¿De dónde, Charles? -dijo intrigadísimo Ricardito, como un niño que escucha una historia que le marcará para el recuerdo-.
De Monreal, en la sierra de Bueg... -respondió mirándole a los ojos-.
Pero si eso está en esta misma comarca del Maestrazgo -dedujo McCormak mientras Charles de Lupo le asentía-.
El que quiera, que haga una tirada de Leer y Escribir. Quien no tenga, de Descubrir.
Me dispuse a buscar por todo el lugar, más no encontré nada digno de mención, por desgracia...
Motivo: Leer/Escribir
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 89 (Fracaso)
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 37 (Fracaso)
Roderigo había buscado, rebuscado pero no había encontrado nada. Después se reunió a la mesa y escuchó al de Lupo contar la historia de la orden de Montesa y lo del monasterio ¿Sería allí dónde tenían que ir?
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 97 (Fracaso)
Pocos frutos parecía dispuesta a dar la búsqueda en aquella biblioteca, aunque por suerte Charles de Lupo acompañábanos, y pareciera que su sabiduría habría de hallar nuestro camino en aquella tarea.
- De ser cierto lo que dicen tales textos, hemos hallado ya a los tales Templarios, ocultos como monjes d'otra orden...
Motivo: Leer y escribir
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 95 (Fracaso)
Habra que ir a buscarlos... dice Rasiq sin mucha conviccion mirado a los alli presentes.
Motivo: descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 54 (Exito)
El judío asintió mientras tomaba nota de la conversación de los dos cristianos. Luego sin perder tiempo comenzó a buscar entre los polvorientos libros.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 37 (Exito)
Nadir y Rasiq, tras oir el relato de aquel escudero por boca del de Lupo, siguieron buscando con el fragmento de papel en la mano, como con más interés por aquella historia. Ambos observaron uno de los libros y diéronselo a Charles, y el prelado concluyó que tal monasterio albergaba algunas referencias bastante "oscuras"; algo así como que fue destruido "por ofender a Dios ya los hombres" y otras joyas.
Bueno, pues... habrá que ir a ese monasterior, o ruinas... o lo que sea -dijo Richard con su acento inquebrantable-. Ya sabéis que he de redimir la mía deuda con todos vos, et gustaría de ir en ayuda.
¿Queréis hacer/decir algo más? ¿Poneros en camino? ¿Hacer algo en el pueblo de San Mateo? (Álvaro: No, no hay comendador xDD)
Roderigo estaba de acuerdo en lo de ir al monasterio, pero andaba con la mosca tras la oreja conque Ricardito los acompañase. Si encontraban algo vigilaría muy de cerca a Mc Cormack, no fuese a robarlo y salir corriendo hacia la cueva. Sigamos entón! dijo, esperando ponerse en marcha.
Por mi vamos ya, pero por el camino voy vigilando a McCormack por si hiciese algo raro.
El judío no veía que le podía retener más tiempo en ese nido de cristianos antisemitas. Si supiera algo del arte de escribir y leer, puede que hubiera decidido dar otra vuelta por la biblioteca, pero pasear por los pasillos sin saber que buscar le parecía algo inútil. Creo que lo mejor será partir cuanto antes. Dijo con tono resuelto.
No le gustaba que su antiguo amo les acompañara, pero no comento nada. Para Namir un traidor, sería un traidor durante toda su vida, no había redención en un pecado tan grabe.
Asentí, viendo que ya pocos asuntos quedábannos por resolver en aquel monasterio, y que tampoco habría ocasión de hablar con el Gran Maestre, como había esperando en un principio. Habrían de esperar tales cuitas a momentos mejores...
- Vayamos pues, que a más pronto resolvamos aquesto, mellor.
Cita:
Ya, ya xD.
- Me gustaría ir antes al pueblo, si fuera posible.... - Es mejor sacar algo de información a los lugareños, antes de meterse a ciegas a un lugar, sobre todo cuando hay elementos sobrenaturales involucrados. Con suerte, si hay algún peligro o pista acerca de nuestra búsqueda, las leyendas locales podrían ponernos sobre aviso.
Charles de Lupo asintió a vuestra intriga y ganas de marchar a tal monasterio (compartía vuestra curiosidad), et que no le importó que Jaume de Castell quisiera ir a charlas con las gentes de San Mateo, pese al peligro que aquello suponía (no el estar allí, sino el ser reconocido como ismaelita o sefardíes, impropios de esa villa). El caso es que, saliendo de la biblioteca, Richard se despidió de algunos monjes del palacio de la Torre. Acto seguido, habiendo tomado vuestras monturas, os dispusísteis a trotar por la villa, quizá en busca de un buen consejo.
Tras unos minutos avanzando, os percatásteis en medio de una calle por la que íbais a cruzar una algarada de gente. Una docena de hombres estaba asaltadano una vivienda (y por la escena deducíais que irrumpían en la casa de algún hebreo o musulmán por razones de diferencia religiosa o algo parecido). Delante de ellos estaba un tipo observando la situación (un tipo con hábito de monje y rostro consumido). Lo recordábais perfectamente: era el sujeto que "amenizaba" a las gentes con ardientes predicaciones en contra de musulmanes y judíos, herejes todos ellos a su juicio. Y con ello hacía arder en rabia a las gentes de San Mateo.
Cada vez más gente se arremolinaba a la casa asaltada.
Esto no me gustaba. Estaba hasta las mismísimas narices de linchamientos de este tipo, provocados por la ignorancia y el fanatismo. Me acerqué al Monje y, pese a mis sentimientos, adopté un tono educado, con el fin de sacar información:
- Disculpad, hermano, ¿a que se debe este jaleo?.
Roderigo, temiéndose lo peor desmontó, quedándose en un segundo plano tras Jaume. Por si acaso echó mano a la daga, la acariciaba pero todavía no la sacaba, por si hubiese menester. Sirviendo al de McCormack había conocido a Nadir y a Rasiq, a los que podía llamar amigos. Y si hace tiempo todos estos asuntos religiosos le habrían traido al pairo, ahora le tocaban la fibra sensible y en caso necesario sacaría el acero.
Apretó el puño entorno al mango de la lanza. Su primer impulso fue cargar contra el monje y empalarlo, para después preguntarle que estaba haciendo. Actuar como seguramente habían actuado ellos, movido por la rabia y el odio.
Pero algo le detuvo, no fue la prudencia, sino el hábito del sirviente, del soldado, esperar la orden de actuar. Miro a McCormack, él había sido su superior durante muchos años y el judío aún no había perdido la costumbre. Rápidamente reacción recordando que McCormack ya no era su superior, sino un traidor. Luego miro a sus compañeros buscando alguna indicación. ¿Qué hacemos? Pregunto con tono ácido y cargado de rabia.
La herejía es grande en estos impuros -dijo hablando de los vecinos que debían habitar esa casa-. Y respondía mientras la gente saqueaba e incendiaba la casa. Unos orfebres, cristianos conversos, ¡mentiras! Se dice que siguen practicando en secreto la religión judía, ¡malsanos todos y toda su estirpe!
Salía gente de aquella casa, algunos huyendo, otros gritando, mujeres, ancianos, niños y peleas (las del pueblo de San Mateo contra ellos, debido a las arengas del monje). Parecían todos una gran familia. Charles de Lupo os miraba: la mirada de la cautela... Sería mejor no intervenir. Se estaba formando una algarabía importante en la plaza...
Venga... ¡vámonos! -susurró el de Lupo intentando pasar desapercibidos-.