Partida Rol por web

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque eres un aspirante y quieres conseguir una medalla. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Veo que ya posees dos medallas. Dijo con una amplia sonrisa. Eso quiere decir que vienes a retarme a un combate triple. ¡Una modalidad muy interesante y muy compleja de dominar! He de reconocerte que yo no soy ningún experto en ello. Pero bueno haré lo que pueda. Dame un segundo.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó tres pokéball. ¡Adelante, Charizard, Noivern y Pidgeot!

Sylver llegó al gimnasio. Se sentia algo intimidado pero decidido. Ash Ketchum era casi una leyenda entre los entrenadores pokemon. Si conseguia derrotarle, estaria un paso mas cerca de su objetivo. 

Se sorprendió encontrarlo de manera tan natural con su hija y su famoso pikachu. 

- Soy Sylver. Un honor conocerle, y un placer conocer a su hija y a Pikachu. - Le dijo el aspirante, algo nervioso. Sylver se temia que sacara a su temible pikachu, pero en vez de ello sacó a Charizard, Noivern y Pidgeot, despues de activar un mecanismo que convocaba un enorme vendaval. En esa situación incluso Dracarys tendria algo de ventaja, al ser tambien volador. - Vamos, Dracarys, Kuno, Metagross! 

Sylver decidió no enfrentar a Dracarys contra Noivern. Los salamance eran muy rapidos, y eso era lo que mas adoraba de ellos, pero habia oido que Noivern podia ser incluso mas rapido que el. 

- Dracarys, Garra dragón a Charizard! - Era un ataque potente y efectivo. Dudaba que lo terminase en un solo golpe, pero minaria bastante su aguante, y queria tener entretenido a ese Charizard para que no se acercase a mi Metagross.

- Kuno, Rayo hielo contra Noivern! - Enfrentaria velocidad contra velocidad. Y usando un ataque terrible contra ese Noivern. Si lo vencia en velocidad, dudaba que saliera bien parado. 

- Metagross, puño hielo a Pidgeot! - Metagross era duro, y con un ataque asi... Si lo congelaba, tenia opciones a derrotarlo. 

Ash sabía que su Noivern y su Pidgeot eran pokémon sumamente veloces pero lo que jamás se hubiera esperado es que el Greninja de Sylver lo fuera aún más. Por eso no vio venir el poderoso rayo hielo que congeló las alas de Noivern y provocó que se estampara contra el suelo. Ash había confiado en la ráfaga delta de su gimnasio pero se había equivocado.

Asustado por el resultado, Ash miró a Sylver directamente a los ojos, aún confiaba en los dos pokémon que le quedaban en pie. ¡Viento afín, Pidgeot! ¡Tenemos que superar la velocidad de Greninja y actuar antes que él o lo lamentaremos!

Aquel ataque de Pidgeot hizo que Charizard aprovechase las corrientes para ganar velocidad. Se lanzó en picado para golpear el suelo y generar una poderosa onda sísmica que hirió a Greninja y a Metagross, los únicos pokémon no-voladores que había en el campo de batalla.

Y entonces llegó el turno de Sylver, que ordenó a sus pokémon repartir sus golpes, encajando un buen corte a Charizard con las garras de Salamence y un potente puñetazo de hielo contra Pidgeot.

Aún así, ambos pokémon fueron capaces de resistir el golpe, lo cuál hacía que el combate aún estuviera lejos de tener un ganador claro.

Kuno habia acabado con Noivern de un solo golpe, gracias a su velocidad. Fantastico! Ahora solo quedaban dos bastante tocados. Pero dudaba que pudiera llegar a vencer... ese Pidgeot habia mejorado la velocidad de todo su equipo. Estaba dificil, pero no imposible. 

- Kuno, Lanza mugre a Charizard! - Si Kuno conseguia superar la velocidad de ese charizard, cosa que veia dificil, evitaria un segundo terremoto. Seria fatal contra Kuno y Metagross. Aunque al ser Tipo hielo Kuno ahora, tal vez viera el objetivo demasiado tentador. - Dracarys, dale otra vez a Charizard con tu Garra Dragón. - Uno de los dos, ya fuera Kuno o Dracarys acabarian con ese aspirante mediocre a dragón. - Metagross, Puño Meteoro a Pidgeot! - Si Metagross sobrevivia al combate, seguro que acabaria con ese pajaro. Tendria que confiar la defensa caracteristica de los pokemon Acero. 

La ventaja que le había dado Pidgeot al equipo probablemente resultase decisiva para ganar el combate. Pues ahora Charizard se movió a una velocidad mucho mayor que el resto. Por un momento, Ash se vio en la tentación de aprovechar el tipo hielo de Greninja para lanzar un poderoso lanzallamas que acabase con él, pero después comprendió que si repetía la estrategia de antes no dañaría tanto a Greninja pero sí que ayudaría a terminar de acabar con Metagross.

Por eso no dudó más y actuó: ¡Charizard, acaba con Metagross y Greninja! Sobre todo antes de que éste cambie de nuevo de tipo.

El pokémon de fuego salió disparado de nuevo contra el campo de batalla y nuevo temblor sacudió al campo de batalla. Esta vez Greninja y Metagross no lograron esquivar ninguna de las grietas causadas y quedaron totalmente debilitados dejando solo a Salamence ante sus dos adversarios.

Gracias a que Pidgeot poseía movimientos de tipo volador fue capaz de alcanzar a Salamence por muy lejos que estuviera. Así que aprovechó para batir sus alas con fuerza y provocar un poderoso vendaval que dañó al dragón de Sylver.

El combate se estaba complicando para el aspirante, que decidía contraatacar con un fuerte puñetazo que dejó inconsciente a Charizard.

Ya solo quedaban dos pokémon en pie, Salamence y Pidgeot. El primero se encontraba en una situación de desventaja pues si quería golpear a Pidgeot tendría que o bien moverse o bien atacar con movimientos de tipo volador. Además de que estaba gravemente herido. Mientras que Pidgeot aún conservaba un perfecto estado de salud y su velocidad incrementada gracias al viento afín que circulaba por el gimnasio.

Sylver no veia la manera de vencer en este combate. Dracarys perderia el tiempo acercandose a Pidgeot, un tiempo que este aprobecharia para derrotarlo. No tenia manera de esquivar o evitar el ataque del oponente, y este aun era el doble de rapido que Dracarys, por lo que sin duda le golpearia primero. 

El aspirante decidió que ya no habia nada que hacer. Dracarys estaba jadeando cansado y los otros dos estaban debilitados... Sylver alzó sus pokeball. 

- Habeis luchado bien compañeros, es hora de volver. Me rindo. - Dijo el aspirante reprimiendo un quejido de frustración. Ya era la segunda vez que se retiraba. No tenia sentido seguir. 

- Buen combate, maestro Ash. - Esperé a ver si tenia algo que añadir antes de irme  del gimnasio. 

¡Ha sido un placer luchar contra ti, Sylver! Le gritó emocionado. Ha sido un combate  muy ajustado y no las tenía todas conmigo. Espero que te lo hayas pasado bien y que hayas aprendido. ¡También espero que contra Sora tengas más suerte! ¡Ánimo y a por todas!

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque eres un aspirante y quieres conseguir una medalla. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Veo que ya posees dos medallas. Dijo con una amplia sonrisa. Eso quiere decir que vienes a retarme a un combate triple. ¡Una modalidad muy interesante y muy compleja de dominar! He de reconocerte que yo no soy ningún experto en ello. Pero bueno haré lo que pueda. Dame un segundo.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó tres pokéball. ¡Adelante, Charizard, Noivern y Pidgeot!

Zakka se sentía nervioso esta era la primera vez que tenía un combate triple y aún ni siquiera conocía a su adversario para combatir por la medalla Campeón más que por su antiguo renombre como entrenador y antiguo campeón de liga pero esa era toda la información que podía recordar por si mismo el joven entrenador.

Una vez en el gimnasio Zakkai se sorprendió al ver la amabilidad del líder del gimnasio y aun mas que venía acompañada de su hija aun así solo pudo saludar amablemente y prepararse para el combate -Es un gusto igual- rápidamente el joven entrenador sacó a sus compañeros antes de empezar a darle órdenes a cado uno de ellos.

El pokémon dragón lucha que salio primero dio un feroz rugido antes de acatar las órdenes de su entrenador -Kommo-o rápido usa Fragor Escamas sobre todos.

El pokémon venenoso observaba a sus rivales en busca de cualquier indicio de amenaza para contraatacar -Dragalge usa Escaldar sobre Charizard.

Por su lado el pokémon blindado se mantenía firme esperando por atacar a todos sus adversarios -Aggron usa Puño Hielo sobre Noivern.

El combate daba comienzo en cuanto Zakkai sacó a sus tres pokémon y los posicionó en el campo de batalla. Los combates triples requerían cierta estrategia por parte de los entrenadores y Ash estaba especializado en hacer infinidad de ellos, así que sabía perfectamente como actuar. Si Zakkai quería la medalla Campeón, tendría que demostrar que él también era capaz de lograrlo.

Bien, centrémonos en acabar lo antes posible con ese Aggron, sus movimientos de tipo roca pueden acabar con nosotros en un instante. ¡Noivern, onda certera contra él! El pokémon volador de Ash empezó a batir las alas formando una esfera que se lanzó contra Aggron. El movimiento vibró por la intensidad del vendaval que había en el campo de batalla pero finalmente golpeó a su rival con gran potencia. Su capacidad para aguantar los golpes devastador hizo que soportara el golpe.

Pidgeot, céntrate en luchar contra Kommo-o aprovechemos su debilidad ante los movimientos voladores y demuéstrale quién eres. La ráfaga delta que se extendía por todo el gimnasio se concentró en las alas de Pidgeot para tomar una única diferreción y golpear a Kommo-o

Y ahora es tu turno, Charizard, golpea el sueño y acaba con todos ellos a la vez. ¡Acaba esta batalla con un fuerte terremoto!

Dos de los tres pokémon de Zakkai cayeron ante los primeros movimientos de los pokémon de Ash. El único que logró sobrevivir fue Dragalge que lanzó rápidamente un chorro de agua a máxima temperatura sobre Charizard. El pokémon logró aguantar el golpe dejando que la batalla quedara relegada a un tres contra uno.

Ash se acercó al aspirante, le colocó una mano en el hombro y le dedicó una amplia sonrisa. Lamento que haya terminado así. Pero la velocidad es un factor muy importante en los combates, y tus tres pokémon son bastante lentos. Le dijo tratando de aconsejarle. Aún te queda en pie Dragalge, pero te recomendaría te rindieras y buscaras un nuevo gimnasio al que ir. Dijo dedicándole otra sonrisa sin querer acabar con el último de sus pokémon. ¡Seguro que son muy fuertes! ¡Pero los combates triples son complicados!

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque eres un aspirante y quieres conseguir una medalla. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Veo que aún no tienes ninguna medalla. ¿Qué te parece si hacemos un combate de uno contra uno y el que logre derrotar al pokémon del rival se hace con la victoria? Si me derrotas, te haré entrega de la medalla Campeón.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó su pokéball. ¡Adelante, Charizard!

Himitsu Ayumu llegó al gimnasio, un poco más arreglado que en el Centro Pokémon. Tenía el pelo mojado, pues se había lavado el pelo en el río contaminado de la ciudad. Entró con una sonrisa en la cara y un paso acelerado. Se tropezó con los cordones del zapato, pero no llegó a caerse.

Él había escogido empezar con el Gimnasio Viento por varias razones. No sólo había escogido la ventaja de tipo (que siempre hay que tener en cuenta, por supuesto) y los 4 puntos, sino que también le atraía el panorama de empezar a entrenar con uno de los entrenadores más famosos que había. ¡Nadie que diga que le gusta la aventura se negaría a luchar contra Ash Ketchum!

Sin embargo, en frente del líder, Himitsu se vió un poco menos aventurero. Estar allí, en la vida real, en un gimnasio, era algo más intimidante de lo que parecía en la tele. Pero tenía que seguir con su plan. Sacó una cámara de grabación y buscó un buen ángulo en el que se viera el campo de batalla.

-¡Ah, ah! ¡S-sí! Me llamo Himitsu Ayumu. ¡Vengo, vengo a retarle en un combate Pokémon!- Muy bien, como había ensayado.

En realidad, las cosas no estaban saliendo bien, ya desde el principio. Ese ventilador le había arruinado la ventaja de tipo que tenía frente a su Pokémon. ¡Y justo tenía la mala suerte de luchar contra un Pokémon de tipo Fuego con su Pokémon de Acero! ¡Pero! La batalla no había sido decidida aún, ¿eh?

Continuó. -Y, como mi Pokémon debut...

¡Adelante, Hubble!

-Vale, vale... veamos...-

Una cosa que él tenía que tener en cuenta a la hora de formar una estrategia era que ningún líder de gimnasio sería tonto. El hecho de que Ash Ketchum había creado su gimnasio para contrarrestar las debilidades del tipo Volador ya ponía eso en evidencia. ¿Podría haber cubierto sus puntos flojos de alguna otra manera?

Como Pokémon de tipo Eléctrico/Acero, la gran debilidad de Hubble eran los ataques de tipo Tierra. Hum... ¿podría tener Charizard acceso a ataques así?... Sí, ¿no? Terremoto, al menos. Tener un ataque así sería bastante vital para un entrenador de tipo Volador, pues sería fuerte contra las 3 armas más comunes que se usan contra el tipo Volador: Eléctrico, Roca y Hielo. Si ese fuera el caso con este Charizard, entonces usar Levitón sería la mejor opción.

Por otra parte, Hubble era lento. Definitivamente más lento que Charizard. No le daría tiempo a elevarse antes de ser dañado. Y el Magnezone era resistente, pero probablemente no tanto como para sobrevivir un ataque contra el que es doblemente débil. Un Terremoto y ya era chatarra.

La otra posibilidad era que Charizard utilizase un ataque de Fuego. Eso si era más sobrevivible. Si Charizard usaba un ataque de Fuego, podría centrarse en el otro asunto que le fastidiaba. Ese molesto ventilador. El ventilador que estaba causando esa corriente que le fastidiaba los planes.

Consideró sus opciones. Atacar el ventilador le dejaba vulnerable a un ataque de tipo Tierra... pero aún usando Levitón iba a sufrirlo de todas formas, pues Charizard era mucho más rápido que él. No, la mejor opción era atacar, y esperar que los dioses de la suerte estuvieran de su parte.

-¡Hubble! ¡Rayo! ¡Sobre el ventilador!

¡Acabemos con los pokémon de tipo eléctrico solo como tú sabes, Charizard! ¡Para eso te he enseñado! Le ordenó con mucho ánimo y garra. ¡Acaba con él de un solo golpe usando terremoto! Las peores pesadillas de Himitsu se hicieron realidad y Charizard sabía ataque de tipo tierra. Ash no había llegado a convertirse en líder del gimnasio Viento por nada, y conocer las debilidades de sus pokémon y potenciar así sus puntos fuertes era la clave para llegar hasta donde había llegado.

Y así ocurrió, el potente terremoto tragó por completo a Magnezone, que a pesa de su férrea resistencia no fue suficiente para parar el golpe y aún menos para sobrevivir a él.

Lo lamento, le dijo Ash a Himitsu. Espero que Sora te lo ponga más fácil que yo. Le comentó al ver el estado en el que había dejado a su Magnezone.

-...-

Ojos abiertos, labios apretados y manos inmóviles en medio de un gesto, como si alguien hubiese hecho una foto de Himitsu en el momento de su derrota. Bueno.

No era del todo inesperado, pero, aún así, perder en el primer turno... no era realmente alentador. Miró a cámara, que había grabado todo lo que había ocurrido en ese gimnasio. No lo iba a editar, desde luego. Al contrario, esa muestra de fuerza y emoción era una fantástica introducción para su futuro documental. Y, además, había aprendido varias cosas con ese combate, aunque fuera increíblemente corto.

• Todos los entrenadores de gimnasio se habrán especializado en contrarrestar el tipo contra el que son débiles. Eso era natural, y se debía haber dado cuenta antes, pero aún así era útil tenerlo en cuenta.
• Hubble habría resistido un ataque de tipo Fuego. Parecía que tan solo debía evitar el doble efecto de los ataques de Tierra.
• Atacar siempre segundo no le iba a ir bien en el futuro.

Himitsu hizo nota mental de esto. Seguía decepcionado, y se le notaba en su expresión. El aire ansioso que daba se había desvanecido. Miraba fijamente a su contrincante y a su Pokémon debilitado y medio enterrado. Uf.

Hubble volvió a su Pokéball, y su cámara a su mochila.

-_{...Ah, hasta luego...}- Murmuró. No dijo nada más. No quería ser maleducado, pero le habían dejado un poco sin aliento. Ash realmente era un entrenador que se merecía su puesto.

¿Quién no había oído hablar de Ash Ketchum? Ash había conseguido obtener una gran fama. No había nadie que no supiera quién era. Se había convertido en todo un ejemplo de entrenador pokémon y muchos querían ser como él. Querían ser como el a nivel explorador y aventurero. Pero lo que nadie quería ser es un eterno perdedor. Ash Ketchum también se había ganado la fama de no haber sido capaz de ganar ningún torneo Pokémon, en todos se clasificaba e incluso alguna vez había llegado a quedar segundo, pero no, nunca se había alzado como ganador, bueno, quizá una vez, pero aquello fue hace tanto tiempo que ya nadie se acuerda y muchos dicen que son simples rumores.

Pero de aquello habían pasado años. Ahora Ash Ketchum era un respetado líder de gimnasio y finamente se había especializado en el tipo volador. De sobra era por todos conocido que aquel joven aventurero siempre había llevado un pokémon de ese tipo en su equipo.

Junto a él había una niña y un pikachu algo mayor. La niña parecía querer aprender todo lo que hacía su padre allí. De hecho parecía estar recibiendo una interesante explicación justo cuando un aspirante llegó al gimnasio.

¡Hola! ¡Soy Ash Ketchum y este es mi fiel amigo Pikachu y me hermosa hija! Imagino que si has llegado hasta aquí es porque eres un aspirante y quieres conseguir una medalla. En ese momento el líder del gimnasio viento observó al entrenador recién llegado.

Veo que ya posees cinco medallas. Dijo con una amplia sonrisa. Eso quiere decir que vienes a retarme a un combate por parejas. ¡Una modalidad muy interesante y muy compleja de dominar! He de reconocerte que yo no soy ningún experto en ello. Pero bueno haré lo que pueda. Dame un segundo.

Y en ese momento, Ash pulsó el botón de un gran ventilador que había en el techo y un gran vendaval empezó a soplar en la sala. Y entonces sacó dos pokéball. ¡Adelante, Charizard y Noivern! Ganará el entrenador que primero logre derrotar a TRES pokémon sin hacer ningún cambio.

La emoción de Tarako por conocer al famoso Ash Ketchum estaba por la nubes, era toda una celebridad y había visto en vídeo infinidad de sus combates. A opinión de Tarako, su etiqueta de perdedor no estaba justificada, verlo luchar era una delicia. Estrategias inverosímiles, perfecta sincronización con sus pokémon, espíritu combativo inquebrantable y muchas cosas más, que había hecho de él un ejemplo a seguir para el joven pelirrojo.

Cuando lo saludó, Tarako no pudo contenerse. Hola. Siempre has sido mi ídolo. Le dijo sonriente. Verlo de aquella manera, junto a su hija era enternecedor, pero esperaba que en combate siguiera siendo el mismo luchador, pues eso es lo que buscaba Tarako yendo allí. 

El aspirante tomó su posición en el campo de batalla y como su rival eligió a sus pokémon. ¡Adelante Jewel y Ptero! El joven miró a Ash fijamente sin perder su confiada sonrisa. Yo tampoco soy ningún experto en las batallas por parejas, pero igualmente, ¡hagamos de este un combate épico! Alzó el puño para darle más énfasis a su emocionada expresión.

En cuanto se dio la orden de inicio de la batalla, el aspirante ordenó ataque a sus pokémon sin perder ni un segundo, quería sorprender a Ash y que no tuviera tiempo de reaccionar. ¡Ptero Roca afilada contra Noivern! ¡Y Jewel usa Escaldar sobre Charizard! El joven estaba vibrando por la emoción de luchar frente a su ídolo y a pesar de la concentración, no se le borraba su eterna sonrisa.

Ash sonrió animado ante las palabras de Tarako. ¡Muchas gracias! ¡Me anima mucho luchar contra un admirador! ¡Seguro que éste combate es de lo más emocionante! Cuando vio a los pokémon, sobre todo a Starmie le entró algo de nostalgia. ¿Sabes? Una de mis mejores amigas tiene uno y es muy poderosa. ¡Tengo muchas ganas de ver de lo que es capaz! Y... ¡alah! ¡Un aerodactyl! ¡Ese pokémon es muy complicado de conseguir! ¡Sin duda eres un entrenador extaordinario!

Y tras aquellos intercambios de admiraciones, el combate dio comienzo y Ash se puso en guardia como si el que fuera a luchar fuera él.

¡Es importante que unáis vuestras fuerzas contra Aerodactyl! ¡Ese pokémon es el que tiene mayor ventaja sobre vosotros, así que cuanto antes acabéis con él mejor será para los dos! ¿Entendido? Charizard y Noivern asintieron emocionados con aquella orden pues sabían que tenía razón y también confiaban en las estrategias de su entrenador.

¡Así que, Charizard, céntrate en lanzar tu puño trueno  y tú, Noivern, onda certera contra él!

Noivern creó con sus alas una esfera de energía de combate, pero a pesar de su nombre, Aerodactyl viró en el aire y logró esquivar el movimiento que de certero no tenía nada. Después fue él quien contraatacó con un poderoso roca afilada que a pesar de la ráfaga delta, Noivern no fue capaz de soportar.

Luego Charizard trató de ejecutar la orden de Ash, pero Starmie proyectó un potente chorro de agua hirviendo sobre el pokémon de fuego y aunque no iba a ser capaz de quemarle sí que logró hacerle suficiente daño como para dejarle fuera de combate. ¡Agh! ¡Tu Starmie es más fuerte que el de Misty! Se quejó Ash al ver como su Charizard había quedado fuera de combate. ¡Vuelve, Charizard!

El fallo de Noivern y la velocidad de tus pokémos deja claro cuál será el final de este combate, pero no por eso voy a dejar de intentarlo. ¡Hasta el final, Hawlucha!

Tarako no se dejó desconcentrar por los halagos de Ash, no se fiaba ni un poco de un entrenador tan experimentado y con un estilo de combate de estrategias inverosímiles. Hasta que no acabe no hay nada decidido. Es lo único que dijo el joven sin perder su característica sonrisa.

Noivern era como un grano en el culo. Habían tenido suerte de que Aerodactyl hubiera podido esquivar esa Onda Certera, pero tenían que acabar con él rápido o podía ponerles en problemas. Sin embargo, la aparición de Hawlucha puso la cabeza de Tarako a carburar, ambos pokémon eran muy veloces y podían hacerles un gran daño, esperaba que tanto Ptero como Jewel pudieran resistir un golpe para que Ash no le diera de repente la vuelta al combate.

¡Jewel Rayo Hielo contra Noivern! Ordenó Tarako al pokémon morado. A pesar del campo de batalla, el hielo seguía dañando fuertemente al pokémon murciélago, que además ya estaba bastante debilitado del ataque anterior, por lo que el chico confiaba en sus opciones de terminar con él.

Tras pensar la mejor combinación posible, el joven pelirrojo ordenó ataque a Aerodactyl. ¡Ptero golpea a Hawlucha desde el aire! ¡Golpe Aéreo! Por fortuna, a pesar de las penalizaciones que ofrecía el campo de batalla, el tipo lucha de Hawlucha les daba una buena opción para golpear fuertemente.