Partida Rol por web

¿Quién anda ahí?

La esperanza se quiebra (Día 2)

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09/10/2020, 12:21
Narrador

La esperanza y el temor son inseparables y no hay temor sin esperanza, ni esperanza sin temor.

François de La Rochefoucauld

El sonido de los despertadores inundó los barracones y la luz artificial se encendió conforme a la programación, anunciando un nuevo día. Eran decepcionantes sustitutos del sonido del cacarear de los gallos y el cálido Sol irrumpiendo el cielo sobre el horizonte, pero era todo de cuanto se disponía en el Gran Imán.

Los lentos despertares dejaban atrás literas húmedas por el sudor de los malos sueños. Ninguno había conseguido dormir del tirón y casi todos habíais dado vueltas y más vueltas en el fino colchón plástico que a duras penas impedía que el metal se clavase en los huesos de la espalda.

Poco a poco se desperezó en cada mente una consciencia colectiva, algo aterida por el frío y el mal sueño, pero esperanzada: La noche había transcurrido sin sobresaltos. No había rastro de la criatura. ¿Sería eso señal de que todo había pasado ya? ¿Habría el campamento sobrevivido al que se presentaba a sí mismo como el gran error de la humanidad, la trompeta del apocalipsis, el despertar del jinete último? 

La rutina del campamento se vio parcialmente teñida por aquel verde sentimiento.

El aseo personal de los expedicionarios se vio continuado con las tareas matinales que tanto habían impregnado en su ser a lo largo de aquellos meses. Lyra comprobaba los aparatos de calefacción antes del desayuno. Ben hacía lo propio con los sistemas. Ungâk asistía con cariño a Blue alimentándole mientras le acariciaba tras las orejas. Ostap y Rhonda disponían todo en la cocina y preparaban la cafetera y los fuegos mientras Jonathan y Jeffrey se encargaban de ordeñar las vacas y recoger los huevos de gallina en la Casa Granja y, poco a poco, todos iban reuniéndose en la gran mesa del comedor en la Casa de la Administración.

Susan ordenó a Ellis, Jack y Maika ir a comprobar como estaban McReady y Blair. Comenzaron por McReady, acudieron a la Casa del Cosmos y se lo encontraron enérgico como siempre. Haciendo sus ejercicios y flexiones matinales. Este les pidió su desayuno habitual que incluía café, huevos crudos y algo de jamón cocido envasado. De allí fueron a la Casa de la Estratigrafía

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09/10/2020, 12:47
Dr. Blair

Blair se movía por la pequeña cabaña. Sus ojos lanzaban espasmódicas y rápidas miradas a los tres hombres y mujeres que estaban con él.

Estaba acurrucado contra la pared opuesta de la cabaña de la Casa de la Estratigrafía, y su equipo apilado en el centro del piso, junto a la estufa, formando una isla entre él y los demás. Sus huesudas manos se crispaban y temblaban, denotando su espanto. Sus apagados ojos revelaban su malestar mientras hacia girar la pecosa cabeza con movimientos propios de un pájaro.

No quiero que nadie venga aquí -dijo Blair con tono brusco y nervioso. - Yo mismo me prepararé la comida. Quiero alimentos envasados. Envases sellados.

De acuerdo, Blair - protestó Ellis -. Se los traeremos pronto. Usted tiene carbón y el fuego está encendido. Haré un último...

Ellis dio un paso adelante.

Blair se deslizó instantáneamente al rincón más lejano.

¡Salga de aquí! ¡Apártese de mí, monstruo -clamó el biólogo, y trató de abrirse paso con las uñas a través de la pared de la cabaña-. Apártese de mí... apártese... No quiero ser absorbido..., no quiero...

Ellis se dominó y retrocedió. Maika meneó la cabeza.

Dejémoslo en paz -le dijo a Ellis-. A Blair le resulta más fácil arreglar el asunto personalmente. Creo que nos veremos obligados a cerrar la puerta…

Los tres salieron. Jack y Ellis pusieron manos a la obra con eficacia practicando una trampilla en la puerta a través de la cual se podían hacer pasar víveres y evitando que la puerta se pudiera abrir desde el interior.

Allí Blair se movía con impaciencia de un lado a otro. Arrastró algo hacia la puerta, jadeando y profiriendo frenéticas blasfemias. Ellis abrió la trampilla y miró, mientras Maika atisbaba por sobre su hombro. Blair había arrimado contra la pared de entrada su pesada litera. Ahora la puerta no se podía abrir sin su cooperación.

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09/10/2020, 12:53
Narrador

De vuelta en la Casa de la Administración, todos estaban ya sentados a la mesa. Los tres recién llegados compartieron la situación de los aislados con el resto.

McReady se muestra como siempre y pide si le podríamos llevar el desayuno habitual. - Anunció Jack

Blair en cambio se muestra paranoico. Solo aceptará comidas envasadas que él mismo se preparará y se ha atrincherado en la Casa de la Estratigrafía. - Aportó Ellis

Mientras Rhonda salía de la cocina sirviendo cafés e infusiones con leche fresca a todos, Ostap llevaba en una bandeja las viandas que McReady había solicitado y en un saco de arpillera comida envasada para Blair.

Maika, algo más preocupada por el aspecto psicológico del doctor que por el físico, apuntilló lo anterior.

Nos miraba como si desconfiase de nosotros... Cree que ya no somos más nosotros mismos. Tengo la impresión de que si saliese de allí por su propio pie, cometería una locura con todos. No sé cuanto tiempo necesitará para asimilar...

El silencio se volcó sobre todos cuando Maika cortó sus palabras. Se quedaron absortos con sus brebajes. Aquella palabra había erizado el cabello de los presentes y disparado sus pensamientos, probablemente envueltos en discusiones internas procesando la información de los aislados y pensando recursivamente sobre todo lo sucedido.

El inquieto silencio que se adueñó de la sala solo se veía ocasionalmente interrumpido por alguien bebiendo de su taza. Finalmente, fue perturbado a la vuelta de Ostap cuando entre él y Rhonda comenzaron a preparar el alimento para todos. El aceite chisporroteaba en la sartén mientras Rhonda batía las yemas y las claras para preparar huevos revueltos. Ostap retiraba las cáscaras de los huevos de la mesa tirándolos al contenedor de basura orgánica.

Fue entonces cuando sucedió y un grito estremecedor disparó todas las alertas.

 

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09/10/2020, 13:10
Narrador

Todos corrieron a la cocina siguiendo el origen del grito y, al asomarse al interior, casi se pudo oír el sonido de la esperanza quebrándose por encima de los gritos, los chirridos agudos y el crepitar del aceite.

Ostap, junto al contenedor de basura orgánica, se había girado y miraba con espanto aun petrificado la escena que se había desbocado en los fogones. Rhonda, se encontraba sentada en las frías baldosas del suelo después de haber tropezado al intentar retroceder, gritaba como nunca en su vida había gritado antes. Sobre la sartén chisporroteante, el líquido que era media docena de huevos batidos había adoptado una densidad, un color y una forma totalmente antinaturales y se mantenía levantada sobre el aceite hirviendo de la sartén gracias a haberse sujetado de la circunferencia exterior de la misma con su propia materia.

El hasta hace unos segundos huevo batido iba transformándose en una criatura repugnante. Las babas líquidas amarillentas que antes eran yemas se transformaban en tentáculos allí donde se sujetaba a la sartén y del centro de su viscosa forma circular se erguía una suerte de extremidad que recordaba vagamente a un nauseabundo y repulsivo cuello de cisne. Al final de aquella extremidad, una boca sin ojos chirriaba abierta de par en par expresando el dolor de la criatura quemándose en contacto con la sartén en su intento por esquivar una muerte segura. La boca, desprovista de labios, lucía correosa y goteante, como hecha de queso fundido, y su color marrón rojizo recordaba más a carne sanguinolenta que a un huevo batido.

Antes de que nadie pudiera reaccionar, el contenedor junto a Ostap, allí donde había tirado las cáscaras de huevo, había comenzado a repiquetear contra el suelo y tambalearse. Como si otra criatura que allí se alojase se supiera inesperadamente descubierta y hubiera llegado a la conclusión de que no le quedaba sino luchar. Y es que así era. Un grueso tentáculo de materia encarnada medio fundida con los restos orgánicos de las cáscaras de huevo y otros residuos previamente desechados emergió del contenedor buscando al rechoncho cocinero ruso, que tuvo la destreza mental de reaccionar rápidamente propinando una patada al contenedor y alejándose con una rapidez nacida de la adrenalina se agenció del alargado mechero prendedor que utilizaban para encender el gas de los fogones y el horno.

Contra todo pronóstico, Mia fue la primera en gritar.

¡Tenemos que ayudarles! - Dijo justo tras el grito que sacó a todos de su bloqueo.

En apenas unos segundos, la cocina se convirtió en una batalla campal por la supervivencia. Ostap apenas mantenía a raya el tentáculo dándole estocadas con la pequeña llama del encendedor mientras los recién llegados se volcaron en la ayuda de sus amigos. Buscaban armas improvisadas en cajones, armarios y despensas con los que armarse para defenderse. En los fogones, los tentáculos de la criatura-huevo habían seguido transformándose hasta convertirse en cinco especie de patas articuladas en dos puntos y los había utilizado para repiquetear el granito de la larga encimera en dirección a uno de los rincones de su extremo. Tenía el tamaño aproximado de un perro pequeño y por su aspecto parecía un cisne desplumado y despellejado con patas de araña. En lo que se podía llamar su cabeza, había surgido un único globo ocular carmesí.

El tentáculo del contenedor, demostrando una inteligencia impensable, había usado su propio brazo para volver a poner el contenedor en pie y retomar el ataque contra Ostap cuya situación parecía cada vez más desesperada. El predicador que estaba entonces buscando un arma en alguno de los armaritos sacó de él una bote de insecticida en spray de unos treinta centímetros de alto y llamó la atención del cocinero ruso.

Ostap, aquí. Usa esto. ¡Quémalo! ¡Quema a ese engendro de satanás! - Lanzándole el bote de insecticida en cuanto tuvo oportunidad.

El tentáculo mostró nuevamente su inteligencia e intentó interceptar el objeto en vuelo, pero no fue lo suficientemente rápido. Ostap, en cambio, sí que lo cazó y utilizando la llama del prendedor y el gas del tubo de spray como lanzallamas improvisado, comenzó a descargar una bola de fuego sobre el tentáculo que gritó gorgoteante sin ninguna boca visible.

En todo aquel revuelo, Zhou, rápida de pensamiento, había atado cabos y llegado a una conclusión. Llamando la atención de Lyra e intercambiando apenas unas palabras inaudibles para el resto por el estruendo del lugar, salieron corriendo de la cocina. Sólo Sara y la doctora Takeno, que lo escucharon por estar cerca de ellas, se fueron corriendo detrás.

Ellis se giró para perseguirlas y averiguar sus intenciones, pero el grito de Susan le obligó a centrar su atención en algo más urgente.

¡La rejilla! ¡No dejéis que alcance la rejilla!

Al voltearse, lo vio claro, el cisne-araña no había elegido una dirección de huida al azar, sino que había abandonado el granito y comenzado a subir por la pared y se encaminaba directamente a la rejilla de ventilación que estaba en el techo.

Otro grito y otra voz, esta vez la de Rhonda que ya había llegado a reponerse

¡Si alcanza la rejilla estamos perdidos!

Una lluvia de cacerolas, cubiertos, envases y paquetes llovió sobre la pared cuando toda la expedición intentó frenar la carrera de la criatura, pero esta serpenteaba arriba y abajo por la pared esquivando los objetos. Unos zarcillos o tentáculos largos y afilados surgieron del cuerpo del cisne-araña y comenzaron a fustigar el aire en movimientos aparentemente desordenados. Como si de tres látigos se tratara, con cada chasquido apartaban de su trayectoria las improvisadas armas arrojadizas alejándolas de su cuerpo. Pronto aquellos látigos pasaron al ataque y todos tuvieron que lanzarse cuerpo a tierra o buscar refugio.

Solo Ostap, en el otro extremo de la cocina, permaneció en pie, emitiendo un grave alarido de victoria mientras calcinaba los restos humeantes de aquel tentáculo que había estado cerca de acabar con su vida. Una gran llama amarillo rojizo crepitaba en la boca del contenedor en cuyo interior aquella criatura había acabado por colapsar y, definitivamente, morir.

¡Yippi ka yei, hijo de puta! - Tronó con su fuerte acento ruso.

Ben, con la espalda apoyada contra un mueble metálico de armarios que se interponían entre la criatura y él mismo, gritó aterrorizado cuando uno de aquellos zarcillos atravesó el mueble de metal muy cerca de su cabeza con la facilidad de quien atraviesa un papel fino. Al retirarse, dejó tras de sí un agujero limpio de unos 5 centímetros de diámetro.

El sonido de la rejilla estrellándose contra las baldosas grises del suelo de la cocina anunció que ya era tarde. El extremo de sus recién generados tentáculos colándose por el hueco de la ventilación y el posterior sonido metálico sobre el falso techo dinamitaron los restos de esperanza que algunos ingenuos corazones se empeñaban en albergar.

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09/10/2020, 15:16
Narrador

Una vez más en la Casa de la Administración, los expedicionarios se agolpaban junto a la mesa de desayuno que aun era custodio de las tazas y vasos del desayuno, algunos mediados y otros llenos como Rhonda los llevara hacía eternos minutos. El ánimo que había presenciado la sala cuando la esperanza se atrevía a ganar terreno parecía ya el fósil de un pasado lejano.

Se oyeron los pasos de las cuatro mujeres que regresaban al lugar, los ojos de Sara llorosos entre las duras miradas del resto. Lyra portaba una antorcha fuelle. Olían a gasolina. Nadie se atrevía a romper el silencio, pero los rostros devastados de quienes ya estaban en el comedor obligaron a las recién llegadas a preguntar. No alcanzaban a entender qué ocurría, puesto que Ostap y Rhonda estaban entre el grupo, sentados a la mesa con sendas tilas humeantes en las manos.

Una losa cayó sobre su ánimo como una sepultura cerrándose cuando el resto compartió con ellas el desenlace de lo sucedido en la cocina.

¿Y vosotras donde habéis ido? - Era una pregunta natural, pero la conmoción de saber que la criatura seguía viva y se había escapado les había hecho entrar en shock, por lo que aquella pregunta tardó en aparecer más de lo que hubiera sido normal.

Venimos de la Casa Granja. - Todos comprendieron entonces el significado de aquellas palabras pronunciadas con pesar. Si los huevos habían sido parte de la criatura, entonces las gallinas también. Zhou había sido la primera en darse cuenta. Habían ido a por un arma, como hiciera McReady la primera noche, y habían acudido a exterminar a aquella criatura alienígena que había suplantado a las aves.

Una vez más, el engranaje del pensamiento giró lento. Esta vez fue Mia la que alcanzó el siguiente paso. Miró asqueada las tazas de cafés e infusiones con leche que descansaban sobre la mesa y preguntó con los ojos desorbitados por el terror.

¿Y... y las vacas? - Compartían espacio. Apenas le hubiera costado unos minutos a una gallina impostora acercarse a las vacas y contaminarlas.

Sara, entre lágrimas y sollozos fue la encargada de contestar.

Nunca podré borrar la imagen. Visteis lo que había ocurrido con los perros... con las vacas fue mucho peor.

Mia tragó saliva y pensó en todas esas bebidas con leche fresca ordeñada en el día que habían compartido minutos atrás. Formuló una última pregunta. Una que no tuvo más respuesta que la de la propia imaginación de los que la escucharon. Nadie se atrevió a contestar a aquello inmediatamente.

Zhou, ¿cuánto... cuánto crees que hace que las vacas eran... no-vacas?

El sonido de varios pasos acelerados corriendo hasta los aseos más cercanos y de los subsiguientes vómitos llenaron el espacio vacío formado por el silencio y la angustia.

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12/10/2020, 13:46
_[+]_ R.I.P. - Ben Hudson

Ben no sabía cómo iba a poder afrontar aquella situación. Él no era un tipo valiente. Había pasado la noche entre escalofríos, sollozos y plegarias, y eso que no era un hombre religioso. El sueño le había tomado por sorpresa en dos ocasiones, pero en seguida había recuperado el conocimiento, asustado ante un ruido, pasos, el chirriar de una puerta.

Se había levantado en la mañana tembloroso y cansado. Dedicarse a sus sistemas, a los ordenadores, le había dado algo de estabilidad mental. Estabilidad mental que se había ido por el desagüe después del desayuno. Él no era un hombre de acción. Cuando la criatura había emergido de la sartén todos habían reaccionado, habían peleado. Él se había limitado a temblar y a esconderse. Si el zarzillo asesino se hubiera clavado cinco centímetros más allá, él estaría muerto. Muerto como un cobarde. Esa carga ensombrecía su ánimo y ahogaba sus palabras en lágrimas.

 

Por supuesto él había sido uno de los que había corrido para vomitar el contenido de su estómago. No se sentía nada bien pero no quería que la doctora lo tratase. No se podía confiar en nadie. El doctor Blair parecía un paranoico pero era seguramente el último hombre cuerdo de los presentes.

El silencio había tomado la mesa. Ni su recién nombrada líder dijo algo. Él tenía mucho en lo que pensar. O más bien, mucho que soportar. El miedo estaba tan profundamente arraigado en su cuerpo como un virus que le impedía actuar. Los demás podían seguir jugando a soldados y valientes, pero él no. Él no podía fingir que era algo que no era. Irónicamente, de eso iba el juego. Apariencias.

Su padre siempre decía que había que centrarse en lo bueno y no en lo malo. “Lo malo es mucho, pero lo bueno hace que todo merezca la pena”. ¿Qué tenía él allí? Una muerte segura y horrible. ¿Y antes? Solo era una sombra entre sus compañeros, un fantasma que trabajaba en los ordenadores. Un cerebrito fruto de burlas y poco más.

Aunque Mayor siempre le había tratado con respeto.

Y el día anterior Mia Stuart se había disculpado ante él por sus palabras. Por supuesto él había enrojecido como un tomate y apenas había cacareado una respuesta, incapaz de mirar a los ojos a esa mujer tan imponente y atractiva. Pero había estado bien que por una vez no fuera él quien se hubiera tenido que disculpar. Y si alguien tan regia como la señorita Stuart podía ceder, y mostrar un atisbo de corazón, todo podía ser posible.

Eso y ciertas esperanzas, pensó, alzando su vista hacia Blue. El perro que había sobrevivido la noche anterior. Los perros, que con dientes se habían defendido. Porque no tenían otras cosas. Dientes, agallas. Ostap con el mechero, el predicador con el insecticida. Cada uno hacía lo que podía. ¿Qué tenía él?

Trató de calmarse, colocó sus manos sobre la mesa. Cerró los ojos, respiró hondo.

—Nada de comida cruda. Todo se debe cocinar y siempre bajo vigilancia —empezó a decir, serio y tranquilo. Era lo más lógico, lo único a lo que él podía agarrarse —. Si es posible, comida envasada o congelada. Debemos racionarla. Nada de leche, café o cualquier otro alimento que pueda ser asimilado por esa cosa. Si lo cocinamos todo, y el alimento está infectado, esa cosa se descubrirá. Tenemos que seguir alimentándonos —volvió a tomar aire. Con parsimonia, buscó su inhalador y aspiró el contenido —.  Hay que hacer inventario de lo que tenemos. También estaría bien improvisar algún tipo de arma. Si esa criatura vuelve a aparecer, y lo hará, a todos nos gustaría tener algo más que un bote de insecticida para defendernos.

¿Y ahora qué? Su pensamiento lógico y sensato se escurría entre sus manos temblorosas.

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12/10/2020, 14:24
_[+]_ R.I.P. - Rhonda Daniels

El pulso me temblaba cosa fina, hoy no iba a poder dedicarme al paisajismo con acuarelas, el hobby que nunca tuve.

Aquella cosa... Se había entremezclado y batido con las varillas bajo mi mano, a escasos centímetros de mi puño, de mi muñeca, de mis venas, de mi sangre. Podría haberme infectado empleando el mínimo resquicio de cualquiera de las decenas de heridas pro arma blanca que me causaba al distraerme en la cocina, en los dedos. Daba gracias de no tomar leche, su sabor me desagradaba, solo la tomaba cuando la usaba para cocinar alguna otra cosa, peor ahora, ni volveríamos a tener huevos, que eran casi un cuarto del menú común de la base. 

No quería imaginar el dantesco final de los animales de la granja. SI decía que tenía más cariño a los perros que a mucha de esta gente, me había hecho a la idea de que debía traspasar mi cariño a las gallinas y vacas. Ya no iba a ser posible, y no me veía echando los restos buenos de comida, con todo mi amor, a los allí reunidos, esperando una silenciosa mirada de agradecimiento.

- Una mierda. Una mierda todo.- Susurré vaciando mi tila y sustituyéndola por el lacrimógeno contenido de mi petaca. - Ostap, espero que estés dispuesto a compartir el descongelante, porque va a ser lo que nos quede.- Comenté haciendo referencia a mi menguada reserva de alcohol... E iba a necesitar mucho bebercio con el que olvidar lo que había pasado en aquella sartén. La taza de Garfield ya no me parecía tan rara.

- Díganme que al menos hemos aprendido algo de toda esta pesadilla.- Inquerí a los cerebrines. - ¿Creen que podemos improvisar algún tipo de dispositivo para descubrir a esa cosa? No podemos prendernos fuego unos a otros a la buena de Toquemada pero... ¿Si nos aplicamos un hierro al rojo ¿La cosa se revolvería de esa manera?- Comprendía que si uno de nosotros ya estaba asimilado, si le aplicábamos algún tipo de 'delatador' se revolvería contra nosotros y podría infectar a quien estuviese cerca peor debía de haber alguna forma de plantearlo. - No sé. Someternos a algo no letal que nos pudiese permitir desenmascarar a esa cosa...

Mientras dejaba caer aquello, tomaba otro lingotazo y tomaba una libreta cuadriculada de bolsillo que no solía utilizar para nada, peor que se iba a convertir en un quebradero en cabeza para todos nosotros, si no en el equivalente de una cuenta a tras hacia nuestra muerte: comencé a apuntar cuanta comida congelada y envasada nos quedaba, sin poder tan siquiera tratar de establecer un menú con ella, esos tiempos habían terminado...

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12/10/2020, 19:49
_[+]_ R.I.P. - Ostap Ankudinov

Aún me temblaban las manos y eso que las tenía rodeando la taza caliente de la infusión.

Los rusos son gente muy macha, pero ese bicho acojonaría hasta el mismo tío Chuache. ¡Y ese era un tío con los huevos metálicos! Y durante la lucha contra el engendro tentacular del cubo de la basura, estuve a punto de soltar algún gritito que otro. Pero el instinto de supervivencia de la tía Ptroska estaba muy arraigado en mi interior. ¡Teníais que haberla visto peleando con una cucaracha del norte! No una cucaracha cualquiera: una cucaracha tan grande y fea que parecía un hijo de Danny Trejo criado a base de Samagón.

-A este paso, mi aguarrdiente se va a acabarr demasiado prrronto.- opiné mirando a la jefa viendo como daba buena cuenta de su petaca.

Algunos vomitaron la leche de las vacas. Otro por el asco y el resto aguantaban estoicamente como podían el saber que, desde ahora en adelante, la comida no envasada podría estar contaminada.

- Bueno, si esa cosa no gustarrr calor, ¿Da? Podrrriamos hervirr bebida, también.- Me encogí de hombros pidiendo opinión a Rhonda.- Congelarr cosas no vale. Ese bicho sobrrevivir millones años en frío. Niet. Frrio no solución.

Lo otro era algo más complicado. Algo no letal.

- Hierro al Rojo!- Dije dando una palmada.- Como vaca marrcada a fuego- Miré a todos  como si fuera la solución. Dolorosa pero... - Si bicho no gustar huir como Stallone en Acorrralado!- Sonreí satisfecho, aunque eso supondría que me marcaran como al ganado.- Eso o meter gente en habitación y elevar temperratura... ¿50? ¿60 grrados? ¿Durrante tiempo que medicos decirr?

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12/10/2020, 20:49
Jesús Yrion

Por su parte Jesús Yrion también iba a comentar algo, pero dudó por un instante, de hecho, fue a coger su cámara y grabar el acontecimiento por unos segundos antes de ocupar todo el plano con su cara y hablar, a fin de cuentas, eso era lo que todos al otro lado del globo -o no plano- querían, verle a él resolver todos los problemas.

-¡Al igual que aquella vez en los baños turcos en Estambul este problema se puede solucionar con la desnudez, unos cinturones de cuero y un Sherpa!. -Exclamó convencido de sus palabras- Así que tan solo necesitamos encontrar a un Chino que crea no ser Chino y le guste subir en vertical montañas nevadas. ¡Si conocéis a alguien así, no dudéis en mandarlo al código postal que aparecerá en la descripción!.

Apagando la cámara, se volvió a junto a sus compañeros.

-Quizás tarde en llegar el Sherpa, a fin de cuentas aquí no hay señal de internet para subir mis videos, pero podemos ir desnudándonos mientras esperamos.

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12/10/2020, 23:06
_[+]_ R.I.P. - Mia Stuart

Puse una alarma a las 6 de la mañana. Necesitaba despertarme temprano para hacer mis ejercicios. Y pensar. A las 5:45 me levanté, tras un duermevela de varias horas. No llegué a dormir profundamente. Como creo que casi nadie.

Subí de 25 a 45 minutos de carrera continua. Luego me metí en la ducha y dejé el agua correr 30” más de lo permitido. Finalmente entré al salón donde ya algunos desayunaban. Daba igual los medios que tuvieran (que eran más bien escasos, la partida de alimentación era de las que más rateaba la Empresa a la hora de establecer el presupuesto semestral), Rhonda y Ostap hacían verdadera magia. Hoy además, con la tensión del día anterior, la noche de pesadilla, y el futuro nada alentador que se nos presentaba, disponer de café, te y demás era poco menos que un lujo.

Agradecí con un gesto de la cabeza el café caliente cortado con un poco de leche hirviendo, no tomé nada de comer, por la mañana me era imposible...

No hablé con nadie. No quería hablar con nadie. Y nadie me habló.

Y de pronto sucedió... por alguna extraña razón esperaba que algo ocurriese, no sabría decir que, pero algo iba a suceder... De ahí que casi pudiera decirse que estaba preparada...

¡Tenemos que ayudarles! - y salí corriendo hacia la cocina...

Lo que no esperaba era encontrar lo que encontré... 

(...)

Sentados en el salón... la calma después de la tormenta... y que puta tormenta...

Todos pensaban... se hacían propuestas, más o menos acertadas, pero al menos la gente se sentía con ánimos de proponer algo. Alguna jodida cosa, lo que fuera... a mi no se me ocurría nada...

Solo cuando habló el tipo ese religioso, el tal señor Yrion salí de mi estupor... menudo charlatán... no me digné ni a contestar, pero al menos provocó que regresase a las palabras de Ostap y Rhonda...

No voy a dejar que me chamusquéis la piel. Esa mierda se puede infectar, y ya estamos lo suficientemente jodidos. Lo siento Ostap, pero no creo que sea la solución. Y además, tampoco se si funcionaría, ¿verdad? Si la criatura nos copia, esos daños serían solo estéticos, no correría peligro real, y el chamuscado quedaría libre de sospechas. Ha demostrado ser más inteligente que nosotros, se adaptará y nos joderá... seguro.

Pero... lo de hervir todo lo que vayamos a comer o beber si me parece buena idea. Y creo que debemos de partir de la base de que la leche no estaba infectada, o como se diga. Todos la hemos bebido, creo... si la criatura estaba de algún modo en la leche, bueno... corregidme si me equivoco, pero en ese caso ya todo dará igual. 

 

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13/10/2020, 11:09
Lyra Becks

Aquello había sido demasiado, ¿en serio podía meterse en nuestra comida e infectarnos? Porque si Rhonda no se hubiese dado cuenta, si no hubiésemos estado allí... aunque había escapado ¡la mierda esa se había logrado colar por la rendija! Tendríamos que tener aún más cuidado del que pensábamos, esa cosa tenía muchos ases en la manga y estábamos más que indefensos ante algo así, todo aquello podía irse a la mierda en unos instantes y acabar todos muertos, o peor, que esa cosa saliese del campamento y lograse llegar a alguna ciudad... No quería pensar en eso, de momento bastante teníamos con lidiar con lo que teníamos allí.

Ahora volvíamos a estar reunidos y yo no pensaba separarme de la antorcha que portaba si a ese ser, si es que podía llamársele así, tenía miedo del fuego, era mi mejor arma y mi mejor defensa, sobre todo después de lo que había visto en la cocina, ¿cómo iba a caso a volver a comer algo?

No me apetecía nada explicar lo que había sucedido así que me limité a escuchar las opiniones de los que allí estaban, algunas más acertadas y otras menos.

Sí, tal y como dice Ben, deberíamos cocinar todo lo que se vaya a ingerir, por si acaso, y nada de quemarnos la piel ¿estamos locos o qué? Si los científicos pueden idear algún tipo de dispositivo, bienvenido sea, y sino tendremos que ir apañándonos como hasta ahora. 

 

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13/10/2020, 17:29
Maika

Se habia pasado gran parte de la noche escuchando la grabación que realizó de la primera reunión, antes de que todo se descontrolara. Junto con uno de sus cuadernos, fue anotando todo lo que tenia sentido para ella y lo que no. Intentando buscar una fisura a aquel ser, echando mano a algunos libros que habia llevado en su ebook, y también a su memoria. Todo fue infructuoso, no encontró nada útil, pero si se percató de que al menos se le revolvia menos el estómago cuando la imagen de aquel ser volvia a ella.

Todo el trayecto hacia los aislados lo hizo cerca de Ellis, le daba más seguridad, aunque a veces no podia evitar echarle una mirada de reojo, fijandose en sus carrillos, su barba, sus orejas... como si esperase ver algo diferente...algún gesto que no estuviera allí antes, algo...

En el desayuno solo tomó café. Uno largo sin leche, pues necesitaba cafeina para poder sobrevivir al dia sin caer rendida de sueño. Tras la batalla en la cocina, mientras algunos vomitaban, ella comenzó a buscar con ahínco un mechero, o cerillas...

- Mia y Lyra tienen razón. Una quemadura infectada puede provocar una septicemia que deriva en hipotensión, taquicardia, alteración de las funciones psíquicas, neutropenia o neutrofilia, trombocitopenia e insuficiencia renal - volvió el rostro del cajón donde habia estado rebuscando - Es verdad. Lo lei en un articulo hace poco - le dió la espalda al youtuber cristiano, manteniendo las distancias con él mientras se envolvia más en su rebeca de punto. Un ligero escalofrío la sacudió.

 

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13/10/2020, 17:59
Ellis

Había sido una mañana jodida, una con tentáculos, riesgo de muerte y vacas mutantes. Y lo peor era que ni siquiera le sonaba extraño, sólo una enorme putada. Quería encontrar a ese ser, encontrarlo y erradicarlo para la seguridad de todos, pero no parecía una tarea sencilla. Además de que su inteligencia mostraba ser absurdamente rápida, con detalles como el de buscar escapar por las rejillas. Definitivamente no estaban en una posición nada buena.

Al ver cómo Maika le seguía le sonrió y siguió avanzando sin importarle, pero al cabo de unos segundos por un momento le pasó por la cabeza de que quizá no era Maika y sólo quería hacer pedacitos de Ellis. Por fortuna el pensamiento fue fugaz y decidió no darle muchas vueltas al asunto, por el bien de su propia salud mental.

Luego venía la típica paranoia sobre la comida y marcar a la gente. La verdad era que Ellis se sentía un poco mal porque uno de los pocos placeres en aquel lugar eran la ingente cantidad de calorías a consumir.

Comeré la mitad, y sólo raciones enlatadas. Deberíamos evitar también la congelada: no sabemos de qué es capaz la criatura y hemos visto que sobrevive a bajas temperaturas -con aquello estaba de acuerdo con el cocinero, algo que en otro momento quizá le hubiese sorprendido-. Hemos visto que puede asumir formas líquidas orgánicas, pero no sabemos qué límites tiene esto, así que limitaría la bebida a alcoholes, agua y ultraprocesados.

Dijeron que venía de un planeta muy cálido, así que no creo que baste cocinarlo: habría que poner todos los alimentos bajo el fuego directo. También las bebidas si no están enlatadas.

Dicho todo aquello miró de reojo a Jesús y confirmó que la decisión mental de ignorar al desnudista peligrosamente inculto era la mejor decisión que podía tomar por el momento. Luego miró a la líder democrática.

Señora Weaver ¿Alguna sugerencia para proceder?

No tenía claro el protocolo que querría imponer. Por su parte entregó mascarillas y guantes a todos los presentes, juegos desechables como para tres días.

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13/10/2020, 18:39
_[+]_ R.I.P. - Ostap Ankudinov

- Da...- opiné con cierta ironía y asco en mis palabras, haciendo rodar los ojos.- Y Doctorr House opinarr que grano en culo serr Lupus. Yo verr en Fox- Agregué al comentario de la inocente corderilla de Maika- Parrese mentirra que estemos rodeados de cientificos y ninguno pueda currar una simple quemadurra. Jefa Rhonda quemar muchas veces con plancha de gambas y no pasar nada! Bah!

¡Americanos mariquitas! Paso por mi mente, al igual que las fogatas en pleno lago Baikal con la tia Ptroska, asando nubes de malvavisco con las manos desnudas. Las quemaduras eran grandes pero los callos de sus manos también. Decía que era mejor tener quemaduras por fuego que no por hielo.

También pasó por mi mente la idea del predicador. Salvo lo de desnudarse, lo demás era una дурь несусветная. Miré a Rhonda cuando lo dijo, y aunque me la imagine en paños menores (sin los paños) barajando la posibilidad  de... lo deseché en seguida. Nunca se sabe lo que una presidiaria puede hacerte si tiene ganas. Además, la jefa tenía muy mala uva y posiblemente unos músculos bajo esa ropa, curtidos a base de galletas María y mancuernas de gimnasio presidiario. 

- Si algo me han enseñado los perrros de tia Ptroska es que temen una varra arrdiente como cualquierr animal- Me encogí de hombros dejándome caer sobre el respaldo de la silla.- Ese serr puede tener mas instinto de perro que de humano. Puede que huir de varra andiente de igual manerra. Peeerrrooooo...- Levanté las manos desechando la idea.- Aqui yo no mando. Aquí gente mejorr preparrada... menos Jesus, clarro.

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13/10/2020, 21:36
_[+]_ R.I.P. - Jack

Apenas podia dormir  con lo sucedido ese dia pero finalmente pude dormir a ratos  hasta lamañana siguiente que me levanté con ojeras y algo cansado así que cuando me dijeron de hacer la ronda no me opuse en absoluto pero dado que no habia pasado nada pensaba,como el resto, que estabamos a salvo....no podia estar más equivocado y lo demostraron con  el ataque de la criatura durante el desayuno.

Durant ela pelea hice lo que pude,  tratando de hacer frente a aquella criatura  que mutaba de manera escalofriante pero todos nuestros esfuerzos fueron inútiles puesto que la criatura escapó....pero no era lo peor...sino parece que las gallinas y vacas no eran realmente eso...animales...lo cual planteaba un escenario terrible...

 ---Paso de  marcar a hierro al rojo vivo mi piel- sentencio- aunque apoyo lo de pasar por fuego todo o que comamos dado la reacción de la criatura pero lo peor que hemos tomado de esas...cosas....¿nos abran infectado? Joder...esto se parece cada vez más a Alien, el Octavo pasajero...

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13/10/2020, 22:44
_[+]_ R.I.P. - Susan Weaver

Weaver estaba impresionada. Tenía la responsabilidad otorgada por un pequeño de compañeros para ser la líder del grupo. Desde el principio pensó que postularse la primera, con firmeza y determinación, haría que algunos de sus compañeros vieran su opción como buena. Y así había sido, para bien del grupo y para mal de ese ser. No tenía nada que perder salvo la vida, y eso era algo que aclaraba bastante las ideas. 

- Nadie bajo mi mando marcará a fuego a ningún integrante de la base. No somos animales y no nos quemaremos la piel como a tales - dijo mirando a Ostap -. Se agradecen todo tipo de aportaciones, excepto las que supongan chamuscarnos entre nosotros o casi todas las que propone Jesus

Se alegró de haber tomado la decisión de aislar a McReady y Blair. Uno parecía mantener la mente fría y la serenidad necesaria para afrontar esta situación, quizás fuera útil más adelante. El otro había padecido un brote psicótico y era mejor mantenerlo encerrado, cosa en la que él mismo estaba de acuerdo.

- Debemos permanecer atentos, esta alimaña parece poder mutar a cualquier forma y siempre está dispuesta a absorbernos. Hasta que sepamos algo más nadie debe permanecer sólo a no ser que quiera convertirse en un blanco perfecto. El fuego ha demostrado ser un bien aliado, no estaría mal tener siempre cerca algún arma improvisada con la que poder defendernos. Y una cosa más: cualquiera, y subrayo CUALQUIERA que observe algo anómalo debe comunicarlo inmediatamente, por nimio que parezca. Entre todos sabremos sacar más partido de la información que cada uno por separado. Si alguien es descubierto investigando por su cuenta  será aislado igualmente como los amigos McReady y Blair. ¿Alguna pregunta?

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13/10/2020, 23:51
_[+]_ R.I.P. - Rhonda Daniels

Pues si que eran blandengues. Esperaba que al menos se les ocurriese algún otro método con el que tratar de localizar a los posibles infectados, ya que estaba claro que el fuego era una debilidad, pero bastaba con decir que no nos íbamos a marcar como ganado y olvidar cualquier otra posible iniciativa para tratar de desenmascarar aquella cosa. En fin. Demos gracias que nadie me había votado cuando sugirieron que los curritos tomásemos el mando, porque si por mí fuera, estaría todo el mundo contra la pared y con la nalga bien marcada con una R gracilmente enlazada con una D, todo para ver si alguno saltaba hecho un nudo de tentáculos como el que se había formado sobre aquella sartén.

- A ver qué carajo podemos improvisar para la comida, iré hirviendo alimentos y bebidas de primera necesidad sin falta.- Dije, guardándome las ganas de mandarlos a todos al cuerno. - Ostap, ¿Tienes capricho de algo?

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14/10/2020, 03:50
_[+]_ R.I.P. - Sara

Vamonos... vamonos de aquí - decía Sara con una voz entre cortada, temblando como si el frio y el temor se fusionaran. Casi en posición fetal se encontraba la bióloga esperando que este fuese un sueño. Un cabrito... dos cabritos...

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14/10/2020, 07:57
_[+]_ R.I.P. - Kaida Takeno

Kaida se acercó con elegancia esa mañana, esperando cumplir sus labores. Había estado leyendo reportes médicos una y otra vez para tratar de memorizar todas las condiciones de los miembros del equipo: condiciones previas, características físicas, lesiones, alergias... Todo lo que le diera información profunda sobre su grupo. 

Entonces, comenzó el caos. La cocina había resultado en un campo de batalla. Y es que todo esto parecía una película de terror de los años 70. Al escuchar las palabras de la joven Zhou, corrió junto a ella. Aquello presenciado no era nada agradable y pensar que su fuente de alimento había sido ultrajada era delicado. ¿Cómo podrían sobrevivir sin comida? Entonces, los entusiastas cocineros propusieron una idea que no era del todo mala. No del todo - No podría estar más de acuerdo con la Señorita Maika en esta ocasión. La verdad es que en condiciones de tan alto riesgo, es peor. Si no fuera por este lugar, estaríamos muriendo poco a poco en el frío de este... infierno helado - y fue cuando Jesús habló de desnudarse. Levantó el dedo y estiró el brazo para negar - No en mi guardia, Señor Yrion. La señorita Weaver es la lideresa escogida, pero soy yo quien está a cargo de que usted y su videocámara estén a salvo. Trate de cooperar, pero si va a hacer sus locuras, hágalas solas y firme un consentimiento de responsabilidad personal - y después de eso, se enfocó en los demás.

Su porte seguía siendo tan firme como siempre, aunque cualquiera notaría las sombras que vislumbraban bajo sus ojos y su color aún más pálido de lo habitual. Sin duda, a ella tampoco le había sentado bien el espectáculo que vio en la Granja. Al observarlos, empezó a hablar - Quisiera que aquellos que ingirieron la comida contaminada me permitan revisarles. Puede ser frente a todos o con vigilancia si así lo prefieren y reducir el riesgo. Solo quiero ver si logramos encontrar algún tipo de residuo que nos permita identificar algo. Aunque según lo que dijo el Doctor Blair, esa cosa podrá copiar a la perfección algo. Si ese es el caso, puede que no sea más que la incomodidad de saber qué fue lo que ingirieron, pero quisiera revisar. Lo otro es que es posible que a esa Cosa le dañe el fuego - después de su propuesta, miró al grupo y luego agregó.

- Hay algo más. Si hiciéramos aquello de encerrar a una persona en un lugar con una temperatura de 50 grados o 60 grados, solo alguien que viniera de lugares desérticos podría soportarla sin morir. Eso a los 50 grados. A los 60, la persona moriría en 10 minutos. A 70, la muerte sería inminente. Podríamos asegurarnos de que esa Cosa se revele a esa temperatura, pero la resista, tal como pasó con el alien de huevos revueltos en la cocina, pero eso solo nos serviría para matar otros humanos - suspiró.

- Es una situación difícil porque tendríamos que hacer una apuesta de "matar a un inocente" si fallamos. Tal vez algo que nos pueda servir sea detectar cambios en personas, señales del cuerpo, comportamientos, discurso... Todo lo que revele una posible suplantación - y agregó para finalizar -. Pero sí quiero que me permitan revisar a quienes ingirieron los alimentos alienígenas - se acercó a Zhou para ver su estado. Luego se acercó a Sara y la ayudó a levantarse. La sentó con cuidado mientras trataba de consolarla. Ella había visto cosas fuertes en sus años de preparación, pero nada la habría preparado para una amenaza alienígena.   

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14/10/2020, 11:33
Maika

La joven Maika logró encontrar un mechero que comprobó que tenia una llama decente y lo guardó en un bolsillo de su pantalón, desviando la mirada de Ostap cuando le increpó con aquellas palabras. Desde luego los cientificos se llevaban la peor parte. Todo lo estaban haciendo mal, como si por el mero hecho de ser mas listos en algunos campos, les confiriera poderes mágicos.

Suspiró con pesar al ver el estado de algunos de los presentes, como la pobre Sara. Apoyó su trasero en el borde de una de las encimeras y se cruzó de brazos con la preocupación tiñendo sus facciones. - Entendido jefa - le dijo a Susan cuando pidió que notificaran lo que vieran extraño

- No quisiera añadir más tensión pero... ¿Y si no vemos nada anómalo en nadie? ¿Recordais las palabras de McReady? Tenemos que elegir si o si a alguien para aislarlo o para... bueno, ya saben... - bajó la vista avergonzada - y el resto, pues eso, tenemos que seguir unidos -

Se acercó a Taneko - Yo no he tomado leche, pero puedes examinarme igualmente. Solo por si acaso.. -