Partida Rol por web

La mujer siguio gimiendo pero cada vez mas alto y junto a ello habian gritos de placer, que a veces sonaban en la boca del galo mientras mantenian el beso. Pero luego se liberaban y sonaban en la habiatacion de la Domina. Era su dulce voz volviendose un dulce sonido de satisfaccion y excitación. No habia vergüenza ahi.

Las uñas de ella se hundieron en su hombro mientras sentia como entraba a ella con aun mas fuerza que antes. Si habia miedo en ella en ese momento no se notaba con sus ojos mostrando mucho deseo por mas de lo que hacia. Finalmente sus piernas no lo liberaban a pesar de todo, sintiendo el vaiven que hacia a la cama luchar tambien para resistirlo.

“Ah...si, asi. Muestrame tu bestialidad galo...” dijo ella entre gemidos que se volviando mas frecuentes hasta que no pudo seguir mirandolo y tiro su cabeza para la almohada de ella, liberando mas gritos de satisfaccion. Estaba tan cerca de su final la sentias mas apretada y mojada.

Las palabras de Camilia dejaron en claro que quería aquella parte que sólo se mostraba en la arena, esa bestia que en situaciones normales sería impulsada por la furia, ahora es impulsada por la complacencia.

A la vez que el dominio de la situación recaía cada vez más en sus hombros, notando en estos la presión de las uñas sobre sus músculos y piel, un poco de placentero dolor motivaba aún más su objetivo.

Viendo cómo inclinaba la cabeza para atrás, el Galo decidió ser malo, y extender el momento un poco más, deteniéndose en seco, apartando las manos de la domina, irguiendose cómo Cronos desafiando a los dioses, dejando de lado todo respeto por su domina, por esta ocasión sería su mujer.

Contempló la exuberancia de su cuerpo una vez más, antes de voltear la, poniéndola de rodillas sobre la cama, teniendo una vista espléndida de su espalda y trasero.

Comenzó una arremetida desmedida, haciendo que los puntos de apoyo en las rodillas de la fémina sedan y resbalen por la suavidad de las sábanas. Mostrando la salvajia que a ella tanto le gustaba.

Duilius sintió una y otra vez las presiones que su sexo generaba alrededor de su virilidad, más no bastaba para hacerle llegar al éxtasis a él, la domina estaba siendo dominada por su bárbaro ser.

-Do... Camilia-

Pronunció sin escrúpulos al oído de la mujer, dulce y sin piedad, con la intención de marcar a fuego en su memoria este momento. 

El cambio de posicion sorprendo un poco a la Domina que volvio a verlo al rostro al gigante mientras la alzaba la verdad sin mucho esfuerzo. La Domina te vio con duda. “Que pasa?” pregunto.

Pero pronto se quedo en cuatro en la cama, alzando mas el culo si lo hizo de forma intensional o no no quedaba claro. Pero ahi estaba posandolo como una perra en calentura, esperando a que volvieras por ella en aquel juego nocturno.

Volvio a gemir animada al sentirlo de nuevo y recibiste incluso de parte de ella mas movimiento con su cadera siguiendo como podia tu ritmo haciendo que la penetraras mas profundo cada vez que embestias. Sin duda en ese momento de locura ambos parecian pasarla bien.

Ella lo sintio cerca y se le acerco con la cabeza, recibiendo esa palabra de desafio y tal vez de puro placer con ella. Esta sonrio y casi rie si no fuera por las embestidas que le hacias. “Maldito salvaje galo.” dijo entregada pareciendo dejarte que digas su nombre, dejandose llevar por el placer que le dabas y cayendo en la almohada tras llegar a su climax ahi mismo.

Esta mujer nunca se preocupó por conocerle ni por saber su verdadero nombre, lo que sí estaba claro es que la había complacido, y bastante bien por lo que se veía, solo que el aún no había llegado al clímax, y estaba aún duro cómo una roca. 

-Domina, ¿ya está satisfecha? La señora de la casa no puede darse el lujo de flaquear-

Dijo provocando a la mujer, que yacía jadeando y bajo su físico, aún conectados por sus sexos. 

El galo levantó el tracero de la mujer con ambas manos, el se acuclilló sobre este para luego apoyar las manos sobre ambos hombros de la fémina, para volver a empalarla cómo a una ramera en celo.

-Domina, vamos... Se que lo anhelaba-

El enorme hombre, grabaría a fuego cada sensación en el cuerpo de la mujer, dispuesto a hacer que sólo pensara en el. 

La domina parecia dispuesta a descansar en ese momento aunque miro detras suyo ante la pregunta del galo. “Lo estoy.” dijo ella aunque suspiro para tratar de incorporarse de nuevo porque como decia no podia flanquear. Ademas seguia sintiendo ese miembro duro dentro de ella.

Pero cuando volviste a moverse dejo de intentar levantarse. Gimiendo estaba sin mucho control casi parecia otra persona a diferencia de la respetada mujer que todo los dias reinaba en ese Ludus, que les ordenaba a todos que hacer y que no. Incluso recordabas a los hombres que mataste que tal vez la hubieran llamado como estaba actuando ahora pero al final perdieron su vida.

“Duilius...eres mucho esta noche.” comento ella tal vez algo arrepentida en especial de mostrar esa faceta pero no podias evitar, su cuerpo no podria levantarse mientras el galo estuviera arriba de esa forma, eso era claro.

De cualquier forma emperzo a mover su cadera como podia seguia el ritmo y miraba hacia atrás, habia deseo en ella. Aunque sus palabras fueran otras. “Sueltame.” le ordeno.

La tenía complacida, con su miembro dentro de ella, es cómo si los papeles se hubieran invertido, siendo ella la esclava y el él dominus, montando salvajemente a la dueña del ludus, reducida ahora a una mujersuela obscena.

-Y seré así cuándo usted lo requiera... -

Continuó perforando y atacando la carne suave y caliente de la dama romana, no dándole oportunidad a que sus gemidos sedan. 

Más su orden debía ser cumplida, o podría alegar algo en su contra, y quedar en la cruz no era una opción para el doctore, retiró sus manos de la espalda de la mujer, y lentamente se fue recostando, apoyado en sus antebrazos, sin salir nunca de su femeneidad.

-Cómo guste Domina-

Sonrió el galo, dejando que ella obrará cómo quisiera. 

Ella escuchaba lo dicho por este aunque fuera complicado por el movimeinto de ambos y el placer recibido. Fue cuando la solto que ella misma se salio mientras se daba vuelta en la cama para mirarlo de frente.

Podias ver facilmente su respiracion agitada y el sudor que le habias generado a la romana, esta a pesar de todo lo zorra que paresca tenia ese algo de las nobles. Una belleza autoritaria que por un moemnto tuviste bajo tu masculinidad y casi parecia que seguia asi.

“Como guste yo…. Pero que hay de ti?” pregunto levantando su cabeza de la cama tomandote de uno de los hombros como si fueras un mueble para ayudarse a moverse. “Aun sigues duro.” comento esta, pero al estar sentada con las piernas abiertas empezo a masturbarlo, sus sexos no estaban demasiado lejos del otro.

“Asi son los galos, resisten por tanto tiempo o es que no te he ordenado que vinieras?” pregunto ella suspirando y mirando para abajo ese totem de carne. Sin mas se lo volvio a meter en su sexo. “Quiero que te vengas en mi, sigue como antes pero conmigo viendote.” comento ella con una sonrisa de satisfaccion dejando que èl fuera quien empezara o terminara en este caso.

-Depende mucho del galo, de su origen, y de lo dispuesto que se encuentre... Por ejemplo, me encuentro motivado por tenerla frente a mi, y no quiero detenerme-

La aduló, apelando a su ego, para que sea más receptiva a futuros encuentros y acepte su querer con mayor facilidad, pues le quería, y quería su complacencia y corazón. 

Tras terminar su discurso, se le volvió a subir encima.

-Incluso si me ordenará que me viniera, seguiría dispuesto... 

La besó lascivamente, separándose al instante siguiente, para seguir susurrando. 

-La llevaré a los cielos mismos, complaceré sus deceos más profundos, haré que su ser ansie la noche para que que mi presencia se haga presente y la tome, una, y otra, y otra vez... - 

Si, es la sed insaciables por la carnalidad con Camilia, no sabía si se debía a su sangre u orígenes, más no quería detenerse, y lo haría hasta que ella cayera rendida. 

Y de nuevo, ahí estaba, empotrandola con fuerza indómita, indomable cómo un potro salvaje, clavandose profundo en ella, sabiendo que estaba dejando en vergüenza a su difunto marido, y tal vez a posibles pretendientes que pudieran venir después. 

“Entonces me toco un galo, bastante especial y me siento alegre.” comento ella sonriendo grande viendose atractiva. Sin duda adularla le dejaba facil mas facil a esa mujer. “Te creo, pero mañana ambos tenemos mucho trabajo...lamentablemente.” comento ella sin duda pareciendo dispuesta a ir mas alla con el galo, al parecer si habria una segunda vez.

Parecia convencida que podrias cumplir tu promesa. Mas cuando empezo a sentirlo moviendose de nuevo en ella. Haciendola sacar nuevos gemidos mientras lo miraba con un placer de quien disfruta lo que esta pasando. Tal vez siendo algo czorra pero no parecia importarle en eso momento de decadencia con su galo.

Ella se tomo de tus hombros como pudo y se guio moviendo con su cadera y buscando de nuevo un largo beso, colgandose de tu cuello con sus brazos quedandose bien cerca del galo. Dejando sentir su aliento y dulces gemidos en el oido de ese hombre.

-Entonces deberé... darme prisa-

Teniendo razón, debía apurar el el acto, la mañana será muy ocupada y debía atender el entrenamiento de las gladiadoras, solo que no podía perder de vista la expresión tan lasciva de la domina, que buscaba de nuevo el contacto de sus labios, el cual correspondió con mesura. 

Volvió a hacer bramar la cama con su poder físico, arremetiendo a un ritmo frenético, sintiendo que el clímax se aproximaba.

-Domina, ya estoy cerca... - 

Continuó el vaivén de sus caderas, envueltos el ruidos húmedos y gemidos femeninos que superaban el umbral de gemidos para ser gritos, teniéndola abrazada en su cuello 

-Domina... Me vengo... - 

Dio una última y poderosa estocada antes de soltar todo su simiente en el vientre de la lanista, haciendo que cada fibra muscular del encargado tiemble, mientras su cerebro recibe una descarga eléctrica que no hace más que alimentar la satisfacción. 

El movimiento siguio hasta que el galo se sintio llegar al interior de ella, incluso le parecio sentir que la mujer tambien llegaba al climax poco despues de este. Pero tal vez era algo que imaginaba. Pero que si bio es como la mujer se dejo caer en esa cama que habia aguantado ese salvaje encuentro entre ambos.

“Fue muy impresionate.” dijo ella en pocas palabras y cansadas. Te miro tratando de llegar a ti con su mano.

“Te tendras que marchar. No vaya a ser que una de las sirvientas te vea.” comento ella volviendo a ese pensamiento mas formal, lamentablemente no dejando al galo un respiro ya que las reglas de esa sociedad veian mal aquel encuentro.

Con un simple saludo formal te despediste dejando a una Domina satisfecha. El encuentro habia salido demasiado bien te imaginabas que pediria de nuevo tu presencia muy pronto. Aunque eso seria decision de ella. Mientras volvias a tu habitacion pensando al final en las demas gladiadoras, tal vez alguna de ellas probaria ser al menos util.