Partida Rol por web

El recuerdo de la "mano" empujando aquel hombre hacia las profundidades del océano retumbaba en su cabeza desde el amancer, proporcionándole una dosis de incertidumbre que hasta el momento no estaba acostumbrado a cargar consigo. Las palabras de Francesca sobre la leyenda de sirenas que caracterizaba el lugar, le hacen recordar el debate generado en el barco justo antes del "accidente" y con ello las palabras de la doctora Valeria

La mente humana puede ver cosas donde no las hay. Situaciones de estres...hacen que creamos ver algo irreal y lo convirtamos en real.

Pero... esta vez todos vimos lo mismo...

...esta línea de pensamiento le llevó a recordar nuevamente los vídeos que había analizado con Bianca en el camarote antes de subir a cubierta, lo que provocó en él cierta exaltación, rápidamente se dirige hasta ella, buscándola primero con la vista y luego acercándose.

-Bianca!- le llama mientras se acerca a su estudiante, quien no le había hablado desde el trágico suceso. ¿Recuedas los videos que vimos anoche? ¿no viste nada que se pareciera mientras estabas en el agua?- las preguntas le salieron así, sin más, sin darse cuenta que quizás la joven no querría hablar ni recordar nada de su fatídica experiencia. El motivo de su espontánea exitación es porque esa mano, esa mano que no salía de su cabeza, tenía una extraordinaria semejanza con lo visto en uno de los videos que había observado esa misma noche y que primeramente había descartado por creer que se trataba de un video editado.
 

Me acerco a la playa, buscando a Poe, hace muchas horas que no lo veo y estoy un poco agobiada con tanta gente. No estoy acostumbrada a socializar tanto y a estar tan rodeada de personas, amén de que tener tanta atención de golpe sobre mí me hace sentir un poco extraña.

Me siento sobre la arena un rato hasta que Poe baje. Los contratos los leeré luego, si tiene que volver mañana a por ellos, quiero aprovechar las horas de sol, éste lugar es tan hermoso que quiero vivir aquí para siempre. Seguramente esto sea lo más cerca que pueda estar de una de esas preciosas criaturas y puesto asa escoger, nadie me espera en ninguna parte, yo no tengo ningún hogar.

Sonrío cuando Poe baja directamente y aterriza en la arena.

- ¿Qué te pasa a ti? Llevo muchas horas sin verte, ya pensaba que me ibas a abandonar.

Con el ceño fruncido alargo la mano para cogerlo del pico y apretarlo, a lo que él responder con un alarido precioso, haciendo el amago de picarme. Pero no lo hace. Sonrío, divertida y juego un rato con él.

- ¡Ah! ¡Ya no me picas eh! La última a vez te asustaste, menudo picotazo me metiste plumitas. – En el antebrazo derecho llevo una cicatriz de ello, un asterisco, recuerdo la sangría, y cómo me miró Poe – ya, ya sé que no fue tu culpa. ¡No! ¡Yo no lloré! ¡qué no soy una llorica!

Al final se relaja, lo acaricio mientras miro el peñón gigante que hay a unos pocos metros.

- Parece que está cerca pero creo que no será tan fácil nadar hasta allí. Aun así he venido aquí para algo, no voy a quedarme aquí y con los demás no pinto nada – frunzo el ceño – no, no es eso, es que yo no he venido a hacer cosas científicas, no quiero que estén incómodos, prefiero dejarlos trabajar, no quiero que nadie esté pendiente de mí. Ya. Ya lo sé tonto.

Me tumbo en la arena un poco, se está tan bien aquí.

La temperatura es baja por lo que no hay nadie en la playa excepto tú.A un lado,donde se encuentra el pequeño puerto está el barco en el que habéis venido y donde un par de marineros están limpiando la cubierta

Tus ojos se fijan en las hermosas rocas que se alzan majestuosas en medio del mar y ves que efectivamente la roca del centro tiene un túnel natural por donde un barco cabe perfectamente

Tiraba de mi maleta roja intentando que no fuera demasiado evidente el hecho de que casi no podía con ella. Y eso que tenía ruedas!

Pero tras la comitiva que seguía a Francesca hacía de tripas corazón para que no se notara que las estaba pasando putas. A decir verdad, los escalones no ayudaban demasiado. Pero finalmente pude dejar la maleta en consigna. Ya me la llevarán a la habitación.

En ese momento la gente empezó interesarse por cosas, conversaciones a medias y sobre todo, interés por el tema de las sirenas con respecto a las leyendas de los Griegos. No era un secreto, por eso estábamos allí, pero una cosa era lo real y otra las fabulas de los dioses.

-Bueno chicos, no os daré la lata- dije al llegar hasta Bianca y Marc. Vi que Bianca tenía mucho apego con el profesor culoprieto. Estarían liados? Eso explicaría muchas cosas. Pero no quise interferir...demasiado.- Supongo que estáis bien, y que las heridas no son demasiado graves. Aún así...-me señalé a mi misma.- ...si queréis hablar de algo, ya sabéis, por aquí estoy, ¿vale?

Sonreí cómplice con ellos y me alejé de ellos para ver si podía acercarme a la playa. ¿Era esa Ligeia? Desde lejos y de espalda era difícil de ver. Supongo que si me fijo en la gente de su alrededor, con eso de que llama mas la atención que la espada de Frodo cerca de los orcos...Porque otra cosa no, pero, hay que joderse... menuda mierda de regalo para pasar desapercibido: una espada que brilla en la oscuridad...

Algo empezaba a captar tu atención en aquellas rocas sin embargo el ruido de unas risas en el embarcadero donde se mecían unas pequeñas barcas captó tu atención y te hizo volver la cabeza a la par que Poe salía volando con un graznido

Un grupo de turistas formado por seis personas se subió por parejas en aquellas pequeñas barcas mientras los guías esperaban con paciencia antes de empezar a remar.Las tres barcas pasaron por delante tuya a mitad de distancia entre la playa y las rocas pero pasaron de largo y siguieron remando hasta perderse por un lateral en dirección a otras rocas incrustadas en la montaña

Algo había en aquella piedra enorme, pero el ruido de los turistas y Poe levantando el vuelo me descentran. PArece que a nadie le interesa llegar al peñón, se van hacia otro lado, supongo que habrá playas mejores, allí solo hay piedra enorme, no creo que haya muchos turistas interesados en ella. Frente a mí pasan la tres barcas, frunzo el ceño, quiero llegar a esa piedra que hay ahí en frente, me da igual cómo coño pero pienso llegar. Tú lo sabes y yo lo sé.

Me acerco al embarcadero, quizás haya alguna barca disponible, sino acabaré nadando y a tomar por culo todo, es temprano ¿Podré ir y volver? No lo sé, sea como sea, primero busquemos una barca, luego ya veremos.

Decidida te pones en pie mientras las barcas se pierden por un recodo de la montaña por lo que tus ojos se dirigen hacia la zona donde las pequeñas barcas libres se mecen,vacías debido a lo temprano de la hora y al frío que hace.El barco en el que habéis venido sigue atracado allí pero tú lo desechas y te diriges al único barquero que hay en el lugar y que con una sonrisa te habla en italiano

-"Buon giorno, signorina: Monte, immagino che tu voglia andare alla Grotta Azzurra"-dice empezando a desatar la cuerda que mantiene la barca sujeta
 

El periodista no puede menos que admirar al arma de su compañero. Nunca habia visto uno, más allá de peliculas y documentales. Sus normales acompañantes suelen ser periodistas o algun que otro policia. A veces algun guardaespaldas que no quiere que este cerca de su jefe. A pesar de lo raro del arma, se siente mucho mas confiado.

-Sabés manejar eso ¿no?- dijo con una media sonrisa señalando el arpón-. Fuera bromas... Casi que me gustaria tener una pistola ahora mismo- no era alguien que se asustara o perdiera el control con facilidad, pero lo desconocia de inquietaba.

-¡Claro que lo sé manejar! Mi padre era capitán de barco. He visto arpones desde que tengo memoria -comenté, con una sonrisa, mientras comenzaba a caminar por la playa junto con el periodista argentino-. Aunque sería divertido que no supiera usarlo y alcanzase a alguien en el trasero con esto...

Hasta la fecha, la mayor parte de las veces en que había disparado el arpón había sido practicando puntería, aunque en más de una ocasión también había tenido que disparar sobre escualos.

Era bueno oírlo, su confianza en Ronan crecía. Parecía un tipo sensato y centrado, justo lo que necesitaban en una situación como esa. Ya habían dictaminado que “algo” había atacado intencionalmente el buque. Solo tenían que determinar que era ese algo.

 -Cuando Mike afirmó que era imposible que hubieran sirenas le creí- dijo buscando con la mirada a los demás, sobre todo Ligeia, que se habían ido para el mismo sitio, solo que en direcciones diferentes-. Pero ese ataque me dejó muy pensativo y seguro que a vos también- no hacía falta decir que la teoría de Mike se fue a la mierda, sobre todo al notar ese ataque coordinado-. La novela Moby Dick está basada en hechos reales- hizo un gesto de comillas con sus dedos-. El ballenero Essex fue atacado por un chalote en 1820. Incluso hubo uno blanco en… 1839 si no recuerdo mal, que fue perseguido por años- se estaba desviando del tema-. No conozco muchos datos sobre animales atacando grandes embarcaciones… mucho menos en la era moderna. ¿Vos qué opinas? Ya sin las miradas de los demás. Fríamente. Lógicamente…

Señalo el pedrusco enorme en medio, el que ha dicho la mujer antes.

- No entiendo qué carajso has dicho, pero yo quiero ir allí. - Por si acaso se quiere perder por done han ido los turistas, yo no quiero ir a eso - quiero ir allí.

Procuro que quede bien claro cual es mi destino, no hablo una mierda de italiano, pero vamos que es dificl confundir un dedo.

-Bueno chicos... vosotros guiáis- Digo mirando a los que querían jugar a los detectives con la población pesquera.

Mientras bajáis por el camino podéis ver cómo Ligeia se ha acercado a una barca y tras decirle algo al barquero y señalar con la mano se monta y el hombre comienza a remar en dirección a las Faraglioni,las rocas de las que os habló Francesca sobre el mito de las sirenas y Ulises

El día es frío y aún es pronto por lo que no hay nadie por la playa aunque los restaurantes cercanos sí están abiertos y con gente desayunando en ellos.En unas rocas lejanas veis a un par de pescadores y en la zon portuaria además de vuestro barco hay un par de barcos más de lujo y varias barcas pequeñas similares a la que Ligeia a escogido para navegar

Escuché las palabras de Máximo y asentí. El periodista sin duda era un tipo culto, había leído o escuchado lo suficiente como para ser lo suficientemente versátil en un tema como el de los ataques de animales marinos.

Me disponía a responderle cuando vi que la doctora Keihanelene nos alcanzaba, también con intención de dirigirse a la playa para investigar sobre el tema.

-Ah... Hola, doc -La saludo para después dirigirme a Cossetti-. Lo cierto es que no hay muchos casos sobre ataques de animales marinos que atacasen grandes embarcaciones, más allá del que has mencionado. Los tiburones, por mucho que nos quiera contar el cine, no suelen atacar barcos. Siempre se han contado historias, historias de tiburones de tamaños monstruosos, los llamados Megalodones, pero no dejan de ser eso, historias de marineros con tendencia a la exageración...

Me mantuve pensativo, preguntándome si debería teorizar sobre lo que vimos la noche anterior o ceñirme a principios científicos.

-Pero también hay otro tipo de historias. Historias de hombres que pasan demasiado tipo en la mar y ven cosas que no deberían estar allí -sonrío levemente mientras pienso en el caso más peculiar que he oído, pensando si podría estar relacionado con nuestra investigación-. Se me viene a la cabeza el caso de Isidoro Arias, un marino español que, en el año 2001, se propuso dar la vuelta al mundo en su velero, en solitario, partiendo desde un puerto de Málaga. El tipo empezó su viaje y, pronto, desapareció sin dejar ni rastro. Su barco fue encontrado dos años después, a la deriva, sin prueba alguna de qué había sucedido con Arias. En sus últimas comunicaciones, mencionaba que estaba viendo a pequeñas criaturas humanoides subiendo a la cubierta de su barco. Criaturas que ni él mismo pudo describir, y poco después mencionó que se sentía intranquilo por estar siendo acompañado durante el viaje por una ballena y su cría... Después, el más absoluto silencio. No volvió a contactar con nadie. Si tengo que dar una hipótesis, diría que Arias empezó a delirar y terminó arrojándose al mar, pero después de vivir un suceso como el de ayer, empiezo a pensar que hay muchas cosas sobre el mar que no sabemos. Todos vimos ayer esa mano... Y por más que me pese estar equivocado y que las historias de sirenas puedan tener una base real... A veces, lo inexplicable es posible.

-Cebollita- saludo a Valeria medio distraído, pensando en la historia de Ronan. Incluso sonrió, no por su contenido, sino porque el biólogo tenía mucho que contar. El problema con esa historia era la falta de testigos y que todo podía ser atribuido directamente a la sed, el hambre o el aislamiento. A lo lejos vio como Ligeia se subía a una barca, con toda la intensión de ir hacia Faraglioni-. Menos mal, pensé que nadaría- murmuró moviendo su cabeza hacia ella, de tal forma que su enorme nariz apuntó de punta hacia ella-. Continuando con esa línea de pensamiento, tenemos el ejemplo de Mary Celeste. Un bergatín estadounidense encontrado a la deriva. Estaba apenas dañado, podía navegar, con suficiente comida y agua a bordo, con sus mercaderías intactas…- sonrió-. Pero sin tripulación. Los botes salvavidas no estaban y jamás se supo de ellos- se encogió de hombros-. Hay miles de teorías y ninguna tiene a las sirenas como culpables- apretó la boca pensativo-. Hasta creo que se pensó en un calamar gigante- negó con la cabeza-. Hay muchas historias así, seguramente deformada para darle más enganche, pero tienen un punto de verdad. Solamente tenemos que encontrar ese punto. Sea cual sea.

De no ser porque lo vio por con sus propios ojos, habría buscado una explicación simple, como siempre pasaba. Pero eso le seguía tirando abajo cualquier tipo de teoría que comenzara a elaborar.

-¿Y vos Valeria? Me parece que no escuché tu teoría.

Vio a unos pescadores a lo lejos, así que encaró sus pasos hacia allí. Se tomaba su tiempo, disfrutando de la charla, como si fueran amigos hablando bajo el humo de los cigarros y una cerveza en la mano. No esperaba que descubrieran nada ahora, solamente le ayudaba a pensar el hablar.

-"Chiaro"-responde el barquero haciendo un gesto para que montes.Cuando lo haces el hombre,a pesar de su edad,comienza a remar con brío hacia las enormes rocas que dominan el mar.Una de las veces que te giras hacia la playa ves que Máximo,la doctora Valeria y Ronan están en la playa hablando.Ronan lleva una enorme caja rectangular en la mano,algo parecido a la funda de una guitarra pero más alargada y fina aunque desde la distancia no puedes distinguirlo

Lentamente os vais acercando hacia tus preciadas rocas