Partida Rol por web

El viaje en barco desde Japón resultó una de las experiencias más penosas que Gekki jamás había padecido. Entendía que tras la Gran Guerra, no quedase la rtecnología suficiente como para volver a hacer elevarse una mole de hierro en el eire, pero casi hubiera preferido tardar un año y viajar a pie, ya que se pasó mareado y vomitando todo el trayecto.

Tras dos meses de intentar retener en el estómago la repugnante comida en conserva del enorme pesquero, cuando por fin contempló las costas heladas dela región canadiense, casi se echó a llorar.

El barco ni siquiera atracó en puerto alguno. Demasiado peligroso dijo el capitán. Esos canadienses están locos, seguro que nos freirían a tiros antes de explicarles que somos amigos.

De modo que Gekki fue embarcado en un pequeño bote de remos a un kilómetro de la costa, con un odre de agua y un abrigo de piel como única protección...

Menudo cobarde el capitan este. Penso Gekki al ver que le dejaban en un bote para llegar a la costa.

Cogio los remos y no lo penso dos veces, remo hasta la orilla.

El aspirante a caballero se enorgullecía de su fuerza siempre que podía, pero hasta ahora no había tenido ocasión de alrdear dde su agilidad.. Mientras que todos lo creían fuerza desmesurada, el muchacho se demostró a sí mismo que podría con cualquier reto: sus certeros golpes de remo lo acercaron con suma facilidad a la costa, sin desviarse ni un ápice del rumbo marcado.

Por fin, tras un par de horas de remar, logró llegar hasta la orilla. La costa gélida de Canadá resultaba una hermosa visión, sus piedras recortadas en grandes acantilados contra el violento mar. Tan sólo la zona por la que había desembarcado resultaba tranquila, una bonita playa de arena recuberta de blanca nieve casi hasta la orilla.

Un camino pedregoso se internaba hacia el interior de los montes cercanos, desgastado por el uso de quién sabe cuantos siglos de caminatas.

Gekki se seco el sudor de la frente tas desembarcar en la orilla.

Buff, por fin en tierra firme. Penso al poner los pies en tierra.

Metio el bote y los remos en la playa para que el mar no la arrastre al subir la marea y continuo por el camino buscando algun alma viva por la zona.

El muchacho observó el trabajo de Gekki desde lo alto de una de las blancas rocas de la osata. Cuando el gigantón hubo acabado de arrastrar la barca y los remos, y se disponía a internarse en el camino, el muchacho se dejó ver. Con un grácil movimiento, se dejó caer desde una altura de unos tres metros, aterrizando junto al sorprendido Gekki.

Por fin has llegado! exclamó risueño Soy Reneé, tu compañero de entrenamiento le dijo tendiéndole la mano.

Gekki aun sorprendido por la aparicion del muchacho le apreto la mano.

Yo soy Gekki, encantado de conocerte.

Apuesto a que tienes muchas preguntas que hacer, ¿no es así? comentó el joven. ¡Bueno, adelante! Trataré de contarte lo que pueda mientras llegamos a casa del maestro. dijo mientras conducía a Gekki hasta un par de motonieves que tenía tras una de las rocas de hielo cercanas.

Pues la verdad es que la unica pregunta que me hago es cuando empezara el entrenamiento. Le dijo Gekki a Renne.

Renne se subió a una de las dos motonieves y se puso uno de los cascos que había sobre ella, lanzándole otro a Gekki. Con una sonrisa en la cara, el muchacho contestó aa la pregunta del huérfano Ya ha empezado gritó mientras ponía en marcha su aparato y salía a toda velocidad sobre la nieve 

Cógeme si puedeeees...

Gekki cogio el casco y se apresuro a montarse en la motonieve.

¿Como funciona esto? Penso al sentarse en ella.

Gekki montó en el xtraño y arcaico aparato y probó a arrancarlo, con éxito. No parecía muy dificil, de modo que pronto se colocó a la par de Renee.

Bien,veo que lo has pillado a la primera!  rió el joven ¡Ahora corramos de verdad! dijo mientras su motoneve rugía y aceleraba la marcha

Gekki abre un poco de gas de la moto y continua con la carrera sin despegarse de Renee.

Vamos, no se me escapara. Penso al ponerse a la misma velocidad que el joven.

Waaaa! gritaba y reía al mismo tiempo Reneé  Sabía que eras bueno! Vamos, ¡¡¡a todo gaaaas!!!

Gekki abrio gas y adelanto a Renee quitandole las pegatinas de la moto.

Te espero en la meta. Dijo Gekki mientras le adelantaba.

Gekki avanzaba a toda velocidad por la nieve cuando se dio cuenta de una cosa: no sabía la dirección a la que debía encaminarse. Si astendía a la dirección en la que habían partido al principio, seguiría al Norte, pero si no, podría ir a cualquier lado.

Bastante más atrás, Renee se aferraba a su vehículo deseando no dar con sus huesos en tierra...

Gekki se dio cuenta de que no sabia por donde ir asi que decidio seguir la direccion que llevaba en esos momentos.