Partida Rol por web

Tal vez impelida por un fervor protector o enloquecida por visiones irreales, la romana parecía inmune al dolor, aun cuando las espadas o las maderas la alcanzaban y rompían su piel, Livia parecía un huracán de muerte y sangre.

La gladiadora no se conforma con haber desgraciado al primero de los soldados, ello no había hecho nada más que animarla a continuar sus brutales acometidas, lanzando una nueva estocada contra otro de los soldados.

Los soldados se pusieron a defenderse al verla mas animada con su ataque cruzando espadas con ella pero simplemente no pudieron contener los golpes de ella provocaba cortes severos en mas de uno. Pero eso no evitaba que fueran a atacar ellos tambien aunque denuevo parecia que no se hbian organizado como correspondia y Livia podia evitar sus ataques con facilidad.

Por detras Elia se iba, alejandose con el heredero a otra parte.

Sin duda Marte le estaba concediendo sus favores y puede que también la misma Vesta estuviera velando por ella en su afán de salvaguardar una familia.

Sea como fuere Livia blandia de nuevo su espada, confiada y segura de su victoria, sus enemigos sangraban sus voluntades parecían quebradizas ante sus embites.

-Vamos a la cocina y esperemos que nadie nos bloquee la salida- Dejo que Manius me guíe, conoce mucho mejor la casa. Su pregunta es simple, pero muy compleja de responder. 

-No se si es un traidor. Desde luego, la conducta de los guardias no anuncia nada bueno. Si salimos de esta vamos a tener que librarnos de muchos traidores. A los guardias no los ha mandado Herius, envíe a Marcia a buscar a Herius ¿recuerdas?  Habría venido con ellos-

Tu espada de nuevo llega a uno de ellos cortando con fuerza su ropa y poniendo mas nerviosos a los demas. Pero entre los que sobran uno grita. "Encima de ella, no puede contenernos a todos!" grita y el otro lo siguio. Pronto notaste como los cuerpos de ellos se acercaban ahi para derribarte al suelo para tenerte contra el suelo.

-No tienen motivo para hacerle daño, te quieren a ti. Además ¿que podríamos hacer contra hombres armados?. Marcia es un soldado y tu el general, si capturan al general se pierde la batalla, debes seguir libre para seguir luchando- 

-Debemos refugiarnos en un lugar seguro, entonces avisaré a mi primo Marco Cornelio Marcelo. Es oficial de la flota, vendrá a rescatarnos con sus marinos. Son hombres acostumbrados a luchar contra piratas, estos guardias no son rivales para ellos. Te caerá bien mi primo, es medio pirata también-

Intento animar al chico para que se centre en el objetivo de escapar. Ya habrá tiempo de preocuparse por una esclava. Avisar a Marco parece la mejor opción, y pedirle que venga a rescatarme, como siempre ha hecho. 

La romana aprieta los dientes cuando ve que los soldados cambian de estrategia y retrocede medio paso atrás para recibirles. Pero en esta maniobra el número era algo que contaba demasiado, para Livia fue imposible evita ambos embites, por lo que cae al suelo, aún aferrando su espada, pero ve que sus rivales también han quedado algo desequilibrados por lo que trata de aprovechar eso para rodar por el suelo y alejarse antes de que se le tiren encima.

Livia trato de apartarse pero no pudo sintiendo el choque de la armadura de los guardias contra tu estomago. Sentiste que ibas al piso pero te pudiste sujetar lo mejor posible de una pared cosa que uno de ellos no pudo cayendo al suelo con un ruido seco. Mientras el otro te vio que apenas pudiste evitar caerte.

Livia logra sostenerse a duras penas y se encuentra un poco aturdida pero sale mejor parada que el soldado que cae. Pensó en atacar al guardia del suelo pero no se fiaba de que el compañero no aprovechará su aturdimiento y ella seguía en desventaja númerica así que no debía confiarse.

Trata de despegarse de la pared para no quedar acorralada y vuelve a situarse en mitad del pasillo, evitando que pudieran sobrepasarla.

-Marchaos por dónde habéis venido, id a decirle a vuestro jefe que el niño no irá a lugar ninguno sin mí ni sin su tutora y no se derramará más sangre romana en este suelo.- dice con un tono frío y desalmado, su aspecto era aterrados cubierta de sangre y con el brillo de la locura en sus azules ojos.

El romano miro la cara intimidatoria de la mujer, Livia vio que si estuviera completamente solo habria retrocedido simplemente pero se quedo ahi. Miro a sus compañeros aun a los heridos y tuvo algo de coraje o tal vez el deseo de venganza. Vos sabias que incluso los guardias de roma se les enseñaban dar un gran valor al compañerismo.

"Sin ti dejara de caer sangre aqui." le devolvio el hombre atacando solo. Tal vez por eso es que no fue grave su ataque pero igual la lastimo con un corte en ella.

Gime de dolor y aprieta los dientes ante el corte recibido y responde con rabia y furia.

-Sea...que los dioses decidirán.- responde con frialdad, dispuesta ahora a llevar el combate hasta sus últimas consecuencias.

Traza un arco de arriba abajo y de derecha a izquierda buscando herir al soldado que está tan cerca, queriendo hacerle pagar su osadía de derramar su sangre.

Por fin la cocina. Que los esclavos estén trabajando parece una buena señal. Escojo a dos, los que parezcan más jóvenes y fuertes para que nos acompañen. No es buena idea adentrarse por las calles de Roma sin escolta, y aunque estos dos no sepan luchar, su sola presencia ya debería servir para alejar a los indeseables.

Abro la puerta con precaución, observando la calle por si hubiera alguna amenaza. Cuando esté convencida que salir es seguro, saldremos y nos dirigiremos lo más rápido posible al templo de Mercurio que está cerca del circo. Desde allí enviaré mensajeros a mi familia, y cuando llegen, volveremos al Ludus a acabar de una vez por todas con esta revuelta.

-Animo Manius. Con la ayuda de los dioses pronto volveremos y traeremos la paz y el orden que quieren quitarnos. Premiaremos a los leales y alejaremos a los traidores-

Los dos que encontraste en forma no eran chicos, uno parecia encargado de golpear la masa de la harina con un gran palo que llevo para cuidarlo mientras el otro era un carnicero lo que se notaba por la ropa manchada con sangre y el olor a carne que tenia. Por si no fuera ya intimidante se llevo un gran cuchillo con él.

En la calle parecia que estaba todo tranquilo no habian guardias ahi. Por lo que salir fue facil, aun el sol estaba en lo alto pero empezaba a caer. Habia pasado ya un tiempo con todas las cosas.

De cualquier forma aprovechando el sol fueron al templo en busca de ayuda...aunque te parecio ver algo raro. Un gallo en medio de la calle muerto, nadie lo habia levando y nadie le daba importancia solo vos. ¿Una señal?

El romano trata de defenderse con lo que tiene en este cado la proteccion de su armadura en el brazo, pero ambos saben que no es suficiente. Pronto vuelve con la gladius a acercarsele para atravezarla con esta arma hecha para ello. Mientras el otro soldado se va levantando como puede.

Viendo como su compañero recibia un corte profundo en el brazo pero no podia atacar a la romana.

Llevada por la rabia y por la ventaja que tenía, Livia no se contiene, vuelve a alzar la espada y asesta otro golpe sobre el soldado que tenía delante, el que había recibido el corte en el brazo. Tal vez en una situación más normal, la romana no hubiera buscado ensañarse de aquella manera, pero lo cierto es que la romana estaba fuera de si, superada por lo insólito de todo lo que ocurría y con solo una cosa en su mente; proteger al hijo de Camilia. Aunque le llevará la vida 

El guardia que atacaste murio con el impacto de tu ataque chocando con su ombro y partiendo lo poco que protegia su armadura. Tras ello cayo desmayado y seguramente con los minutos estaria muerto. Pero esa muerte no vendria sin su consecuencia, el guardia que se termino de levantar ataco con todo con su espada apuñalandote con tanta rabia en el en tu estomago cerca de tus costillas tirandola hacia atras con todo el impulso de este. Seguro te rompio varias costillas.

La gladiadora siente como el acero finalmente pasa sus defensas y penetra entre sus huesos, sintiéndolos como chasquidos en su interior. La sangre brota de sus labios desde su garganta al perforarse el estómago y fue muy consciente de la gravedad de la herida, podría ser mortal si no acababa ya el combate y lograba parar la hemorragia...

No...no puedes morir así...no ahora no de esta manera...Levántate..lucha!  

Las cuerdas vocales de Livia se deforman en un grito de dolor que de seguro seria oído en varios pasillos de la casa, pero trata de sobreponerse al sufrimiento y aferra su propia arma, lanzando una terrible estocada directa también a hundirse en la carne del soldado, mas Livia trataría que enterrar hasta la empuñadura.

La gladius esgrimida por la esclava hace añicos ropas, cuero, piel, músculo y hasta hueso en su camino hasta traspasar a su oponente de parte a parte, quedando tan sólo visible la empuñadura del arma, desprediéndose de la mano de su portadora, quien esboza una sonrisa siniestra por la cantidad de sangre derramada de su boca.

-Que los dioses te perdonen porque yo no lo haré...- musita escupiendo sobre la cara del romano.