Partida Rol por web

-Oh...¿Por dónde andaban? Igual los busco ahora.

-Y no te piques, Abarai. Me meto contigo pero aún no te he vencido de verdad y lo sé.

Le palmeo el hombro.

-Kuchiki...ya sabe..- le pongo morritos como diciendo "un beso".

Y me voy a buscar a uno de los tres, el que me pille más cerca.

En la taberna del Seireitei hay fiesta. Así que tanto Kyoraku como Matsumoto están.

La segunda ya está abrazando a Kira e Hinamori a la vez mientras el otro tiene una botella de sake y te saluda " Reena-chan!!!"

Además, al lado de Matsumoto, ves que Hisagi intenta liberar a su amigo Kira. Ardua tarea.

En la taberna también están Ikkaku, vendado de arriba a abajo, parece una momia, discutiendo con el teniente del séptimo escuadrón.

Hitsugaya está aparte, bebiendo tranquilo, en la barra.

-¡Capitán-san! ¿Me buscaba antes?- me dirijo a Kyoraku.

Me siento en sus rodillas pasandole un brazo por los hombros y con el otro cogiendo su sake para beber un poco.

Te sonríe como un bobo. Babea. Huele a alcohol. Baja la mirada. Se asoma.

- ¡Felicidades Reena-san! ¡Me alegra verte por aquí! ¡Bebe, bebe! Lo pasaremos bien.

-Si es capaz de ponerse un poco más sobrio podríamos ir a su habitación a hacer cosas por las que Nanao le regañaría...ta-i-cho-sa-ma.- alargo la última palabra muy muy seductoramente mientras su surro en su oido.

- Mmm... eso estaría bien... pero no sé ponerme más sobrio. Jijiji...- ríe como lo que está. Te mira y te coloca mejor.

Habéis llamado la atención de muchos en la taberna en cuanto te sentaste en las piernas del taicho. Hisagi mira, Matsumoto mira, Hitsugaya mira...

Los miro a todos y me encojo de hombros.

-¿Hay que ser amable con los borrachos no?- rio -aunque este está ya muy pasado...

Le vuelvo a susurrar: -Es una lástima taicho.- mientras me levanto.

-¡Madarame! ¿No vas a invitarme a nada hoy?- medio grito mientras me siento casi al lado de Hitsugaya, de espaldas a la barra.

-Capitán, pensaba que le desagradaban los lugares ruidosos.

A Kyoraku le cuesta dejarte ir... tiene cara de penita... como un perro abandonado... pero en cuanto te intenta seguir se cae y se empieza a partir aunque pronto, en cuanto te ve las espaldas y el culo, comienza a llorar...

Ikkaku te fulmina con la mirada, Matsumoto grita "¡A la siguiente ronda, Ikkaku nos invita a todos!" y todos felices. Hinamori y Kira vuelven a respirar.

Hitsugaya mira a todos serio.

- Alguien tendrá que vigilar a esta loca...

Matsumoto llega a vosotros.

Matsumoto:- ¡Tai-choo! Espero que no esté bebiendo alcohol.- y le da en la cabeza unos golpecitos.

Hitsugaya:- No. Eso ya lo estás haciendo tú por mí...

-¿Teme que se la roben taicho? Normal con una ayudante tan generosamente dotada...¿Quién la dejaría escapar?- le pincho con un dedo en los pechos.

-Es que son fantásticamente enormes, Matsumoto. Cuando sea tan, tan mayor como tú- me meto con ella- quiero tenerlos igual.

Miro al capitán.

-Seguro que a todos los capitanes les encantan.- alzo las cejs un par de veces, en esta ocasión metiendome con él. Le guiño un ojo antes de alejarme, con una botella de sake en la mano ¿de dónde salió? Quién sabe. Y mientras salgo indicar a Hisagi que me siga, disimuladamente.

Matsumoto ríe divertida al principio. No le importa que compruebes el estado de sus pechos; pero cuando te metes con su edad te da tal bofetón que lo flipas.

Hitsugaya suspira y niega con la cabeza. No es fácil meterse con él.

Y luego está Hisagi, que te ve señalarle y, esperando unos segundos para que no se note, termina por alcanzarte.

- Enhorabuena. - te sonríe.

-Gracias.- aún me froto la bofetada de Rangiku, pero sonriendo. Le tiendo la botella.

-¿Me buscabas antes?

- Sí, bueno. Quería felicitarte e invitarte, ya que el otro día me tendiste una trampa. Pero veo que estás servida.- señala la botella de sake que tienes en una mano. Él está completamente sobrio. Al parecer Rangiku se bebió lo suyo también. Coge la botella y bebe un trago, más porque tú has bebido antes que porque le apetezca.-¡Menudo día! Estoy molido. Tú pareces muy recompuesta...

Cuando me va a devolver la botella, sentados en el cesped, tiro de su ropa hasta acercarlo a mi y besarlo de una forma nada infantil.

-No ha sido un mal día, no. Pero aún tengo que liberar tensiones.

Lo tumbé sobre mí, pasando mis brazos por sus hombros hasta enlazarlos detrás.

-Si no está usted demasiado cansado, kotaicho.

- ¡Choo-choto! ¡Mate!

Pero ya está encima de ti y con tus susurros, tan cercanos, tan...sensuales...

- No lo estoy. - se acerca más a ti- Y si dijese que lo estoy, seguro que me enviarías al cuarto escuadrón...- bromea, pues sonríe.

Te besa, dispuesto a destensarte.

Le mordí el labio, y después el cuello.

-Creo que debería llevarme a su habitación, kotaicho.

Le rodeé con mis piernas.

-O podrían arrestarnos por desordén público...

... Ay... esos muerdos... ante tu sugerencia, ni discute, ni comenta, te coge en volandas y con rápidos shumpos llegáis en menos de lo que os habéis podido enfríar...

Estais en la misma posición, pero él ya comienza a quitarte el traje mientras te lame la oreja.

No me quedo atrás, desnudándolo a él.

-¿Ha estado con muchas mujeres kotaicho? ¿Con alguna que tuviera una zanpakutoh de fuego?

Ya desnudo lo hago ponerse boca arriba y me coloco sobre él, poniendo sus manos en mis pechos.

-La mía lo es...le demostraré el significado real de "ardiente".

Y libero tensiones...ya lo creo...hacía años que no tenía sexo, que no me permitía relajarme así...y me empleo a fondo, sin contenerme en arañar o morder. Ni tampoco en no gritarcuando desee hacerlo.

-¡¡¡¡Kotaichooooooo!!!*- gimo en pleno orgasmo más de una vez.

Te hace disfrutar como no recuerdas.

- No con muchas- te contesta. Más concentrado en el placer y hacerte disfrutar que en responderte.

Cuando comentas lo del fuego un escalofrío recorre su cuerpo.

- Veámoslo.

Y le encanta cuando gritas... y además con la palabra "kotaicho". Siempre lo recordará. Le das más fuerzas, más ganas.

Hasta que, después de más de diez orgasmos, ambos caeis, agotados y termináis durmiendo.

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Amanece temprano. La luz te da de frente unos segundos, pero después recibes sombra. ¿Por qué? Porque Hisagi, embelesado viéndote, te he tapado para que vuelvas a dormirte.

Te acaricia la cara. Estais desnudos aún, pero tapados pues la noche y el amanecer son fríos en el Seireitei.

No me digas que... ¿No habrá confundido las cosas, no?

Le sonrío y le cojo la mano, apartándola con suavidad. Me estiro para darle un pico, y me levanto. Me desperezo y empiezo a buscar mi ropa.

-Es hora de irme...me tengo que asear que he quedado con Rukia Kuchiki.

Espero que no piense que esto es algo más que sexo ocasional... está muy mono así despreocupado, no quiero hacerle daño...tsk...igual debí pensarlo antes...

Se incorpora un poco, aunque no llega a levantarse.

- Está bien. ¿Te veré luego?

¿Por qué te habla con esa suavidad? ¿Por qué ese extraño brillo en los ojos?

Te mira a los ojos mientras te vistes. Raro.