Partida Rol por web

Despiertas temprano, completamente recuperada y a sabiendas de que te esperan duran batallas en tu camino por liberar a Inoue Orihime.

Vas con tu capitán al cuartel de la duodécima. Por el camino os vais reuniendo los que viajareis. Unohana, Isane, Kenpachi Zaraki y, finalmente, el capitán Kurotsuchi que ya tiene preparada la garganta por la que pasaréis y un gran carruaje donde tiene pensado meter las fabulosas criaturas que recolecte.

Zaraki:- Omae- te llama Zaraki- No te metas en mi camino. O mejor, métete. ¡¡Será una batalla grandiosa!!

Byakuya:- Céntrate Kenpachi. Ya sabes a lo que vamos.

Zaraki:- Oh, ya lo creo. ¡¡A luchar!!

Kurotsuchi:- ¿Todos preparados? Una vez entremos no habrá vuelta atrás. ¡¡Qué emocionante!! ¡Nemu! Que no se te olvide recoger todo lo que te vaya diciendo, estúpida.

Byakura:- Shihöin. En cuanto lleguemos dirígete al palacio del Aizen. Yo me encargaré de encontrar a Rukia y Renji. Ve lo más deprisa que puedas. Es importante. No pienses en los demás. Solo en tu misión.

Le tiendo las píldoras para él, Renji y para Rukia.

-Y...¿Cual será mi misión una vez allí dentro? ¿Liberar a Inoue?

Espero que Kenpachi no se emocione demasiado...

No creía que infiltrarse fuese tan fácil, pero que se le iba a hacer.

- Recupera a Orihime Inoue cuanto antes y tráela al lugar de encuentro que será donde aparezcamos. Nosotros seremos la distracción, si es qu Kurosaki no es suficiente distracción para ellos. Si te encuentras con Aizen, huye.

Kurotsuchi:- Todo listo. A la de tres saltamos a dentro de la garganta. Una... Nemu colócate bien el traje desgraciada, dos... no os distraigáis...¡Tres!

Salto al momento que ordena el capitán Kurotsuchi.

Salvar a Inoue y huir de Aizen, bien. Todo sencillo. Bueno al menos soy rápida.

Sin cuestionarme las órdenes o por que no soy yo una distracción, más prescindible que ellos, obedezco a mi capitán.

Las Noches. El palacio de Aizen está justo frente a vosotros. Arena, desierto, frío y oscuridad. Nunca hubo peor escenario.

Ha llegado la hora de atacar sin control. Ha llegado el momento de destruir todo lo que encuentres. Ha llegado el momento de demostrar todo tu poder.

Byakuya:- Aquí nos separamos.

Zaraki:- ¡JE! Por fin... ¿Quién será el más fuerte?

Kurotsuchi ya se ha marchado sin deciros nada.

Byakuya:- Movámonos.

Y sin más él desaparece, Unohana e Isane también, Nemu corre tras su taicho y Zaraki corre hacia las noches, eufórico.

Curioso escenario.

Miro alrrededor antes de correr hacia las noches, por si hubiese alguien emboscado. Pero en realidad da igual...no me van a alcanzar.

Salgo a toda pastilla hasta alcanzar a Zaraki.

-Lento, taicho.

Y acelero, sonriendo.

Desierto... arena y más arena...

Es lo único que ves durante casi una hora de trayecto y el palacio parece tan lejano como el principio. Es como intentar alcanzar el arco iris...

Una tarea tediosa...

Por el camino te encuentras con pocos árboles de hojas negras, animales con máscaras que te observan pasar a su lado. Algunos intentan seguirte el ritmo y perseguirte, pero con tu velocidad pronto los demás atrás.

Hace frío, aunque eso no sería un problema, ¿no?

Sigues corriendo incesantemente. Tus entrenamientos con los pesos han servido para que ahora mismo no estés sin aliento.

Y sin embargo no hay manera de alcanzar el palacio.

Pero te das cuenta de algo. Hay una especie de camino marcado. Los árboles, muy dispersos entre sí marcan un camino que quizás resulte un atajo para no seguir corriendo en vano.

Y así, siguiéndolo vas a parar hasta la base de una torre blanca e inmensamente alta. No hay puertas y no podrías llegar de un salto.

Veamos...habrá que reventar la pared. Paso de buscar una puerta aquí...vete a saber dónde...

Y de hecho estoy apunto de hacerlo, pero me detengo.

Eso llamaría la atención y las distracciones del capitán, kenpachi y los demás reducirán su efecto...por mucho que tenga mi reiatsu al mínimo, reventar la pared llamará la atención. mmmm.

Sonrío.

-No llegaré de un salto pero...

Tomo carerila y salto. Cuando llego lo más arriba posible, voy clavando mis zanpakutoh e impulsándome hasta llegar arriba.

Consigues subir sin llamar mucho la atención. Y una vez que llegas a lo alto descubres que hay un vigía dormido. Desde ahí puedes observar las diferentes batallas que están teniendo lugar en Hueco Mundo. Una, dos... hasta un total de cinco en estos momentos.

Y ahí estás tú. Dentro de las Noches, que se muestran soleadas con un radiante sol ilusorio.

Y ante ti dos caminos. Izquierda o derecha. Cada uno lleva a una torre diferente.

Entre el cuadrado que forman estos cuatro pilares se está llevando a cabo una batalla, aunque no alcanzas a adivinar de quien se trata.

¿Despierto al vigía o no? Quizá sepa dónde está Inoue...o quizá no...

Decido no despertarlo y me marcho hacia la derecha.

Tan buena como cualquier otro lado.

Y tu elección es... mala.

Dos arrancars están apoyados en la puerta de enfrente de donde te encuentras. Es una estancia muy amplia. Un chico y una chica.

Chico (Mifune): Enemigo.- dice serio e impasible.

Chica (Haruka): Lo sé.- Mismo tono serio e impasible.

Desenfundan sus respectivas zampakûtos.

-¿Cabe la posibilidad de que me dejéis pasar?

Desenvaino y libero el shikai.

-No...¿No?

Me impulsé para atacar a ambos a la vez, con una zanpakutoh a cada uno.

Saltan a la vez alejándose de tus espadas. Al unísono se apoyan en la pared, uno enfrente del otro y se impulsan hacia ti ara cortarte, cada uno en una diagonal opuesta, para crearte una X.

Mifune: - Vete.

Haruka: - Antes de que sea tarde.

Las llamas rojas tardaron un mero instante en rodearme, así como las verdes. Salté quedando cabeza abajo, girándo, mientras sus espadas se cruzaban en una X bajo mi pelo.

Estiré mis brazos para, acompañando el giro, golpearles, una vez a cada uno de nuevo.

Los separé con el impacto y aparecí ante el chico para golpearle de abajo arriba, y acto seguido ante la chica. Solo que era una finta. Realmente aparezco tras el chico para atravesarlo desde detrás.

-¿Tarde para quién?

Demasiado rápida para unos simples vigilantes. Mifune cae al suelo con media máscara rota. Haruka se separa, dolorida, sangrando, pero sin cambiar su expresión. Quizás es que no tienen otra.

Haruka:- Ya veo. No queda otra, Mifune.

Y delante de ti se vuelven gelatina, se descomponen hasta unirse entre los dos. La fusión se completa y ahora se presentan más fuertes. La mitad derecha parece uno y la otra mitad parece otro. Y cuando hablan, lo hacen con los dos tonos de voz.

- Es el final, intrusa.

Se agachan momentáneamente y después se lanzan como si de un león hambriento se tratase.

Los miro venir hacia mí un momento, aunque al siguiente pongo mis armas en mis hombros, mirando alrrededor.

-¿Tendré que ponerme seria? Preferiría no llamar la atención haciendo nada llamativo. En fin, no creo que esto lo sea...Estáis muy lejos de mi nivel.

Giro sobre mi misma golpeando mis zanpakutoh para crear una cortina de fuego. Pasan a través de ella.

Y después...ya no me ven. Solo me perciben.

Te esquiva como si fueses a una velocidad inferior a la de él. No varía su expresión seria e inexpresiva. Hasta parece aburrido.

- No nos hagas reír, intrusa. Atenta a lo que es poder.

Levantan las dos zampakûtos que se unen en una sola tal y como han hecho antes ellos. Se ve un fuerte destello azulado y dibuan un tajo para cortarte en dos en vertical.

Doy un simple paso a un lado.

-¿Poder? Yammi respiraba más fuerte que todo lo que habéis hecho, y lo maté. No me hagáis reir a mi. Simplemente no quería llamar la atención. Qué le voy a hacer. Ban-kai.

Mi velocidad...mi fuerza...todo aumenta, y lo demuestro en cuatro colpes con mis armas.