Partida Rol por web

Las tres habian sido llevadas por los guardias hacia adentro pero no demasiado lejos de la arena. Por un lado miraban como los gladiadores iban directo a sus celdas, el doctore al parecer tambien. Por otro no les costo escuchar un grito cercano. Era uno de un joven que pedia por su madre. Ya presentian que el joven sabia el destino de su madre.

Sacando a los guardias las habian dejado solas a las tres. Brinda seguia amarada a Alina y Livia estaba ahi para simplificar las cosas o para que no vaya con los otros.

Ni Gallio ni Herius se encontraban ahoira mismo cerca. Lo que no se sabia si era bueno o malo.

En cuanto las dejan solas, Livia supone que los guardias deben de tener mucho trabajo como para estar vigilandolas estrechamente por lo que se acerca a las mujeres y procede a ayudarlas a quitar la soga que las une. El grito del pequeño Manius se había colado en el interior de su ser, removiendo sus entrañas de mala manera, pero su rostro se había quedado pálido, aunque se esforzaba en que no se notará y, dadas las circunstancias, probablemente esto no importara mucho.

-¿Estáis bien? ¿No estáis heridas?- pregunta la romana mientras se acerca a ellas pero quizás de acerca un tanto más de lo necesario, aunque pronto veis porqué- antes que vengan a por nosotras...tenéis que decirme la verdad. Quiero ayudaros pero para eso necesito estar segura de que estoy en lo correcto. - susurra en tono muy quedo y lento pues era importante que las gladiadoras entendieran sus palabras- ¿Habéis pactado de alguna manera lo que ha ocurrido con Supurius y la lanza ahí fuera?

Agradezco la ayuda de Livia con una sonrisa triste antes de escuchar sus palabras. Lanzo un suspiro, bajando la voz al mismo tono que ella. No es tan sencillo, hermana. Spurius nos estaba diciendo que estaba muerto, que no le iban a dejar salir con vida, que quería morir como un guerrero con un arma en las manos. Yo le dije que esperarse al veredicto, y que si este era negativo le cedería una de mis armas pensando en simular un intento de combate que justificara su muerte.

Pero él no parecía convencido, como si supiese que después ya sería tarde. Me pidió la lanza y dejé que me la quitara pensando que sería para eso, para morir con un arma en las manos enfrentándose a nosotras. No esperaba que la fuera a utilizar contra la domina. Me equivoqué y me temo que ahora lo voy a pagar. Solo espero no arrastrar a Alina conmigo.

Alina inclinó la cabeza con el rostro contorsionado en una mueca de dolor, al escuchar los gritos del hijo de la mujer herida por Spurius. ¿Herida o muerta? No estaba segura. Sólo esperaba que hubiese sobrevivido.

Livia les preguntó sobre lo que había ocurrido y Brinda le contó la verdad.

—No tienes que decir que eso fue lo que pasó —le dijo Alina—. Les diremos que fingió rendirse y te quitó la lanza y esperaremos que nos crean. Si hubiéramos accedido voluntariamente a un plan de Spurius para matar a la domina, eso sería nuestra sentencia de muerte. No hay razón para que hayamos hecho algo así. Tendrán que creernos.

-Nadie debe volver a oír esto, ¿Me comprendéis? Si dejamos cualquier atisbo de duda sobre lo ocurrido, los romanos pedirán vuestra sangre por la de la domina. - advierte Livia mirando nerviosa a los lados- No debe volver a decirse esto en presencia de nadie...ni siquiera de Soenya ¿Lo entendéis? Si nadie lo sabe...no ha pasado. - advierte la romana muy seria.- Voy a mover tierra y cielo para apartar toda duda de vosotras pero tendré que hacer algo de lo que no me siento orgullosa pero las cosas funcionan así. Diré lo que ellos quieren oír...que había un conato de rebelión y Spurius era el encargado de iniciar las hostilidades. A los patricios no les bastará con que seáis inocentes, necesitan un culpable sobre el que echar su ira.

Quizá podrías insinuar que los otros esclavos se habían mostrado reacios y por eso Spurius lanzó el ataque, convencido de que los demás le seguirían. Algo como eso, ¿verdad?

Y por supuesto eso te lo he dicho a ti porque te considero nuestra hermana y quiero confiar en ti, pero nadie más sabrá sobre ello.

Alina negó con la cabeza, con expresión dubitativa.

—No sé si me gusta la idea de decir que Spurius era parte de una rebelión. Eso hará que se pongan a investigar y puede ser que alguien salga mal parado. Me parece mejor decir que Spurius se volvió loco y dejarlo así.

-Ojala fuera a ser tan sencillo, hermana. - dice Livia con un suspiro.- a mí tampoco me gusta y desde luego que alguien saldrá malparado. Pero...pueden ser otros, o podéis ser vosotras. - la romana permanece muy seria aunque tiene una expresión sombría- La realidad es que alguien va a pagar por esto, a mí también me dieron por loca y aún así pague las consecuencias de las cosas que me trajeron aquí. Yo puedo apoyarlas ante los patricios, sabéis que a mí me escucharán... Pero debéis decidir qué hacer, porque no puedo dar la cara por vosotras si luego vais a cambiar de idea...entonces nuestras tres cabezas rodarán.

Miro a Alina con cara entristecida. No tenemos más remedio. Ofrezcamosles la posibilidad de conseguir un cabeza de turco si no queremos ser nosotras las ídem. Por mucho que nos moleste, no tenemos más remedio que hacerlo así. Spurius nos ha obligado a hacerlo así.

Por mi parte, Livia, esa será la versión que cuente. Pero necesito que también Alina cuente lo mismo, o no servirá de nada.

Alrededor de las tres vieron como uno de los guardias que podia ver la entrada se puso firme y luego lo hicieron los demas. Tras unos segundos entraron mas guardias, pero estos estaban acompañando a alguien. Gallio Italicus se presentaba ante ustedes tres.

"Supongo que saben que puede llegar a pasarles a ustedes tres ahora mismo. Mi deber es ver que esto no se repita y que quienes causaron este asesinato sean castigados con rigor." comento mirandolas a las tres con severidad. "Es posible que tengan un juicio de los demas patricios, estos no me han dicho nada. Pero siendo sacerdotes estaran con preocupaciones espirituales en ese momento." comento pareciendo pensativo en ello.

Suspirando miro a las tres. "Como es que el hispano te quito tu arma? Como dejaron ambas que eso pasara?" pregunto a las mujeres dejando a Livia a un costado de esta discusion. Pero entonces miro a Alina. "Nada de estarte callada como una puta virgen inocente. Se entiende?" pregunto a la pelirroja.

Alina se tensó y se mostró algo alarmada al escuchar las palabras de Gallio.

—Spurius fingió rendirse y sorprendió a Brinda, Domine. Aceptaré el castigo adecuado por mi torpeza, al no poder detenerlo, pero no somos culpables de conspirar contra la vida de la Domina. Debe creernos.  

Afirmo antes las palabras de Alina. Es cierto, me confíe porque se había rendido. Incluso le estaba diciendo que era un buen guerrero y que seguro le perdonaban. Así que no pude reaccionar cuándo se lanzó contra mí y me quitó la lanza.

De todos modos digo, mirando con intensidad al romano, poco antes del combate había escuchado rumores sobre un intento de rebelión por parte del propio Spurius. Quizá pensó que con ese acto el resto de gladiadores se levantarían, o probablemente pensara que nosotras no íbamos a actuar. Eso me temo que solo lo sabrán los dioses. Pero que había hablado sobre rebelión eso sí que lo puedo afirmar.

-Domine, debo intervenir en favor de mis hermanas. Yo también noté un aire extraño entre los gladiadores antes del combate y durante el mismo. Había cierta tensión en el ambiente, como si estuviera a punto de ocurrir algo.-  añade la romana, dando un paso al frente para ponerse junto a Brinda y Alina demostrando hermandad y unión para con ellas.- No me esperaba lo que sucedió pero desde luego algo me temía, por eso le pedí a Horatius que me despreciara en público, a la vista de todos, para que pueda hacer migas con el gesto de gladiadores. - confiesa Livia, explicando parte de lo ocurrido en la grada- Así pude comprobar, mediante las posteriores amenazas de Titus, que hay bandos entre los esclavos...los que respetamos nuestro lugar y los que buscan algún tipo de venganza contra Roma.- asegura con los puños apretados.

-Domine, señor...-empieza Livia bajando un poco la cabeza en gesto de sumisión.- Lo único que yo puedo aportar sobre esto es que, como le informé en su día, fuimos testigos de que el gladiador Spurius fue castigado por el jefe de la guardia por, al parecer, esconder armas en su celda. Tal vez sea precipitado decir la palabra rebelión señor, dómine, mas es lo que parece y es lo que lleva a pensar la información que yo he oído... El propio jefe de la guardia dijo que el hispano quiso desafiar a los domines y a él...más tarde pregunté al gladiador romano y él me dijo que Spurius fue sorprendido con armas en su celda. Eso es todo lo que sé. Nada que vos no supierais, salvo que me reitero en que hoy había algo extraño en la grada, una tensión que para mi sólo se explica como la calma antes de la tempestad. Espero haber sido de ayuda, domine.

Miro al romano y escucho a Livia, afirmando. Desde el castigo a Spurius se había creado un mal ambiente entre los gladiadores y los guardias. Eso no creo que sea algo nuevo. El problema es que no tenía ningún dato concreto, si lo hubiera tenido habría informado enseguida. Pero ¿qué hubiera pasado si informo de meras sensaciones y sospechas?

Si quiere, domine, podría preguntar a mi compañero numibio sobre el ambiente entre los gladiadores hombres. Pero al igual que Livia, por ahora no tengo ningún dato concreto.

Alina bajó la cabeza.

—No puedo acusar a nadie, Domine. No soy de hablar mucho y no me entero de muchas cosas.

Gallio escucho a Livia. "Si, tambien le pedi explicacion al jefe de guardias respecto a lo que paso." confirmo el hombre. "Una tension extraña en las gradas, eso no es mucho en verdad. Pero se tendra en cuenta gladiadora." comento el hombre pero antes de dejarla dijo algo mas.

El romano asintio. "Si, sin duda nos dejarias con muchas dudas." comento a las primeras palabras de la morocha. "Hasta ahora solo me han dicho algo que ya sabemos y sin un culpable de este incidente. Ademas claro que spurius que se encuentra muerto." les señalo a las tres.

Nego. "Tu compañero y el romano pueden ser mas de ayuda. Pero ahora mismo estan ustedes tres conmigo." comento y finalmente vio a Alina viendose molesto y enojado."Una antisocial. Por alguna razon te creo cuando me dices esto y me decepciona mucho. Deberia mandarte con los demas por lo poco que estas ayudando ahora."

-Disculpe no ser de más ayuda, dómine. - dice Livia en tono sinceramente avergonzado. Luego carraspea un poco y se frota un brazo con la mano, pensando si decir algo, algo que finalmente si que dice.

- Perdone, dómine Gallio, pero entiendo que si buscáis un culpable, yo descartaría a Brinda y a Alina...ellas apenas han tenido tiempo de confraternizar con el resto de gladiadores. Creo que si hay un deseo de insurrección detrás de toda esta tensión, lo apropiado es preguntar a quienes más tiempo pasan entre los esclavos. Yo me presto a responder a todo lo que vos quiera, no voy a guardar nada. Más considero que precisamente por no ocultar nada es que he recibido amenazas de muerte ante todos...solo cabe preguntarse...¿Porque esas amenazas? Creo que no son sino una prueba en si misma... Hay un sector de gladiadores que me repudian por mantenerme fiel a vuestro mando...y ese Titus parece ser la voz cantante.

Me quedo pensando a las palabras de Livia y finalmente afirmo ligeramente. Eso iría por la línea de lo que he escuchado. No tengo nada seguro, por eso no quiero hablar, pero tengo entendido que Spurius tanteo a todos los gladiadores hombres. Seguramente recibió más de una negativa, pero por lo que escuché mantuvo una conversación con Titus quizá algo más larga de lo normal. Pero como digo no es algo que tenga seguro, son solo rumores que he oído.

Me sabe muy mal esto que estoy haciendo, pero como dijo Livia los romanos querrán un culpable, y prefiero no ser yo.