Partida Rol por web

Las dos hembras os ponéis en marcha, en busca de información que os permita encontrar un sendero que os guíe a la resolución de todo este asunto. La verdad es que pocas son las pistas que se os han brindado hasta ahora, y mucho es lo que se ha perdido esta noche. Cuando todo esto haya acabado, habrá tiempo para llorar a aquellos que han dado sus vidas por La Madre, pero ahora solo podéis pensar en aquellos que aún estén entre los vivos.

Sin embargo, no será sencillo. Cada paso sobre las rocas que antes conformaban la maciza montaña os convencen más de que nada queda bajo las piedras que pueda ser rescatado. La propia orografía del terreno que se ha conformado parece indicar que cada palmo de esas cuevas que habéis recorrido, así como aquellas que os quedaran por recorrer y descubrir, se ha venido abajo. Ya fuera obra del extraño golem de roca que surgió de las entrañas de la montaña para enfrentarse al Vagabundo de los Nexos, o de la mismísima Gaia en un ejercicio de autoprotección o venganza, lo que está claro es que fue un exquisito trabajo.

Y si Chuck aún estaba dentro cuando el techo se vino abajo, pocas esperanzas hay de que haya sobrevivido.

Lo que es peor, no parece que entre los restos haya pistas acerca de lo que ha sucedido, ni acerca del origen de tanto mal. No encontráis ante vosotras nada que os indique un camino, una pista, nada. Quizás si recapituláseis, recordaríais algo...

Afanados en tareas sanitarias, los machos permanecéis junto al acantilado mientras las hembras parten a investigar las rocas que antes conformaban las cuevas. Sin embargo, una vez que Arthur ha empleado los regalos que Selene le brindó, os invade la sensación de estar perdiendo el tiempo y permitiendo que ellas hagan todo el trabajo. Eso bien puede ser una práctica habitual entre los lejanos Simba, pero no es algo a lo que vosotros estéis habituados.

Bajo vuestra posición, un par de destellos hacen que os fijéis en los últimos rescoldos del fuego que indica la posición de los restos que han quedado de vuestros enemigos. Vehículos y hombres, si es que es eso lo que eran, se mezclan a fuego y sombra sobre la roca, fundidos en una amalgama informe y, sobre todo, maloliente. Siempre existe la posibilidad, aunque remota, de que esos soldados tuvieran algo que indicase su procedencia...

Aunque, en estos instantes de calma, Arthur empieza a tener la sensación de que quizás ha pasado algo por alto, algo a lo que no prestara la atención debida en su momento...

Le asaltan extrañas sensaciones... y no están relacionadas con los lametones del bastet. Bruno echa un vistazo a la herida tras el tratamiento mágico y no se olvida de comentar sus resultados.

- Gracias Arthur, se ve mejor ahora.

Las extrañas sensaciones vuelven y se toca la barbilla mientras las medita.

- Seguro que a tí también se te ha ocurrido que revisando los cuerpos tal vez encontremos algo interesante. Podrían llevar sus tarjetas identificativas por ejemplo.

Satisfecho por su sagacidad se aproxima al único cuerpo que queda intacto para revisarlo, esperando que Arthur se apunte a la investigación.

- Allá en mi tierra nos faltan situaciones como éstas, varios bastet cooperando y buscando el origen de nuestros enemigos para asestarles un golpe letal. Pero la cabeza de éstas operaciones no suele estar allí, sino que se manejan desde lugares lejanos, como éste, aquí podríamos estar tras la pista de algo con lo que dañar realmente al deshacedor y de paso, honrar la memoria de Urikey.

Y aunque no lo expresa, hay otros bastet que le vienen a la memoria.

La herida mejora rápidamente hasta cerrarse, las chicas ya se han ido. Pronto me aburro de no tener nada que hacer y empiezo a observar el lugar donde atacamos a los "humanos", Bruno se me adelanta en al decir que investiguemos los restos, adopto mi forma sokto para bajar con mas "gracia" felina en un par de saltos y empiezo a buscar alrededor algo que me pueda llamar la atención incluido olores aunque mucho me temo que el olor a carne quemada enmascaré cualquier tipo de olor.

Esto no es lo normal por aquí, tan solo nos únimos por que la amenaza parecía requerirlo. Comento a Bruno. Aun no creo que este solucionado así que si quieres unirte supongo que tendras que hablarlo con Alma... ella ejerce las labores de lider.

Camino con precaución, sin intención de dejar ninguna pista atrás. Me mantengo relativamente cerca de Alma, a pocos metros de distancia de ella, y así ambas cubrimos una buena proporción de terreno que analizamos todo lo bien que podemos.

Al llegar a la zona derrumbada, me acuclillo y cojo algunas de las piedras sueltas intentando distinguir algún olor destacable en ellas sin embargo todos nuestros esfuerzos son en vano.
Al final accedo a levantarme con expresión apesadumbrada y algo abatida acabando de acercarme a mi compañera.

-No consigo encontrar ni detectar nada, creo que tendremos que resignarnos por mucho que nos pese. Aquí ya no hay mucho que encontrar- creo que ella se sentía más ligada a Chuck pero es necesario que comprenda la verdad. A menos que haya dado con algún rastro que yo he pasado por alto.

Parece que no ha sobrevivido, asiento sin saber muy bien que deberia hacer. Miro al cielo un segundo mientras rezo a Selene por nuestro hermano caido y por el que hubiera sido un mentor para mi

Caigo de rodillas, un poco de polvo se alza en cuanto lo hago y apoyo mis manos en el suelo arido mientras comienzo a tararear algo unos segundos, no se si para su alma o para la mia antes de levantarme

Debemos irnos, cuando estemos en su casa intentare...no lo se pero merece una ceremonia aunque no este su cuerpo  no se por que digo eso si no lo creo.

Miro apenada a Alma cuando se deja caer al suelo pero por suerte a pesar de ello enseguida se levanta por su propio pie, lo cual me alivia. Todavía tiene la suficiente fuerza como para no rendirse.

-Tienes razón, quizá encontremos algo en su casa que nos permita encontrarle, seguro que tiene cosas personales...- no lo digo en voz alta pero creo que si a pesar de usar alguno de los objetos personales de Chuck como guía no damos con él, definitivamente no habrá nada que hacer. De hecho ya estamos insistiendo mucho más en su búsqueda de lo que sería normal pero sin cuerpo, ¿como vamos a rendirnos?

-Busquemos a los chicos y volvamos- esbozo una débil sonrisa y finalmente deshacemos el camino hecho hasta donde dejamos a Arthur y al recién encontrado Bruno.

Descendéis por las escarpadas rocas hasta alcanzar el punto donde han aterrizado los vehículos y los despreciables guardias que iban en ellos. Sus armas, lo primero en que os fijáis debido al escalofrío que supone verlas, han quedado inservibles. Sin embargo, no deja de ser intrigante comprobar que efectivamente la munición está compuesta de plata, con una cuidada manufactura, así como las hojas de sus cuchillos.

Los cuerpos de los guardias tampoco revelan demasiado. Uno de ellos está prácticamente carbonizado, aquel que se envolvió inútilmente en llamas para repeleros. De ente su piel quemada y ajada brota una especie de pus verdosa y maloliente. Los otros guardias, desangrados y machacados por las rocas, están prácticamente irreconocibles. Os acercáis a ellos, a pesar de que sus ropas no parecen revelar nada. No hay escudos, logotipos ni nombre alguno que revele su procedencia. Iban bien equipados, y alguien ha tenido que costear todo ese equipo. El mismo que les encargó librarse de esos bidones de residuos. La procedencia de esos bidones es lo que necesitáis saber.

Uno de los boogies está relativamente cerca del último cuerpo que investigáis. En su interior se ve una especie de mochila medio abierta, llena de papeles. Al mirarlos de cerca, comprobáis que se trata de albaranes de entrega, fechados en esta misma noche algunos, y otros a lo largo de toda la semana anterior. En la parte superior de las hojas puede verse el mismo logotipo.

Regresáis por el camino que habíais tomado para investigar los restos de las cuevas, asumiendo ya que esa labor de investigación no dará fruto alguno. Contáis con varias opciones ahora, y en vuestra mente ya planea la posibilidad de seguir buscando al desaparecido Chuck a través de los objetos suyos que podáis encontrar en su casa. Encontrarle ha pasado a ser una prioridad, por encima del descubrimiento de cuanto está pasando.

Al volver, veis con sorpresa y nerviosismo que los machos no están donde les dejasteis. Sin embargo, no tardáis en descubrirlos varias decenas de metros más abajo, en el punto donde aterrizaron las víctimas de la pequeña trifulca con los soldados. Parece que estén investigando algo entre los restos.

En cuanto llegamos a la zona desde la que salimos y no vemos a los chicos contengo el aliento y miro con preocupación a Alma pero por suerte esta vez no va más allá porque pronto damos con ellos más abajo así que descendemos con cuidado hasta alcanzarles.

-No hemos encontrado ningún rastro ni pista entorno a Chuck. ¿Y vosotros?- miro como registran el lugar con interés. Quizá ya hayan detectado algo destacable por una vez.

Estoy rebuscando entre los cadaveres, en el booguie y por los alrededores cualquier cosa de interes cuando reconozco algo, voy hasta los albaranes y arranco una de las hojas cuando oigo una voz desde las alturas es Habika, ya estan de vuelta sin resultado. Asciendo hasta su posición con agilidad con las hojas entre mis garras.

Parece que finalmente vamos a tener que ir a lo que parecí el origen de todo esto desde el principio... Digo señalando el logotipo de los albaranes, el mismo que el de la empresa de Tucson.

Escucha la conversación de los demás mientras utiliza su camisa para ir recogiendo las armas de los enemigos sin tocarlas con la piel. Luego hará desaparecer la munición y los puñales. El deshacedor encontrará los cuerpos, pero no podrá volver a utilizar esas armas contra su especie.

El símbolo que han encontrado no le dice nada, pero tiene la impresión de que se trata de una fábrica de armamento, que posiblemente suministrará a los militares en Brasil y Perú. Destruir esa fábrica puede ser una buena victoria, además de una merecida venganza para tantos que están muriendo.

- Siento mucho que Chuck esté ilocalizable y espero que salga de ésta.

Hace una ligera pausa.

- Arthur, en el amazonas los bastet tampoco somos demasiado cooperativos, es parte de la naturaleza felina, pero contrasta con nuestra otra parte, la humana, que sabe que colaborar es importante. Le diré a vuestra líder que deseo acompañaros pues nuestra misión no deja de ser la misma, estoy seguro de que lo entenderá. Nuestros enemigos fabrican armas aquí para llevarlas a la jungla y luchar contra nosotros, es lógico cortarles los suministros, al menos podemos evitar que les lleguen cargamentos de armas de plata. Eso hace nuestro objetivo más interesante y a la vez letal. Y esa fábrica puede llevarnos luego hasta las minas, si es que las minas no están en ésta misma montaña, yo sigo sin saber qué hacen los soldados aquí y si el terremoto tuvo alguna causa no natural.

Me acerco hasta la corpulenta forma actual de Arthur para ver de cerca los papeles que está remirando y entonces asiento.
-Probablemente sea el lugar en el que infectaron a Urikey, estaré segura cuando estemos allí- intento hacer memoria de la visión que tuve pero después de todo lo sucedido resulta más difícil y confuso que nunca así que al final frunzo e ceño sacudiendo la cabeza.

-¿Nuestra líder...?- pregunto a Bruno sin entender a qué se refiere, pero tampoco insisto más en ello -Vale la pena que echemos una ojeada, lo que puedo asegurarte es que ese terremoto no fue natural pero todavía no sabemos si lo provocó Chuck o el ser creado por el Deshacedor- tuerzo el gesto y finalmente me dedico a leer los papelajos para comprobar la dirección que consta en ellos.

Sonríe interiormente, parece que no está muy claro si hay líder o no a pesar de las indicaciones de Arthur.

Finalmente guarda la munición y las armas de plata dentro de varios trapos.

- En lugar de destruirlo, podemos esconderlo en la base de la montaña, cerca de algún sitio localizable como algún poste de señalización, por si en el futuro son útiles. Subiré arriba y recogeré lo que quede.

Siente la plata mermando su conexión con la naturaleza, alejándolo de la comunión con su parte espiritual, mientras adopta una forma más fuerte para trepar.

- Yo no conozco estas tierras, ni tengo teléfono móvil. Si alguna vez hemos de separarnos por una emergencia, algo normal cuando se lucha contra un ejército, podemos encontrarnos en ese mismo punto. Pues creo que no queda demasiado lejos de la ciudad. Aunque si conocéis un punto de encuentro mejor será el que usaremos. Bueno... también me apuntaré vuestros teléfonos, si los tenéis y los queréis compartir.

-Será mejor que concretemos un punto de reunión en la ciudad, será más seguro que una zona que ya ha sido recorrida por miembros del Deshacedor. Junto al parque Tourney será mejor opción- es uno de los parques más pequeños y discretos de la ciudad pero aún así estaremos más o menos en "nuestro terreno". Mi mirada sigue fija en el papel y acabo por ladear la cabeza porque estoy segura de reconocer el logotipo.
-Esperad un momento, yo ya he estado aquí- acabo por espetar un tanto sorprendida al principio aunque inmediatamente me doy cuenta de que es lo más lógico -Seguí a uno de ellos hasta este lugar hace unas semanas pero no pude entrar yo sola porque la seguridad de ese sitio es demasiado férrea. Está claro que ahí esconden algo importante...- doblo bien el papel guardándolo en uno de mis bolsillos e inspiro hondamente, mentalizándome de que la noche no ha hecho más que empezar.

Después le facilito mi número a Bruno, poco convencida de que vaya a servir de mucho, pero por si acaso apunto también el del resto antes de ponernos a colaborar para enterrar esas armas. 

Carraspeo mientras miro el extraño simbolo y niego poniendome en le camino de Bruno.

Si nos llevamos las armas sabran que hemos sido nosotros, lo mas logico es dejarlas, pero como se que no me vas a hacer caso lo mejor sera que nos las llevemos con nosotros, no las dejemos escondidas

Si eres nuevo en la ciudad, lo mejor es que no te separes de nosotros. Necesitas ropa para pasar desapercibido y tenemos un vehiculo.

Habika, tendremos que ver como entrar en ese lugar sino esta noche en la de mañana, puede que en una forma mas pequeña se puede hacer.

Arthur, deberias volver a la forma humana por si nos encontramos con alguien y volver todos a la casa de Chuck.

Miro al cielo un segundo mientras la luz de la luna ilumina el lugar entre las nubes Selene cuida de nuestro hermano y lo encontraremos seguro. Los pumas somos demasiado duros para caer sin luchar.