Partida Rol por web

Verina habia quedado algo callada, porque si decia cosas estaria de acuerdo con la barbara en mas cosas de lo que quisiera.

Pero entonces escucho a Livia hablar de ella, poniendose algo colorada no solo por como saco su relacion a la luz sino tambien con el beso y mordisco que se dejo hacer. "Como cualquiera que le importes." dijo ella simplemente y vio a la germana por un momento. Pero entonces devolvio el gesto besando su mano y luego su cachete rozando la comisura de sus labios con los de Livia. "Pero un beso no te tiene que lastimar." dijo con una sonrisita.

Mira a amabas con una sonrisa algo tierna y ríe ligeramente.

- Verina tiene razón, no todo el sexo tiene porqué ser salvaje. Si bien es cierto que a mi es el que más me gusta, entiendo que hay momentos y momentos para ello...

Se levanta de la cama con calma.

- Creo que os dejaré a solas. Seguro que Verina cuida mejor de ti sin una salvaje molestándoos - Les guiña un ojo a ambas - Así, yo puedo escabullirme a divertirme también un rato... 

Livia sonríe y devuelve el beso con fuerza en los labios de la mujer pelirroja, aliviada de que la sirvienta no se hubiera tomado a mal que hables tan claro sobre su relación...fuera cual fuese la naturaleza de ésta:

-¿Ya te incomodamos? Jaja ¿O es que acaso te hemos dado ganas de yacer, germana? En fin, diviértete, me alegro de que ya te permitan mayor libre circulación, creo que yo aun sigo castigada para que no intente coger una espada.

- Yo lo que quiero coger ahora no es precisamente una espada... Pero, comparten la forma alargada y, mientras una puede quitarte la vida sin contemplaciones, la otra puede hacerte desfallecer de placer... 

Le guiña un ojo a Livia para después reír.

- No me incomodáis, como si queréis yacer aquí mismo delante de mi. Para mi pueblo no es extraño ni voy a ofenderme, pero no sé si Verina estaría cómoda con ella... 

Sonrío a la mujer - Me alegro por vosotras. 

No era fácil encontrar alguien a quien aferrarse y aunque ella lo había hecho más por necesidad que por afecto, esperaba que al final sintiera algo más por él que la mera atracción sexual. 

La mujer tal vez se espero el beso asi, por eso no se sorprendio y sonrio con complicidad. Aunque se aparto al notar como la otra mujer se iba.

“Espera para donde vas?” pregunto la sirvienta. “Puedes salir afuera?”

Escucho las sutilizas de ella, que en verdad le hacia pensar que estos barbaros serian comidos vivos en el senado. “Gracias. Aunque...bueno no es necesario que te vayas. Ya creo que terminamos.” dijo la sirvienta suspirando aun algo colorada. Lo que era raro ya que era mayor que ambas pero a veces parecia algo infantil.

-¿Todo bien ahí, Verina?- le pregunta carraspeando la romana, refiriéndose al estado de sus heridas- Ahora en serio...voy a morir de aburrimiento aquí dentro...ya noto cómo se me ponen flojas las carnes...luego no voy a poder ni levantar el pallum...¿puedo al menos visitar la biblioteca?- termina pidiendo la romana a la sirvienta- ¡Soenya no huyas! Voy a leerte los diarios de César en su conquista de la Galia. Y los escritos de Virgilio.-  por algún motivo todo esto sonaba como una terrible amenaza.

Se paró en seco ante las palabras de ambas.

- ¿Puedo salir fuera? - Le devolvió la pregunta a Verina con una media sonrisa - ¿Lectura romana por delante de una intensa noche de sexo? Me matas Livia, me matas... - Suspira - Livia, ¿quieres que hagamos ejercicios de mantenimiento? No debería causarte malestar pues simplemente son para mantener la musculatura... 

Verina observa sus heridas. “Yo creo que si entendi bien lo que me dijo Sekhmet.” comento mirando la espalda de ella. “Podria traerte los libros aquí.” ofrece. “Podria leerte algo o que alguna de tus compañeras lo haga tambien te podria llevar para que veas mientras las demas practican. Lamento que te aburras pero lo importante es que estes viva.” coemnto la mujer acericiandole la cabeza a la joven como si fuera una niña.

“Tal vez...deberia preguntar. Creo que deberias por tu triunfo aunque fue mas contra criminales que con gladiadores.” pensandoselo.

Ante la amenaza de Livia a la barbara, Verina rie y niega. "Ofrecele mejores libros. Cesar era un buen comandante pero su libro es muy aburrido."

-¿De verdad? ¿Podría ir con Soenya a ejercitarme? - pregunta atendiendo a las palabras de la germana con un brillo en la mirada, bien parece que intenta incorporarse de golpe, aunque las vendas le tiran y hace un gesto adolorido- Podríamos empezar con...con un poco de carrera, suave y luego algo de movimiento en los brazos...Verina...¿de verdad crees que puedo quedarme mirando? Descansaré mucho, pararé en cuanto se me abra una herida, lo juro...y el resto del tiempo lo dedicaré a leer...- concede poniendo los brazos en jarras- mas necesito que me dé el aire y el sol, por Helios...-suplica, tomando la mano de Verina como si la sirvienta tuviera alguna capacidad de decisión.

Niega con la cabeza ante las palabras de Livia.

- No Livia, no comenzaríamos con una carrera... Sino con unos ejercicios para estirar y calentar tus músculos... - Se acercó hasta ella para coger uno de sus brazos - Han perdido su forma y si comienzas acelerada podrías dañarte y no es lo que queremos, ¿verdad? Debe hacerse poco a poco. Confía en mi, tengo más experiencia que tu en la guerra - Le guiñó un ojo.

Miró a Verina con curiosidad.

- ¿A quién debería preguntar sobre lo de salir de mi celda por las noches para buscar un lecho caliente? Eso, o pedir que alguien venga a calentármelo... 

Verina asintio. “Si, podrias entrenar y mirar. Supongo que ella sabe como tratar a una herida.” comento mirandola a Soneya con una mirada que decia que mas vale que no se lastime mas mi joven amante.

Eso permitio que Livia pudiera agarrar su mano con facilidad mientras le pedia cosas. “Si, un poco de sol y aire te podria sacarte los malos humos de tus heridas.” comento ella no del todo segura de lo que decia pero justificandose.

Ante la pregunta de Soenya la miro y nego. “A la Domina. Ella tiene el control de lo que pasa, aunque supongo mas que hara traer a alguien aquí.”

Parecía que eso era todo lo que Livia necesitaba oír para terminar de animarse y le da un fuerte beso a Verina en los labios, feliz y contenta:

-¡Genial! Venga Soenya, vamos fuera y hagamos eso que tú dices, ¿Vienes con nosotras Verina?

Ríe ante el entusiasmo de la romana.

- Livia... Es de noche... Comenzaremos mañana al amanecer... La humedad de la noche no será buena ni para tus heridas ni para los músculos... 

Livia suspira y deja caer sus hombros, dándose cuenta de que la germana, obviamente, tenía razón:

-Bueno...tal vez tengas razón- concede a regañadientes.- en ese caso será mejor descansar...mañana será otro día.

- Prueba a descansar, si. Estaré aquí al lado, ¿vale? Cualquier cosa que necesites, dilo. Y por cierto... Si vuelves a encontrarte con ese hombre... Huye... es un sádico cabrón que no dudará en usar tu cuerpo como si fueses de trapo... 

Livia se tumba bocabajo en la cama con el ánimo alicaído pero no tanto como estos días atrás:

-Estare bien no te preocupes, hay guardias por todas partes, Verina seguro que no se va lejos y ese hombre...Bah yo me olvidaría de él...seguro que sólo era un invitado más y que no lo volveremos a ver.- dice convencida con intención de quitar hierro al asunto.- venga, diviértete, que te lo has ganado.

- El hecho de que esté aquí... El cómo se acercó en la fiesta... Es mi demonio personal... - Suspira - Espero que tangas razón y no volvamos a verlo... 

-Tenia ganas de provocarte, ya está...no te angusties. Me quedaré por aquí... ¿Tal vez podrías traerme esos libros ahora Verina? 

"Dejame ver ire a la biblioteca." comento ella, dejandolas para que estuvieran solas por esa noche. A pesar que parecian dispuestas a descansar para el entrenamiento de Livia.

Asi pasaria la noche descansando, ya que pronto recibirian algunas noticias que serian mas importantes.