Partida Rol por web

¡¡Ayudante!! -Gritó Darwin cuando recuperó el aire tras el brutal golpe de Arcanine a su amigo. Arcanine aún lo tenía bajo sus patas, inmovilizado, de forma que era imposible saber en qué estado se encontraba. Las palabras de la directora aún resonaban en la sala, pero ahora el examen era algo secundario para Darwin. No se iría de allí sin su compañero.

Darwin se arrodilló junto a Ditto. Las llamas de Arcanine eran muy sofocantes y quemaban incluso a aquella distancia. Miró a Arcanine con lágrimas asomando a sus ojos, aunque aún contenidas. Se inclinó ante el poderoso Pokémon y le imploró:

- Poderoso Arcanine. Has demostrado tu poder y superioridad ante nuestra fuerza combinada. Ahora te imploro que liberes a mi amigo para que pueda atenderle… Por favor…

El Arcanine te mira fijamente y casi te parece que ¿sonrie? Libera a Ayudante de su abrazo y se coloca al lado de la puerta abierta, como esperando a que pases.

La voz de la directora vuelve a resonar por la sala.

-Vamos joven, su evaluación le espera. Y tenemos mucho de que hablar.-

El tono ahora parece impaciente y ligeramente molesto.

Darwin agradeció el gesto a Arcanine en silencio y enseguida se abrazó a Ditto-Arcanine.

- Lo siento mucho, Ayudante… - Se enjugó las lágrimas y se separó un momento de él para verle mejor.- ¿Estás bien? ¿Puedes andar?- Ditto asintió y se incorporó visiblemente dolorido.- Está bien. Vuelve a tu forma para que pueda llevarte yo.

Así, Ditto volvió a su forma y Darwin lo tomó en sus brazos. Se incorporó y se colocó delante de la puerta que le estaba flanqueando Arcanine.

Tragó saliba.

Ya solo faltaba que le confirmaran el suspenso pues, a pesar de que el combate final había sido injusto debido a que la diferencia entre fuerzas era totalmente desproporcionada, sabía que no había estado a la altura. ¿Qué haría entonces? ¿Realmente quería volver a empezar sus estudios desde el principio? ¿Tanto tiempo había tirado a la basura?

Suspiró. La Directora era más sabia que él y si ella decidía que no podría ser miembro graduado de la academia que regía debía aceptar su decisión.

- Dit-to- Ditto aportó su granito de arena al ánimo de Darwin, intentando reconfortarle. Con los ojos aún húmedos por las lágrimas derramadas y por las aún contenidas, Darwin sonrió a su amigo… y entró.

Entras en una sala amplia pero practicamente vacía, las paredes de roca negra solo tienen un par de antorchas que iluminan la sala. No... no son antorchas, no es fuego lo que la ilumina, parecen piedras que irradian una fuerte luz, no recuerdas haber visto nada así.

En el centro de la sala una pequeña mesa, con una tetera echando humo y frente a ella dos tazas. Sentada tras ella se encuentra la directora, cuando te acercas te hace un gesto para que la acompañes en una silla vacía frente a ella, mientras lo haces empieza a servir dos tazas de te.

En cuanto estas sentado comienza a hablar.

-No puedo negar que estoy decepcionada joven, sospechaba que alguien de tu inteligencia se daría cuenta de la respuesta al último acertijo.- bebe un sorbo de te tranquilamente antes de continuar.- Optaste por pelear contra un oponente muy superior a ti sin pararte a pensar en alternativas, la puerta a esta sala era de madera y las habilidades de tu compañero te habrían proporcionado un metodo para echarla abajo o incluso convertirla en cenizas.- Vuelve a beber.- Un académico debe estar atento en todo momento a sus alrededores para estar un paso por delante de los demás.

Deja la taza en la mesa mientras vuelve a rellenarla.

-¿Sabes por qué retiramos el emblema de cristal a los que fallan este examen joven Darwin?-

- ¿Sabes por qué retiramos el emblema de cristal a los que fallan este examen joven Darwin?

Desde que se sentara con Ditto en su regazo, Darwin no se atrevió a mirar a la cara a la directora. Tenía la mirada fija en la taza de té humeante que tenía ante él mientras trataba de contener su decepción, su frustración y las lágrimas de impotencia que amenazaban con salir. Durante unos segundos recordó lo acontecido en la sala anterior y comprendió que, con su forma de Arcanine, su Ayudante podría haber quemado o derribado fácilmente la puerta. Sin embargo…
- No había ningún acertijo- musitó en voz queda, a todas luces un pensamiento en voz alta.- Antes de resignarme a iniciar el combate busqué otra opción… Incluso le pedí explicaciones, pero fue en vano. Está claro que no fui lo suficiente listo… ¡no! Listo no es la palabra adecuada - Se quitó la insignia de cristal y la dejó sobre la mesa, pero crispó el puño en torno a ella sin soltarla.- Astuto. Intuitivo. Pillo. Tramposo… pero esos atributos no se enseñan en la Academia. Por más que estudie jamás los aprenderé aquí.- Los nudillos de su mano se habían vuelto blancos de tan fuerte que apretaba la insignia, hasta que tras un breve silencio la soltó. Se enjugó las lágrimas con el dorso de la mano y levantó la vista para mirar directamente a la Directora.
- Supongo que el emblema es solo un recordatorio de lo frágil que es nuestra condición de académico y, al suspender, se nos retira para que aprendamos a valorar lo que tanto nos ha costado encontrar y volvamos a buscar nuestro camino hasta él. . . Supongo.- Desvió de nuevo la mirada hacia Ditto, lo incorporó un poco y le acercó la taza de té para que bebiera un poco.

La directora bebe un largo sorbo de te mientras sopesa tu respuesta.

-Es una buena respuesta, pero no es solo para recordaros lo fragil que es vuestro estatus, eso sería prepotente por nuestra parte. Se os enseña paciencia, no hay que presentarse el primer año ni el segundo, se debe afrontar la prueba cuando estes preparado, hay que pensarlo friamente. Eso te ha faltado en tu ultima prueba, te has lanzado al combate contra un enemigo que ni siquiera te había atacado antes de barajar tus posibilidades.- hace una pequeña pausa para servirse algo más de te.- No te hemos pedido que seas tramposo, te hemos pedido que seas ingenioso, como se espera de todos los que salen de aquí. Pediste explicaciones, más sabías que te estabamos poniendo a prueba, no podíamos ayudarte.- cierra los ojos mientras suspira, cansada.

-Esperaba más de ti.- 

Dicho esto se levanta y pasea por la sala hasta la pared opuesta a ti, donde aparece una puerta.

-Así que, joven Darwin, una última pregunta antes de que abandones el examen. ¿Qué vas a hacer ahora?-

- ¿Qué vas a hacer ahora?- La pregunta de la Directora resonó en su cabeza.

¿Ahora?- Pensó mirando a su amigo Ditto. Recordó por un instante lo que había sufrido durante los últimos años en la academia. Las noches sin dormir estudiando, los madrugones, el esfuerzo por intentar ser el primero de la clase, el que más supiera de Pokémon… Pensó en su familia, su padre y sus hermanos, todos ellos habían pasado el examen final a la primera. Y pensó también en su sueño, que comenzó cuando conoció a Ayudante, cuando empezó a fraguarse en su mente la teoría del origen común de todas las razas Pokémon. Ahora, sin embargo, había suspendido. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Debería volver a perder cinco, seis, siete años más de su vida reestudiando las mismas lecciones que era capaz de recitar ya de memoria?
- ¿Ahora?- Respondió alzando la vista hacia la directora. Su semblante se tornó serio, algo percertible incluso a pesar de las lágrimas que le humedecían el rostro. Se las secó con una manga sin apartar la vista de la Directora.- Tal vez no haya superado el examen, Directora Mardinia, pero me temo que la Academia tiene ya poco que enseñarme. Y no lo digo porque crea que sé lo suficiente, soy consciente de todo lo que aún me queda por aprender, pero no es en la Academia donde podré hacerlo. Si realmente espera que sea más ingenioso, no será entre libros donde lo conseguiré.- Miró de nuevo a Ditto, quien había creado un brazo y se lo mostraba como "sacando bola" en un gesto de ánimo. Darwin sonrió al comprobar que Ayudante pensaba igual que él y estaba dispuesto a apoyarlo.- Ahora, con título o sin él, es el momento de salir al mundo a seguir aprendiendo y a poner en práctica lo que ya he aprendido. Sé que hay algo que une a los Pokémon de todo el mundo. No sé qué es, pero aquí no lo encontraré ni aprenderé lo que me queda por aprender. Así que, señora Directora, le agradezco lo que ha hecho por mi y le aseguro que, vaya donde vaya, recordaré y haré buen uso de lo que me han enseñado, incluido lo que he aprendido en este examen- concluyó.

La directora te sonrie mientras la puerta se abre, ya puedes salir de la zona del examen. Cuando esto pasa ves como la anciana vuelve a la mesa con el té y bebe tranquilamente, cerrando los ojos para disfrutar del sabor de la bebida.

Pero antes de que salgas te dedica unas últimas palabras.

-¿Sabes algo curioso joven Darwin? Las normas de la Academia que prohiben a los alumnos participar en experimentos con los profesores hasta haber completado todos los examenes no se aplican a los colaboradores ajenos a la institución.- se gira para mirarte mientras te guiña un ojo sonriendo.- Si no quieres retomar los estudios tal vez la profesora Marta tenga algun trabajo para ti, como colaborador ajeno a la Academia claro.-

Con estas palabras vuelve a su té mientras bebe tranquila, ves como el Arcanine de la sala anterior aparece por la puerta que usaste antes y se sienta junto a ella, como si fuesen viejos amigos.

Cuando la directora se volvió a sentar a tomar su té con la puerta ya abierta, Darwin se levantó con Ditto en brazos y se acercó a la salida, apesadumbrado. Se detuvo en la puerta antes de cruzarla para escuchar las últimas palabras de la Directora. Esbozó sin volverse una sonrisa débil pero agradecida sin decir nada más. Ya estaba todo dicho. Dió un paso más y salió de la sala, tal vez para siempre…

Llegas la despacho de la profesora Marta en menos de 10 minutos, como siempre su despacho tiene más pinta de cuarto de los trastos que de zona de trabajo, aunque cada profesor tenia laboratorio propio parecia que ella no distinguia entre un cuarto u otro y trabajaba donde le venía la inspiración, siempre temiste el aspecto que debía tener su dormitorio.

Cuando entras la encuentras en el suelo escribiendo en unos papeles que estan desperdigados de forma casi aleatoria, su Noctowl descansando en una estanteria, abre un ojo cuando entras pero no percibes ninguna reacción más. Levanta la cabeza distraida cuando oye la puerta, como si no esperase a nadie importante, cuando repara en que eres tú abre los ojos de par en par y se levanta corriendo.

Va hacía ti y te agarra de los hombros con cara de preocupación.

-Darwin, me he enterado de todo. ¿Estas bien? Dios, claro que no, has suspendido no puedes estar bien, ¿te has hecho daño? Creo que tengo un botiquin en algun sitio de la sala.- se gira para rebuscar, como siempre la profesora es una ametralladora hablando y no se da cuenta de que no has podido ni abrir la boca. A los pocos segundos de rebuscar se levanta como un resorte y te mira de nuevo.

-Un momento, si estas aquí es porque Mardinia me ha hecho caso, ¿ha autorizado tu colaboración? Tengo entre manos un experimento revolucionario, que cambiará nuestro mundo y el de los pokemon por completo. ¿Te apuntas?-

Darwin entró en el despacho de la señorita Marta con Ayudante al hombro y con mucho cuidado de no pisar nada. Bueno, al menos nada importante, porque no pisar nada era tarea imposible. Le dedicó un saludo de cabeza al Noctowl y se acercó a la profesora. Cuando esta se dio cuenta de su presencia le ametralló a preguntas, zarandeándolo como a un pelele y sin dejarle siquiera hablar.

- Estoy bien, señorita Marta- consiguió decir al fin.- Solo un poco herido en el orgullo - confesó aunque se ahorró explicarle que no sabía qué le diría a su familia y cómo les explicaría que iba a dejar la Academia.- La directora me dijo que viniera a hablar con usted, pero no me explicó de que se trataba y mucho menos que podría cambiar nuestro mundo por completo- conforme hablaba comenzó a contagiarse del ánimo inquebrantable de la profesora. ¿Realmente tendría la oportunidad de colaborar en un experimento tan importante o, como solía pasar, la profesora estaba exagerando más de la cuenta muy a su pesar?- Dígame señorita, ¿De qué se trata y cómo podría ayudarle?

La profesora vuelve a caer al suelo y te habla mientras rebusca entre sus papeles.

-¿Cual es uno de nuestros mayores problemas a la hora de transportar pokemon grandes distancias? Exacto, su fisionomía no es como la nuestra, yo podría escalar una montaña si estuviese preparada, mi Chansey o mi Tauros se quedaría atrás sin forma de llegar. Es cierto que en la cima podría usar un circulo de transporte para traerlos pero necesitaria un elementalista experimentado y cristales de poder.- 

Cuando por fin encuentra lo que buscaba se levanta y te tiende un papel lleno de garabatos que apenas puedes leer, parecen apuntes sobre un tipo de cristal con runas.- He descubierto una forma de atrapar a los pokemon de forma momentánea en estos cristales, si pudiese tallar las runas precisas podría conseguir que la esencia del pokemon quedase atrapada dentro para solucionar ese problema de transporte y de paso librarnos del engorro que suponen los circulos de transporte entre ciudades, demasiado poco eficientes.

¿El problema principal? La dureza de estos nuevos cristales es demasiada para mis instrumentos por eso necesito que vayas a recoger un encargo al reino de Lenaris, un metal especial que han conseguido sintetizar en Catolnia y que debería permitirme escribir en el cristal. ¿Me ayudarás?

Aunque al principo se mostraba algo excéptico, algo en los garabatos que le enseñó la profesora le dijo que hablaba en serio. Sin embargo el "trabajo" no era exactamente lo que se había imaginado.
- Entonces… ¿Solo me necesita para recoger un paquete? Pensaba que la iba a ayudar a investigar algo que cambiaría el mundo, aunque esa parte parece que ya la tiene solventada…- el tono de decepción en su voz era obvio para cualquiera que lo escuchase… salvo tal vez para la señorita Marta. Suspiró y procuró animarse pensando que tal vez tras ese encargo que cualquiera podría hacer pudiera ayudarla en algo realmente interesante.- Está bien, señorita Marta. Le traeré ese paquete tan pronto como pueda - le respondió.

La alegría es patente en la cara de la profesora.

-Sabía que no te negarías, en cuanto traigas ese material podremos empezar los experimentos de verdad y quien sabe, a lo mejor hasta pasamos a la historia.

El paquete debería llegar en dos días al puerto de Oklam, un asentamiento mercantil independiente cerca de la frontera de Lenaris, hay un carruaje preparado para llevarte mañana por la mañana, para que vayas con tiempo a recibirlo.-

Te ofrece una carta cerrada con el sello de cera de la academia.- Con esto no deberías tener problemas a la hora de recoger mi encargo.