Partida Rol por web

Paso un tiempo pero finalmente guardias vinieron a por ti, el Pater te convocaba a una reunion en la oficina de él. Que luego verias que era la oficina que habia pertenecido a Camilia. La oficina no habia sido cambiado a como la habias conocido. Era una oficina con una mesa en medio, una pequeña biblioteca y varios sillones o sillas para sentarse.

Los dioses romanos jupiter y Minerva vigilaban lo que pasaba. Sus rostro si los veias ahora parecian molestos.

Detras de la mesa estaba Flavius leyendo unos papeleas aunque levanto el rostro cuando cruzaste el portal de la puerta. Zared se encontraba tambien presente y con una inclinacion parecio marcharse dandote al pasar una pequeña sonrisa confida, parecia que su entrevista con el Pater habia salido bien.

"Brinda. Me han contado de ti, al parecer no eres solo belleza y tienes algo de inteligencia?" pregunto mirandola a ella. "De cualquier forma espero hayas aprovechado para comer. No nos quedaremos mucho tiempo aqui, pienso marcarte lo mas rapido posible. Espero estes orgullosa de ser una gladiadora de esta casa." dijo con una sonrisa chica, aunque se notaba que seguia triste por lo que habia pasado.

Vuelvo a aquella habitación dónde me recibió la domina y a punto estuve de tener una relación con ella. Aquellos recuerdos se me hacen dolorosos pues me provoca que recuerde lo que pasó en la arena.

Sin embargo el ver a Zared pasar a mi lado me provoca que le sonría y alargue un poco la mano para acariciar un poco la suya. Luego me quedo de pie delante de la mesa escuchando al Pater.

Estoy orgullosa de ello, Pater. Quizás sea lo único que me llena de orgullo de todo lo que pasó ese día. Lanzo un suspiro y luego levanto la cabeza. Mi objetivo siempre ha sido alcanzar mi libertad y convertirme en una ciudadana de Roma. Y para ello este es el primer paso, así que estoy feliz y orgullosa de él. Aunque sé que todavía falta mucho para poder conseguir mi objetivo.

Lo sé digo mientras voy siguiendo al hombre, pero poco a poco iré aprendiendo. Especialmente gracias a Livia. Ella está siendo muy importante para nosotras para comprender la cultura romana.

Por ejemplo, sé que las dos figuras que hay en el despacho corresponden a Júpiter, el padre de todos los dioses, y Minerva, la diosa de la sabiduría y su hija. Aunque admito que todavía me cuesta comprender el concepto de dioses con forma humana y no como simples manifestaciones de poder.

En cualquier caso yo tengo muy claro cuál es el Dios que me protege dentro de los dioses romanos: Marte. Así que confío en poder crear un altar dedicado a él en mi celda.

Afirmo ante sus palabras sobre los altares. Efectivamente, Livia tiene un altar a Mercurio. Pero aunque aprecio la velocidad del mensajero, en realidad creo que a mí me anima la fuerza del guerrero.

Sus siguientes palabras me hacen sonreír levemente mientras afirmo. Lo sé, como también sé que no me limitaré solo a hombres. Aunque por otra parte me parece que mi amigo Zared no comprende que él tampoco se limitará solo a mujeres comentó con una risita.

Pero sí, ya he preguntado un poco a Livia sobre cómo hacerlo con una mujer y... bueno... he practicado algo aunque no con ella. Estoy preparada para lo que sea, o al menos eso creo.

Escucho sus palabras memorizandolas para ir aprendiendo más sobre el nuevo mundo que me rodea. En cierto modo hacerme gladiadora, si bien no me va a sacar de mi sitio, sí que ampliará un poco mi mundo. O eso espero, ir ganando poco a poco un lugar en este sitio.

Finalmente llegamos al campo dónde entrenamos los gladiadores y no puedo evitar sonreír a Neitin cuando la veo observando. Pero antes de seguir avanzando me giro hacia la estatua de Marte para rezar una rápida oración.

"Padre Marte, te suplico y te ruego que seas benevolente y propicio para mí en este día en el que me convierto en tu sierva mientras luche en la arena del Coliseo." (En latín, aprendido de Livia o adaptado con lo que sé de latin).

Luego me giraré para seguir avanzando Asia el senador y el guardia que se prepara para marcarme, marca que pediré en la parte alta de mi brazo, de tal modo que si llevo los hombros al descubierto se pueda ver.

Se te permite el rezo hacia Marte, en el camino notaste que Neitin si bien trataba de parecer neutra parecia algo triste. Cuando terminaste tu rezo notaste que ahora el pater tenia el hierro en su mano.

"Yo, Flavius Carvilius Donicus, acepto tu juramento de lealtad a mi el pater de la casa y a mi familia entera. Por lo que te premio con tu marca de gladiadora, ya no seras una esclava mas sino algo superior. Competiras en nuestros rituales de la arena y te convertiras en un simbolo de nuestra grandesa." dice el hombre observandote por un momento antes que el hierro en el hombro de ella, esperando que la gladiadora hubiera puesto su brazo menos habil para la marca.

Lo sientes, ese fuerte ardor que te causa un dolor no pequeño pero que sabes que te marcara de por vida. Finalmente te vuelves una gladiadora con los guardias y sirvientes siendo tus testigos. Cada vez estas mas ccerca de tu olbjetivo y eso te ayuda que el dolor no sea mayor.

Cuando termina el pater sonrie. "Lo haz hecho bien. Puedes levantarte gladiadora y que Marte te ayude en tus peleas."

No puedo evitar preocuparme por la expresión de Neitin. Anoto mentalmente la necesidad de hablar con ella luego, si coincidimos en el comedor. Quizá durante la revuelta perdió a alguien importante o quizá no vaya a seguir aquí o vete tú a saber qué. En cualquier caso quiero informarme y, si puedo, ofrecerle mi apoyo.

Me acerco levantando la cabeza después de mi rezo, orgullosa, sabiendo que es el primer paso de un largo camino para recuperar la libertad de la forma legal. Una vez llegó me descubro el hombro del brazo izquierdo escuchando las palabras y conteniendo un poco el aliento hasta que termina de hablar y siento el hierro quemando la piel y la carne. Aprieto los dientes para no gritar y consigo solamente soltar algunos bufidos pero mantenerme orgullosa.

Cuando termina el suplicio me levanto y yo también sonrío. Muchas gracias por la oportunidad que me brinda. Prometo poner todo de mi parte para mostrarme al menos tan eficaz como piensan que soy, y elevar el nombre de su casa a lo más alto dentro de los ludus de gladiadores.

Si me permiten retirarme, lo haré con una última inclinación dirigida hacia Marte.

Me despido del romano para luego seguir atenta a la estatua de Marte. Cuando se alejan me muevo un poco para acercarme a Neitin con gesto preocupado, y bajo la voz para que los guardias no me escuchen.

¿Qué te sucede, preciosa? ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar o que te esté preocupando? Ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

Acaricio sus manos intentando transmitirle un poco de calma. Aunque supongo que puedo irme, hoy no debería entrenar si no quiero que la marca se infecte. Escucho lo que dice y suspiro afirmando.

Bajo la voz antes de hablar pues saber esto sí que puede ser peligroso. Lo sé. Estuve presente cuando Ikateria desgarró la garganta del jefe de guardias. Si matas un romano, no puedes esperar que te hagan un entierro. Y no creo que nuestros pueblos lo hicieran de forma distinta.

Aprieto un poco sus manos y afirmo. No puedo entrenar con el brazo así digo ahora en un tono algo más alto, buscando que esto sí que lo escuchen los guardias. Por lo tanto en cuanto acabe mis rezos me iré de la arena. Respecto a la marca, dolió pero no tanto como pensaba. Por supuesto que es mentira, pero quiero hacerme un poco la valiente con ella.

Espero que los guardias no me sigan cuando me vaya, y podamos vernos a solas. O mejor, entra conmigo y si no nos siguen pues buscamos un sitio para poder hablar sin que nadie nos escuche digo, volviendo a susurrar y empezando a dirigirme a la salida de la arena.

No me demoro mucho más en los rezos antes de ir junto a Neitin al interior del ludus. Sin embargo los guardias parecen decididos a seguirnos, al menos hasta que llegamos a la zona de las celdas.

Una vez veo que se han quedado atrás, llevo a mi amiga a una de las celdas que esté vacía, y que resulta ser de la parte femenina. Ahora que estamos solas te puedo decir lo muchísimo que lamento lo sucedido. Ojalá pudiera hacer algo, pero solo soy una gladiadora.

Pero sí hay algo que puedo hacer añado, plenamente convencida, apoyarte en todo lo que pueda y necesites. Déjame que sea tu Ikateria, que aunque no pueda sustituirla lo haré lo mejor posible. Quiero que, si tenías alguna duda de ello, sepas que quiero ser para ti una amiga incondicional, dispuesta a hacer lo que necesites.

La sujeto de la cintura acariciando suavemente su costado mientras apoyo mi cabeza contra la suya. Sí, podemos estar juntas hoy. Pero no deberías conformarte con tener una sola amiga. Sabes que ahora soy gladiadora, y por tanto aunque no me guste pensarlo en cualquier momento podría morir en la arena.

Deberías buscar alguna amiga más, si dejases que los demás conocieran a la mujer dulce y amable que eres seguro que tendrías toneladas de amigas. Solo deja que los demás te conozcan, ¿vale?

Y pensar que en un principio me acerqué a ella sobre todo pensando en alguien que me ayudara con la misión de Gallio. Pero ahora realmente me agrada y quisiera poder ayudarla. Giro su cara y la miro intensamente a los ojos. No te conformes solo con una amiga. ¿Me lo prometes?

Afirmo cuando pregunta que si tengo otras amigas. Considero amiga mía y muy querida a Livia. Me está enseñando muchas cosas y siempre ha dado la cara por mí. Pero no hemos llegado a más [i]y no porque yo no quisiera[/b] pienso que no digo.

Sus palabras me hacen mirarla con una tenue sonrisa. Es una pena lo de Gallio, hubiera sido un modo de atajar un poco. Ahorrar tiempo. Pero si ya no está simplemente yo seguiré haciendo mi labor hasta que consiga mi libertad. Mi objetivo no cambia, es solo que ahora será un poco más difícil. O un poco menos fácil, para ser exactos. No cambia nada más.

Acaricio suavemente su mejilla hasta llegar a su pelo y apoyo mi frente contra la suya. Mientras siga teniendo tu apoyo, el de Livia y el de Zared, nada podrá conmigo. Luego me muevo para buscar sus labios en un beso cariñoso y sentido, lejos de los besos apasionados. Quiero besarla de forma que sienta el aprecio y cariño que le tengo.