Partida Rol por web

El sol sale un día más en Guinarios, pais de magia e investigación.

Fundado por Gwinor con el objetivo de transmitir a todos sus investigaciones sobre los pokemon el pais no dejó de crecer con cada alumno que aceptaba en sus academias, con cada nuevo estudiante los descubrimientos aumentaban y cosas que parecían imposibles estaban al alcance de todos, el adelanto más famoso fue sin duda el sistema de transporte entre largas distancias para pokemons y mercancias, aunque aun no se ha conseguido que funcione correctamente con humanos.

Como cada día los estudiantes salen de sus habitaciones a primera hora intentando ocultar sus caras somnolientas mientras se dirigen a sus clases. En la Academia el nivel de los estudiantes se distingue en sus ropas, aunque no hay ropas obligatorias para los alumnos todos deben llevar el distintivo que avisa de su nivel de aprendizaje: los recien llegados tienen un broche simple de color marron con una única barra en vertical "I", los broches cambian de color y se les añaden barras mientras van aprobando asignaturas.

Hoy es un día especial para los alumnos con el broche de cristal, el que ya no tiene barras verticales sino una única barra horizontal. Este distintivo dice una cosa: que el alumno está a punto de convertirse en un Academico de forma oficial, solo le queda una última prueba, nadie sabe exactamente cómo va este último examen pero solo se celebra una vez al año para todos los que tengan el broche de cristal. Si la suspenden deberan iniciar sus estudios de cero ya que consideran que un tropiezo en esta última prueba significa que no han aprendido nada en todos sus años de estudios.

Por esto, la asistencia a esta prueba voluntaria es tan baja, pocos se arriesgan a perder los privilegios de Archivo que tienen con su broche de cristal, la mayoría se conforman.

Y hoy es tu día, hoy te van a llamar por fin, ¿realizaras la prueba o te quedarás un año más en donde estas ahora mismo, sin graduarte? Sabes que cuando oigas tu nombre resonar por las paredes de la Academia tendras que decidirlo, ¿iras o te quedarás?

- Y el "Moebius¹" al mejor  trabajo de investigación es para... ¡Darwin!

El joven, sorprendido, se levantó de su asiento entre atronadores aplausos. La gente le abría paso con eufóricas inclinaciones de cabeza conforme se acercaba a la tarima donde se llevaba a cabo la entrega de premios. Con él llevaba una pesada copia de uno de los volúmenes de su tratado maestro "El Origen de las Especies Pokémon", que lo había convertido en el científico más joven en conseguir el reputado premio. Al llegar junto al presentador de la gala, Darwin tuvo que taparse los ojos para que el potente fulgor de las luces no le dañara los ojos mientras intentaba buscar con la mirada a su familia, que debía encontrarse en alguna parte entre el público. Deseaba con fuerza ver la cara atónita de sus tres hermanos, los cuales nunca habían dado crédito a las pretensiones del más joven de la casa.

Cuando el presentador le tendió el premio, Darwin lo tomó sintiendo su gomoso tacto. La estatuilla se le deformaba en las manos mientras algo caliente se pegaba a su mejilla y resbalaba por ésta. Eufórico, levantó con ambas manos el premio para mostrárselo a todo el mundo y el mundo entero pareció enloquecer ante su gesto, pues comenzó a girar ante sus ojos...

¡¡PLOFF!!

El estruendo de los libros al caer de su estante y el golpe que recibió cuando la silla sobre la que se había quedado dormido cayó al suelo lo sacaron súbitamente de su extraño sueño. El sol entraba por la ventana y sonidos de la vida que bullía en el exterior llegaron hasta sus oídos. Se tapó los ojos con las manos para que el brillo del sol no le impidiera volver a coger el sueño, pero algo ligero y escurridizo se metió entre su mano y su cara y, sin mucho esfuerzo, consiguió apartarla.

- Ayudante, por favor... ¡Déjame dormir! Solo un poco más... - suplicó el joven. Ditto, su Pokémon compañero, se apartó lo suficiente como para que el aún medio dormido joven pudiera verlo y adoptó una forma similar a una figura vagamente humana con un birrete y una regla en la mano que se agitaba hacia él como si le estuviera echando la bronca. Acto seguido, el birrete y la regla desaparecieron y la figura humanoide se arrodilló juntando las manos en señal de súplica mientras en su rostro aparecía una mueca llorona.

- Yo no hago esas muecas - se defendió Darwin aún desde el suelo.- Además, el examen no es hasta mañana, por lo que aún tengo tiempo de prepararme. Solo necesito dormir un poco más... 

Ditto se alejó de él. Se escuchó un sonido rasgado, como de papel rompiéndose y volvió a aparecer con una hoja de calendario. Darwin la miró con los ojos aún entornados, sin entender qué quería decirle su amigo, hasta que...

- ¡¡¡Cómoooooo??? ¡¡¡Es hoy??? - Con una torpe y apresurada voltereta hacia atrás consiguió deshacerse de la silla sobre la que había dormido y miró más atentamente el calendario. Efectivamente, hoy era el temido examen final.- Pepe... Pero ¡No estoy listo aún! - con el horror pintado en su rostro, miró a su alrededor y vio todos sus libros tirados por el suelo. La mayoría estaban abiertos y con anotaciones sobre un montón de cosas relacionadas con el tema tratado en cuestión. Uno de ellos, en el que había estado trabajando toda la noche, estaba aún sobre la mesa del escritorio pero la última página estaba arrancada. Con aún más horror en su rostro, buscó desesperadamente la hoja por todas partes. Levantó libros, los sacudió, miró bajo la mesa o la cama (aún sin deshacer), en los cajones...

- Ayudante, ¿dónde está la página que falta? Si entrego el libro sin esa hoja me volverán a sancionar en la biblioteca y... ¡No podré examinarme! - Ditto se subió ágilmente a la mesa y modificó su cara para que fuera rectangular como una hoja.- No tiene gracia, compañero. En serio, necesito esa hoja... - Ditto hizo aún más grande el rectángulo de su cara y lo señaló con dos apéndices en forma de manos. Entonces, Darwin se llevó las manos a la cara y palpó la hoja pegada a su mejilla. La separó con cuidado de no romperla más, secó la baba aún caliente con la que se le había quedado pegada y volvió a poner la hoja en su sitio con un suspiro. Cerró el libro y los guardó, junto a los demás, en su mochila.

Rápidamente entró en el baño para asearse la cara, pues le quedaban restos de tinta donde la hoja había quedado pegada y no quería ir por ahí haciendo más el ridículo. Sin embargo, había un signo que no terminaba de borrarse. Tras varios intentos decidió no darle más importancia pues se encontraba en la zona de su cuello bajo la oreja derecha y no llamaba demasiado la atención.

- Cuando vuelva restregaré más fuerte. ¡Ayudante! ¿Estás listo? - Ditto se puso firme en respuesta.- Pues vámonos...

Los pasillos de la Academia eran pura ebullición. Ese día era especial: los alumnos más inteligentes y valientes (e insensatos) se presentaban al Examen de Cristal, nombre con el que se conocía al examen final. Ese no era su nombre oficial, naturalmente, pero aún así era bastante más descriptivo: solos los alumnos con el distintivo sello de cristal podían presentarse, y si fallaban... Romperían su sello y volverían a empezar con el sello marrón de primer curso. Los de penúltimo año se dedicaban a recoger las apuestas de todos aquellos alumnos que quisieran hacerlo. Había apuestas de todo tipo: Desde quién se presentaría y quién no, hasta quién aprobaría, pasando por el tipo de pruebas que se harían o no durante el examen. Quien más y quién menos participaba en esas apuestas, aunque solo fuera por la diversión. Los profesores, conocedores de esta costumbre, no se inmiscuían demasiado pues por un lado lo veían inocente y, por otro, comprendían que se trataba de otro tipo de presión al que sometían indirectamente a los candidatos.

- ¡Darwin! - Su nombre pronunciado a coro por una voz femenina y otra masculina desde el otro extremo del pasillo llamó su atención. Al girarse vio a sus amigos Sohn y Rissa terminando de pagar a un chico de penúltimo curso (debía ser uno de los corredores de apuestas del día) que apuntaba algo a toda prisa en una hoja. Cuando acabaron, corrieron hasta él. 

- Hola chicos... ¡Qué alegría me da veros! Estoy de los nervios... - Darwin cayó en que acababan de apostar y les preguntó.- ¿Cómo van las apuestas?

- No muy bien para ti... La mayoría de la gente apuesta porque Magnus será el único que se presente a la prueba - dijo Sohn.

- Y tu estás el último- contribuyó Rissa.- La mayoría de los alumnos ni te conocen y piensan que ni siquiera te presentarás. Y por ahora no hay ninguna apuesta a favor de que vayas a aprobar hoy...

Darwin se quedó mirando un momento a sus amigos. Hacía ya mucho tiempo que se conocían y tenían mucha confianza entre ellos, así que no se cortó un pelo al decir:

- Esperad un momento... ¿Por quién habéis votado vosotros?

Los gemelos se encogieron de hombros y respondieron a la vez:

- Por Magnus, claro.

- ¡Tiooos!- se quejó Darwin. Su cara era un poema en esos momentos.

- No te pongas así, Darwin - dijo Sohn.- Confiamos en ti pero estamos seguros que Magnus aprobará- terminó por su hermano Rissa.

- Tíoooos...

- ¿Vamos a dar una vuelta por el patio exterior? Hoy en clase no se va a dar ningún tema de importancia. Los profes ya saben que la gente no está hoy por la labor.- Dijo Sohn.

- ¡Sí, buena idea! - apuntó Rissa.- Venga, Darwin, vente. Te vendrá bien. Mira, hasta Ayudante lo ve una buena idea- rió la hermosa joven al ver las muecas de Ditto.

- ¡Qué va, chicos! Paso... Tengo que devolver estos libros y aprovecharé para repasar un poco más...- ni siquiera él mismo sonaba muy convencido al decirlo, pero necesitaba pasar un rato solo para intentar calmar los nervios antes del examen.

- Entonces ¿En serio vas a hacerlo? - preguntaron los gemelos al unísono.

- Bueno... ya sabéis... - respondió Darwin.- Mis tres hermanos lo sacaron a la primera. Si no me presentara sería el hazmereír de la familia y no podría volver a mirarlos a la cara nunca jamás...

- Jajajajaja - rieron ambos.- ¡Qué exagerado eres!

- De exagerado nada... Eritreo es ahora un gran Maestro artesano. Eúclides un gran matemático y Prágmeno tiene ya varios premios de belleza con sus Pokémon. Ellos siempre me han dicho que mi objetivo es una locura pues, si hubiera realmente un origen único para todos los Pokémon ya se habría averiguado hace mucho tiempo. Tachan mi investigación de fantasía religiosa Archéica o algo así. - Miró a sus compañeros un momento antes de volver a hablar y, esta vez, su voz sonó realmente convencida:- ¡Tengo que hacerlo hoy!
 

De camino a la biblioteca escuchas como los primeros nombres empiezan a retumbar por los pasillos de la Academia, han empezado antes de lo previsto pero no te preocupa, sabes que el orden de llamada es por orden de antigüedad: primero llamaran a los que más tiempo llevan con el broche de cristal y os dejaran a los "nuevos" para el final.

Pasas por distintos grupos de alumnos que cuchichean sobre el examen, nadie sabe como es así que los rumores y habladurías son normales estos días.

-Yo he oido que un año les hicieron domar un Arcanine rabioso sin ayuda de su pokemon.-

-Un amigo me contó que le hicieron traducir un mural de Unowns mientras su pokemon lo defendía de ataques aleatorios.-

-Pues a mi me dijeron que el director saca un Salamence negro y debes derrotarlo con menos de 5 movimientos.-

Los rumores son cada vez más exagerados pero sabes que no puedes hacerles demasiado caso, las pruebas eran secretas y por alguna razón nadie hablaba de ellas al salir.

Ya en la biblioteca, intentas repasar todo lo que crees que pueden preguntarte, aunque no estas muy seguro de en qué debes centrarte. Te centras en tus libros hasta que escuchas un nombre que sí que reconoces.

-Magnus-

Un murmullo a un par de estanterias de distancia te confirma que el chico tambien estaba en la biblioteca, parece que está rodeado de un grupo de seguidores que le animan en silencio mientras se levanta de la mesa. Su Inkai lo sigue de cerca mientras se aproxima a la puerta, cuando por fin repara en tu presencia te dedica una sonrisa prepotente antes de salir de la biblioteca.

Intentas ignorarlo mientras te centras de nuevo en tus libros.

Te encuentras inmerso en una lectura sobre el descubrimiento de los pokemon de tipo hada y las megaevoluciones cuando llega el momento, por fin lo escuchas.

-Darwin-

El momento de la verdad

Escuchar por los pasillos los rumores causa un extraño efecto en Darwin: Primero sonríe ante la ocurrencia de algunos rumores que hacen que la prueba parezca un juego de niños; Luego frunce el ceño ante algunos comentarios que, de ser ciertos, harían que la prueba fuera todo un reto; Empieza a sudar cuando, según algunos rumores, sería casi imposible que pudiera aprobar a la primera; Finalmente, al escuchar un rumor sobre vencer a un Salamence en menos de 5 movimientos, Darwin no pudo evitar que su imaginación le jugase una mala pasada y lanzó un grito de puro miedo en mitad del pasillo. Los alumnos que había cerca se callaron de repente y se volvieron para mirarlo, lo que hizo que el joven estudiante de último año se pusiera todo colorado y deseara desaparecer de allí a toda velocidad... así que bajó la cabeza, apretó el paso y al volver la primera esquina salió corriendo en dirección a la biblioteca.

Allí por fin pudo respirar tranquilo. La biblioteca era una sala enorme, llena de estanterías con toda clase de libros. En realidad, se trataba de una especie de edificio dentro del edificio, pues la sala estaba compuesta por varias plantas de pasillos formados por estanterías. Las plantas superiores contenían los libros más antiguos, de forma que las más elevadas de todas eran de acceso restringido debido a la fragilidad de los libros que contenían. Por supuesto, por la Academia también circulaban rumores sobre la biblioteca y lo que podría estar oculto en sus partes prohibidas. Pero, fuera como fuere, al menos una cosa sí era cierta: era el lugar más tranquilo y silencioso de toda la Guinarios. 

Darwin se presentó ante la secretaria de la primera planta y devolvió los libros prestados. Algunos de ellos estaban pasados de fecha pero la estricta bibliotecaria lo pasó por alto esta vez; sabía que era un día especial para los alumnos "de Cristal" ya que ella misma había pasado por ese mismo trance hacía años. Por un momento, Darwin pensó que podría preguntarle sobre su examen por si podía darle alguna pista pero, en cuanto abrió la boca para preguntarle, un enhiesto dedo apareció frente a sus rígidos y secos labios zanjando todo intento de conversación. Así que, descorazonado, acabó por sentarse en una mesa apartada del resto. Sacó sus libros mecánicamente, sin pensarlo, pues era un hábito que había adquirido tras todos los años pasados estudiando allí, y se puso a leer en silencio. La mente del joven se agarró a los textos con avidez, deseando escapar del agobio que le suponía pensar en lo que le podía aguardar ese día... Hasta que escuchó el nombre de Magnus.

Magnus. Admiraba a ese estudiante. Era simplemente brillante. Tenía las mejores notas en todas las asignaturas, era popular entre las chicas y tenía un estilo de combate Pokémon imbatible. Hasta tenía Club de Fans propio. Todo el mundo admiraba a la joven promesa de la Academia y él lo sabía, lo que le confería ese aire de prepotencia que tanto le fastidiaba a Darwin. Por un momento, el ingenuo estudiante se planteó acercarse a Magnus para desearle suerte, pero la mirada condescendiente que le lanzó a su paso por su mesa lo dejó clavado en la silla. 

- ¿Pero qué le pasa a ese tio?- Le preguntó Darwin a Ayudante cuando se hubo alejado. Ditto formó una interrogación con su cuerpo gomoso por toda respuesta.- En serio, no entiendo qué le puedo haber hecho para me trate así...- Se olió la ropa y puso cara pensativa, pero enseguida descartó la idea y volvió a sus libros. Y entonces...

-Darwin-

Cuando escuchó su nombre sintió un vuelco en el corazón. Era la hora. Tragó saliva, se levantó y salió de la sala sin siquiera recoger sus cosas. Ni siquiera fue consciente de las miradas que le echaron los otros alumnos a su paso: algunos de envidia, otros de admiración, había quienes reían a su paso y la mayoría cuchicheaban entre ellos, tal vez apostando si lo conseguiría o no. Tampoco era del todo consciente del camino que estaba recorriendo: después de todo el tiempo que había pasado estudiando allí se movía por los pasillos como por acto reflejo. Ni siquiera fue consciente de cuando sus dos mejores amigos se le unieron, simplemente su presencia se hizo presente en su consciencia mientras andaba, justo antes de llegar a las puertas del Gran Salón donde se recibía a los candidatos a superar el Gran Examen.

La zona de la Academia donde se encontraba el Gran Salón permanecía cerrada durante todo el año y solo se abría para la realización de los exámenes. Por eso, ningún alumno sabía a ciencia cierta qué había allí o cómo era de grande y, por eso, solo los candidatos podían entrar por lo que sus amigos se quedaron atrás deseándole suerte mientras intentaban robar alguna visión del interior, donde una puerta normal daba acceso a un pasillo de grandes dimensiones cuyas columnas abovedadas tenían la forma de Pokémon Legendarios o muy Raros: Latias y Latios, Rayquaza, Ho-oh, Lugia... Unos tragaluces hechos con cristales de colores que representaban una gran batalla iluminaban el pasillo y le conferían un aspecto casi irreal, dotando a los Pokémon tallados de una cuasi vida. Al final del pasillo, las puertas más grandes que Darwin había visto jamás se alzaban imponentes ante él, esperando al nuevo candidato a reclamar su derecho a ser I/nvestigador de Guinarios. ¿Qué se encontraría al otro lado? Incluso esa muda pregunta en la mente del joven causaba ecos en la soledad de aquel pasillo, ecos que lo acompañaron hasta el mismo instante en que llegó hasta la aldaba de la puerta del Gran Salón.

Cuando llegas frente a las puertas del Gran Salón estas se abren, como si supiesen que habías llegado al momento de estar delante suya. Por fin accedes a la sala del examen, la sala donde se decidirá tu futuro. Entras en una gran sala circular, un suelo de baldosas de colores que representan el simbolo de la academia* bajo tus pies y una enorme cupula de cristal sobre tu cabeza.

A tu alrededor, solo hay dos puertas: la principal por la que has entrado y otra enfrente, más pequeña cerrada. Entre las dos puertas: un enorme palco divisa el área del examen, en él ves a tres profesores de la Academia. En el sillón de la izquierda Eliora te sonríe abiertamente mientras te saluda con una mano, en el sillón de la derecha el profesor Fabius te dirige una de sus miradas inquisidoras, parece listo para saltar a tu primer error. La elección de profesores asistentes es aleatoria, en el centro como siempre se encuentra la Directora de la Academia, la profesora Mardinia.

Pese a su avanzada edad la Directora sigue en plena forma y de nuevo lo demuestra con su energica voz.

-Bien, alumno número 3678, Darwin. Tu primer año como alumno de Cristal y te presentas al examen. Valiente.-  ves como te dedica una de sus sonrisas de abuela cariñosa y te tranquilizas un poco.

-Supongo que conoces el procedimiento, si apruebas serás ascendido a Académico con todas las de la ley, si fallas deberás empezar desde el primer nivel. Recuerda que en cualquier momento puedes abandonar el examen por la puerta que tienes a tu espalda.- con sus palabras dos luces verdes aparecen sobre la segunda puerta y oyes un "click", se ha desbloqueado.

-Sin mas dilaciones comencemos con algunas preguntas formales. ¿Por qué te presentas a este examen? ¿Crees que te mereces ser un Académico? ¿Por qué?- te sorprende escuchar estas pregunas de primeras, desde luego no era el examen que esperabas.

Las puertas se abren dejando a Darwin con el puño derecho levantado para tocar. Sorprendido, entró acongojado en la sala del examen.

Al ver a Eliora el corazón de Darwin se aligeró bastante. Le agradó ver una cara conocida en un momento tan importante como éste. Sin embargo, ver a Fabius le causa el efecto contrario. Contrariado por los bruscos cambios de emoción, reparó en la tercera figura: la directora Mardinia. No había coincidido mucho con ella, solo la había visto durante las presentaciones o las despedidas del curso o en los actos oficiales. Alguna vez se había dejado caer por alguna clase para hacer algún comentario o para presentar a un profesor nuevo, pero poco más. Sin embargo, todo el mundo tenía un muy buen concepto de ella pues siempre tenía tiempo para escuchar a los alumnos y una palabra amable que decir.

- Bien, alumno número 3678, Darwin. Tu primer año como alumno de Cristal y te presentas al examen. Valiente.- A Darwin se le hizo una bola en la garganta que le impidió tragar saliva hasta que vio la sonrisa de la anciana. En ese momento el mundo siguió girando para él. "Glup".

- Supongo que conoces el procedimiento - asintió nervioso conforme la anciana directora hablaba. 

- Sin mas dilaciones comencemos con algunas preguntas formales. ¿Por qué te presentas a este examen? ¿Crees que te mereces ser un Académico? ¿Por qué? - 

Ya no había marcha atrás. Aunque le pilló un poco de improviso, pronto reaccionó al ver en las preguntas iniciales una forma de calmar los nervios antes de las preguntas peligrosas de verdad. Antes de responder, respiró hondo y procuró expulsar los nervios con el aire que soltaba. Pensó que esa era una pregunta fácil: solo tenía que responder la verdad. Sin embargo, habló lentamente, no porque estuviera mintiendo ni porque no supiera la respuesta, sino porque sabía que tras esa fácil pregunta comenzarían las verdaderamente complicadas y quería alargar ese momento un poco más.

- Buenos días a todos: Señorita Eliora, Señor Fabius, Señora Mardinia... - tras pronunciar cada nombre realizaba una pequeña inclinación en señal de respeto.- Como todos ustedes ya saben, soy el menor de una familia que ha aportado grandes genios al mundo. Mis hermanos Eritreo, Eúclides y Prágmeno fueron también alumnos de la Academia, al igual que lo fue mi padre Ernest. Todos ellos han obtenido el título de Académico y, como imaginarán, esperan que yo lo haga. Sin embargo - continuó al notar el regocijo en la cara del profesor Fabius,- no es por ellos que estoy hoy aquí. Desde hace mucho tiempo, antes incluso de ser un estudiante de la Academia, tengo una idea en la cabeza que no me puedo quitar haga lo que haga. ¿Cuál es el Origen de los Pokémon? Sí, sí, ya se que todo el mundo lo sabe, pero ¿Lo sabemos realmente? Cuando conocí a mi compañero Ditto me di cuenta de que era un Pokémon especial: tenía la capacidad de convertirse en cualquier Pokémon. Ya entonces me fascinó esa habilidad pero ¿Cómo puede siquiera existir? Con el tiempo, además, me he dado cuenta de más detalles: ¿Se han dado cuenta que hay algunos movimientos que son comunes a diferentes clases de Pokémon? ¿O han notado que hay Pokémon que pueden aprender movimientos que no son de su tipo? Todos esos detalles me han llevado a pensar que tal vez haya un motivo para todo esto y el más lógico para mi es que haya un origen común para todos nuestros Pokémon.- Miró a los profesores uno a uno. Mardinia escuchaba atentamente sus palabras, su cara una mueca seria e inescrutable. Eliora también lo escuchaba sonriente, como una madre que ver a su hijo aprender o hacer una cosa nueva. Fabius, en cambio, parecía no poder contenerse las ganas de reírse o saltar con alguna frase hiriente.- Tal vez me equivoque y solo sean locas ideas de un niño, pero ¿no merece al menos la oportunidad de ser investigado? Cada uno de los grandes descubrimientos de nuestra historia reciente han sido realizados por personas que tenían una visión clara de hasta donde querían llegar. Y hoy puedo deciros que YO también tengo la intención de seguirlos, aunque mi viaje me conduzca a la conclusión de que no puede demostrarse tal origen común o que, incluso, la verdad es muy distinta a lo que yo o todos podamos pensar.

- Señoríta Mardinia, ¿quiere saber por qué creo que debería ser un Académico? Porque tal investigación es, independientemente de su resultado, algo digno por lo que dedicar una vida de estudio y que, posiblemente, pueda traer más conocimientos a nuestro mundo... - Al decir esta última frase, un fuego de determinación ardió intensamente en la mirada del joven, uno que hasta el incrédulo Sr. Fabius pudo ver y reconocer y que, incluso él, respetó.

Los profesores escuchan tus palabras pacientemente y cuando acabas de hablar mantienen silencio unos minutos. Pasado ese tiempo la directora asiente y se acerca al borde del palco.

-Bien, valoraremos tu respuesta. Ahora, pasemos a probar tus conocimientos sobre los pokemon.- Según dice estas palabras una escalera se abre a tus pies, iluminadas por antorchas ves como bajan hasta una gran puerta de madera negra, no estas seguro pero debe estar varios metros por debajo de la escuela.

-Para tu examen debes adentrarte en las catacumbas bajo la escuela y encontrar una fuente de conocimiento perdida hace mucho. Ten cuidado, deberas evitar pokemon salvajes y otras medidas de seguridad para llegar a tu objetivo.-

Dicho esto ves como se sienta de nuevo en su sitio mientras saca un orbe de uno de los bolsillos de su tunica.

-Estaremos vigilandote en todo momento, si en alguna ocasión corres peligro acudiremos en tu ayuda pero habrás suspendido el examen. Buena suerte.-

-Bien, valoraremos tu respuesta. Ahora, pasemos a probar tus conocimientos sobre los pokemon.- Mientras el suelo se abría bajo sus pies revelando una escalera, Darwin sintió que su momento, al fin, había llegado.

- Por fin podré demostrar mi conocimiento del mundo de los Pokémon, pensó para sí. ¿Qué me preguntarán?...

- Para tu examen debes adentrarte en las catacumbas bajo la escuela y encontrar una fuente de conocimiento perdida hace mucho.

- ¡Bien! exclamó en su interior.

- Estaremos vigilandote en todo momento, si en alguna ocasión corres peligro acudiremos en tu ayuda pero habrás suspendido el examen. Buena suerte.

- P... ¿Peligro? S... ¿Suspender? - glup.

De nuevo, la incertidumbre se cernía sobre el joven estudiante. ¿Realmente correría peligro allí abajo? Mientras bajaba las escaleras, una a una, un montón de preguntas se agolpaban en su mente:

- ¿Realmente habría Pokémon peligrosos allí abajo? 

- ¿Sería verdad lo del Salamence que decían los rumores?

- ¿Otras medidas de seguridad? ¿A qué medidas se refiere?

- ¿Debería haber traído herramientas al examen? ¿Por qué no les enseñaban todas esas cosas en la academia? No se sentía preparado para enfrentarse a ese tipo de examen.

Estando ya ante la puerta, ésta se abrió. Darwin buscó a Ditto (que estaba apoyado sobre su hombro con cara totalmente inexpresiva) y le preguntó:

- ¿Estás listo, Ayudante?- Su voz sonó temblorosa por el miedo y los nervios.

Las palabras de su amigo parecieron sacar al Pokémon de su ensimismamiento pues se giró hacia él, sonrió amigablemente y se puso en la posición militar de Firmes para demostrarle su disposición.

- Entonces, ¡Vamos!- dijo bastante más convencido mientras cruzaban el umbral de la puerta.

Según cruzas el umbral te encuentras en una pequeña sala con suelos y paredes de piedra, no parece que haya pokemon a la vista, solo la puerta por la que has entrado y una puerta similar frente a ti aunque esta parece tener un extraño cerrojo, no estas seguro de poder abrirla facilmente.

Encima de la puerta hay una inscripción:

"Somos legión, fuimos encerrados hace mucho, llevamos mucho dormidos, esperando a que nuestra prision desaparezca y podamos ser libres. Di nuestro nombre y pasa."

Darwin leyó la inscripción en voz alta. Se le ocurrió explorar la puerta por si pudiera abrirla sin contestar la respuesta correcta pero no parecía probable que lo consiguiera.

Puso cara de concentración y le dió vueltas a varias opciones:
- ¿A qué se referirá? ¿A los Pokémon como colectivo? Pero no están encerrados. ¿Entonces? No se me ocurre a qué puede referirse…

El joven comenzaba a ponerse nervioso. Había estudiado mucho y en la primera pregunta parecía atascarse.
- ¿Cuántas oportunidades tengo?- preguntó al aire pasados unos minutos.- Ayudante, ¿alguna idea?

Ditto estaba sobre el hombro de su amigo poniendo cara de extrema concentración también. Cuando Darwin le preguntó, saltó de su hombro hasta el suelo y se giró hacia él. Cuando hubo captado la atención del estudiante, Ditto comenzó a alterar la forma de su moldeable cuerpo. Darwin prestó mucha atención intentando averiguar qué le estaba diciendo su amigo.
- ¿Martillo? No… ¿Ojo grande? No… ¿Qué es eso, una llave? No tengo la llave de la puerta… Espera, espera, vuelve a atrás… ¿Qué es eso? Un… ¿es un pokémon? Pues… ¡ah, ya se! Debe de ser… ¡un Unown!

Cuando respondes al aire ves como las palabras en la pared se iluminan con fuerza y la puerta empieza a temblar. Tiembla con fuerza durante unos segundos hasta que escuchas el ruido de una losa de piedra moviendose, a tu espalda se abre una compuerta durante un segundo y de ella sale un Drowzee.

El pokemon se planta frente a vosotros dispuesto a atacar-

- ¡Bien!¡Lo conseguimos!- gritó Darwin dejándose llevar por la alegría al superar la primera prueba del examen. Pero, de repente, Un Drowzee apareció entre la puerta y el estudiante de la Academia. Del susto Darwin retrocedió unos pasos y cayó al suelo de culo. El Drowzee se acercó a él amenazadoramente mientras Darwin retrocedía atemorizado arrastrando su culo por el suelo... Hasta que algo se interpuso entre el Drowzee y él.

La nueva figura surgió del suelo a sus pies y creció rápidamente hasta alcanzar el tamaño y la altura del Pokémon que amenazaba su vida.

- ¡Ayudante!- exclamó sorprendido al comprender lo que estaba ocurriendo. Ditto se había interpuesto entre el Drowzee y su compañero, adoptando rápidamente la forma del Pokémon que intentaba atacarlos. Giró la cabeza lo justo para mirar de reojo a Darwin y guiñarle un ojo amistoso para volver rápidamente la atención al Drowzee agresor.- Está bien, compañero...- Darwin dudó. Lo primero que se le había ocurrido era pedirle a Ditto que lanzara un hipnosis pero recordó rápidamente que muchos Drowzee sufrían de Insomnio y, de ser así, no la afectaría. Decidió tomar un enfoque más directo.- Ayudante, ¡Destructor!- gritó a su amigo para que iniciara el combate golpeando primero, esperando que el conocido refrán estuviera en lo cierto...

El fuerte ataque de Ditto desestabiliza al Drowzee enemigo que cae sobre una de sus patas, no tarda demasiado en levantarse y plantarse de nuevo ante tu pokemon.

Los ojos del pokemon enemigo se iluminan mientras utiliza un fuerte ataque psiquico contra Ditto.

- Vamos Ayudante, ¡otro Destructor! Vamos a acabar rápido con esta pelea... - Darwin sabía que con ataques psíquicos no se harían mucho daño, así que continuó usando la ventaja ganada con el primer golpe. Entonces cayó en la cuenta de una cosa: ¡No estaba tomando notas sobre el combate! Rápidamente buscó su libreta y un lápiz y pasó rápidamente las hojas de dos en dos hasta encontrar una que estuviera en blanco y escribió:

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Desafortunadamente estaba demasiado distraído para ver cómo el ataque de Ditto fallaba por muy poco su blanco...

Mientras tomas nota del ataque Ditto falla su movimiento y parece que proporciona una apertura para que el Drowzee enemigo golpee duramente a tu pokemon. El destructor impacta de lleno contra Ditto que cae el suelo por el golpe.

El golpe de Ditto contra el suelo alertó del peligro a Darwin quien, dejando las notas a un lado, acudió rápidamente a levantarlo.
- ¿Estás bien?- le preguntó. Por toda respuesta, Ayudante asintió y le guiñó un ojo.- De acuerdo. ¡Ayudante, Anulación!- ordenó Darwin a su compañero señalando a su enemigo mutuo.- y devolvámosle el golpe: ¡Confusión!

Ves como el aura del pokemon se debilita sutilmente cuando utilizas Anulación,no parece que vaya a poder repetir ese ataque durante un tiempo, pero eso no es todo ya que aprovechas la distracción para golpearle con un ataque psíquico con fuerza.

Aunque la resistencia de tipo ha impedido que el golpe sea demasiado fuerte ves como el Drowzee enemigo se tambalea cada vez más, se apoya sobre una única pata mientras intenta lanzarte un ataque psíquico con sus ultimas fuerzas. No sabes exactamente cómo pero parece que este ataque es más fuerte que el anterior, tu enemigo no piensa rendirse sin luchar hasta el final.

- ¡Bien Ayudante! Es hora de darle el golpe de gracia y continuar con el examen. ¿Estás conmigo?

Ditto adoptó una pose de combate, con el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante en actitud claramente ofensiva.

- Entonces... ¡Destructor!

Con su último ataque Ditto consigue derrotar definitivamente al Drowzee enemigo que cae al suelo. Apenas unos segundos después se desvanece en el aire ante tus ojos, nunca había visto algo así, una transmisión sin uso de sellos ni de invocadores que la llevasen a cabo.

Mientras sigues dandole vueltas a la extraña desaparicion del pokemon una voz resuena por la sala. Reconoces la voz de la Directora.

-Mucho me temo, joven Darwin, que la respuesta no era correcta. Tranquilo, los fallos estan permitidos en este examen, pero le advierto, cada fallo sera castigado con un nuevo combate a cada cual más complicado, en el momento en que no podais continuar se os dará por suspendido el examen.-

Cuando acaba de hablar la inscripción de la puerta se ilumina de nuevo y ves como se amplía, añadiendo más información al acertijo.

"Somos legión, somos uno pero antes eramos muchos, encerrados en nuestra prision de piedra, llevamos mucho dormidos, esperando a que nuestra prision desaparezca y podamos ser libres, cuando lo seamos no podran pararnos. Di nuestro nombre y pasa."