Partida Rol por web

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, me incorporo, aseo y visto preparado para desayunar y cumplir lo que el maestro me habia mandado: subir y bajar esas escaleras cada dia

Shiryu comenzó con su ejercicio, el primero de las tres series que haría hoy... y cada día. A lo lejos pudo ver cómo Okkho descendía de su "retiro espiritual" en el pico.

Recien levantado y con los músculos doloridos por el dia anterior comienzo a subir y bajar la escalinata como se me habia encomendado aunque mi cuerpo se resiente con cada paso que doy

Shiryu seguía acabando agotado por cada tanda que realizaba aunque realmente perseveraba y decidía acabar a toda costa.

Una vez abajo, terminada la primera tanda, encontró a un sereno Maestro Dhokko aleccionando a un visiblemente irritado Okkho.

Ah, bien, ya estás aquí Shiryu dijo afectuoso el maestro Hoy comenzaré a enseñaros las catas básicas de las artes marciales. Se trata de series de posturas que se han ido aprendiendo durante siglos de maestro a aprendiz, y constituyen la base de cualquier buen caballero.

Comencemos dijo adoptando una simple posición con los brazos en alto. Poco a poco fue enseñando a ambos alumnos tediosas rutinas de movimientos a los que los dos jóvenes no encontraban sentido alguno, pero que seguían, en principio sin rechistar.

Tratando de seguir los movimientos del maestro los músculos me dolian horrores, pero el anciano repetia una y otra vez las catas, tratando de grabarnoslas a fuego en la mente, corrigiendo con puntillosa minucidad cada error cometido pero siempre armado de paciencia y con voz calmada.

No lograba entender los movimientos, no veia una lógica en aquel loco y automatico girar de brazos, cuerpo y piernas pero cada movimiento iba quedando en mi y tras la sesion de movimientos algunos ya salian simplemente por instinto

Bien, poco a poco ireis aprendiendo los movimientos, y saldrán fluidos, casi solos. aseguró el maestro, asintiendo ante la pericia demostrada por Shiryu. Sin embargo, el anciano evidentemente intuyó las dudas del joven huérfano, puesto que añadió Es posible que no entendais el porqué de estos movimientos tan simples dijo pero con el tiempo, lo entendereis.

Por el contrario, Okkho, aunque realizaba los mismos movimientos una y otra vez, carecía de la disciplina mental que requerían tantas repeteciones, y rezongaba continuamente cuando el maestro no lo escuchaba.

Horas después, trasncurrida la mañana, el maestro les dio un descanso para asearse y poder ir a comer.

Con los músculos calientes por el ejercicio de la mañana, los primeros tramos de escaleras parecen más fáciles que nunca pero la última repetición resulta muy pesada y el ritmo causa efecto negativo en mi ejercicio

Los días fueron transcurriendo lentamente. Cada jornada Shiryu realizaba el duro ascenso tres veces, intercalandolo con las diversas clases del maestro Dhokko. Estas versaban en ocasiones sobre la meditación, en otras sobre la filosofía y disciplina, y en otras acerca de diversas artes marciales.

Al caer cada noche, el joven acababa extenuado, epro satisfecho de su entrenamiento gradual.

Quizá no pudiera decirse lo mismo de Okkho. Cierto día, tras una reprimenda por parte del Maestro, Okkho ascendió a su acostumbrado castigo en el pico y no regresó.

Shiryu sentía curiosidad por saber qué abría sido de su rival, pero la prudencia, y el hecho de que el Maestro no se preocupara, le aconsejaban dejarlo estar.

Mientras tanto, el joven huérfano fue entablando una sólida amistad con la joven Shunrei, que seguía cuidando tanto del maestro como de la casa infatigablemente

Una vez más, la luz de la mañana despertó al joven Shiryu. Cuando éste se disponía a realizar su entrenamiento de ascenso, Shunrei llamó a su puerta

¿Shiryu? susurró la joven

Me desperezo rapidamente al oir la suave voz de sunrei. Mis músculos no se resentian del entrenamiento desde hace dias y eso me hacia sentir mejor conmigo mismo.

Si, sunrei, ya estoy despierto, dime

La joven descorrió apenas un par de centímetros el panel de estilo japonés, hecho de papel, que la separaba de la estancia privada de Shiryu.

El... el maestro te espera afuera   tartamudeó creo que hoy es un día importante...

Dile que en 2 minutos estoy fuera, muchas gracias Shunrei - salto de la cama y comienzo a vestirme rápidamente, me lavo la cara para acabar de despertarme y salgo deprisa a encontrarme con el maestro

El maestro saludó a Shiryu con su acostumbrado cabeceo silencioso, y llevó al joven más allá del lugar dónde entrenaban habitualmente. Con el lento caminar del maestro, Shiryu tenía tiempo para observar las maravillosas vistas de los 5 picos, algo que llenaba de paz su alma.

Una hora de camino después, ambos llegaron hasta un bonito lago, que era alimentado por una estruendosa cascada situada enfrente de ellos.

El maestro condujo al joven aprendiz hasta el pie de la cascada, y se detuvo allí.

La leyenda comenzó a explicar el anciano rompiendo su mutismo dice que sólo aquel que sea capaz de invertir la cascada Rozan podrá invocar al Dragón.

Acto seguido, el maestro dejó caer su bastón, y con una rapidez como Shiyu no había visto ni en atletas experimentados, saltó hacia la cascada.

 Dhokko lanzó un único golpe contra el agua, pero de repente, mientras su rodilla golpeaba el líquido, un estallido de luz verde sacudió el paisaje, y dejó a Shiryu aturdido. Tras parpadear unos segundos, el huérfano se dio cuenta de que el sonido de la cascada se había detenido. Al mirar, fue testigo de un milagro: ¡el golpe del maestro había hecho fluir el agua hacia arriba! El efecto sólo duró unos segundos, pero llenó de fantasías la mente del joven, que inclusó creyó ver cómo las aguas adoptaban la forma de un mítico animal: el dragón.

Dhokko cayó al suelo en perfecta armonía, y recogió su bastón.

Sólo cuando domines esta técnica podrás ser realmente el aspirante a la armadura del Dragón que quieres ser.

Si maestro - digo mientras hago una reverencia con las manos pegadas al cuerpo - ¿he de empezar ahora o me direis cuando estaré preparado para empezar este nuevo entrenamiento? - digo recordando las primeras palabras del maestro sobre la paciencia

El maestro Dokkho no respondió, sino que se adentró en la fría y cristalina agua del lago, para después ir a sentarse bajo la brutal caída de la catarata. Allí adoptó la misma pose de meditación que había estado enseñando al joven Shiryu, y cerró los ojos sin decir palabra.

durante unos minutos examino la gran cascada con una mezcla de admiración y sobrecogimiento. Siento que puedo ser capaz de hacerlo, pero no si lo hago sin pensar. En el mismo sitio en el que me dejó el maestro me siento con las piernas cruzadas y me concentro en mi interior, buscando "algo", una armonia entre mi interior y la cascada.

Cuando pasa el tiempo, una hora..., dos horas..., noto ese "algo" y con calma y tranquilidad me dirijo hacia la cascada, siento que hoy no lo voy a conseguir, pero se que con el tiempo lo haré....

¿que tirada tengo que hacer?