Partida Rol por web

La romana se desplaza a un punto despejado de la arena, separándose de las otras parejas y de los hombres, personalmente sabía que necesitaba cuanto más espacio mejor, de manera que buscó una zona amplia y allí empezó a calentar muy someramente esperando a que la egipcia estuviera lista.

La mujer se giro a su izquierda, y tenia una cara de loca del demonio que tiraba para atrás. Era evidente que no intimidaba como Soenya, pero al menos era desconcertante. Allí parada mirando intensamente, con la boca abierta y mostrando los dientes.

Toco dos veces el escudo con la espada indicando que estaba lista. Y espero a que la mujer rubia cambiara el peso de la pierna derecha y se lanzo adelante con la espada en un golpe directo al brazo donde ella sostenía la espada.

Soenya sonrió al observar la velocidad de ataque de la griega, adivinando su movimiento y dejándola hacer. 

Clavó sus pies firmemente al suelo y dejó que le arrebatara el arma pues ella misma era un arma y pensaba demostrárselo...

Sintió el golpe en la mano y soltó la espada para después concentrar todo su ataque en un fuerte golpe con el escudo en el cuerpo de la griega pero trabillando y fallando.

El golpe de la griega impacta contra la espada de la barbara, haciendola templar al arma en la mano de la rubia. Pero igual esta la sujeta con fuerza por lo que no se le escapa. Aprovechando que tiene un escudo en su otra mano, lousa para tratar de golpear con fuerza a la griega pero el golpe falla, dejando que esta solo sienta una fuerte rafaga de aire.

Si la griega era loca, la germana era mucho mas violenta y eso se noto con ese movimiento inicial que trato de dejarla desmayada en el piso.

La romana se colocó junto a mí, la noté un tanto cansada y aunque creí que iba a ser más rápida que ella, no fui tan rápido como había pretendido pero aún así, más que ella sí.

Tenía como armas, una espada de madera que se parecía bastante a lo que debería de ser una gladius de verdad aunque siendo de madera tampoco es que se pudiera presumir mucho y un escudo también de madera, pequeñito con el que difícilmente se podría proteger una tras él.

Me moví a izquierda y derecha buscando el hueco para atacar.

Esperé lo justo para blandir mi espada contra la romana, antes la había visto luchar con el Doctore y esperaba que aquello me sirviera para predecir o de ventaja para el primer golpe. Me acerqué y lancé la espada hacia adelante en un movimiento de arriba a abajo tratando de alcanzarla y que sintiera la madera de la espada en su cuerpo, me daba igual dónde darle, la cabeza o un brazo, la cosa era alcanzarla.

Livia esquiva parcialmente el golpe de la egipcia pero no del todo, pues se deja una pierna atrás que es la que recibe parcialmente el golpe de Sekhmet con mucha mayor fuerza de la que esperaba. Tras el golpe, Livia se aparta rodando por el suelo y vuelve a incorporarse, algo alejada de su contrincante, asombrada con el ímpetu que ha descargado en el golpe:

-Vaya, Sekhmet, pensaba que querías clavarme tu lengua, no tu espada, al menos no tan rápido.

-Vuelvan a sus posiciones, mantengan la atención, anticipen a su oponente y bloqueen-

Pronunció ante las acciones de sus pupilas, estudiando las poses y bases de las damas.

-Soenya, mantén la distancia, eso es crucial... Adonia, El golpe es a la muñeca o al antebrazo si quieres desarmar-

Miró a Livia, con algo de molestia, parece que le afectó el golpe.

-Livia, la distancia, esa es tu mayor fortaleza, úsala... Sekhmet, buena técnica, puede mejorarse-

Elogió a la griega, pues estaba haciendo bien las cosas, al menos

Igual había empezado demasiado fuerte, no sé, tras soltarle aquel espadazo me di cuenta de que me había sobrepasado - ¿estás bien? Hace tiempo que no cojo un arma y... - la sensación era de entumecimiento, no tenía la misma habilidad que antaño y aunque había lanzado un golpe certero, ahora mismo notaba que mi cuerpo no respondía como debiera - creo que voy a necesitar mucha instrucción - no es que hubiera olvidado pelear, sino que hacía tiempo que no lo hacía. 

Me vuelvo a situar en posición, con el escudo en la derecha y la espada en la mano izquierda, las piernas semi flexionadas. Me muevo para evitar que el sol me dé en la cara, mejor tenerlo a la espalda, que sea Livia quien tenga que bajar los ojos para atacarme.

-No te preocupes... estamos algo desentrenadas todas, me temo. Venga.- dice y también se mueve con un preciso movimiento de pies de lado para dejar el sol a su derecha, a ninguna de las dos les da en la cara, al menos por ahora. La romana retoma una posición agresiva, vara en ristre como si fuera una lanza y lo que sería la punta inexistente apuntando hacia la egipcia, espera su siguiente movimiento con todo su cuerpo en tensión.

Viendo el arma roma que lleva Livia, camino hacia ella reduciendo la distancia entre ambas, al fin y al cabo si quiero darle necesito acerarme. Amago ir por su derecha cuando en realidad me acerco por su izquierda y lanzo un espadazo contra la sujección de su arma, tratando de que ésta caiga a la arena.

Adonia ni asintió ni dijo nada al Doctore. Pero le estaba prestando atención, tras el intento fallido de Soenya de hacerle morder el polvo estaba más dispuesta a combatir.

Dio dos pasos atrás y volvió a tocar dos veces con la espada en el escudo, esperando que su contrincante hiciera lo mismo indicando que estuviera lista.

Cuando lo hizo,  apenas abrió la guardia tras el segundo golpe la fiera griega volvió a lanzar un golpe que parecía ir directo a la misma mano del arma donde había golpeado antes, pero flexiono ligeramente las piernas antes de golpear en un intento de dar con la puta de la espada de madera en la cadera de su contrincante.

Estaba intentando sorprender a su rival con cada ataque. 

Soenya volvió a colocar sus pies con calma, sopesando de nuevo el peso de la espada y del escudo. Ya había visto a su compañera atacar una vez y había visto de lo que podía ser capaz, además de ser rápida.

Le sonrió indicándole que estaba lista haciendo el mismo gesto con la espada y el escudo. Después se preparó para esta vez esquivar su golpe si este venía. Después de todo ya había intentado golpear, quizás ahora era mejor ver si aún recordaba como esquivaba... Quizás los meses de estar presa y encadenada, la habían afectado más de lo que creía y ella lo que buscaba era poder volver a sentir el sabor de la sangre de una batalla..

Al final se vio venir de nuevo el golpe de la griega y si era rápida pero de momento no parecía acertar del todo y aunque al principio pareció que creyó que iba a intentar volver a desarmarla el movimiento en las piernas de Adonia la hizo moverse ágilmente para esquivar el golpe de la espada que iba directamente a su cadera.

Su esquiva fue precisa aunque se notaba que parecía aún un poco entumecida pues claramente era capaz de moverse mucho mejor. 

Parecía que no había olvidado como moverse en una batalla y, por ahora, había esquivado el golpe...

- Ha estado bien Adonia, casi me golpeas... ¿Seguimos?

Dijo animando a su compañera y contrincante. 

La griega pivoto sobre su pierna derecha y se colocó al flanco de la germana. Pero esta vez no hubo ni impacto ni contra ataque.

La miro con fiereza, la propia de la locura y se paso la lengua por los labios.

Dos golpes en el escudo indicaban que estaba lista, y esta vez gruño e hizo un gesto con el brazo del escudo. La invitaba a atacar esta vez. Otro truco. Quizas. 

Viendo el arma roma que lleva Livia, camino hacia ella reduciendo la distancia entre ambas, al fin y al cabo si quiero darle necesito acerarme. Amago ir por su derecha cuando en realidad me acerco por su izquierda y lanzo un espadazo contra la sujección de su arma, tratando de que ésta caiga a la arena.

 Livia se mueve al lado contrario por donde viene Sekhmet y no le resulta muy dificil predecir el amago falso de la gladiadora, aunque reconoce que esa finta, bien entrenada, seguro la habría pillado desprevenida, mas la romana ya había entrado en calor y no tenía ganas de recibir más golpes hoy.

No contenta con esquivar, la romana decide que se ha cansado de huir e intenta una maniobra de contrataque, lanzando un severo golpe de arriba abajo contra el cuerpo de la egipcia aprovechando que quizás tuviera la guardia baja en la rapidez de su movimiento.

Soenya asintió al gesto de su compañera, entendiendo que la instaba a ella a atacar primero por lo que cambió la posición de sus brazos y se dispuso a realizar un ataque rápido hacia el cuerpo de su contrincante. 

Esta vez no buscaba realizar ningún ataque especial, simplemente recordar si aún era capaz de recordar como se golpeaba con un arma aunque estaba acostumbrada a trabajar con dos espadas de momento tendría que contentarse con una... 

Buscó golpear la parte de la griega que quedara al descubierto, siempre que esta no esquivara su golpe, claro... 

La germana lanzo el ataque y Adonia que tenia pensada en su mente un movimiento intento realizarlo. Acompañar el movimiento del brazo de ella, dejando que entrar en su guardia y rotando sobre el escudo de la otra mano, con un pequeño salto para ganarle la espalda.

Lo tenia pensado, lo estaba esperando, pero la germana no puso el escudo donde ella había pensado, y eso le hizo darse intentar frenar el movimiento demasiado tarde, y al final. Ni una cosa ni la otra.

Se comió el golpe en la boca del estomago y soltó todo el aire que tenia dentro.

Dudé de que mi ataque tuviera éxito y así fue que, Livia esquivó pero lo que me sorprendió fue que a la vez aprovechó aquel movimiento para atacarme. Había sido astuta y rápida, mas no me cogió despistada sino que pude a su vez esquivarla, desplazándome hacia un lado - eso ha estado muy bien, felicidades, casi lo consigues.

- Te cedo la iniciativa - eso de ir al ataque me resulta menos cómodo que simplemente esquivar, así que, como no incumplo ninguna norma, le permito que me ataque, si puede, al menos que lo intente - eres buena con esa lanza, ¿se te dan bien todas las armas o tienes predilección por esa en concreto?

El golpe con la espada quizás sonó a más fuerte de lo que Soenya había esperado golpear, aunque realmente esperaba que la griega esquivara mejor el ataque y no habiéndole dado tan directamente y sabía que de no haber sido una espada de manera quizás las tripas de la griega estarían cubriendo ahora su mano y la arena en la que peleaban...

Se colocó de nuevo en posición por si venía un nuevo ataque por parte de su compañera o por si ésta le indicaba que volviera a atacar.

-Alto, suficiente-

Detuvo la práctica chasqueando el Látigo una vez, estaba viendo a las mujeres entrenar, y era hora de cambiar de compañera. 

-Roten, de prisa, vamos rápido-

Gritó a las 4 esclavas para que cambiaran de pareja de combate.