás del trono situandose en el campo de batalla y ocultándose entre la hierba.

La llegada al gimnasio fue excitante, Ryu acababa de empezar su aventura y estaba deseoso de llegar. Tras su llegada, vio durante un periodo de tiempo muy corto el lugar, su decoración, sus cuadros, su césped, nada de eso era importante, él había venido a luchar, y eso haría.

Mimi estaba allí, por fín, sentada en una situación de ventaja, Ryu miró a todos aquellos pokemon, pensó en cuantos más podría haber escondidos por la hierba o los recovecos de las paredes y el techo, apenas pudo pensar cual sería su estrategia cuando sacó a Roserade, un pokemon impresionante, tan elegante, el de Ryu no era precisamente eso.

Valla, no esperas a nada ¿eh?, dijo con un tono de complicidad, en realidad estaba encantado con la situación, no habría que esperar a conversaciones sin sentido con gente que no conocía. Esto ya estaba empezando.

Adelante ¡Hydreigon!, era el único pokemon que tenía pero era justo lo que necesitaba, Si ella no quiere esperar, no esperemos, usa lanzallamas

Y así, de la cabeza central del oscuro dragón, una torre de fuego fué directo hacia el pequeño Roserade, esperando que aquello le pareciera un interesante comienzo a la entrenadora de planta, para Ryu, aquello no era solo un combate, era una demostración a los demás, a sí mismo, y sobretodo, a Hydreigon y así demostrarle que todo aquel entrenamiento había servido.

¡Vamos! Dijo mientras la columna de fuego avanzaba hacia el pokemon planta de la lider.

¿Un pokémon de tipo dragón para empezar luchar contra un pokémon de tipo planta? Le había sorprendido semejante elección pero estaba preparada para cualquier desafío. Por desgracia, Mimi no había enseñado ningún movimiento de tipo hada a su Roserade que sería lo único que necesitase para acabar de un solo golpe contra su rival. Tal vez si hubiera sacado a cualquiera de sus otros pokémon lo hubiera tenido más fácil. Pero lo importante es que Roserade era su pokémon más versátil y confiaba en ella para librar aquel combate. 

¡Guau! ¡Tu Hydreigon es impresionante, pero mi Roserade es muchísimo más hermosa y sobre todo mucho más rápida! ¡Bomba veneno contra él, no dejes que te golpee!

Roserade conjuró con sus rosas una terrible esfera de color morado brillante que estalló sobre el cuerpo de Hydreigon dejándolo recubierto de un líquido bastante pegajoso y oloroso. Pero eso no fue suficiente para derrotar al dragón y éste lanzó un potente lanzallamas que arrasó con todo el campo de batalla y también con el pokémon de Mimi derrotándolo de un solo golpe.

Roserade podría ser más hermosa, pero no tenía más resistencia que él y por eso había sucumbido rápidamente al ataque.

de Erol. 

Cuando Mimi vio el estado de su Roserade sacó la pokéball para llevar la cabeza de un lado a otro negando la situación que estaba viviendo. ¡No puede ser! Gritó al ver lo que acababa de pasar. Has ganado. No hay duda. Eso significa que la medalla inocencia es tuya y no entregártela sería muy descortés por mi parte. Así que, mi más sentida enhorabuena. Dijo mientras hincaba una rodilla en el suelo para tender la medalla inocencia a su nuevo poseedor.

El gimnasio Princesa no era un local cualquiera, aquel edificio se encontraba en lo alto de una colina y era un castillo. Un impresionante castillo exactamente.

Sus paredes estaban decoradas con colores muy modernos para el lugar, con tonalidades verdosas y rosadas y con un cartel colocado en la parte superior de la puerta donde se anunciaba el nombre del gimnasio. En la puerta había dos Cacturne montando guardia para recibir a cualquier aspirante que decidiera acudir allí.

Al entrar, el lugar estaba decorado con múltiples cuadros y tapices donde podía verse a la entrenadora rodeada de decenas de pokémon de tipo planta, y como estos la daban todo su afecto y cariño. Cuando cruzaron el hall de entrada, los Cacturne acompañaron al aspirante hasta un patio interior que sería el terreno de batalla.

Aquel lugar necesitaba que alguien cortara el césped porque tenía la hierba demasiado alta, lo cuál sin duda era una estrategia de su líder, pues allí sus pokémon podrían camuflarse mejor y ya de paso aprovechar el terreno para potenciar sus ataques.

Al otro lado del jardín se hallaba Mimi, la líder del gimnasio Princesa, situada en un enorme trono vegetal decorado por enredaderas y flores rojas.

Bienvenido a mi gimnasio. Dijo la líder sin moverse de su trono. Yo soy mimi, la líder del gimnasio Princesa y veo que has venido a retarme.

Aún no tienes ninguna medalla en tu poder. Así que el combate se desarrollará con un solo pokémon y ganará el primero en derrotar al otro. ¿Entendido?

Tras aquellas palabras, Mimi no se molestó en sacar su pokéball, simplemente dio un par de palmadas, y una impresionante Roserade salió de detrás del trono situandose en el campo de batalla y ocultándose entre la hierba.

Sylver se quedó sorprendido al llegar al gimnasio Princesa. Era todo un castillo. Jamás habia visto uno tan enorme. Tambien se sorprendió de ver a los "guardianes". Eran pokemon. Bueno tampoco era tan extraño. Los Cacturne lo escoltaron al interior del castillo hasta la sala del trono, en el que descansaba la entrenadora. O la princesa Mimi rodeada de pokemon cariñosos. A Sylver casi le daba lastima pelear alla. Sentia como si romperia el ambiente. 

La entrenadora se presentó y un Roserade salió de detrás del trono para combatir. Esa chica no parecia usar pokeball. Bueno era normal estando dentro de un jardin. 

- Asi es. Me llamo Sylver y vengo a retarte. - El joven entrenador sacó una pokeball de su cinto. - Adelante Dracarys! - Un enorme Salamance salió de ella, pareciendo muy fuera de lugar en un jardín tan pacifico. Casi le daba lastima dar la orden de atacar. Casi. - Busca a ese Roserade y atacale con Colmillo Igneo! - Le dije a mi querido Dragón. Este al momento se elevó por encima del jardín buscando a su objetivo. 

La realidad es que ambos pokémon eran sumamente rápidos, pero en este caso, el majestuoso dragón de Sylver lo fue aún más. Aquello impresionó a Mimi que no estaba acostumbrada a ver actuar a su Roserade en segundo lugar. Fue entonces cuando vio como el dragón se abalanzaba sobre su pokémon con las mandíbulas impregnadas en un rojizo fuego.

¡Escóndete entre la hierba, Roserade! Le gritó a su compañera. Pero la orden llegó demasiado tarde y Dracarys le alcanzó propinándole un mordisco tan fuerte que la debilitó al momento.

Mimi se bajó rápidamente de su trono y se acercó a su pokémon para abrazarla. ¡No me puedo creer lo rápido y poderoso que ha sido tu dragón! Le dijo entre lágrimas al ver como su Roserade no había sido capaz de hacer nada por ganar el combate. Está claro que la medalla inocencia es tuya. ¡Enhorabuena!

El gimnasio Princesa no era un local cualquiera, aquel edificio se encontraba en lo alto de una colina y era un castillo. Un impresionante castillo exactamente.

Sus paredes estaban decoradas con colores muy modernos para el lugar, con tonalidades verdosas y rosadas y con un cartel colocado en la parte superior de la puerta donde se anunciaba el nombre del gimnasio. En la puerta había dos Cacturne montando guardia para recibir a cualquier aspirante que decidiera acudir allí.

Al entrar, el lugar estaba decorado con múltiples cuadros y tapices donde podía verse a la entrenadora rodeada de decenas de pokémon de tipo planta, y como estos la daban todo su afecto y cariño. Cuando cruzaron el hall de entrada, los Cacturne acompañaron al aspirante hasta un patio interior que sería el terreno de batalla.

Aquel lugar necesitaba que alguien cortara el césped porque tenía la hierba demasiado alta, lo cuál sin duda era una estrategia de su líder, pues allí sus pokémon podrían camuflarse mejor y ya de paso aprovechar el terreno para potenciar sus ataques.

Al otro lado del jardín se hallaba Mimi, la líder del gimnasio Princesa, situada en un enorme trono vegetal decorado por enredaderas y flores rojas.

Bienvenido a mi gimnasio. Dijo la líder sin moverse de su trono. Yo soy Mimi, la líder del gimnasio Princesa y veo que has venido a retarme.

Aún no tienes ninguna medalla en tu poder. Así que el combate se desarrollará con un solo pokémon y ganará el primero en derrotar al otro. ¿Entendido?

Tras aquellas palabras, Mimi no se molestó en sacar su pokéball, simplemente dio un par de palmadas, y una impresionante Roserade salió de detrás del trono situandose en el campo de batalla y ocultándose entre la hierba.

Luego de la asfixiante caminata, Bjorn entró a sus anchas por la puerta del castillo, tratando de lucir intimidante hacia los Cacturne guardias, quienes solo pudieron verle con ojos de extrañeza, mientras que su Goodra trataba de girar el rostro para no hacer contacto visual. Al estar dentro del cuadriculado edificio, Bjorn comenzó a sentir que los pulmones se le estaban cerrando, pues a pesar de la ingesta cantidad de plantas y referencias a estas, la vista moderna no dejaba de hacerlo sentir oprimido en su contorno artificial. Extraño el Volcán de antes, a pesar del calor se sentía auténtico. Dejó de darle importancia a ello, pues estaba allí por un sencillo objetivo, ganarle a la líder, y de paso comenzar su carrera como el verdadero rey de las bestias. Un maestro salvaje no recibiría así cariño, su rostro de intimidación lo debería de ser todo. 

Comenzando el combate, Bjorn logró sentir algo más de tranquilidad cuando vio la cantidad de hierba que había sembrada, porsupuesto originada como una estrategia para sus tipo planta, lo cual también lo molestaba pues no sentía que realmente aquella mujer sintiera la naturaleza, más bien la manipulaba a su favor. Una siniestra sonrisa se formuló en su rostro, pensando en lo que haría para tornar ese sitio a su favor. 

-Sí sí sí, lo que digas, esto...¡Comencemos!-Respondió Bjorn con unos terribles aires de orgullo, de nuevo haciendo gesticulaciones y bailes rituales que lo hicieran parecer más intimidante de lo que enrealidad era, a la vez que enviaba a su Goodra tratando de indicarle que lo imitara, cosa que claramente no resultó-¡Esparce el terror, Klisette!

Su viscoso dragón salió al escenario, con rostro amenazante pero no por las "motivaciones" de su compañero. Iba a luchar, a pesar de tenerlo a él como aliado. De un poderoso grito, el joven salvaje le indicó su primer movimiento-¡Klisette, salta lo más alto que puedas y usa Bomba Lodo por todo el escenario!-Vociferó apuntando con su dedo firme al pastizal-¡Inunda el terreno de veneno, que no quede un pelo verde sin fallecer!

Mimi vio aparecer al dragón del aspirante y sonrió. Era una lástima no haber enseñado nunca a Roserade ningún ataque de tipo hada. Pero aún así confiaba en que sus ataques venenosos pudieran dañar a Goodra.

¡Nuestros ataques tipo planta no van a ser muy efectivos contra él, pero sí que lo será nuestro veneno!. ¡Adelante, usa bomba lodo!

Roserade lanzó todas sus espinas hacia Goodra y estas se unieron todas para convertirse en una esfera de tonalidades moradas que impactó de lleno sobre el dragón.

Por suerte para Bjorn, su pokémon era muy resistente y aguantó perfectamente el golpe. Y entonces dio un gran salto para lanzar también una poderosa bomba lodo que impactó en todo el campo de batalla marchitando las plantas y llenándolo todo de un asqueroso barro. 

A pesar de aquella técnica Mimi sonrió. Gracias. ¿No sabías que Roserade también es de tipo veneno? Le preguntó retóricamente mientras continuaban con el combate.

Bjorn sintió una adictiva adrenalina cuando vio que todo el campo de batalla estaba cubierto por fango, y que ya había inutilizado la ventaja del rival. Estaba preparado para despilfarrar su superioridad moral, cuando observó con las manos en la boca que su estrategia, más allá de crear una ventaja, solamente lo había empeorado todo, ¡y más encima no había hecho daño en absoluto! Sintió una absurda frustración, pues su plan de ventaja ahora había hecho lo contrario a lo deseado, y las cuerdas estaban contra él. Nervioso, y con un plan de reserva para evadir el peligro, eligió por atacar de frente y esperar que su Goodra soportara el siguiente ataque enemigo. Si lo hacía, tendría posibilidades de sobrevivir. 

-¡Klisette, envíala al olvido con un Pulso Dragón!-Ordenó a su compañero casi que mordiéndose las uñas embarradas-¡Y por el amor de Arceus, evita esa bomba lodo!

Bjorn había decidido marchitar todo el campo de batalla lanzando un poderoso ataque veneno sobre él. Pero Roserade también supo aprovecharse de ello y aprovechó la potencia que le daba el nuevo campo para potenciar aún más sus movimientos y también esquivar el pulso dragón de Goodra.

Mientras tanto, el dragón seguía debilitándose por culpa del veneno.

Con Goodra prácticamente inconsciente, Mimi aprovechó para atacar y terminar aquel combate. ¡Acaba con él, está muy débil, repite la bomba lodo sobre él! Y tal y como había supuesto la líder del gimnasio, el último ataque de Roserade fue suficiente para acabar con Goodra y derrotar así al aspirante.

Lamento lo sucedido. Ha sido una buena estrategia el hecho de querer cambiar el campo de batalla, pero no cuando lo has modificado a tipo veneno siendo mi pokémon también así. Una pena, espero que contra Millo tengas más suerte que contra mi. Aunque he de decirte que él es más duro que yo.