Partida Rol por web

El joven Darwin estaba tan concentrado en su afán de llegar hasta la gran vidriera sin molestar a los parroquianos que se sebresaltó un poco al ser interrumpido por el ayudante del párroco.

- Hola, soy Marcel, el Padre Met me ha dicho que os lleve a la biblioteca, si eres tan amable de seguirme.
- Ah, hola… Perdón estaba distraído- se ruborizó al pensar que tal vez llevaran ya un tiempo esperándole.- Por supuesto, te acompañamos. Por cierto, yo soy Darwin y él es Ayudante. ¡Parece que hoy tenéis un montón de trabajo! ¿Es normal o se trata de un día especial?- dijo más para desviar la atención de su despiste que por genuina curiosidad, ya que imaginaba que así debía ser el día a día en la iglésia… En ese momento se dio cuenta que la chica del pelo rosa intentaba llamar la atención de Ditto.- Vaya, Ayudante... ¡Parece que te ha salido una admiradora!- exclamó tratando de contener una carcajada de alegría. Con la mano derecha tomó a Ditto que reposaba sobre su hombro izquierdo y se acercó a la chica y su Pokémon para presentarse.
- Buenas. Yo soy Darwin, de Guinarios, y este chico tan tímido es mi amigo Ayudante.- Ditto saludó tímidamente con una diminuta mano que rápidamente escondió en el interior de su arcilloso cuerpo.- Estamos de paso en la ciudad. ¿Sois de por aquí?- preguntó mientras le acercaba a la chica de pelo rosa la mano sobre la que reposaba Ditto para que pudiera verlo mejor.

Su calculado plan de hacerse amiga de un adorable Ditto se vio frustrado cuando el chico de pelo blanco, su acompañante, se dio cuenta. Un poco sonrojada se levantó de un salto, tratando de no hacer más el ridículo. Por suerte para ella, el extraño muchacho no pareció tomarse a mal su intento, sino todo lo contrario. 

-Ho-hola, Darwin -saludó levantando la mano. -Yo soy Aura, y ella es Nini -señaló con la misma mano a su pequeña Vulpix, la cual estiró con elegancia sus colitas. Podía parecer muy madura, pero en realidad era bastante coqueta. -Es... es muy gracioso -continuó, refiriéndose al rosado pokemon. Con cuidado, trató de tocarle mientras mantenía la conversación con Darwin. -Nosotras venimos de un pueblecito de Radian. Es mi primera vez aquí, por eso había venido a la biblioteca, para ver si encontraba un mapita o algo con lo que guiarme -continuó con la explicación. -¿Y vosotros?

- Pues lo cierto es que también es nuestra primera vez en la ciudad. Hemos venido a hacer un encargo para la Academia, pero tenemos tiempo libre hasta mañana y habíamos pensado en aprovechar para verla. Bork, el dueño de la posada donde nos alojamos, nos recomendó unos cuantos sitios que visitar y este era uno de ellos.- contestó Darwin mientras Ditto se dejaba acariciar por la joven.- Cuando me enteré que el templo de Lugia custodiaba la biblioteca de la ciudad no pude reprimir el impulso de venir a verla, aunque parece que a mi Ayudante le gustan más las vidrieras de la iglesia…- entonces cayó en algo y dejó la frase anterior sin acabar mientras le daba una vuelta a una idea que se le acababa de ocurrir y, cuando la tuvo clara, dijo:- Si estás buscando algo con lo que guiarte es porque debes estar buscando algún sitio en particular. Si quieres tras la visita a la biblioteca podemos volver al Gyarados de Agua Dulce y le preguntamos a Bork, seguro que él se conoce la ciudad al dedillo y podría ayudarte.- Si bien era la primera vez que había visto a aquella chica, algo en ella hizo que quisiera echarle una mano. Tal vez se trataba de que, como él, se encontraba sola en una ciudad desconocida y él al menos había tenido la suerte de dar con un buen guía como el regente de la posada.

Seguis a Marvcel hasta una puerta lateral del templo, el chico la abre y accedeis a unas escaleras de caracol que subis hasta llegar al piso superior del edificio, allí os espera un pequeño hall con una enorme puerta de madera pintada de verde con un Lugia representado en azul. Ante ella Marcel saca una pequeña llave de su bolsillo y abre las puertas.

Dentro os encontrais una sala más pequeña que la principal del templo, apenas la mitad que aquella. Cuatro grandes estanterias repletas de libros ocupan los laterales de la sala, flanqueando una mesa de madera rectangular que tiene algunos pergaminos en blanco y un par de candelabros apagados.

Marcel se gira hacía vosotros.

-Esta es la sala, no se si necesitareis algo más, sino el Padre me debe estar esperando para que le ayude abajo.-

- ¡Woooaalaaa! exclamó Darwin al ver el interior de la biblioteca.- ¡No esperaba encontrar tantos libros!… Tenía entendido que era una biblioteca modesta, pero resulta que está atestada de libros…- los ojos del joven estudiante chispeaban ante la oportunidad de leer unos libros que no había estudiado nunca antes. Sin prestar demasiada atención a lo que había dicho su guía, Darwin entró en la sala con Ditto de nuevo en su hombro estirando el cuello a uno y otro lado para leer mejor mejor los títulos de los tomos que Darwin iba apartando para leer.-¿Y podemos leer los que queramos?¿Están ordenados siguiendo algún orden?¿Cuál es el libro más antiguo que tienen? O mejor, ¿Cuál es el más reciente? O no, espera, ¿Cuál es más "completo"?… ¡Ahí va! ¡Pero si esta edición de "Pokémon venenosos de agua salada" es anterior a mi entrada en la academia!- dijo tomándolo bajo el brazo para leerlo, pero de repente…-¡Y mira! "Influencia de las corrientes y mareas en la reproducción de los Pokémon de agua"- lo tomó también.- Mmmm… me pregunto… ¿tienen algun libro sobre Lugia? Al fin y al cabo es un templo en su nombre, ¿no?- preguntó sin volverse siquiera, mientras seguía leyendo más títulos de libros .

Cuando Aura entró en la sala que conformaba la biblioteca, no pudo evitar sentirse entre asombrada y abrumada. Darwin también parecía bastante emocionado, y se dedicó a bombardear a preguntas al joven Marcel, a la vez que sus ojos bailaban de un título a otro. La muchacha sonrió, al chico se le veía como Magikarp en el agua. Aura no era una lectora ávida; de hecho, le costaba mucho concentrarse en algo durante un tiempo prolongado, aunque sí había aprendido el respeto por las obras escritas, por lo que, aunque no compartía la exaltación de Darwin, sí que sentía el aura de importancia de la sala, como si se encontrara rodeada de mucha gente sabia y anciana compartiendo sus conocimientos. 

La joven pelirrosa respiró hondo para tranquilizarse y comenzó a echar un vistazo a las estanterías, buscando algún libro con información de la ciudad, o sobre los cinco elegidos de la leyenda. Realmente, cualquier manuscrito con un título llamativo que pareciera tener algún tipo de relación con su misión le serviría para empezar. Una de las preguntas de Darwin había sido muy interesante, y era la de que si los libros estaban ordenados siguiendo algún criterio en especial. Si la respuesta era afirmativa, eso podría facilitarle bastante las cosas. 

-Em... orden... pues creo que...- la voz de Marcel tiembla ante el entusiasmo de Darwin, parece que el chico esta casi tan perdido como vosotros en esta sala.- Creo que por orden alfabetico.- dice mientras ojea la estanteria más cercana para comprobar su teoría.

Parece que queda satisfecho antes de seguir hablando.- Creo que la mayoría de libros son sobre pesca y pokemon acuaticos, no se si habrá algo interesante sobre Lugia, no paso demasiado tiempo aquí la verdad.- 

Mientras habla el chico va acercandose poco a poco hacía la salida, intentando salir sin ser demasiado brusco.

Tras buscar un rato entre los estantes y desechar varios libros sobre la pesca de Magikarps según la estación del año encuentras lo que buscabas: un libro que parece bastante más viejo que los demás titulado "El Señor de las tormentas: Lugia".

Lo coges con cuidado para no deteriorarlo, es un libro que no habías visto nunca por lo que parece bastante valioso. Lo colocas en una mesa aparte para poder echarle un vistazo tranquilamente.

Es un libro de tapas azuladas bastantes desgastadas, bastante grueso, con un lugia dibujado a mano en la portada sobrevolando una gran ola.

Ojeas el tomo rapidamente, es una recopilación de historias en torno al pokemon legendario, leyendas y supersticiones locales.

No lo lees con demasiada atención pero hay una pagina en la que te detienes, donde dice algo interesante sobre la fundación de ciudad:

Durante muchos siglos la bahía de Oklam estuvo deshabitada, hasta que un loco decidió fundar una ciudad en esta tierra infertil. 

Rodrick el Visionario dijo haber recibido una visión que le decía que un templo en honor al Señor de los Torbellinos debía ser construido en dicha bahía.

Algunos lo llamaron loco, otros lo ignoraron, pero unos pocos lo siguieron. Con ellos formó lo que primero sería la aldea de Oklam, que cogía el nombre de la bahía, del idioma arcano "Tifón".

En dicha aldea construyeron un templo, un templo sobrio pero resistente. No se usaron planos para ello, casi parecía que la estructura aparecía por arte de magia en la cabeza de Rodrick.

Tras dos años de duro trabajo el templo fue construido, y en su centro se colocó una gran vidriera, un precioso cristal que representaba al pokemon Lugia.

Poco a poco la majestuasidad de dicha vidriera fue atrayendo a curiosos e historiadores, y así: el Puerto de Oklam fue fundado.

- ¡¡Ahí va!! Mira, Ayudante, es un Libro sobre Lugia…- comentó Darwin tras pasar un rato buscando en la estantería.- No creo haber visto nunca uno en la Academia… ¡Vamos a echarle un vistazo!- dijo entusiasmado. Rápidamente hizo sitio en la mesa y se sentó a leer el libro. Era un libro antiguo y tenía bastantes páginas, algunas ilustradas. La mirada de Darwin despedía estrellitas de la emoción y pronto alcanzó tal concentración que apenas fue consciente de lo que pasaba a su alrededor. Poco a poco, sin embargo, su rostro se fue apagando, torciendo el gesto en una mueca de sincera desilusión. Pasado un buen rato, leyó algo en voz no muy alta, como para sí, aunque lo suficientemente alta como para ser oído en la quietud de la biblioteca:
- "Durante muchos siglos la bahía de Oklam estuvo deshabitada, hasta que un loco decidió fundar una ciudad en esta tierra infertil.

Rodrick el Visionario dijo haber recibido una visión que le decía que un templo en honor al Señor de los Torbellinos debía ser construido en dicha bahía.

Algunos lo llamaron loco, otros lo ignoraron, pero unos pocos lo siguieron. Con ellos formó lo que primero sería la aldea de Oklam, que cogía el nombre de la bahía, del idioma arcano "Tifón".

En dicha aldea construyeron un templo, un templo sobrio pero resistente. No se usaron planos para ello, casi parecía que la estructura aparecía por arte de magia en la cabeza de Rodrick

Tras dos años de duro trabajo el templo fue construido, y en su centro se colocó una gran vidriera, un precioso cristal que representaba al pokemon Lugia.

Poco a poco la majestuasidad de dicha vidriera fue atrayendo a curiosos e historiadores, y así: el Puerto de Oklam fue fundado."- A continuación, tras leer unas líneas más en silencio y pasar unas cuantas páginas más, cerró el libro con cuidado, se frotó los ojos llorosos por la extrema concentración y suspiró.- Pues no parece que hubiera gran cosa… casi todo supersticiones locales sobre el Pokémon Legendario. Es difícil saber qué es realidad y qué ficción en un libro así. Por ejemplo, he encontrado un texto que hablaba de la fundación de la ciudad, aunque me ha parecido demasiado fantástico como para que fuera totalmente cierto. Aunque… bueno, el templo sí que es antiguo y construido para durar, eso es cierto… ¡pero no! Es imposible que el resto sea verdad. ¿Verdad, Ayudante?

Por su parte, Ditto se había pasado el rato conversando con el Vulpix blanco de la joven Aura. Tímidamente al principio pero más lanzado al final, había empezado a hacer payasadas que al final habían conseguido sacar una sonrisa al hermoso pokémon. Al oír su nombre de boca de Darwin, Ditto dejó de hacer bobadas, miró al joven y se encojió de hombros de una manera muy evocadora.

- Supongo que tienes razón: Nunca lo sabremos- conjeturó.- En fin… ¿cómo te ha ido a ti, Aura? ¿Encontraste el mapa que buscabas?

Aura podía tener muchas virtudes (o no), pero la concentración no era una de ellas. El ver tantos libros juntos, sin tener muy claro qué era lo que necesitaba, hizo que la muchacha perdiera rápidamente el hilo, y un montón de pensamientos empezaron a arremolinarse en su interior. No eres lo bastante buena, esto te queda grande, estas sola y lejos de casa en una ciudad enorme y desconocida... 

De fondo, podía escuchar a Darwin murmurando cosas sobre los libros que le parecían interesantes, y los suaves sonidos que Ditto y Vulpix intercambiaban. Mientras tanto, Aura seguía muy quieta en el centro de la sala. La voz de Darwin se hizo más fuerte, lo cual llamó la atención de la muchacha. Miró a su alrededor, volviendo a ser consciente de la situación. Nini había dejado su interesante conversación con Ayudante, volvió a los pies de la joven y gruñó suavemente. -Tienes razón. No tendría que perder el tiempo de esta manera. -Rápidamente, Aura meneó la cabeza para despejarse y se puso manos a la obra. -La verdad es que me he quedado un poco en babia -reconoció la pelirrosa, un tanto avergonzada, ante la pregunta de Darwin. -Pero termino en un pispás. 

Darwin miró hacia la ventana que permitía la entrada de luz en la sala y evaluó la hora. Aún no debía ser la hora de comer, así que todabía disponía de algo de tiempo antes de volver a la posada.

Miró de nuevo la sala, sintiendo esa paz interior que se siente en las bibliotecas, silenciosas y llenas de conocimientos aguardando ser redescubiertos… Suspiró conforme.

Entonces su mirada se posó en su compañera. De algún modo que no podía explicar, parecía fuera de lugar en aquel sitio. Darwin pensó que podía aprovechar el tiempo que le quedaba ayudando a aquella joven. No la conocía apenas y tampoco hablaba mucho, pero era nueva en la ciudad como él y parecía buena gente.
- Perdone si me entrometo, señorita Aura, pero ¿Quiere que le ayude a buscar algo? No tengo mucho que hacer en la ciudad hasta mañana y me suelo manejar bien en las bibliotecas… Esta, en concreto, es bastante pequeña aunque está muy desordenada.- Ditto se aupó a la mesa y de ahí subió de nuevo al hombro del joven.- Ayudante parece también dispuesto para la tarea. ¿Qué me dice?- preguntó sonriéndole a la joven con su cara más amable.

Rebuscas por las estanterias buscando un mapa o algo que te pueda valer, pero por más que buscas no encuentras nada demasiado especifico, encuentras algunos planos de ciudades cercanas, la mayoría desactualizados. Pero ningun mapa del continente ni del pais.