Partida Rol por web

¿Estáis listos ya?

Dice la mujer apareciendo por le final del pasillo.

¿A que estáis esperando? ¡Venga venid!

Al darse cuenta que la luz del pasillo está cerrada, enciende las luces y os hace gestos con la mano para que os acerquéis.

Os empezáis a mover en esa dirección en silencio, entre curiosos y molestos por este cambio de rutina no habitual.

Sara os lleva por los pasillos casi sin esperar (está acostumbrada a que le habléis mas bien poco) y termina entrando en un despacho antiguo con su puerta de madera y cristal que distorsiona la imagen.

En su interior podéis escuchar la voz de un hombre que parece preguntarle algo mientras esperan que llegéis.

¿Está segura que no han demostrado ningún efecto fuera de lo normal? Según estos informes, deberían estar despertando ...

A lo que la mujer responde.

No señor, los chicos continúan como siempre. 

James mira intranquilo a la puerta y termina diciéndole a sus compañeros:

No les digáis nada de lo que hemos visto.

Victor mira a su compañero de habitación y asiente mientras se vuelve a poner la zapatilla lanzada contra Breil.

Sin problema, además ¿qué conseguiriamos? ¿Estar más tiempo aquí? ¿Perdidos de la mano de Dios? Jejejeje.

Sara abre la puerta y os mira con sorpresa.

¿Que hacéis chicos? - Se arrodilla para quedar a vuestra altura y poniendo la mano en la mejilla de uno de vosotros, continua diciendo. - Venga, que os está esperando.

Dicho esto os hace entrar en el despacho en el que hay un hombre poco agraciado y con traje que está esperando sentado mientras hojea papeles en la mesa. Parece un poco ocupado y distraído, pero os lanza una mirada (bizca) de reojo.

El hombre termina de ordenar los papeles, saca un par y abre un bolígrafo como esperando apuntar algo.

Con seriedad os indica - Por favor sentaros aquí delante.

Hace un gesto con la mano para indicar las sillas.

Carraspea un poco.

Carraspea mas.

James, Breil, Victor ... - Dice mirando los papeles. - ¿Como os va todo? Sara dice que habéis mejorado un poco.

Carraspea.

¿Habéis notado alguna cosa extraña en estos días? Según los informes estáis en las ultimas etapas de vuestra ... llamemoslo, condición. Pronto deberías ser readmitidos en la sociedad y volver con vuestros padres. - Dice con una sonrisa de pega. - ¿No habéis notado ningún cambio?

Sara os observa desde detrás algo nerviosa, sabe que sois poco dados ha hablar (no estaríais por aquí) y espera ansiosa que demostréis que últimamente habéis mantenido alguna conversación con ella.

Breil mira extrañado a James ante su advertencia, pero decide hacer caso a su juicio, ó intuición. No les dice nada a sus amigos porqué ya saben que siempre se puede contar con él y nos les meterá en un brete a conscientemente.

Se sienta en la silla que la profe y el hombre de la perilla les han indicado, de modo disciplente. A Breil, la perorata del señor le da prácticamente igual, excepto cuando hace mención al retorno a casa.

- ¿Vamos a volver con nuestros padres? ¡Qué guay, qué bien! ¿Y cuando, hoy, mañana, pasado? ¡Tíos, tíos, tenemos que mantenernos en contacto, cuando salgamos! - la excitación de Breil es inmensa, ya que lo que más desea es reencontrarse con sus progenitores lo más pronto posible.

Por un momento James lo tenía muy claro, no quería explicarle nada de lo ocurrido a ese desconocido. Tal y como había formulado su pregunta a la señorita Tancredi le generaba muchas suspicacias, y no las tenía todas con lo que podía pasar si contaban algo. Además, estaban sus propias ganas de abandonar ese antro y de reencontrarse con su familia.

El problema estaba en que la seguridad de su razonamiento se empezó a tambalear en cuanto se dio cuenta de un hecho: Si abandonaba ese sitio y regresaba con su familia, lo más probable era que no volviera a ver nunca jamás a sus amigos. Y ellos eran los únicos amigos de verdad que había tenido en su vida. En realidad, desde que se conocieron la conexión empática había sido total y con el paso del tiempo solo había hecho que fortalecerse aún más si cabía.

James se quedó por unos segundos parado pensando en qué hacer o decir...

Miró al hombre entre extrañado y divertido. Víctor no sabía qué hacer, últimamente se encontraba mejor y el estar con sus amigos hacía que no extrañase a sus padres. Por otro lado la institución era deprimente y no ayudaba a sus ya de por sí pocas dotes para la comunicación. Además, es normal ver cosas raras de vez en cuando. La mente puede jugarte malas pasadas y eso no lo puede solucionar nadie...

Señor...¿ De verdad que si hemos progresado podremos volver con nuestros padres? Hace mucho que no los vemos. ¿Por lo menos no podrían visitarnos? Les echamos de menos.

Todo ésto lo dijo con cara de niño bueno, casi entre lágrimas. Sus padres no son los mejores del mundo, pero son sus padres. Victor tenía ganas de verlos. Quería que le contaran qué habían hecho en su ausencia y qué cosas había hecho él. Por fin tenía amigos, y eso era algo que quería contarle al mundo entero.

El hombre se mostró satisfecho.

Efectivamente veo que ya habláis e incluso mostráis emociones. Parece que estáis llegando a una madurez mental.

Una mirada rápida a Sara da muestra que parece haberse relajado.

El hombre mueve unos cuantos papeles hasta que parece encontrar uno que lo satisfaga.

¿Se relacionan ya con los otros niños del centro? - La pregunta va dirigida a la mujer, que niega con la cabeza sin decir nada.

Mmmm ... prepararé unas pruebas para mas tarde.

Sara os espera fuera del despacho con la puerta abierta y una sonrisa.

Venga chicos, vamos a la clase C-12 que toca matemáticas.

James sale del despacho con el ceño fruncido. Algo no le ha terminado de cuadrar en la entrevista:

Escucha Sara, ¿porqué ese señor preguntaba si hablábamos con los otros niños? Aquí no queda nadie más que nosotros... ¿verdad?

Insight de James

Sara sonríe.

Se refiere a los otros niños que están en el centro y que ya se han ido. El agente Benneck no está muy al corriente del estado de la institución.

Cuando había otros niños nunca habíais establecido una relación entre vosotros.

... sí, ya...

James sigue al resto con la vista perdida a un lado mientras recuerda las voces que había escuchado por la mañana.

- ¡Sí, sí, vamos a clase de mates! - exclama despreocupado ante las tribulaciones de los adultos.

Cómo me molan las ecuaciones. Tengo unas ganas de que el tiempo pase rápido para volver a ver a mis papis.

Breil sale zumbando a la sala indicada por la profesora.

Pasan las horas mientras os dedicáis a realizar clases con Sara.

Como siempre están transcurren en aulas completamente vacías y con aspecto de estar en las ultimas, aunque al menos eso os permite tener una educación mucho mas personalizada. 

Por las ventanas entra la luz mortecina de la ciudad, con el largo panorama de rascacielos que siempre habéis visto desde detrás de los cristales y no sabéis nada de el.

Por un momento, unas densas nubes pasan por donde está el sol, bajando notablemente la luz que proviene del exterior ... es una tontería pero a casi todos os llama la atención y os distraéis mirando las nubes mientras Sara continua escribiendo en la pizarra.

Algo te golpea la cabeza, algo muy ligero.

Te das la vuelta y un avión de papel que ha venido de atrás es la causa del golpecito ...

No hay nadie detrás.

James se queda perplejo.

Después de pasar unos segundos buscando inútilmente por el fondo de la clase, e intentando que Sara no lo vea, recoge el avión y lo despliega por si hubiera algo escrito.

Después, aprovechando los momentos en que la profesora esté de espaldas a los chicos, intentará hablar con Breil y/o Victor si están cerca. Si no es así, cogerá lápiz y papel para escribir lo que quiere decirles.

Aquí están pasando cosas muy raras. Tenemos que hablar cuanto antes. Creo que no estamos solos.

Al coger el avión puede oír extrañas risas de niños con un efecto ... algo distorsionado, como lejano y vacío.

Pero no hay nada escrito en el avión.

Aprovechando los momentos en que la profesora esté de espaldas a los chicos, intentará hablar con Breil y/o Victor si están cerca. 

Aquí están pasando cosas muy raras. Tenemos que hablar cuanto antes. Creo que no estamos solos.