Partida Rol por web

Scythe

Escena 2B: La reunión en el Talgo

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18/11/2019, 16:59
Director

El revisor se va cabizbajo y cambia de vagón. El miedo se nota en su cuerpo pero al menos sigue vivo y con trabajo. Ahora quedáis solos, por lo que podéis hablar tranquilamente como lo estaba haciendo el Capitán Azor en cuanto el individuo abandonó el vagón.

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18/11/2019, 17:04
Germán Ballesteros

- Verá, Capitán... - aclaró Ballesteros. - Nos hemos topado con otro asaltante aquí dentro del tren. Creo que querían llegar a la locomotora. No imagino para qué pero bien podría ser para hacerse con el control del mismo. La cosa es que hemos conseguido acorralarle pero entonces... puf... se ha volatilizado. Y no hablo de que se haya hecho invisible... de eso sé un rato. Es que ha desaparecido de aquí. 

El bibliotecario se mostraba frustrado. Realmente los oponentes eran recios pero él se había visto capaz de reducirlo si no hubiera decidido huir.

- Y luego me he encontrado con ese tipejo que acaba de cruzarse. Estaba en el baño escuchando una radio china... según parece un partido de fútbol. No me imaginaba yo que en china también fuese ese el deporte rey. La cosa es que este tipo era igual al otro. Por eso desprendo que quizá el otro, además de teleportarse, también podía transformar su cuerpo para parecerse a cualquier otro. ¿Me entiende? Porque uno y otro eran iguales. Y no iguales en el sentido en que "todos los chinos son iguales". Iguales de verdad.

Ballesteros braceaba nervioso. Aquello parecía sacarle de quicio.

- ¿Cómo vamos a saber quién es el enemigo si puede parecerse a cualquiera? Miren lo que les digo... habría que pensar una palabra... un código... algo para decirnos cuando nos separemos y nos volvamos a encontrar. De otro modo, ¿quién nos dice que nosotros somo nosotros? No sé si me explico.

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23/11/2019, 01:31
Azucena Ruiz

A pesar de mi intento de que el revisor se marchara de allí, no lo hizo antes de que Díaz llegara y fuera Ballesteros quien lo largara de allí de malas maneras. Estaba claro que en ocasiones la sutileza no valía absolutamente para nada. Miré con notable extrañeza al bibliotecario durante unos segundos, pues demostraba una actitud que continuaba resultándome rara en él.

El líder del grupo también mostró pronto su extrañeza, aunque por la mención de Ballesteros a la capacidad de cambiar de forma que parecía tener uno de los agentes enemigos, pero a pesar de ello continuó hablando; haciendo un resumen de la situación y compartiendo sus avances, algo que en seguida pidió que hiciéramos nosotros, además de preguntar directamente por el mencionado cambio de aspecto.

El Señor Ballesteros volvió a tomar la palabra, algo que me resultó también inusual, pues por lo que había visto hasta el momento no era de hablar demasiado; pero quizás era de aquel tipo de gente que al principio se cohibía ante los desconocidos. No se limitó a relatar al Señor Díaz nuestros avances, sino que se remontó al encuentro con el anterior revisor, preguntándome si creía que no le habíamos informado nosotros al haber acudido en su ayuda o si prefería contar toda la “historia” por algún otro motivo.

Tras aquella exposición, el bibliotecario mostró su inquietud frente a la posibilidad de que aquel agente capaz de cambiar su aspecto pudiera engañarnos, proponiendo establecer una especie de contraseña para saber que éramos quienes decíamos ser.

- No es mala idea. - concordé. - Así que hay cinco miembros de la Senda Roja a bordo, uno de los cuales desconocemos qué aspecto tiene en realidad. - sopesé con una ligera preocupación. - Deberíamos advertir a De la Cierva cuanto antes.

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25/11/2019, 12:06
Leopoldo Fischer

Azucena no fue la única en sospechar del repentino cambio de actitud del bibliotecario y el distante doctor permaneció a la espera mientras el susodicho relataba al detalle y de forma demasiado vivaracha lo sucedido.

- Vamos vamos, cálmese señor Ballesteros – intentó tranquilizar Leopoldo al mismo tiempo que se acercaba con cuidado – de momento la situación parece bajo control – comentó con un tono de voz amable mientras le apoyaba una mano en el hombro – ha hecho un buen trabajo, ¿qué le parece si de camino al vagón restaurante pensamos en ese código? – preguntó esta vez mirando a sus otros compañeros.

El alemán no tenia muy claro que iba a pasar… hacía un tiempo que no practicaba y tenía sus dudas de si todavía lo podía controlar con soltura el poder, pero teniendo en cuenta la peculiaridad del poder del infiltrado y que Germán se había separado del resto, tenía que arriesgarse e intentar verificar su verdadera identidad.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Absorber poder

Tirada: 1d100

Dificultad: 43-

Resultado: 59 (Fracaso) [59]

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26/11/2019, 15:24
Álvaro Díaz de Vivar

Las declaraciones de Ballesteros me parecieron innecesarias en un principio. Después de todo, lo que relataba coincidía con lo que ya habían reportado sus compañeros, algo que quizás el bibliotecario debía haber supuesto por sí mismo, sabiendo que ya nos habíamos visto más adelante en el exterior. Sin embargo, hubo un detalle que cambió súbitamente la expresión de mi rostro, abriendo desmesuradamente mis ojos y girándome para comprobar el camino que aquel revisor había tomado para abandonar la zona.

¿Iguales...?

Ya no valía la pena ir detrás de él, de eso estaba seguro. De modo que acumulé toda mi determinación para permanecer inmóvil en aquel lugar, atendiendo al equipo a pesar de que el cuerpo me pedía salir corriendo y terminar el trabajo que había dado comienzo en el techo del tren. Mas sabía que aquello no sería posible, porque las cosas ya no eran como en mis tiempos de militar.

Tiempos más sencillos, sin duda.

De la Cierva está informado. -Respondí a la señorita Ruiz, devolviendo mi mirada al grupo con el ceño fruncido- De casi todo, al menos. Y creo que no nos enfrentamos a un equipo de la Senda Roja, señorita Ruiz. Sospecho que nos enfrentamos a un único agente. -Afirmé con cierta convicción, antes de explicar las deducciones a través de las que había alcanzado tal deducción- Y ese revisor al que han dejado marchar bien podría ser él, o uno de "los él". Me explico. Ahí arriba me encaré con un agente, e hizo algo con sus manos, uno de esos rollos orientales. Casi inmediatamente, tres agentes aparecieron a mi espalda y él salió corriendo. No pude ver sus rostros. Al mismo tiempo, ustedes descubrieron a un falso revisor, que se desvaneció con idéntica facilidad con que aparecieron los otros tres. ¿A nadie más le parece que existe una conexión? Y ese agente tenía el mismo rostro que el revisor al que acaban de dejar ir... ¿Cómo saben exactamente que no era él, por cierto? ¿Cómo les convenció? -Quise saber, antes de proseguir- Tal como yo lo veo, es muy posible que todos los agentes que hemos visto sean un mismo hombre, un metahumano capaz de desdoblarse en diferentes copias de sí mismo, que puede convocar y desconvocar a voluntad. Doctor Fischer, ¿lo ve posible?

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27/11/2019, 17:19
Director

Notas que en el caso de Ballesteros es un poder mutante, pero llevas demasiado tiempo sin utilizar tu don ya que no logras absorber dicho poder. Pero aún puedes lograrlo si sigues en contacto con él y realizas otro intento.

Notas de juego

Realiza otra tirada y veremos si lo logras.

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02/12/2019, 16:18
Leopoldo Fischer

El doctor dudó ante la conclusión del militar y por un momento casi pareció sonreír ante la irónica pregunta - ¿Cómo podemos saber si algo que parece imposible para unos, lo es también para otros? – contestó mientras fruncía su ceño, como si se estuviese concentrando en otra cosa mientras seguía desarrollando el hipotético caso expuesto – Si ese fuese el caso, Capitán, podríamos suponer que los encantos que demostró la señorita Ruiz a la hora de obtener información no fuesen tan efectivos como pensamos en su momento, algo lógico si tenemos en cuenta que el objetivo del interrogatorio es un agente adiestrado para la infiltración y el espionaje ¿Pero porqué nos dio voluntariamente la tarjeta y el arma? – se preguntó el alemán a sí mismo y sin esperar respuesta alguna prosiguió – quizás le resultó más fácil manipular a la copia que al sujeto en sí – especuló mientras miraba algo confuso a su compañera – ¿Cuál es realmente tu poder?

- Me temo que si está en lo cierto, Capitán, puede que ya lo hayamos perdido – comentó mirando por donde se había ido el supuesto revisor. Aunque nada de todo aquello explicaba el repentino cambio en el comportamiento del bibliotecario.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Absorber poder

Tirada: 1d100

Dificultad: 43-

Resultado: 59 (Fracaso) [59]

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02/12/2019, 16:34
Germán Ballesteros

- Pues yo lo creo así... no sé cómo demonios ha subido al tren pero tengo por seguro que no le será tan fácil bajar del mismo. Hay que seguir buscándolo. A él o a cualquiera de sus... copias. - la sola idea que apuntaba el Capitán era demencial pero no por ello menos plausible. 

Germán, efectivamente estaba alterado. El tener la sensación de haber atrapado al tipo y haberle dejado ir "de rositas" le sacaba de sus casillas. Y aunque, efectivamente, este parecía inocente se sentía engañado como a un chino. 

- Si su objetivo aún está en el tren seguirá intentándolo. Hay que moverse.

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05/12/2019, 07:52
Álvaro Díaz de Vivar

La situación se complicaba sobremanera, con la presencia de aquel agente, si es que estaba en lo cierto acerca de él. Todo generaba muchas dudas, por lo que no podía estar seguro al cien por cien, pero en aquellos momentos trabajábamos con hipótesis únicamente. Las más factibles. El doctor no podía asegurar nada, aunque todo aquello le generaba tantas dudas como a mí. 

El doctor dejó claro que seguir al revisor no serviría de nada, a esas alturas, algo que también yo creía. En cambio, Ballesteros parecía sentir un cierto ansia por hacerlo.

Al contrario, Ballesteros. Centrarnos en el agente chino tan sólo nos hará perder nuestro valioso tiempo. -Indiqué con aire solemne, antes de explicar en detalle mi argumento- Puede materializar y desmaterializar a sus copias a voluntad, y desconocemos de cuantas dispone y si alguna de ellas ejerce de centro neurálgico, sin posibilidad de desvanecerse entre nuestros dedos. Podemos matar, capturar o echar del tren a cuantas copias nos encontremos, pero eso sólo servirá para que las desconvoque y vuelva a convocar otras a bordo. Tendríamos que poder actuar sobre el original, de haberlo, o sobre todas las copias al mismo tiempo, para tener éxito. Y ambas opciones, en estos momentos, son inviables. -Aquella era la triste realidad- Seguiremos con el plan inicial. Nuestro objetivo sigue siendo encontrar y obtener ese virus, de modo que dedicaremos a ello todos nuestros esfuerzos. Y si ese agente chino se cruza en nuestro camino, actuaremos en consecuencia.

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08/12/2019, 15:32
Director

No logras absorber el poder aunque notas que te has quedado más cerca, el problema es que tras dos intentos te notas cansado. Hace tiempo que no ejercitas tus poderes y eso puede haber afectado a tus habilidades, tendrás que practicar para lograr absorber algún poder.

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10/12/2019, 12:57
Leopoldo Fischer

- Permítanme descansar un momento – dijo de pronto el doctor con un hilo de voz al mismo tiempo que sacaba un pañuelo del bolsillo del esmoquin y se secaba una sudorosa frente – ya no tengo edad para estos trotes – confirmó con la cara pálida y respirando con algo de dificultad mientras alzaba el brazo para apoyarse en una de las paredes.

- Había olvidado lo traqueteante de estos viajes – mintió para excusar su repentino malestar – normalmente no suelo moverme de mi asiento – continuó mientras se pasaba de nuevo el pañuelo. Sin embargo, aunque ciertamente notaba la fatiga en todo su cuerpo por el sobreesfuerzo, la frustración que sentía era aún mayor – Te haces viejo Wolfgang – se dijo a si mismo mientras intentaba, sin éxito, recordar la última vez que uso su poder con soltura.

- No pretendo ser una carga Capitán – dijo con un tono de voz más normal, aunque un poco entrecortada – si hace falta puedo alcanzarlos en unos minutos – concluyó alzando de nuevo la mirada para recorrer uno a uno a los presentes y luego buscar algún sitio mejor donde poder sentarse. A fin de cuentas, su función real en la misión era la de asegurar el virus, no entorpecer a sus compañeros en la búsqueda de este.

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11/12/2019, 13:34
Azucena Ruiz

Con un largo suspiro, guardé silencio, escuchando a cada uno de los presentes pero con mi mente también ocupada en si debía o no revelar aquello que por seguridad mantenía oculto. Con la información de la que él disponía y la que le habíamos dado, Díaz había podido elaborar una teoría que probablemente fuera correcta, al menos en gran parte; y es que yo no descartaba que además de multiplicarse, aquella persona fuera capaz de adquirir el aspecto de otros.

Tenía mis razones para creerlo así.

Al ver al doctor tan fatigado, me acerqué a él, sujetándole con cuidado del brazo para ayudarle a tomar asiento; habiendo ya decidido nuestro líder qué era lo que debíamos hacer. Maldije para mis adentros por lo que iba a hacer, pero no me quedaba otra. Puede que los intereses de quienes gobernaban España no fueran los míos, pero me importaba lo que pudiera pasarle a los españoles, y si aquello ayudaba a que ese virus no se convirtiera en una amenaza; debía hablar.

- Hay algo que debo contarles. - dije de pronto, encarando al Señor Díaz y al Señor Ballesteros tras terminar de ayudar al Doctor Fischer. - No sé a qué se refiere el doctor con mis “encantos”. Si trataba de ayudarme, se lo agradezco. - le di las gracias al alemán, tras lo cuál proseguí, anticipando el monumental cabreo que podría cogerse el militar. - El primer “revisor” nos confesó que no era tal y sus intenciones porque así se lo pedí, y el segundo revisor nos convenció de que era el verdadero porque le pregunté quién era y qué hacía allí. Puedo controlar a otros de diferentes maneras, es una capacidad de la que el gobierno no tiene constancia... - confesé apartando la mirada un momento. - Supongo que pedirles que mantengamos esto entre nosotros sería inútil.- añadí volviendo a mirarles, con una amarga media sonrisa, terminando por fijar mi mirada en el militar. Quizás Fischer y Ballesteros estuvieran dispuestos a algo así, pero estaba casi convencida de que ese no sería el caso de Díaz. - A lo que voy, es que ese tipo podría haberse resistido a mi habilidad en esa segunda ocasión, pero podría no haber sido así; no podemos descartar que sea capaz de cambiar de aspecto. Si no creyera en tal posibilidad, no estaría corriendo el riesgo de contarles de que soy capaz de ejercer ese control.

Y de algo más, pero más me valía observar primero cómo reaccionaban ante aquella noticia.

Entonces recordé algo, pudiéndose percibir alarma en mi rostro, aunque pronto se tornó confuso.

- Hay algo más, no sé cómo no reparamos antes en ello. Puede que sea una tontería... Pero podría tener su relevancia. - comencé a contar. - El primer revisor, el polizón, cuando le pregunté quién era; me respondió en francés, como si le saliera de forma natural. ¿Podría ser porque ese es su idioma materno? Eso encajaría con la teoría de que el polizón puede cambiar de aspecto, ¿pero por qué el arma y la tarjeta de la casa de té?

¿Podría ser sólo para despistar? Una colaboración entre una agencia china y una francesa se me antojaba demasiado rocambolesco, aunque todo podía ser, como el que aquello de haber empleado el idioma francés realmente no significara nada.

- Sea como sea, cuando hablaba antes de avisar a De la Cierva me refería a que estuviera advertido por si se encuentra con alguien a quien hayan suplantado, y sigo pensando que es necesario. - terminé por añadir.

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15/12/2019, 15:48
Director

Tras las palabras de Azucena una duda te recorre, y ¿si con el que has hablado no era De La Cierva? Es una posibilidad y teniendo en cuenta que tu historial es de sobra conocido podría saber perfectamente quién eres y si conoce al equipo cosa que es posible ya que tuvo un encontronazo podría perfectamente engañarlos.

Notas de juego

Director: +500 PX por tu idea de que pueden ser el mismo individuo con capacidad de duplicación.

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15/12/2019, 15:52
Director

El primer revisor, el polizón, cuando le pregunté quién era; me respondió en francés, como si le saliera de forma natural. ¿Podría ser porque ese es su idioma materno? Eso encajaría con la teoría de que el polizón puede cambiar de aspecto, ¿pero por qué el arma y la tarjeta de la casa de té?

Crees que ahí tienes la solución, Francia posee una población bastante interesante de asiáticos por su control de Indochina y sus antiguos enclaves en China como Tiajín, Shanghai y Guangzhouwan que mantuvieron hasta después del final de la Segunda Guerra Mundial. 

Si el asiático dijo algo en su idioma podrías saber si es o no chino, tienes esa capacidad con tu habilidad para traducir idiomas.

Notas de juego

Director: +500 PX

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16/12/2019, 14:37
Álvaro Díaz de Vivar

Estaba dispuesto a dar permiso al doctor para permanecer descansando el tiempo que fuera necesario y poder reunirse con todos más adelante, cuando la señorita Ruiz abrió un nuevo frente al que enfrentarnos. No obstante, al hacerlo se vio en la necesidad de confesar algo que, por lo visto, había estado ocultando incluso al propio gobierno, por motivos que me resultaban más que obvios a tales alturas. Al fin y al cabo, era conocido lo que desde las altas instancias se decidía respecto a aquellos que poseían facultades especiales, y allí mismo contábamos con varios casos.

Mis ojos recorrieron los rostros de los otros dos hombres presentes, especialmente al mentar Ruiz el despropósito que le parecía solicitar que guardásemos silencio respecto a su secreto. Pero me mantuve en silencio, expectante y con gesto serio, mientras la mujer se seguía explicando. Sus facultades secretas incluían el poder ejercer un cierto grado de control obre otros, motivo por el cual el primer revisor había confesado tan fácilmente. Que el segundo no lo hubiera hecho podía deberse a que realmente fuera inocente, o por el contrario que en aquella ocasión hubiera sido capaz de liberarse del control mental.

Demasiadas incógnitas, pero aquello nos situaba ante una dura disyuntiva.

La posibilidad de que el agente extranjero fuese capaz, no sólo de crear copias de sí mismo, sino también alterar su propio aspecto, nos situaba en una precaria situación. La misión peligraba, precisamente porque desconocíamos quién era quien parecía y quién podía únicamente parecerlo. Llegados a ese punto, ¿cómo confiar en nadie? En aquellos instantes recordé el modo en que De La Cierva me había abordado durante el trayecto. No, no le había encontrado en su mesa del restaurante, donde le dejé al acudir a investigar los ruidos del techo. Me había abordado él por los pasillos. ¿Había sido realmente él, o el agente extranjero? Es más, meditando acerca de ello ¿qué seguridad tenía de que los miembros del equipo que tenía delante eran quienes parecían? Azucena Ruiz debía serlo, pues si fuese un agente encubierto habría cubierto sus huellas anulando la sospecha de que él mismo podía cambiar de aspecto. Eso suponía, al menos. Sin embargo, tanto Ballesteros y su actitud nerviosa como el doctor y su deseo de quedarse atrás despertaban mi nueva paranoia, ese instinto de autoconservación que tantas veces me había salvado la vida en el campo de batalla.

No le contaremos nada a De La Cierva. -Sentencié con seriedad, tratando de poner orden, no tan sólo en la conversación, sino también en mi mente- Al menos, hasta que estemos seguros de que es él y no otro suplantándole. La sospecha de la que la señorita Ruiz nos hace partícipes nos sitúa en clara desventaja, señores, de modo que tendremos que poner medidas para aminorarla en la medida de nuestras posibilidades. Ballesteros, la mañana en que nos conocimos nos explicó los motivos por los que había sido reclutado, pero no lo hizo con palabras... Refrésqueme la memoria. -Solicité al bibliotecario, rememorando el modo en que había atravesado aquella barra del bar, desvaneciéndose para regresar invisible a su punto de partida. Claro que aquella petición ocultaba una segunda clave, y era que nos habíamos conocido por la noche, no en la mañana- Y usted, doctor Fischer... ¿Cuáles eran esos poderes suyos de los que nos habló? -Solicité al científico, quien había confesado estar en el equipo por sus conocimientos científicos, y no por poseer poder alguno- Una vez estemos todos seguros de estar en buena compañía, habrá que decretar una clave con la que asegurarnos en todo momento de estar con quien debemos. Frase y respuesta, como se ha hecho toda la vida de Dios. -Por supuesto, esperaba que al menos uno de ellos decidiera ponerme a mí mismo a prueba. No hacerlo demostraría un alto grado de negligencia por su parte.

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21/12/2019, 13:44
Azucena Ruiz

No advertí ninguna reacción al revelar de lo que era capaz, lo que no sabía si era una buena o una mala señal. Puede que simplemente se debiera a que Fischer y Ballesteros ya lo sospechaban, y a que Díaz parecía acostumbrado a mostrar esa cara de póquer que tan poco le favorecía, y es que casi daba miedo con aquel serio semblante. En cualquier caso, la ausencia de reacción significaba ausencia de información, y eso si que tenía claro que era algo malo en cuanto a que no sabia qué podía esperar de ellos.

Pero eso quedó pronto a un lado, volviendo a centrarme en lo inmediato, quién era realmente el enemigo y las acciones a tomar. Ante ello, el Señor Díaz afirmo con contundencia que no le contaríamos nada a De La Cierva, algo ante lo que le miré con extrañeza; pero pronto aclaró que tal seguridad se debía a la posibilidad de que el que creíamos era nuestro anfitrión en aquella misión realmente no lo fuera, habiendo sido suplantado. Tenía razón, y con sus palabras nuestro líder dejó claro que él también creía en la teoría de que el polizón fuera alguien capaz de cambiar de aspecto.

Suspiré.

Todo aquello sonaba a una rocambolesca película de espías, pero no lo era. No había garantías de que todo aquello fuera a salir bien, como sucedía en la gran mayoría de los largometrajes, y parecía muy complicado manejar tan intrincada situación. Por fortuna, no estaba sola en todo aquello, y parecía estar rodeada de gente capaz, como una vez más demostró Díaz con aquellas preguntas que parecían ir dirigidas a comprobar que Ballesteros y Fischer eran quienes decían ser; pues no tardé en advertir algunas incongruencias en ellas.

Lo que aquellos hombres respondieran determinaría si eran o no quienes decían ser. En el caso de Díaz, la misma formulación de aquellas preguntas suponía una prueba de quién se trataba en realidad, no sólo porque las hiciera; sino por los datos que estas contenían. Sólo alguien que hubiera estado en aquella reunión conocería aquel tipo de detalles.

- Me parece correcto lo de esa clave. - apunté a sus últimas palabras, preguntándome por qué no me ponía a prueba a mí también, aunque pronto inutí el motivo.

Mientras aguardábamos a las respuestas del doctor y el bibliotecario, continué cavilando acerca del falso revisor y su origen, analizando el encontronazo con él y aquellas palabras en francés que había pronunciado.

- Tiradas (1)

Motivo: Traducción de lenguas

Tirada: 1d100

Dificultad: 99-

Resultado: 62 (Exito) [62]

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23/12/2019, 09:32
Director

Sin duda es francés, el acento que poseía era el común en París. No dijo nada en otro idioma aparte del francés, revisas en tus recuerdos pero no. Puede que le dijera algo a Álvaro porque tuvo su encontronazo con el revisor en el techo del tren. Y según comentó aparecieron varios enemigos. Puede que ahí utilizara otro idioma. Vale la pena preguntarlo y así acabar con las dudas.

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29/12/2019, 15:38
Azucena Ruiz

Tras dedicar unos instantes a analizar la situación vivida con el revisor y las palabras que este había pronunciado, terminé llegando a una conclusión, dándome cuenta de que una de las capacidades que me otorgaba aquel implante iba más allá de lo que parecía en un primer momento.

Me acerqué a Díaz, con la intención de preguntarle algo y terminar así de confirmar lo que creía sobre el revisor.

- Señor, ¿alguno de los tipos con los que se encontró en el techo habló en otro idioma que no fuera el francés? - le pregunté en tono neutro y voz baja, mirándole a la espera de su respuesta.

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29/12/2019, 17:29
Director

Ante la pregunta que te hace Azucena recuerdas lo que dijo el asiático: Hien Shi. Aunque contigo habló en castellano correctamente.

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03/01/2020, 18:43
Álvaro Díaz de Vivar

Tanto Ballesteros como Fischer tardaron algo más de la cuenta en responder. Tal vez esperaba una respuesta más clara y directa, en exceso apresurada, pues estaba habituado a la vida militar, donde no había tiempo para meditar más de lo absolutamente necesario. No obstante, aquellos segundos me resultaron tan largos que mi mano se acercó instintiva y metódicamente a mi pistola, en un gesto disimulado e incómodo.

El menor gesto sospechoso habría de ser suficiente para desenfundar, y lamentablemente no dudaría en disparar.

No obstante, la señorita Ruiz me concedió, nos concedió, una pequeña prórroga. Su suave pregunta postergó unos segundos la respuesta de nuestros interlocutores, a los que no retiré mi mirada mientras meditaba una respuesta hurgando en mi memoria, respondiendo con calma y paciencia para, también yo, conceder unos segundos más en busca de la esperanza de que todo fuese una falsa alarma.

El tipo con el que hablé se expresó prácticamente todo el tiempo en perfecto español, aunque con un notable acento. -Relaté lentamente- No soy experto en idiomas ni dialectos, pero me sonó a acento oriental, seguramente chino. No dijo una sola palabra en francés, pero sí empleó dos palabras en lo que creo era chino. Fue cuando hizo aquellos gestos raros, antes de que aparecieran de la nada aquellos tipos a mi espalda. Era algo como... h-hien shi, creo.