Partida Rol por web

Ambos habian sido convocados a una de las salas de estar dentro del Ludus, un sirviente habia guiados a ambos ese lugar donde esperaba la Domina. Ella por supuesto se encontraba en uno de los sillones relajada y casi acostada, era abanicada por un esclavo ya que habia un calor muy grande en la ciudad como siempre.

Al verlos no se levanto, haciendoles un gesto a unos bancos cercanos apra que se sienten. Ustedes la conocian, cada uno lo suyo y sabian que se veia algo preocupada. Lo que era extraño, la vida en el Ludus habia estado tranquila, habian perdido algunos gladiadores en las peleas pero igualmente la Domina no se habia visto molesta disfrutando como siempre de su vida. Aunque algo parecia haber cambiado.

Para el cómo Doctore, que su ama le llamara a una reunión no era buen presagio, había perdido algunos buenos guerreros en la arena, pero nada del otro mundo, siempre ocurrían esas cosas y lo normal era verlo cómo una pérdida necesaria, aún qué era molesto para el por qué significaba tiempo invertido en prepararlos, más ahora no importaba tanto, pues la expresión de preocupación en el rostro de la Domina decía mucho, y la conocía de antemano, y sabía que no sería grato que fuera que dijera. 

Estando en compañía de Nórdico, su amigo, que un momento antes estaba charlando sobre acontecimientos anteriores y el entrenamiento diario, cosas mundanas y pequeñeces del estilo, incluso sobre la comida, especulando y apostando para ver que comerian, hasta que fueron llamados, ni siquiera pudo bromear que marcharon deprisa tras los pasos de aquél sirviente.

-Domina, nos honra estar en su precencia-

Dijo cortesmente Duilius, inclinándose con respeto ante la mujer, antes de volver a levantarse y sentarse en la silla que señaló. 

¿En que podemos serle de ayuda mi señora? 

La Domina extrañamente nos ha hecho llamar a Duilius y a mi a la vez, rara vez nos llaman a los dos juntos puesto que cuando me llaman a mi implica casi siempre algo comprometido de un tema que no se suele compartir con mi hermano de batallas. Miro extrañado a Duilio antes de hacer acto de presencia preguntando, esto no es normal, algo ocurre.

Al entrar en la sala, la Domina permanece semi acostada y algo preocupada, cosa que no es nada frecuente. Asintiendo ante su invitación me siento en un banco cercano observando a la Domina tranquilo como buscando algo en su gesto por un instante, gesto que hago por defecto profesional. Gracias Domina, agradezco a la Domina por la cortesía de que nos sentemos como manda el protocolo tras mostrar mi respeto.

La Domina sonrie complaciada con ambos haciendo un esfuerzo y levantandose acomodando su vestido que habia dejado ver mucha de su piel.

“Muchas gracias por estar venir tan rapido.” respondio con una pequeña sonrisa pero de nuevo volvio a su rostro mas preocupado.

Observo a ambos un momento y luego hacia afuera. “Las cosas estan cambiando, mi padre ha decidido que debo volver a casarme. Aun cuando estoy en luto.” decia ella aunque en verdad eso ultimo habia durado poco. Duilius no la habia visto en ninguna actitud de luto y ahora parecia que hasta el momento se habian encargado en disfrutar de la viudes. Del control que tenia ahora.

“Me ha llegado una carta de mi Padre. En esta me avisa que me comprometio con un hombre llamado Gallio Italicus. Al parecer es un general con un futuro importante en la politica.” les describio buscando con la mirada a la sirvienta con el vino, con un gesto le pidio que le llenara la copa.

La noticia de un nuevo prometido de Camilia no es mas que un gran inconveniente para nuestro futuro en este Ludus, hasta el momento ella ha gestionado el Ludus de manera muy eficiente y que venga un general con proyección a meter las narices es una muy mala noticia.

Miro a la Domina preocupado ante la situación, si me permite Domina, lamento que no te permitan completar el luto como desearías, también me preocupa que con la llegada del general tire por tierra todo el trabajo que has dedicado a este Ludus.... ¿cuando han planificado la boda con el general?.

Aunque mi frustración la exprese con esas palabras mi mayor preocupación no se llega acercar a los motivos expresados, mis planes de futuro se pueden ver truncados con un general en esta casa y será un obstáculo para conseguirlos bastante grande.

Debía decir que la noticia tampoco lo entusiasmó mucho, ¿dónde está el respeto por el luto? Y es más, ¿Por qué la necesidad de casarla de inmediato? Todo era muy extraño para el.

Como Doctore de la casa, no debía discutir con la decisión del progenitor, pero la dama estaba haciendo las cosas bien y no le gustaba la idea de hacer un cambio tan acelerado.

-Domina, comparto la opinión de Nórdico, este cambio es de sobremanera radical, su luto es importante y su tiempo para superarlo debería ser respetado, la necesidad de casarla de inmediato me parece un tanto exagerada si me permite la franqueza-

Dijo el Galo con respeto, a veces se le iban los ojos a lugares que no correspondía, pero siempre manteniendo la compostura ante todo. 

Duilius sabía que una dama que acaba de enviudar, necesita tiempo para procesar la situación que acaba de vivir, distraerse y disfrutar un poco de paz. 

-¿Podemos ayudar en algo mi señora?-

Preguntó con el deseo de serle útil en todo lo posible a la dama. 

Al escuchar las palabras de ambos, parecio mas animada. Incluso agradecida con esos hombres que ahora mismo eran los mas por su oficio dentro del ludus. Por eso con un simple asentimiento les permito hablar contar parte de lo que pensaban en su interior.

“Estoy de acuerdo con ambos y les agradesco sus palabras tan respetuosas.” dijo con un tono mas bien meloso, algo seductor. “Aunque debo corregirte nordico querido, que no sera mi prometido quien podria llegar a mover lo que hemos hecho este tiempo. Sino mi querido padre, que vivira un tiempo con nosotros.” le conto a este y tambien al galo. “La boda por suerte no tiene fecha por el momento. Que los dioses sean buenos y demoren esa decision un tiempo mas.” concluyo suspirando.

Entonces quedo con la pregunta de Dullio. “Pueden ayudarme de distintas maneras. Aunque primero sera ordenar este lugar. Limpien lo que hay que limpiar, por ejemplo lo que quede de esos gladiadores que murieron. Ademas preparecen ustedes lo mas elegante que puedan para la visita de mi padre. Yo saldre a comprar cosas, entre ella a unas gladiadoras al mercado.” comento poniendose algo mas seria, si bien algunos deberes como la limpieza no entraban de por si en el trabajo de ambos habia veces que quedaba en ustedes mas cuando venia alguien importante. “Cuando llegue con las gladiadoras quiero que las eduque como corresponde Doctore, que no me hagan pasar vergüenza.”

Que anunciara solo gladiadoras les llamo la atension a ambos. En general conseguia solo hombres. Aunque tal vez elegia seguir una moda, ya que se escuchaba que las gladiadoras se habian vuelto mas frecuentes en la arena.

Cuándo la señora de la casa usaba su semblante atractivo y seductor, era cómo la reencarnación misma de la diosa venus*, más se alegraba de que el Dominus viniera a quedarse una temporada en el Ludus, realmente le animaba escucharlo aún qué no se le notara en la cara.

-Ruego también que así sea domina, o mejor aún, que las fechas nunca se presenten, sólo espero que los dioses escuchen vuestra plegarias-

Como un siervo de la casa Donicus estaba al completo servicio de Camilia, más no se esperaba lo que iba a decir, lo que lo descolocó un poco de su estado normal, cosa que duró sólo una milésima de segundos debido a su naturaleza siempre impoluta.

¿Gladiadoras? Esto debe ser una broma de mal gusto, ¿Será verdad todo aquello? 

Estaba algo confundido por lo de las gladiadoras, pero no tocó el tema para no generar cólera en el corazón de su ama. 

-Su mandato se cumplirá sin falta domina, puede estar seguro de ello, la ayudaré en lo que me pida, convertiré a esas mujeres en guerreras por el honor y la gloria de su noble nombre mi señora-

Respondió a Camilia con tono sincero, apreciando sutilmente y de vez en cuándo las curvas de la fémina, siendo discreto en todo momento, sólo que ahora se preguntaba cómo entrenar a las mujeres para convertirlas en guerreras, si debía seguir el entrenamiento tradicional o si debía alterar algo en todo eso, tal vez, alejar a los hombres de ellas sería lo mejor. 

Clavo mi mirada en la de la Domina con una muy ligera sonrisa ante sus palabras, Domina, Loki bendice aquellos que luchan por cambiar sus destinos, lo hemos cambiado muchas veces y de ahí la gran gestión de este ludus... en los años trabajados con la Domina espero que me conozca lo suficiente para saber que al estar delante de otros esclavos es un eufemismo a usar la astucia para cambiar nuestro destino y no siendo obligatorio matar a nadie, pero si ser astutos para ganar tiempo.

No he podido evitar fijarme en que mi hermano no deja de mirar ocasionalmente a la Domina, la verdad es que hasta mi mismo me cuesta mirarle solo a los ojos y no a otras partes de su cuerpo.

Perdón Domina, pero lo mas elegante que tengo está diseñado para mezclarme entre la plebe y ser uno mas... nunca he tenido la necesidad en Roma de asistir elegante.

Si ella notaba o no las miradas no lo decia pero sonreia divertida por alguna razon.

"Se que puedo confiar en ti Duilius. Las quiero domadas lo suficiente para poder exhibirlas a mi padre con orgullo. Es un trabajo duro pero estoy seguro que podras lograrlo." dijo y miro a ambos. "Lamentablemente hay quienes piensan que no dirijo bien este lugar y si bien eso ha quedado en charlas de salones y espero que estos dias no se terminen elevando de mas estas voces."

Rio un poco ante el comentario final del nordico. "Que te preste algo el doctore. De cualquier forma la elegancia quedara en mi no te preocupes." dijo dandole un guiño.

-Así será Domina, las tendrá lo suficientemente dóciles para que puedan acatar cualquier orden sin siquiera basilar-

Tal vez la forma en la que ella sonreía de esa forma tan divertida es por que ya había notado las secretas ojeada que hacía a su figura, de momentos lo hacía, apreciaba su encanto y luego recorría en su cabeza las palabras de Camilia. 

-Las malas lenguas siempre tratarán de difamar su buen nombre y su progreso,  cobardes incapaces de dar la cara y rendir cuentas-

Está ves se mostró un poco molesto, pero siempre en control absoluto, pero ante las palabras de Nórdico y las de la señora de la casa, el ex gladiador sonrió. 

-Tal vez, tenga alguna prenda elegante que pueda quedarte, solo espero que no te quede cómo una cortina-

Bromeó un poco el Doctore con su amigo, estaban en confianza con la dama. 

Domina, ¿Desea que haga algo más por usted? 

Incluso si pedía algo fuera de lo común, la complacería en la medida de lo posible. 

Respondo a Camilia guiñando el ojo a esta y con una pequeña sonrisa, entrenaré con ellas si el doctore y la Domina me lo permiten, por lo de la ropa del Doctore... a mi me quedará mejor su ropa e incluso una cortina me queda bien, añado divertido. Limpiaremos el Ludus, ¿cuando viene tu padre?, tenemos que demostrar que nadie mejor que tu dirige este Ludus.

“Si, la verdad que si. Tal vez un par de hombres de verdad deberian mostrarles a esos cobardes que es dar la cara.” dice ella obviamente no ideando que vaya ella sino por su mirada que lo hagan ustedes. Aunque aun no daba la orden.

Dejo que ambos bromeen pareciendose divertir ella tambien, aunque tambien aprovecho esa pausa para tomar un poco mas de dulce vino.

“Doctore, solo le pido eso que prepare todo y si le es posible ayude al Nordico a limpiar esas malas lenguas cercanas a nuestro querido Ludus.” comento ahora siendo mas clara. “Sobre cuando viene es en unos dias. Tal vez una semana*”

“Ah cierto.” dijo como recordando algo. “Mis primos tambien vendran. No los veo hace decadas, vienen de las provincias de iberia. La verdad no se mucho de como son ahora, pero creo que no actuaran como mi padre.” comento al final para tenerlos en aviso.

Lo que Duilius entendió con las palabras de domina fuero que él y Nórdico fueran a darle una paliza a esos mal nacidos, se trate de quien se trate, pese a que era poco ético hacerlo de esa forma, el hombre lo haría por el honor de la mujer, obviamente sería su colega quien terminaría sus vidas de una vez por todas en caso de hacerlo, y simplemente cargaría con los cadáveres, ya que no mataría a nadie en que no estuviera dentro de la arena.

La dulce voz de su señora llegó una vez más a sus oídos, siendo más clara y concisa, era obvio que lo haría sin rechistar, sonrió felizmente ante ella.

-Sus deseos se verán cumplidos domina, haré que traigan un carro para llevarse a los esclavos muertos, dejaré el ludus limpio como su merced merece-

Se inclinó ante ella con respeto.

-Y luego iré con el para silenciar de una vez a los difamadores de su buen nombre mi señora, haré que literalmente se traguen sus palabras, nadie volverá a hablar mal de usted-

El galo se mostró imponente ante los presentes, cómo una estatua perfecta, tensando ligeramente la musculatura para que la dama contemple su torso un poco.

Acercándome hasta la Domina coloco mi rostro junto al suyo para susurrar en su oído algo, principalmente por el esclavo que está con el abanico y sirviendo la bebida, tras lo que tengo que susurrar a la Domina me separo lo justo esperando.

Domina vamos a necesitar los nombres, además ¿los quieres muertos o convencidos para que cambien de opinión...?.

Aprovecho la confidencia para provocar sutilmente a Camilia con una voz seductora como "venganza" a los momentos de tentación anteriormente provocados por ella, quedando camuflado esto entre mis confidencias bastante divertido en la confianza ya creada.

Asintio complacida de nuevo. “Me alegra como lo dices mi buen doctore.” dijo con una sonrisa encantadora de ella. Que notaste que te dio un vistazo especial al verte tan firme frente a ella, casi recordabas viejos momentos cuando fue tu primer venta como esclavo pero ahora el publico era uno muy distinto.

Pero ella pronto dejo de verte cuando sintio que el nordico se acercaba. Escuchando y asintiendo de nuevo ante su pregunta privada. Mientras sus mejillas se ponian algo roja, al tiempo que tomaba otro trago de vino.

“Lo dejo a discrecion de ambos como se hara este trabajo. Pero me gustaria que nuestra casa no sufra desprestigio ni este que les comente ni uno nuevo.” comentaba ella, pidiendo discrecion. “Uno de los sirvientes les señalara a los impertinentes.” comento luego.

“Bueno ocúpense de ello. Me retirare por un momento y luego saldre.” le dijo haciendo un gesto para que el Nordico se aparte un poco mas. “Si, no hay mas que deseen decirme. Ya pueden irse.”

Asintiendo con firmeza respondo a la domina de inmediato al terminar de hablar ella, si domina, jamas dañaría el prestigio que abandera... dejando paso a la domina para que se marche ante su gesto de que me aparte.

El prestigio de esta casa esta ligado muy profundamente al de Camilia, muchos tratarán de tirar por tierra tal prestigio solo porque lo abandera una mujer y con la ayuda de Duilius el trabajo de verdad se podrá hacer a tiempo antes de la llegada del pater de la familia.

Había cosas aún más firmes en su cuerpo que harían temblar a cualquier dama, Duilius no agregó nada más, pues su gesto lo decía todo, devolvió la sonrisa de forma amable, y no perdió de verla y contemplar aquellos bellos y brillantes ojos, más tenía un trabajo que hacer y tampoco quería seguir entreniendo a la dama por más tiempo.

-Para servirle Domina-

Lo siguiente que escuchó fue que no quería el desprestigio, que los actos se hicieran en secreto para evitar futuros inconvenientes. 

-No se preocupe mi señora, se hará con la prudencia requerida y no habrá nada que la relacione con su buen nombre-

Ahora no quedaba más que retirarse y planear la cacería, pero antes debía dar las órdenes al médicus y al resto de esclavos. 

-Entonces con vuestro permiso, nos retiramos-

Sonrió a la eñora de la casa una última vez, viéndola, apreciando un poco más descaradamente su figura, apenas un poco, sabía bien que eran curvas demasiado peligrosas. 

En ese momento, recordó sus días cómo campeón, y las romanas pagaban fortunas por una noche con el "Dios de la Arena"

Hizo un gesto a Nórdico para salir de ahí, pues ya no tenían nada que tratar con la mujer. 

Asintiendo salgo de la sala con mi hermano, una vez fuera sonrío y doy una palmada amistosa en su espalda. Hermano tenemos un trabajo duro y ante todo vas a tener que tener sangre fría para este trabajo, ¿hasta donde puedes llegar?, porque si no puedes presenciar lo mas complicado mejor que lo haga lejos de ti...

El es un hermano para mi y el trabajo de matar a sangre fría requiere una deformación importante de la moralidad para poder ejercerlo y dormir por las noches, recuerdo mis comienzos como asesino y lo que me costaba conciliar el sueño hasta que aprendía apagar mis remordimientos. Por desgracia el es un hombre de principios aun, un guerrero de honor y no quiero hacerle pasar por ese tramite tan extremo para el.