Partida Rol por web

Un pasadizo cavado en la roca, tapado por una puerta secreta apenas perceptible para el ojo inexperto, os lleva hasta una cámara tallada en la piedra. Se trata de una habitación de grandes proporciones, repleta de basura de todo tipo, muebles rotos y estropeados, piezas de armas y armaduras oxidadas, excrementos y restos de comida... la habitación huele a humedad y podredumbre y también está plagada de hongos, tanto en el suelo como en las paredes. Resulta dificil andar sin echarle el pie encima a un hongo, mayoritariamente de sombreros color marrón o gris. 

En el techo, situado a unos 30 pies de altura, hay dos agujeros. Y tanto al sur como al este de la habitación hay dos puertas que permanecen cerradas.

Tras habernos tomado nuestro merecido descanso, decidimos seguir y entre Thoradin y yo conseguimos encontrar una pequeña puerta escondida en la pared de piedra - ¡Hemos encontrado algo amigos! por aquí podremos salir... Thoradin, permíteme avanzar el vanguardia - Escudo y martillo en mano y con paso firme, me adentré por el pasadizo.

Tras un ratillo de paseo, llegamos a una putrefacta sala - ¡Por todos los dioses! ¿que es esto...? - susurré a voces cuando llegué al quicio de la puerta de la sala y me di cuenta de que había pisado un puñetero hongo, que se veían a millares, que desprendió un olor a podrido que no tuvo nombre, y eso sumado a un olor a humedad putrefacta que invadió mi nariz y penetró hasta lo más profundo de mi ser. Una pequeña lágrima, empezó a caer por una de mis mejillas debido al tremendo pestazo que la sala emanaba - El sobaco del tío Zan Lorearthen Nomeenjuago olía a flores silvestres comparado con esto - pensé mientras me intentaba tapar la nariz con lo primero que pillara (manos, escudo, martillo, casco.....) pero nada era suficiente, el hedor de esa sala se colaba por cada poro de mi piel.

Intenté centrarme en mirar fijamente escudriñando cualquier cosa extraña de la sala, pero el terrible hedor no me dejaba centrarme como necesitaba - ¡maldito hedor! chicos, no me gusta esta sala para nada, tendremos que andarnos con mucho ojo! - comenté a los compañeros.

A parte de los innumerables hongos que abarrotan suelo y paredes, y los montones de escombros, porquería y ruinas, Zannan no encuentra nada que le llame la atención de ese vertedero.

- Bueno chicos, no se exactamente si esta sala será peligrosa o no, pero tenemos que averiguar cual de esas dos puertas nos conducirá a la salida o a vete tu a saber donde - comenté en voz baja para no llamar demasiado la atención en la sala y que no se escuchara demasiado eco.

Comencé a andar con pies de plomo - amigos, estad al loro, voy a dirigirme hacia la puerta sur. No me quitéis ojo, estad atentos a cualquier cosa que se mueva, sea planta, animal o cosa.... - y tras esas palabras me dirigí hacia la puerta sur con mucho cuidado y con la espada y el escudo en ristre preparado para cualquier contingencia.

Adara se movio cerca de paladin esperando que los demas le siguiera

Ciertamente este lugar es desconcertante, mantener la guardia.

Adara observa con detenimiento el entorno que os rodea. Al fondo de la habitación, la deva vislumbra un par de bultos que parecen estar escondidos entre pequeños montículos de escombros. Sin darse cuenta, Adara echa el pie a un hongo de sombrero blanco que empieza a emitir un penetrante y molesto chillido y, en ese momento, lo que Adara había visto comienza a moverse... Son criaturas reptilianas de cuatro patas y color rojo. Poseen una larga cola y pinchos por todo el cuerpo. Sus rugidos os ponen en aviso de que no tienen buenas intenciones...

Maldita sea la suerte que estaba teniendo, pensaba que todo habia acabado hasta que piso ese maldito hongo chillon.

Me adelante al grupo y comencé a adentrarme en esa apestosa pocilga teniendo el mayor cuidado posible para no pisar esos apestosos hongos - A ver... un paso a la derecha, otro a la izquierda... ¡¡cuidado con ese!! uuyyyyy... ojo con el de la derecha, da un paso largo... ¡¡ahora corto!! bien, bien, por ahora los voy esquivando todos sin dejar que ese pútrido olor vuelva a entrar en mis narices - pensaba a cada paso buscando el camino menos "hongueado", pero era bastante complicado, pues toda la superficie de la sala estaba plagada de hongos.

Tras de mi, comenzó a andar Adara y ella no tuvo tanta fortuna como yo para esquivar las setas. Repentinamente, una de las que pisó comenzó a chillar como cual rata aplastada por una de mis botas y rápidamente giré mi cabeza hacia donde Adara - ¿aqui también hay ratas... o ha sido uno de esos hongos lo que ha chillado? - pregunté en voz baja a la invocadora con cara desencaja por comprobar que los hongos estos, a parte de oler a rayos, parece que tienen vida y todo.

No me había contestado Adara, cuando un tremendo rugido, que hizo vibrar las paredes de estercolero en el que estábamos, sonó bruscamente en el fondo de la sala. De un monton de escombros salieron dos lagartijas a cual más fea - Vaya hombre, no teníamos suficiente con el hedor de esta sala, que ahora se va a mezclar con el olor a tripas muertas de estos bichos cuando acabemos con ellos - comenté con el martillo en ristre y levantando el escudo a media altura con el brazo estirado a un lado, para indicarle a Adara que se mantuviera tras de mi - Adara, retrocede un poco que estos bichos son mios... y si puedes llama al minino, lo mismo necesitamos algo de ayuda extra, estos lagartos tienen un tamaño considerable y las puas que tienen en sus lomos no presagian nada bueno -

Los dos dracos se lanzan a la carga contra sus presas, pisando por el camino los hongos que hay dispersos por el suelo. El primero aplasta a uno de los de sombrero blanco, y al igual que le ocurrió a Zannan, el hongo empieza a emitir un desagradable chillido. El otro echa su zarpa sin querer encima de uno con sombrero gris, liberando un conjunto de esporas en el aire.

El draco que se lanza contra Zannan se encuentra con la dureza del metal que cubre al enano de arriba abajo. Sus garras arañan la armadura del paladín sin provocar el menor rasguño.

La invocadora no tiene tanta suerte y el draco desgarra parte del abdomen que cubría la matrecha cota de malla. 

Cuando vi a esas fieras ante nosotros, me di cuenta de que nada bueno iba a pasar y le comenté a Adara que se colocara tras de mi para ser el que aguantara los ataques de los dos lagartos. Pero no se si no entendió bien mis gestos o que es lo que pasó, pero no le dio tiempo a reaccionar. Los ataques de los lagartos fueron fulminantes para con Adara, la cual sufrió un brutal impacto por parte de uno de los dos lagartos que se iban a enfrentar a nosotros que la dejó en muy mal estado - ¡Adara! - grité sin poder evitar que el lagarto hiriera de gravedad a la invocadora.

Yo tuve mejor suerte y gracias a mi formidable armadura, todo se quedó en un arañazo que la coraza, lo cual me fastidió bastante, y agarrando fuertemente mi martillo, lo lancé contra el draco que había conseguido herir a la compañera - Adara, alejate de estos bichos.... - comenté para que le diera algo de tiempo a recuperar el aliento y curar un poco sus heridas - Esto es cosa de hombres HE HE HE - comenté en tono sarcástico - en cuanto estés en condiciones de combatir te esperaré impaciente, pero recupera ahora el aliento -

La cambiante se había dejado  caer sobre un mullido tapete de musgo que proliferaba sin preocupación en aquella galería. Mientras sus compañeros descansaban, ella se dedico a ronronear y a mirar lascivamente a alguno de sus compañeros. Sus ojos brillaban al cruzarse con la deva o con el recién llegado, De vez en cuando humedecía sus labios al disfrutar de la vista de los fornidos enanos.

De vez en cuando ronroneaba timidamente mientras arqueaba su curvilinea figura, dejando que su cola se balancease de lado a lado...

Con un malhumorado bufido, contestó a la puesta en marcha del grupo,mas dispuso  toda su atención al camino que disponían sus compañeros. Al escuchar a su compañero enano, Nieve sonrió mientras maullaba:

- Puedo echarte algo mas que un ojo, enano... -

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Tras esto, y unos cuidadosos pasos mas adelante, un extraño chillido alertó a un par de seres reptiloides. Mientras estos rugían amenazantes, Nieve se apresuró a  interpretar los rasgos y detalles de las criaturas que  tenían ante ellos... Agudizó sus pupilas,olisqueo el ambiente y mantenía expectante silencio,para escucha los sonidos guturales de las criaturas...en busca de detalles que propiciaran la vitoria...

Los zarpazos de la criatura habían sido devastadores en Adara. Zannan usa su toque divino para cerrar una de las heridas y después estampa su martillo, envuelto en un halo radiante, contra el cuello del draco.

La felina Nieve se queda en la retaguardia, estudiando detenidamente a los nuevos enemigos que habían salido a su paso.

Identificas a las criaturas como Dracos, reptiles carnívoros con dientes afilados, dedos terminados en garras y cola serpentina. Esta variedad se llama Draco de Rabia. Son especialmente feroces. Atacan salvajemente a toda criatura que se encuentren a su paso y se vuelven más feroces aún cuando están heridos. 

Si están "domesticados", esta variedad de Draco puede servir como monturas o guardianes. Normalmente los Dracos adultos no pueden ser domesticados, pero sí cuando salen del cascarón.
Si son salvajes, los Dracos de Rabia son cazadores brutalmente eficientes y muy territoriales. Normalmente los Dracos salvajes van en manadas y consideran a los intrusos como presas o como amenazas intolerables.

Los dos dracos que tienes delante de ti son jóvenes, y puesto que solo están dos, probablemente se trate de dracos domesticados.

Con un gesto Adara le dio las gracias al paladin, y regulo para atras para tener mejor perspectiva del combate, antes que fuera una baja mas.

Adara retrocede y toma aliento para recuperar sus energías.

Tempest se lanza a la batalla con su arma preparada. A pesar de la rapidez con que se mueve, consigue evitar echarle el pie encima a los hongos que pululan por el suelo. Cuando llega hasta su rival, la violencia con la que avanza el joven guerrero hace que impacte de lleno en la criatura y la tire de espaldas al suelo. 

Thoradin se situa detras de sus compañeros, se mueve un poco torpe y no logra evitar pisar algunos hongos!

una ves ahi saca su símbolo lo levanta y una luz radiante golpea frente a el!

Moradin ayuda a mis aliados y castiga a mis enemigos!!!!

luego levanta su mano sobre adara y una tenue luz celeste se desprende de su mano hacia a ella!

​esto recién comienza! a patear algunos traseros!

Thoradin es el último en entrar en batalla y también echa el pie encima a un hongo, de cabeza marrón, que libera una nube de esporas a su alrededor. El enano entona una poderosa plegaria que empuja al draco que Tempest había derribado y un halo envuelve a sus compañeros, protegiéndolos del daño. 

El draco derribado se pone en pie nuevamente y carga contra el joven Tempest. Sus ataques se estrellan contra la armadura del guerrero y un haz de luz fulmina en dos ocasiones, una por cada zarpazo, al draco que ruge de dolor.

Su compañero intenta morder a Zannan en la pantorrilla, pero la armadura del enano nuevamente juega un papel importante en sus defensas y los dientes no llegan a traspasar el duro acero.

El combate había dado comienzo, Adara estuvo a punto de sucumbir a los golpes de los lagartos, pero gracias a nuestra rápida actuación, consiguió recuperarse casi instantáneamente y volvió a meterse en el meollo de la batalla. Todos comenzaron a sacar sus habilidades a relucir sin malos resultados. El lagarto de mi izquierda estaba ya controlado por el nuevo compañero que parecía no desenvolverse mal del todo - Vaya, parece que este individuo tiene suficientes recursos para defenderse ante estos bichos.... - no había terminado de pensar en el nuevo guerrero, cuando el lagarto que había frente a él, se levanta y lo ataca ferozmente en dos ocasiones, llegando a alcanzarlo en una de ellas - Pues.... puede que no tenga tantos recursos....... - pensé mientras esquivaba tranquilamente el tremendo ataque del lagarto que había frente a mi.

Tras ese ataque y de ver que Tempest tenía la situación por su parte más o menos controlada, me centré en el bicho (draco 1) que había osado arañar mi espléndida armadura. Miré al lagarto a los ojos y mientras mis músculos se empezaban a tensar, haciendo que mi poder se traspasara al martillo que sostenía en mi mano el cual comenzó a vibrar ante tal energía que conseguí concentrar en él. El martillo se avalanzó sobre el lagarto que había frente a mi y.......

Pero no contento con el resultado de mi primer ataque y aprovechando la inercia del primer martillazo, vuelvo a lanzar el pesado y fuerte martillo contra el mismo draco sin demasiada fortuna. El ímpetu puesto en los dos ataques me pasaron factura y no conseguí el resultado deseado, una mueca asomó en mi rostro por haber fallado y no haber defendido a mis camaradas como un buen paladín sabe hacerlo.

(master, no se si le he llegado a acertar, el otro ataque con 16 le acerté, pero este con 15, espero haberle acertado también, pero no estoy seguro del todo)

El ímpetu que esgrime Zannan en su martillo no es suficiente para dañar al draco. El martillo se estampa contra las duras escamas de la sierpe en el primer embate, sin llegar realmente ha causar, y el segundo logra evitarlo sin demasiado problema.