Partida Rol por web

Carleon, Avalon 1669

Las estrellas comienzan a aparecer en Carleon en el sur de la costa de Avalon, la capital misma de la Isla. El peligroso barco pirata llamado Walrus ancla a una distancia prudente del muelle mientras varios miembros de la tripulación son enviados por provisiones y a sondear el lugar antes de que el resto de los hombres del Capitán Flint desembarquen en busca de un breve descanso y por jennys, además de reclutas nuevos para el Walrus.

La taberna "El Kraken" ya se encuentra en servicio con pocos parroquianos ya pasados de copas mientras el ambiente se comienza a caldear con el encendido de candelabros y la música inunda alegremente aquel ambiente entre ron y aguamiel especiado.

Madame Jhaemee se acerca a Marie Reed  luego de recoger varias sobras de ron y devolverlos al barril principal en la cava de la taberna.

-¿Crees que pase esta vez a saludarte Marie?...- Le pregunta a la dueña del lugar mientras observa como Marie Reed finge estar contabilizando las ganancias del día anterior en el lugar más acogedor y alejado de la taberna, reservado para un invitado especial.

Decidido a empezar de cero. Billy había tomado la decisión de que una vez que hubiera desembarcado en Carleon, ya no volvería a subir al barco. A él no le gustaba como manejaba las cosas el capitán, y su relación con los demás hombres no estaba en los mejores términos. Así que cuando Billy escuchó que otro barco estaba reclutando en Carleon, decidió ir a investigar. Mucho se sorprendió al averiguar que la embarcación que buscaba tripulantes era ni mas ni menos que el famoso Walrus.

Queriendo probar suerte, Billy busco entre las calles de Carleon la posada donde se decía que el capitán del Walrus estaría reclutando. Finalmente, dio con el letrero que anunciaba la entrada a la taberna Kraken y entró en ella. Debido a que no conocía al Capitán Flint en persona, el pirata se sienta en la barra, coloca una moneda frente a él y dice - Dame algo de beber, ¿quieres?- 

Billy mira sobre su hombro, como buscando a alguien que pudiera ser Flint, pero al final, vencido, decide preguntar a la persona que esta del otro lado de la barra - Oye, estoy buscando al capitán del Walrus, ¿sabes donde puedo encontrarlo?-

El joven permanecía sentado en un rincón del local. Buscaba algo de privacidad para ordenar sus ideas. Hacía una semana que había llegado a puerto en el mercante Coloso, y no tenía intención de volver a pisar la cubierta de aquella embarcación. No creía que fuera bien recibido por el cocinero de aquel barco. No después de haberle sacado un ojo con el pela patatas.

Distraídamente jugueteaba con una sucia taza de peltre. Estaba alargando su contenido más de lo que hubiera deseado, pero su bolsillo se encontraba escaso de monedas.

Y eso era un tema importante. Tenía que buscar una forma de volver a llenar sus bolsillos. Y con urgencia.

Mientras su mente máquina una y mil formas de ganarse el pan, observaba a los parroquianos del lugar. Embozado en un viejo y raído sombrero de tres puntas, que ni por todos los reales del mundo hubiera sido capaz de recordar de donde lo había sacado.

Después de amarrar el bote en el muelle el señor Pew sigue a Leonorilda Bolucci en busca de provisiones y reclutar posibles miembros para completar la diezmada tripulación del Walrus después del último abordaje.

De pronto ya casi para llegar al Kraken, el señor Pew tropieza con un mozo tras distraerse con la sonrisa de un par de Jennys que saludan apenas lo ven. El tropiezo ha sido lo suficientemente fuerte para que el hombre de Flint caiga al suelo.

-¡POR LA MADRE DE LAS MIL MAREAS, FÍJATE POR DONDE ANDAS BRIBÓN!.- El marinero se levanta rápidamente y se sacude el polvo de sus andrajosos pantalones, escupe muy cerca de donde ha caído el estropeado tricornio de John Silver.

Una esbelta figura se desliza de manera felina hasta donde se encuentra Billy Bones, el olor a fresco jazmín uqe emana de la castaña cabellera de Melissa no puede pasar desapercibido. -No deberías preocuparte por eso cariño, el capitán Flint no tardará en aparecer por aquí...- su dedo índice se desliza jugueteando por su hombro mientras la jenny mira de manera seductora a los ojos del marinero recién llegado.

Aquel día es especial para mi, con todo el movimiento que va a generar la presencia del Capitán no sólo a mi taberna sino en mi interior, prefiero tener todo acomodado para su recibimiento. Por suerte o gracias al Dios de los Mares, siempre tengo gente que viene a mi pequeño rincón, muchas veces es necesario mostrar la bravura que una mujer puede esconder y otras con un poco de sutileza y buen rollo, se logran grandes cosas. 

Por esa razón es que hoy estoy especialmente de buen humor, se han dado todos los parámetros para que lo esté y aprovechando el tiempo muerto que tengo mientras espero, me dispongo a contar un poco dinero en aquel apartado de la Taberna el Kraken así la espera no es demasiado larga. 

Al escuchar la voz de una de mis meseras, desvío la mirada hacia ella con una sonrisa muy bonita. 

- No sé, todo augura que si. Ya has visto la Taberna como se está poniendo de gente, es un beneficio mujer. Uno muy grande. - digo algo evasiva. 

- Disculpe, me era mi intención hacer tropezar, sin hacer movimiento alguno, a tan ilustre caballero. Dijo sonriendo sarcásticamente mientras recogía su viejo tricornio. 

- No tengo el placer de conocerla, sin duda una suerte para mí... El joven miró a su alrededor, como si buscará algo o alguien.

No sabía porque, pero le daba en la nariz que aquel tipo le traería problemas.

- Si me disculpa, tengo asuntos que atender... Su mirada se había fijado en la mujer, que apartada, hacía caja. Sin duda la dueña del local. Una idea se le había dibujado súbitamente en la cabeza. Con suerte podría salir de aquella situación.

-... Tengo asuntos que atender con la dueña del local. Añadió. 

Dicho esto, y sin esperar respuesta, cogió su taza de licor e intentó acercarse a la mujer en cuestión. Tenía algo en mente que proponerle. Y a lo mejor, con suerte, aquel tipo le dejaría en paz.

          - Por favor señor Pew no busque tan rápidos problemas en este lugar!    El capitán nos ha mandado aquí para cubrir ciertas necesidades nuestras y solo hasta que las hayamos cubierto considero que debemos mantenernos con un perfil bajo si es posible, tal vez antes de cubrir las necesidades mas apremientes nos podemos dar la oportunidad de analizar las posibilidades existentes en este lugar! -     Le susurra la bella Leonorilda al marinero aun molesto con Jhon Silver, mientras que le sonríe a este tan solo por un momento, antes de comenzar a revisar y a anlizar con la mirada a cada uno de los presentes, tratando de ubicar al dueño del lugar y a los tipos mas visiblemente peligrosos para realizar sus siguientes movimientos dentro del lugar, solo tras eso se encamino tomando del brazo al marinero que le acompaña hacia la barra para solicitar una mesa privada y con buena vista del lugar

Mascullando varias mala palabras el timonel del Walrus le dedica una fiera mirada al joven que se aleja, para luego calmarse ante las palabras de su oficial de intendencia a la cuál respetaba profundamente luego de haber demostrado su osada valentía en mas de una ocasión arriba del Walrus.

Pew vuelve a escupir a un lado del camino para referirse a John Silver agregando.-Tienes razón Leon... creo que ese mozo ni de cocinero serviría en el barco más miserable de todo Carleon, vayamos entonces al Kraken, tengo ganas de saludar a Melissa y también tengo un encargo del capitán Flint para con Rouge.-como la tripulación se refería a Marie Reed-

Silver relentizó su paso al oir las palabras del marinero baboso. Que problema tendría en las encías para andar escupiendo sin parar? La verdad es que a John se le acudían algunas enfermedades que sin duda podía estar sufriendo aquel tipo mal varado.

Al ver alejarse a los dos hombres, se acercó a Leonorilda con cierta precaución. La mujer parecía con más seso que sus acompañantes. 

- Disculpe señorita. Dijo edudacademte y no sin cierta precaución. - Es posible que busquen tripulación para un barco? Me ha parecido entender tal cosa de la balbuceante boca del tipo aquel que no sabe caminar recto. Añadió con un gesto de cabeza en dirección al Sr. Pew.

- Ciertamente estoy buscando tripulación a la que enrolarme.

Y me encuentro allí haciendo aquel recuento sobre las ganancias de mi Taberna o simulando que estoy con ello cuando al parecer se acerca un hombre (John), pero ante la presencia de aquella mujer que me tiene tirria no sé de donde, me encojo de hombros y continúo con lo mío. Quizás cuando termine con ella se acerca para iniciar la conversación que al parecer quería tener conmigo. 

No obstante desvío la mirada hacia la puerta, el Capitán aún no ha aparecido y me resulta extraño. Tal vez no es su intención bajar de la embarcación y hará el reclutamiento alguno de sus lacayos. Como sea, el lugar se va llenando de gente y la verdad me viene de perlas por los beneficios económicos que acarrea. 

Sólo que al escuchar la voz de aquel tripulante del Walrus, me incorporo de la silla y voy caminando hacia él a través de un cadencioso vaivén de caderas y una actitud agradable. Seductora, pero también intimidante. 

—¿Has pronunciado mi nombre? — pregunto a Sr. Pew —. Sigue mis pasos. 

Y le indico que me acompañe al lugar en donde me encontraba antes.

Pew se adelanta para entrar a la taberna dejando a Leonorilda platicando con el mozo con el cuál habría tenido un pequeño incidente antes de entrar al Kraken.

Luego con una sonrisa un poco desdentada a pesar de ser relativamente joven, el marinero hace una reverencia y de entre sus ropas saca un papel doblado -Esta vez el capitán no me pronunció ninguna otra orden señorita Reed solo que le entregara esto...- le extiende la carta sellada con el monograma de Flint, vuelve hacer una reverencia y se despide girándose hacia la barra en busca de Melissa su jenny preferida.

Al abrir la carta del puño y letra del capitán Flint había una cuantas líneas escritas.

"La última vez que presencie tu mirada al zarpar mi corazón se quedó contigo,

el olor de tu piel se quedó impregnado en todo mi ser mientras las estrellas

se iban apagando una a una cada noche extrañando tu calor, amada Marie,

te estaré esperando en la habitación principal del Kraken, para recuperar

mi corazón y devolverle al cielo todas esas estrellas robadas."

                                                                                        Capitán Flint.

Pew se acerca hasta donde se encuentra Melissa acompañando a un marinero con pinta extranjera. Colocando un codo sobre la barra se dirige al rubio acompañante de la jenny. -Este lugar ya esta ocupado forastero, toma tus monedas y busca calor en otro lado...- luego trata de abrazar a Melissa sin prestarle mayor importancia al acompañante de ella.

Al notar que Pew se acerca a la barra Melissa pone los ojos en blanco haciendo notar su enfado al escuchar el tono del marinero dirigiéndose al forastero. -¡Basta Pew!... él ha llegado aquí antes que tú, déjanos en paz.- la chica trata de esquivar el abrazo de Pew con un semblante de disgusto reflejado en su rostro.

La reverencia que me ofrece aquel hombre es aceptada con respeto y al coger el sobre me dirijo hacia mi pequeño despacho para leerla un poco en intimidad. Sin poder evitarlo una sonrisa se va dibujando en mi rostro a medida que voy leyendo, haciendo que esa dureza habitual en mi desaparezca tenuemente para transformarse en una expresión plagada de felicidad y anhelo. 

Rápidamente prefiero guardar todo en el cajón de mi viejo escritorio que está bajo llave y tras colgar la misma en el cuello sólo para perderse la misma en el interior de mi escote, decido emprender el camino hacia el lugar en donde he sido citada. 

—Jhaemee, estás a cargo —indico a la mujer. —¡Melissa! Ayúdala, vuelvo en un rato. 

Sin ofrecer mayor explicación dadas las circunstancias, acomodo un poco el vestido para estar presentable además del cabello que rojo fuego, ahora luce coqueto sobre uno de mis hombros. A paso decidido, sinuoso y muy sensual me dirijo por aquel camino directo hacia mi destino cumpliendo con el mensaje de la carta.

No pasa desapercibido el cambio de actitud de Marie al recibir aquel mensaje de manos del marinero problemático. Una sonrisa cómplice aparece cuando la dueña de el Kraken le indica que ayude a una de sus jennys desapareciendo misteriosamente de la taberna. -No te preocupes Marie... Pew no dará mas problemas.-

Jhaemee se dirige contoneando sus cadenciosas caderas de manera natural se coloca detrás del señor Pew a un costado de la barra. -No querrás continuar con esto Pew, o si no tendré que decirle a tu oficial que mis jennys estarán prohibidas para la tripulación del Walrus por marineros pocos corteses como tú y tu comportamiento.- Los ojos de la madame son como dos carbones encendidos por el enojo que la actitud del timonel ha tenido hacia Melissa y aquel nuevo cliente del Kraken.

Mi corazón late desbordado de emoción al notar aquella silueta entrecortada entre claroscuros que apenas se distingue por la débil iluminación de un par de candelabros recién encendidos en la estancia principal de su taberna. Un viento fresco mueve las delgadas cortinas colgando desde la ventana por la que me he deslizado dentro de aquella habitación.

Las primeras estrellas de aquella tarde noche comienzan a aparecer cómplices de nuestro encuentro.

Apenas veo a mi amada Marie, la sujeto de la cintura y suavemente la repego a mi cuerpo mientras la fresca fragancia de una rosa roja recorre su rostro.

-Nada tan rojo como tu cabello amada mía.- Me aparto un poco para con una reverencia entregarle aquel botón bermellón apenas abierto ofrendado la radiante Marie Reed, mi único amor verdadero.

-Decidí esta noche no compartir con nadie más que contigo este preciado momento, esta breve visita a Carleon.- Vuelvo a tomar aquella deliciosa y breve cintura entre mis manos acercándola delicadamente para fundirme en un húmedo y apasionado beso de bienvenida, pues aquellos labios han sido los culpables de eternas noches de vigilia en alta mar y de una sed inclemente que ni el ron más puro pudo calmar.

Mis manos se deslizan por las eternas y delirantes curvas de su cintura buscando su cálida piel deshaciéndome, o al menos tratando de librar las mil y una agujetas que atrapan la parte media de su corsé.

Mientras mis labios han dejado atrás su boca para encontrarse navegando en su cuello, probando nuevamente aquel embriagante sabor que más de una vez me ha perdido por completo.

          - !Es posible caballero que nuestra embarcación requiera algunos miembros nuevos para nuestra tripulación para partir en el siguiente viaje, pero una de las condiciones que deberá comenzar a cumplir para ello será convencer al marinero del que se refiere que es una buena opción, claro ... además de indicarme su nombre, edad, profesión, nacionalidad y experiencia ... una vez que ocupe una mesa en el Kraken! -     Responde Leonorilda Boluci a Jhon Silver con una sonrisa y voz segura antes de continuar al interior de la taberna para alcanzar a Pew  justo cuando le daba el recado a Maria Reed, entonces asintió suponiendo el encargo que le había dado el capitán y solo le susurró a la pelirroja cuando paso cerca de ella:

         - Te ves realmente guapa preciosa!    Por favor salídame al capitán y por unas monedas permíteme vaticinarte tu futuro tras leerte unas cartas cuando regreses! -    Sonríe la pirata mientras que camina hacia a Pew cuando la bella Jenny le desdeñaba, entonces les sonríe a las chicas y niega con la cabezaantes de acercarse mas a su camarada para susrrarle:

         - Como veo que ya le entregaste el encargo del capitán, así que por favor ayudame a elegir correctamente con tu experiencia a la tripulación que necesitamos para partir de nuevo con el Walrus desde una mesa privada con algo para beber y comer por favor chicas, en lugar de tener que buscar a quien cubra tu puesto también!       ¡Así que estoy segura de que mi camarada será mas educado con tus Jenys desde ahora preciosas! -   Termina por decir Leonorilda con voz mas alta para solicitar a las chicas que los atiendan como es debido