Partida Rol por web

Le devuelvo la mirada dolida. Ya no sonrío, sólo mi tatuaje siempre fiel, siempre ahí. Ella manda, ellos obedecen así deben ir las cosas aquí abajo.

Supongo que este sireno solo me besó porque ella se lo ordenó. Me necesitaban viva por lo visto. Claro. Fue eso. Si no imposible ¿quién haría eso? Todo va cobrando algo más de sentido. Desde luego ella me ha mirado con recelo, cada vez que ha hablado me ha increpado algo, no hay nada bueno de ella hacia mí.

Desvío la mirada de él y miro a la mujer. No digo nada.

Negó con decepción cuando descubrió cómo habían actuado rápidos e impulsivos, poniéndoles a todos en peligro. Escuchó a los otros dos, quienes parecían compartir la decepción de cierto modo.

Es un monstruo -señaló hacia donde tenían al humano-: tiene rostro de tiburón. ¿O acaso es un mago?

No le gustaba en absoluto la situación, y menos aún los implicados.

¿Dormirla? ¿'Eso' es una hembra? -no daba demasiado crédito- No importa.

Tu hermano es el líder -ahora miraba a Orien- y yo sólo soy un... plebeyo -rió-. No hay poner escuchas.

Como yo lo veo tenemos la opción de colaborar en el secuestro, entregarnos alguno de nosotros para ver si así los humanos se calman, enfrentarnos a nuestros amigos y hermanos o buscar a los ancianos e informar del error en el propio arranque de la misión. Estoy dispuesto a encargarme pero... ¿cómo lo veis vosotros?

Cualquier otra cosa sería o esperar o enfrentarnos. Además, Nay iba a buscar humanos como quien busca sardinas. Así que diría que ya está todo bastante jodido.

- ¿Qué Naya qué...?- digo antes que nada sorprendido por lo último que dice Enna. La verdad es que no sabía de que me sorprendía, la chica siempre había sido demasiado inocente.- Bueno supongo que Xio la podrá mantener bajo control mientras nosotros decidimos que hacer aquí...- continuo más calmado y centrándome en las ideas expuestas por el pelirrojo.- No veo como entregándonos uno de nosotros vamos a conseguir calmar las cosas, más bien solo empeorarían y además no sabemos lo que harían con él que fuese. Por otro lado no me fío de los Ancianos pero si lo crees necesario no te lo voy a impedir. Al fin y al cabo no hay ningún control en esta misión. Sea lo que sea que decidáis, debe ser ahora. Ese de ahí sera un idiota pero es mi hermano así que me voy a tener que intentar aunque sea paliar sus líos.- me río durante un segundo al darme cuenta de un detalle.- Y yo que pensaba que el que iba decepcionar a Madre de los dos iba ser yo...

- "Parecía" una. - respondió a Enna, volviendo a mirar a esa criatura para asegurarse de que no había vuelto a cambiar - No había visto nada así antes...

Esperó a que los tritones debatiesen nuevas ideas, mientras permanecía atenta a los movimientos del otro grupo. 

- No vamos a entregarnos. Sería mucho peor de lo que le puedan hacer a la humana... Por lo menos parece que no la van a arponear. - Amelia dejó escapar una risa casi ácida, mientras se cruzaba de brazos - Ahora que somos tres, es más posible que funcione el plan de Orien. Nos acercamos, evito que la humana nos vea y conseguimos que vuelva a la superficie. Si consigues que Azariel entre en razones, bien, y si no... - la sirena se cortó en sus propias palabras - Habrá que hablar con la Anciana de todas formas, ¿verdad? Ya se encargará ella de decidir qué le ocurre... Mejor ella que los humanos. 

Miró a ambos, sin estar muy segura de cómo funcionaba su maravilloso consejo. Lo único que esperaba es que pudiesen solucionarlo de una forma u otra. 

- No me importa que me vea y tal vez si me ven a mí sola no les parezca una "amenaza". En cuanto esté allí, le taparé los ojos a la humana o le diré que los cierre y podréis acercaros sin peligro. 

La sirena esperó un momento por si alguno tenía alguna objeción al respecto y luego se marchó nadando hacia el grupo de los tres que tenían a la humana.

Eneas temía que Ligeia se crease una idea errónea. En realidad, según parecía, todos ellos, humanos y sirenas, iban a necesitarse para averiguar qué estaba sucediendo. A pesar de que los tritones debían ocultar su existencia al mundo, tal como las lecciones del pasado les habían enseñado, tendrían que entrar en contacto con el mundo de la superficie para aclarar todo y terminar con los ataques. Cada vez estaba más claro que no iba a quedar más remedio.

—Ligeia, no queremos que te lleves una idea equivocada— Eneas miró a Azariel mientras intentaba de explicar un poco más la idea hacia la que creía que se dirigía su compañero—. Tú saltaste a nuestras aguas sin miedo y has encontrado respuestas fascinantes a uno de los misterios del mundo. Pero... necesitamos tu ayuda para resolver estos extraños ataques. Como dice Azariel, esperamos que puedas regresar con los tuyos. La cosa es— durante un par de segundos el tritón dudó cómo plantear el asunto— si nos ayudarás a caminar y movernos por la tierra, y entre los tuyos, para conseguir detener estas muertes. Nosotros estamos tan interesados como vosotros en que terminen. Y tú, Ligeia, eres la clave para que podamos lograrlo. Disculpa nuestra manera de actuar, pero estamos demasiado acostumbrados a ocultar nuestra existencia ante los de tu especie. Nuestra modo de vida, por desgracia, pasa por vivir con la carga del escondernos...

- No estoy seguro pero aún desde aquí sus marcas en la cara me recuerdan a las que tiene Azariel por el cuerpo, así que es posible que solo sea eso una marca. El porque se la hizo ya es otra pregunta de la que me preocupare más tarde.- decido decir al ver que los otros dos se preocupaban demasiado por algo que aunque destacable perdía importancia ante lo demás.- No me parece buena idea que te vea el rostro pero si estás segura adelante, esperaremos tu señal y nos acercaremos a intentar solucionar esto.

No era un plan perfecto si es que siquiera era un plan pero era lo mejor que se me ocurría.

Veis que Amelia se acerca hacia vosotros nadando de forma que la humana le de la espalda

Azariel captó la mirada dolida de la humana pero desconocia el motivo. Parecia tan feliz hacia unos momentos y ahora... Él habia sido sincero con ella. Desde el principio le dijo que era una prisionera pero si ayudaba le devolveria su libertad. Quizás no hablaba su idioma tan bien como él se pensaba

Pero Eneas de nuevo volvia a ayudarlo. Él si parecia exlicarse mejor. Miró a Ligeia expectante esperando ver en su rostro esa alegria, la que se habia esfumado, al saber exactamente que es lo queria su gente, que no hubiera guerra. Vivir en paz como hasta hace poco.

Por el rabillo del ojo vió venir a Amelia. Sin saber muy bien porque, sintió la necesidad de adelantarse y cubrir con su cuerpo a la mujer. La sirena habia dicho antes que no queria hacer daño a los humanos, pero no recordaba si ella estaba conforme con entablar contacto con los humanos y no queria arriesgarse.

Sonrió esperando a que llegara hasta ellos aunque se podia sentir cierta tensión en su cuerpo mientras miraba más allá del mar. ¿Quizás temia ver aparecer a alguien más?

La sirena llegó por fin hasta el grupo y ladeó la cabeza con curiosidad, observando las piernas de la humana que estaba con ellos. 

- Así que por eso tardabais tanto... - murmuró, dedicándole una triste sonrisa a Azariel - ¿No se suponía que íbamos a esperar hasta la noche? ¿O a que estuviera sola? Por si no os habéis dado cuenta había varios botes más arriba, así que la estarán buscando... - la sirena se cruzó de brazos y se quedó al lado de Azariel, sin perder de vista a la humana - Hacía tanto que no veía a uno... No te preocupes, no la voy a hacer daño. Eso sólo nos traería más problemas.

Levantó las manos, atenta a la mirada que le dedicaba el tritón y se acercó con cuidado a la humana, tomándola por los hombros, todavía de espaldas.

- Buenos días, cosita con piernas. - sonrió divertida, hablando esta vez para que la humana pudiese entenderla - Déjame echarte un vistazo...

Como si de una inspección médica se tratase, las manos de Amelia recorrieron el cuerpo y los brazos de la humana, estirándolos con cuidado y pasando un dedo por su superficie, comprobando que no tenía escamas. Finalmente, en una especie de arrebato, Amelia la abrazó y la estrechó contra su cuerpo, hundiendo la cara en su cuello unos segundos, sonriente.

- Perdón. - dijo apartándose un poco de ella, mientras estiraba los brazos hacia arriba - Es que me ha sorprendido tanto verla aquí... Estábamos preocupados por vosotros. - les miró seriamente, frunciendo los labios.

Antes de que Ligeia pudiera darse la vuelta, notó unas manos sobre sus hombros y una voz femenina, dulce y cantarina, a su lado.

- Buenos días, cosita con piernas. Déjame echarte un vistazo... 

Las manos de la recién llegada recorrieron sus brazos, tomándolos con suavidad y pasando sus dedos sobre ellos. Las manos volvieron a bajar por ellos, pegándose al cuerpo de la mujer y tocando en más de un lugar inapropiado para ella. La voz soltó una pequeña risilla, contenida, antes de abrazarla y estrecharla contra ella, hundiendo la cara en su cuello, susurrando.

- No estás nada mal... ¿Pero sabes una cosa? Deberías cerrar los ojos, los humanos sois muy sensibles a la sal... ⁽¹⁾

Al instante, la sirena se volvió a apartar, terminando ese contacto con ella.

- Drama... - la humana le había salido dramática en su forma de actuar y ante el cambio de parecer, Eressëa le dedica una perspicaz mirada desde ese silencio que ella misma se había sumido. Uno que sólo se veía interrumpido por la presencia de Amelia o los diálogos que mantenía con su propia especie. Ante todo lo sucedido se limitó a dar un ligero coletazo mientras que los tritones hablaban con la joven, le inquieta la espera, que se alargue mucho esto a sabiendas de que se está gestando una cacería donde los habían puesto como culpables. 

Aquello no estaba para nada bien, no cuando el grupo había iniciado una búsqueda y la intención era otra, cuestión que la lleva a otros planteos, unos que se guardará para más tarde cuando estén a solas. 

Había llegado su amiga y ante la reacción defensiva de Azariel, Eressëa le dedica una intensa mirada para luego decirle que la deje hacer. Tenía que saciar su curiosidad y permitirse explorar, aunque sea para la sirena una verdadera pérdida de tiempo seguir reteniendo a alguien que ya ha dicho todo y sólo será drama lo que saldrá de sus labios mientras sus dispares reacciones confunden aún más. 

- Arreglar todo y liberarla, estamos perdiendo el tiempo. - responde en un tono determinante, había un plan y era momento de seguirlo, más aún si había botes buscando a la joven. Dilatar un tiempo que llevaría a la desconfianza a los humanos, sería riesgoso para las sirenas y los tritones. - No nos sirve, y los humanos se pondrá violentos si no aparece porque ya están alertas por los ataques. No podemos fomentar una guerra ahora mismo, más aún cuando ellos creen que nosotros la hemos iniciado. - agrega para lanzar un poco de conciencia a todos en general. 

Era divertida, cálida y todo la humana, pero ahora era un objeto de peligro.

La mirada de la humana oscila entre Azariel y Eneas, sonríe ligeramente a ambos y entreabre los labios para responder, la sirena rubia murmura una palabra que no logra comprender muy bien en esta conversación, la mira extrañada. Azariel se mueve cubriéndola, como protegiéndola de algo. Cuando la otra sirena aparece de repente Ligeia mira a Azariel preguntándose qué pasa, no mira a la sirena, se queda muy quieta; si él la ha cubierto de ella, por alguna razón sería.

Intranquila intenta volver a cogerlo pero la sirena nueva se interpone así que no logra sujetarlo de la mano. Su brazo se estira, su mano vacía se abre al agua.

Desvía la mirada hacia la morena, revolotea alegremente. confundida ya no entiende nada; la sirena la toca, la abraza, le susurra cosas al oído. Comprende que como prisionera ellos harán lo que quieran así que con los ojos fijos en él y la mente hecha una madeja de pensamientos. Asume las órdenes que le ha susurrado la morena y cierra los ojos aún sin responder a Eneas.

Echó varias miradas más por detrás de donde había venido Amelia pero parecia que nadie más aparecia, luego se volvió con calma hacia la sirena alzando una ceja divertido al ver como inspeccionaba a la humana

- Mi bella Amelia, no tendria que daros explicaciones, pero lo haré porque realmente, ser el hijo de Ryna nunca ha influenciado mi forma de ser - hizo una ligera pausa mientras miraba la mano extendida de la humana - Ella misma se lanzó al agua. Desconozco el motivo, pero tenia los ojos cerrados. No parecia buscar nada. No ibamos a desperdiciar el regalo que nuestro dios nos habia enviado ¿no crees? -  sonrió con picardia mientras se deslizaba con un par de coletazos hasta colocarse de nuevo al lado de la humana

- No preocupar ninguna. Llevar a tierra. Solo - habló en el idioma de los humanos mientras se señalaba el pecho y su tono de voz sonaba endurecido mientras sus hombros se erguian demostrando que no iba a ceder.

- Ver nostros donde madre luego - miró a Eneas esperando su respuesta. Esperaba que al menos él le apoyara pero tampoco lo conocia mucho
 

Echó varias miradas más por detrás de donde había venido Amelia pero parecia que nadie más aparecia, luego se volvió con calma hacia la sirena alzando una ceja divertido al ver como inspeccionaba a la humana. Habló en su idioma a la recién llegada mientras miraba la mano extendida de Ligeia con gesto indescifrable. Luego sonrió con picardia mientras se deslizaba con un par de coletazos hasta colocarse de nuevo al lado de la humana

- No preocupar ninguna. Llevar a tierra. Solo - habló en el idioma de los humanos a pesar de que miraba a Eressëa y a Amelia mientras se señalaba el pecho y su tono de voz sonaba endurecido mientras sus hombros se erguian demostrando que no iba a ceder.

- Ver nostros donde madre luego - miró a Eneas esperando su respuesta. Esperaba que al menos él le apoyara pero tampoco lo conocia mucho

Eneas pensó bien sus palabras antes de intervenir. El resto de sus compañeros debía conocer la información que habían averiguado, aunque, por desgracia, no era demasiada ni valiosa. Sus siguientes palabras fueron en la lengua de los de su especie, para evitar que Ligeia lo entendiese. La joven tenía cambios de humor algo repentinos, que no tenían mucha explicación para el sireno. Habría que tener cuidado con ella, pues parecía poder pasar del amor al rencor en un segundo.

—La verdad es que, como dice Azariel, la propia humana nos brindó la oportunidad lanzándose sola al agua. Creo que pensó que había visto algo y que por ello decidió lanzarse a investigar— el tritón se detuvo unos segundos, con cara de concentración, intentando reorganizar sus ideas para poder explicar el estado de las cosas a Amelia—. La pena es que hemos descubierto poco hablando con ella. Nos ha confirmado que han venido a investigar las desapariciones y muertes de los de su especie. Sin embargo, lo único que han visto es como unos seres que mordían se llevaron a unos marineros a las profundidades. Además, parece que alguno de sus compañeros puede sospechar, o desear, de nuestra existencia. También creo, a título personal, que aunque ella dice que ninguno de ellos porta armas o malas intenciones puede no ser cierto. Tal vez Ligeia lo desconozca.

Eneas creía que la humana no les podía servir de mucho más en las profundidades y que no era mala idea de utilizarla para estar en contacto con el grupo de humanos. De alguna manera tenían que establecer una conexión para que ambas especies se ayudasen a averiguar qué estaba sucediendo. Mejor era utilizarlos y poder usar sus esfuerzos antes de tenerlos incordiando y en su contra. Ahí era donde Ligeia podía resultar de utilidad.

—Pero, Azariel— dijo Eneas todavía hablando en el idioma de las sirenas—. ¿Pretendes ir solo? Ya os comenté que estaba de acuerdo con aproximarnos al grupo humano, viendo lo que hay, pero ¿crees que es prudente que vayas solo y sin antes haber planeado un poco cómo actuar?— el tritón sabía que Azariel podía ser impulsivo y que tenía gran determinación. Sin embargo, era necesario tener claro lo que harían. Que él se fuera sin más era como dejar sin cabeza al grupo, según parecía.

- No, definitivamente solo no. - responde Eressëa un tanto sorprendida por la decisión impulsiva del tritón. - Es mejor que te acompañe o Eneas, pero nada de exponerte solo ante ellos para devolverla. - termina por decir ya decidida a no dar el brazo a torcer, aquí la situación podría complicarse en demasía y no estaba bien descuidarse ni un minuto porque podría ser letal el resultado. 

- Esta chica parece tener cierto apego o fascinación por nosotros, pero el hecho de aislarse de sus pares humanos, nos dice mucho. Incluso puede ser el señuelo de los demás, ya que su forma de ser y sus acciones podrían ser un buen complemento para que nosotros le prestemos atención. - agrega al pensar un poco más allá, esperando que sus compañeros la escuchen ya que cada uno pasaba de sus palabras. 

- Tal vez la estén usando para atraernos a ellos... Por eso nos es conveniente que vayas solo. - termina por decir, siempre pensando en todo, en cada detalle. 

- Entiendo vuestra preocupación pero si vamos varios a devolverla si estaremos en problemas. La acercaré por otra playa cercana a la isla para que los del barco no me vean. Y mañana la recogeremos. Eneas mismo si le parece bien, pero ahora voy a ir solo y no hay discusión - clavó los ojos en Eressëa para mostrar su determinación ya que era la que mas pegas ponia.