Partida Rol por web

-Los bárbaros asimilan sus dioses a los nuestros, y nosotros fomentamos esa asimilación como una manera de imponer nuestra cultura. Así que,por poder ser, podría ser un altar a Venus, en cualquiera de sus formas- Respondo tras escuchar a Livia y sus explicaciones. 

-Eres lista, y anteponer las obligaciones a los privilegios es algo que me place escuchar de un esclavo. Sabes cual es tu lugar y lo que se espera. Lástima que seas gladiadora, con un poco de educación aprenderías deprisa a bañar, peinar y vestir a alguien de mi rango. Serias una buena esclava de cuerpo, una vida mucho más relajada y placentera desde luego, sólo dedicada al bienestar de tu dueña-

La romana observa con suspicacia el altar, aún con el ceño algo fruncido aunque se relaja al recibir los elogios de la sacerdotisa:

-Sus palabras me honran, señora Cornelia y las agradezco. Sin embargo, agradezco a los dioses y a la domina que me comprara para ser su gladiadora, la violencia es lo que me da una vía de escape a mis recuerdos y siento que es lo que los dioses esperan de mí. Llevo demasiada rabia y dolor en mi pecho aún y necesito expiar mis pecados por no haber sido una buena madre.- se encoge de hombros, chasca la lengua y sonríe luego- Pero...si vos deseaís disfrutar de mi compañía en ese sentido, estoy segura de que la domina no os lo negaría. Ella siempre dice que tomará lo que desee de mi y un esclavo, por muy gladiador que sea...hará bien en servir a su casa en todo lo que sea...necesario.- sus palabras están teñidas de sutil provocación, algo de descaro y una altanería evidente, como si quisiera dejar claro que ella y no las otras extranjeras estaba más que capacitada para hacer las tareas que se requiriesen- Sé arreglar el cabello, se perfumar y preparar los baños, mis manos aún no se han encallecido demasiado por los entrenamientos y solía proporcionarle masajes a mi marido, decía que lo hacía mejor que el servicio.- extiendo las palmas de las manos para que la propia sacerdotisa compruebe que, tal y como decía, la romana aún conservaba bastante suavidad en la piel se notaba que procuraba limarse las durezas durante los baños y dentro de lo que cabe, cuidaba su aspecto limpiando y desenredando su largo cabello cuando tenía ocasión. En general su aspecto era bastante agradable, para ser una esclava.

-¿Dedicarte a mi no entorpecerá tu rutina en la arena? esa es tu función en esta casa a fin de cuentas. De toda manera hablaré con Camila y veremos que decide- Examinó sus manos y después su aspecto general, que es agradable a la vista. -Mi padre sacará espuma por la boca si se entera que una gladiadora está a cargo de mi cuidado-

-No me resultas molesta Livia. Si se diera esa circunstancia serias muy cercana a mi, tendrías acceso a mi persona y mis confidencias. ¿Eso no te pondría en contra al resto de esclavos? - 

-Podria entorpecerme...o podría robarme horas de descanso a mi misma para poder atenderla si vos me lo requiriese...y si la domina diera el visto bueno, podríamos entendernos bien. A vos yo le agrado y yo...le seré sincera, no quiero que la egipcia vuelva a ocuparse mi salud.-  Livia pone sus cartas sobre la mesa y se apoya en la pared sin perder su sonrisa sesgada- ¿La conoceis vos? El sacerdote de Marte me advirtió de que había oscuridad y peligro en ella... Y cuando se lo comenté a la domina noté que ella también intuía su peligrosidad. Estad atenta Cornelia...las señales están ahí...haga las preguntas correctas.- se incorpora de su posición para dar un par de pasos, acortando la distancia entre ella y la hermosa sacerdotisa, se detiene a escasos centímetros de ella, sin tocarla pero lo bastante cerca como para que pudiera notar la calidez de su piel y la brillantez de sus ojos- míreme...soy romana...¿Cree que los otros esclavos alguna vez me considerarían "de los suyos"? No...en todo caso aprovecharían mi debilidad al ponerme a su nivel para pagar conmigo todo lo malo que consideran que ha hecho el Imperio. Ellos no van a dejar que yo olvidé mi nacionalidad...y yo no puedo olvidarlo tampoco...ni a quien debo...lealtad.

La cercanía y las familiaridades que se toma serían inaceptables en otro caso, pero me produce cierta diversión esa impetuosidad. Los comentarios sobre la egipcia me confirman algo de lo que ya me comentó Camila.

-La relación entre una Domina y su esclava de cuerpo es la más estrecha que existe. Nada que ocurra es extraño entre ellas, mi confianza hacia ti ha de ser absoluta, y tu lealtad ha de ser indiscutible. Sin ser tu dueña, eso puede ser complejo. Aunque hay maneras. Si eso fuera posible, no soy una Domina fácil de complacer. Soy exigente y caprichosa, pero también justa y observadora de las leyes y costumbres entre amo y esclavo. Quiero ver la celda de la Egipcia, y después hablar con el sacerdote de Marte. Esta noche dirigiré una plegaria a los dioses lares de esta casa y quiero que me asistas-

-Mientras que vuestros deseos no vayan en contra de este ludus ni de la domina, cualquier cosa es posible, señora Cornelia.- asume con una suave inclinación de cabeza- para mi sería todo un honor asistiros en tan importante ceremonia...extraño rendir homenaje a los dioses del hogar, a veces olvido que hay más vida en este ludus que solo la arena y el entrenamiento.- reconoce con cierta ilusión en la voz- Sobre lo demás...el sacerdote de Marte no vive aquí, no sé cuándo vendrá, le he pedido a la domina que sea él quien me otorgue la marca de gladiadora. Pero no sé cuándo podría ser eso...y sobre la celda de la egipcia, hace tiempo que ya no duerme aquí. Pero Verina seguro que lo sabe...tal vez podríamos buscarla.- dice y se hace a un lado para que Elia pueda dirigirse a la salida de la zona de las celdas- no debería ser muy difícil encontrarla.

-Verina- Repito el nombre mientras salgo de la celda hacia el exterior. -Por supuesto que es un honor, eso no tiene ni que plantearse. Cada vez es más complicada la organización de este sitio. ¿No hay un mayordomo?- el tono de voz muestra un claro fastidio

-Alguien que se encarge de todo para no tener que ir buscando por ahí. Por Minerva que es una pérdida de tiempo y no soporto que me hagan perder el tiempo. Al menos en el Templo puedo estar sentada mientras escucho a los peticionarios, ¿Sabes lo que cuestan estas sandalias? Debería haberme puesto botas.. Anda, llévame con Verina.. Después hablaremos de ese sacerdote itinerante-

Livia se acerca al guardia más cercano:

-Necesito que alguien busque a Verina, dígale que la amiga de la domina desea verla. Díganle que el mensaje viene de mí. - le pide en tono tranquilo, respetuoso pero firme, si el soldado sabía lo que le convenía haría caso sobretodo viendo quién acompañaba a la gladiadora.

-¿Un mayordomo decís? Si, seguramente sería un avance, desconozco si lo hay pero en todo caso, de haberlo, no estaría en la zona de los esclavos. Y si, de lo que valen esas sandalias...- dice con una sonrisa divertida- si todo va según sus deseos, tal vez muy pronto pueda hacerle un masaje de pies, si lo desea. ¿Habeis visitado el altar de Mercurio que hicieron los gladiadores? En caso de que no podríamos ir a verlo.

El guardia parecia que te mandaria a la mierda en ese momento, pero miro por encima de tu hombro como si esperara que Elia diera su beneplacito al pedido de la esclava. Cuando fue asi se retiro, mirando a Elia.  "Como ordene mi señora." luego solo ignoro a Livia y se fue.

Ya pasaria un tiempo antes que alguien viniera por ellas. Aunque no seria verina como ellas habian buscado sino Sekhmet, sonriendo amistosamente a ambas. Con solo verla Elia podia intuir su origen, ya que la domina parecia haber elegido vestirla como egipcia aunque en un tono mas sexy al habitual de esas tierras. Lo cual resaltaba mas su belleza natural.

"Buenos dias señora cornelia..." saludo con una inclinacion de respeto. "Livia." dijo al levantarse y dando importancia a su antigua compañera de celdas.

"Lamento decirle que Verina se encuentra afuera de compras. Pero cuando el guardia me conto de quien se trataba pedi ir yo a explicarle este problema. Ademas estoy dispuesta a atenderle si esta en mis capacidades hacerlo mi señora." continuo inclinandose y hacerlo le recordaba a ala noble a los esclavos egipcios.

-Soy Elia Cornelia Plancina ¿Tu eres la que llaman Sekhmet? Domina Camila dice que estás a cargo de los heridos, un cargo de mucha confianza. ¿Donde adquiriste los conocimientos necesarios? También dice que preparas tu misma los elementos necesarios. Muéstramelos, quisiera compararlos con los mios-

Livia muta su gesto en uno de absoluta neutralidad al llegar hasta ellas la egipcia. No dejaba de ser una esclava igual que ella misma pero por ahora era la encargada de sus heridas y sus otras necesidades médicas así que no podía permitirse el lujo de provocar ninguna tensión en el ambiente:

-Sekhmet, buenas tardes.- la saluda con un gesto de la cabeza, que no llega a ser una reverencia pero si entraña cierto respeto. Sin mucho más que decir que pudiera aportar algo, Livia da medio paso atrás para quedarse ligeramente al margen de la conversación de ambas mujeres.

"Me disculpo. Si soy Sekhmet, sirvienta esclava de la Domina Camila Donicus." se presento ante la otra patricia. 

Al levantarse asintio. "Es un cargo importante pero momentaneo mi señora. Cuando llegue un medicus confiable solo sere una sirvienta mas." le aclaro ella cuando la patricia dejara de hablar. "Los conocimientos los adquiri en egipto, servi como esclava en un templo de la diosa isis. Ahi me enseñaron a curar a las mujeres en principio, atender embarazos. Pero luego aprendi a atender a ambos generos." respondio sin mucho problema. "Puedo mostrartelo si lo desea su señora, me serviria mucho porque he tratado de instruirme lo suficiente para oficiar lo mas parecido a un medicus romano, incluso ya me aprendi como llaman a sus hierbas."

Tras contestar ala patricia vio a su ex compañera. "Livia. Te ves mas fuerte y linda, al parecer la medicina y el aire libre te esta haciendo muy bien. Me alegra." comento ella sonriente. 

-He estado en Egipto, tengo un ligero conocimiento sobre Isis. Aunque pensaba que era a Hathor, a quien se confiaba a las embarazadas, Hathor Afrodita, como la conocemos aquí. Adelante, me gustará oír tus explicaciones - 

Con un gesto, indico a Sekhmet que me guíe e inicie sus explicaciones, que seguiré atentamente. No parece tan terrible como la han descrito, aunque permanezco alerta. 

De momento y si no la patricia no rechaza su presencia, Livia se queda protocolariamente tras la sacerdotisa, caminando dos pasos a su espalda y uno al lateral, tal y como se podría esperar de ella:

-Gracias Sekhmet, tal cosa no sería posible sin tus cuidados, ya he vuelto a entrenar y de momento no me he hecho daño y sigo tomando la adormidera por recomendación tuya y de la domina.- dice en respuesta a su apreciación mientras caminan.

-el opos mekhonos es un remedio habitual, incluso con fines lúdicos. Conozco un importador de especias en el Emporio de mi total confianza que lo sirve sin adulterar, aunque hay que ajustar la dosis para no provocar ensoñación, si no es el efecto deseado, por supuesto - 

Comento a Livia mientras continuo caminado tras la egipcia. 

-¿Ensoñación? ¿Se refiere a alucinaciones? No...no lo deseo, pero los efectos de esa planta me ayudan a dormir por las noches, dejando atrás el dolor y también las pesadillas. La domina asegura que no es peligroso...-​​​​​​-medita un momento sobre las palabras de la sacerdotisa y frunce un poco el ceño- ¿Sin adulterar? ¿Entonces la que se consigue normalmente está modificada?

Dejo de caminar y me giro hacia Livia. -El jugo de adormidera está muy solicitado, y su precio está fijado por los agentes imperiales para evitar especulación. Si quieres ganar más dinero has de vender más de la que compras. Algunos la mezclan con sustancias de aspecto parecido, lo que disminuye sus efectos. No es peligroso, solo un estafa-

-Ah si...mi padre y mi marido eran mercaderes...conozco bien el negocio. Verter agua en la leche o maderas de peor calidad en los cargamentos...es algo habitual. - recuerda pensativa aunque suspira aliviada- Y...bueno de todas maneras me alegro de que no se mezcle con algo peligroso, aunque no sería inteligente, dado que la mayor parte de los consumidores son romanos, el mercader que envenenase romanos tendría un efímero destino. Si la domina lo considera tal vez sería beneficioso para todos los que tomamos la infusión adquirirla en tu proveedor.-Livia sonrie tranquila y pasa su atención a la egipcia, tal vez para no ofenderla o tal vez para llamar la atención sobre algo- hasta la fecha Sekhmet la ha preparado perfectamente y no me ha dado problemas, excepto quizás la primera noche, tal vez aquel día si tuve una alucinación de esas que comentas, pero seguramente sea debido a que deseaste utilizar una dosis mayor para que pudiera dormir peses a mis heridas.

Asintio a lo dicho por elia. "Isis tambien recibe mujeres embarazadas y mujeres con problemas en su salud. Si bien como dices Hathor forma parte de esta funcion, no es tan conocida por los extranjeros que se encuentran en egipto al menos comparado con la diosa Isis. Las mujeres que no saben a quien acudir terminar yendo a ese templo y se las ayuda tan bien como nos es posible." le explica con un tono de sabiduria. "Tambien isis es buscada por las mujeres por otros temas, pero no quiero aburrirla."  agrego sonriendo un poco inclinandose.

De cualquier forma siguieron avanzando por los pasillos alejandose de las celdas, de la parte pobre del ludus. Mientras la egipcia las deja charlar sin interrumpirles en lo que decian aunque varias veces notaban que deseaba decir algo. Fue cuando se detuvieron que inicio.

"La adormidera como le dicen aqui en roma es cultivada en egipto, se cuando una de las muestras son alteradas. La domina ha tenido mucho cuidado y ha buscado un buen proveedor, ya que por lo que examine lo que poseia el medicus era de muy buena calidad." comento mirando a ambas pero luego miro a Livia suspirando. "No quiero asustare livia, ni contradecirte mi señora. Pero si, hay forma de alterar el medicamento para que no despiertes nunca mas. Los romanos tienen que tener cuidado." expreso con un gesto mas serio.