Partida Rol por web

Era Jasper... Pero no lo era. Todos los supisteis inmediata. Sin embargo, Eso necesitaba acercarse, necesitaba entender.

La sonrisa del muchacho que ahora aprecia rodeado de aquella especie de nube de energía, y que contenía un aire místico, parecía contento y satisfecho, todo lo contrario que Rai, que había perdido el ánimo recién recuperado al no comprender que ocurría.

-Silverlake no me ha hecho nada. Lo que soy es debido a el. Este fue siempre mi destino, y también el vuestro, si os quedáis aquí, porque vuestra energía emana de todo este lugar y está deseando regresar. Todos menos Sabrina. Ella no tiene vida. Ella está solo presente como un eco y gracias a vosotros.

A pesar de todo, Jasper seguía.sonriendony mostrando a quel ánimo. Incluso después de haber hablado de Sabrina, sus ojos se dirigieron, brillando, hacia Rai.

Mis hermanos del bosque.Ellos no me dijeron que vendrías pero estáis aquí y me siento muy feliz. Vosotros también podéis estarlo si os unis a nosotros. Juntos somos mas fuertes, el bosque es más fuerte y poderoso, porque hay muchas amenazas, un poder más oscuro que cualquier otra cosa, que lo amenaza. Es la nada, capaz de destruir todo rastro de vida. Pero con vuestra energía, seremos.mas fuertes. Venid conmigo.

Tras decir esto, Jasper alargó los brazos y comenzó a acercarse a todos, y en especial a Rai.

Tan desesperado estaba, tan preocupado por el súbito estado de Lorelai, tan superado... Y por qué no decirlo, tan enfadado, con el corazón bombeando a mil por hora, sintiendo ese intenso calor en el rostro, en el pecho, a medida que todo mi cuerpo se ponía tenso... Que apenas fui consciente de la voz de Lorelai hasta que noté que algo me agarraba del brazo.

Sólo entonces fui plenamente consciente de lo que me disponía a hacer, lanzarme contra una de aquellas figuras fantasmales, mujeres sin rostro envueltas en tan luminoso fulgor, las responsables de lo que a Lorelai atenazaba de aquel modo. Sin armas, sin nada, a punto había estado de saltar sobre una de ellas. Ni siquiera sabía si pensaba agarrarla, derribarla o golpearla. Sólo sabía que le estaban haciendo algo malo a Lorelai, y que haría lo necesario para que eso cesara.

Pero entonces, antes de alcanzar a dar dos pasos en dirección a una de ellas, un tirón en mi brazo me hizo volverme, y ahí estaba ella, implorándome marcharnos de allí. Con la mirada encendida y la respiración entrecortada, me quedé mirando si rostro, dándome cuenta a su espalda de cómo aquellas figuras se desvanecían regresando al bosque, a sus sombras, a las hojas y al viento. En apenas un instante, Lorelai y yo volvíamos a estar solos, y yo intentaba recuperar la calma.

- ¿Estás bien? -Quise saber, sujetándola de los brazos con cuidado y agachándome para mirarla a los ojos a la misma altura- Vayámonos, sí, será lo mejor. Pensé que... que te habían... No lo sé.