Partida Rol por web

Tras despedir al periodista el joven empresario os invita a subir al barco donde la tripulación ya está preparada.Una mujer de unos cuarenta y tantos espera arriba,con pinta de secretaria

-"Les presento a la señora García,ella será la que tome sus datos pero antes síganme,les mostraré el barco"-todo en aquel barco rezuma dinero y glamour aunque el hombre os hace sentir cómodos pues no intenta en ningún momento mostrase superior a vosotros.

Os presenta al capitán Gil el cual os llevará a Capri y tendrá el barco a vuestra disposición para cuando lo necesitéis.Por fin,tras ver el barco y dar vuestros datos a la secretaria Joan se despide.La mujer os ha dejado un número de teléfono por si necesitáis contactar con ellos y tras una rápida despedida ambos bajan del barco y el capitán empieza a dar las órdenes para zarpar

Mientras caminaba por el lujoso barco, Mike no hacía más que pensar lo  innecesario de tanto lujo, aquello parecía más un viaje turístico que de investigación, varias veces pensó que tantas distracciones podían desviarlo de su propósito, y eso era algo que no podía permitirse, pues la graduación de Bianca como bióloga marina estaba en sus manos, ya que era su responsabilidad como tutor.

*Vaya, con tanto lujo olvidé hablar sobre el acuerdo de discreción que quería pedirle al Sr. Belloch, bueno supongo que tendré que confiar en que ninguno publique ningún dato o imagen que tomemos mientras está en progreso el proyecto de investigación.

Sin más, se dirige en busca de Bianca por la todavía poco explorada embarcación..

Parece que llegan más personas, no entiendo muy donde me he metido, todo el mundo se conoce, aun así, quiero ver donde me lleva todo esto así que curioseo por alrededor del barco mientras el marinero decide informarnos de cómo va esto del pasaje. Y sonrío como hace años que no lo hago, quizás ésta vez sí… quizás puedan perdonarme por haber visto aquello y no haber hecho nada. Quizás… consiga unas preciosas escamas para mí.

Estaba absorta mirando el agua mientras jugaba con un mechón de cabello entre mis dedos cuando aparece un hombre con corbata que tiene toda la pinta de ser o el capitán, o el dueño. Sea como fuere enseguida se presenta y… ¡Menos mal que he cogido mudas! Porque ya no me muevo de aquí, no ha dicho precio del pasaje, me ha visto, tampoco me ha echado como es costumbre, aunque no tenga nada que ver con ninguna de estas personas.

Frunzo el ceño cuando el de la cámara de fotos habla de cazar, abro los labios para decir lo primero que me viene a la mente, que es bastante desagradable, pero recuerdo que quiero estar en el barco cuando zarpe y por primera vez en mi vida decido que prefiero estar callada.

Poe, ni se te ocurra aparecer hasta que no estemos en el mar, o te arrancaré las plumas.

En lo demás procuro parecer una niña buena, no digo nada, pasar desapercibida no es lo mío, pero desde luego pondré mi empeño. Si van a hacer daño a una sola sirena más prefiero morir ahogada que ver otra masacre.

Observo el lujo, aunque no capta mi atención nada concreto, aquel que fue una vez mi padre era muy ostentoso, nada de estas cosas tiene alma en realidad así que yo pasaré la mayor parte del tiempo en cubierta mirando el mar y esperando llegar a la isla. ¿Cómo ha dicho que se llamaba? No, creo que no ha dicho dónde vamos.

Llega mas gente y los saludos comienzan.

Paso a un segundo plano siendo la última en dar mi mano a modo de saludo a todos. deliberadamente. Como psicóloga necesito, quizá esa deformación profesional tan asquerosa, me pongo en un segundo plano como si admirara un cuadro con marineros antes de la caza de las ballenas.

-Encantada. Doctora Valeria Keihanelen. Val, para los amigos. - añado para que todos me conozcan. Entonces se hace pública nuestra presencia allí.

Sirenas.

Cada uno aporta su granito de arena a sus motivos y los apunto mentalmente. - Pues...verá, señor Cosetti, no tengo mi tabla de surf a mano así que... tengo que elegir ser algo mas emocionante.- Me giro hacia el resto.- Seré vuestra Psicóloga. Intentaré que ninguno se vuelva loco cuando vea delfines en celo o cosas así- Estaba clara mi postura: no creía en sirenas.

Pero la evolución daba muchas sorpresas, y cada día se añadían nuevas especies al libro gordo de Petete de la naturaleza. También se extinguían otras. Dudaba de una hibridación, así que, evaluar los posibles trastornos psicopáticos y emocionales de la gente, era mi función allí.

-Además, si se diera la casualidad de encontrar sirenas, ¿ alguien sabe hablar sireno?- Alcé la mano como si fuera la pregunta de una profesora.-Os hará falta una lingüista.- O no.

Tras unos momento algo extraños con respecto a los fotógrafos y nuestro patrón del barco, nos hicieron la foto de gracia. Me sentía como aquellos que embarcaron en el Titanic. Ojala no muera...glups.

Al momento advertí la presencia de alguien. Ella. No... Me acerqué a Ligeia, que parecía un poco despistada, simplemente siguiendo al resto.

- Hola!- Mi sonrisa esperaba algo mas cuando puse una manos obre su hombro. Quizá que se acordara de mi. Fue una borrachera de la oxtia, pero su cara no era fácil de olvidar. No tanto como su nombre.- ¿Ligeia? -Pregunté sin estar muy segura.- Al final me hiciste caso de venir a buscar sirenas, por lo que veo. -¿ Me recordaría? Realmente recuerdo no se que de que le encantaban las sirenas, y entre chupito y chupito a mi también se me iría la olla. Eso si me sonaba. ¿Acabaría con ella haciendo cochinadas? Supongo que recordaría si un tiburón me comiera él...

-¡Coño, pero si no llevas apenas equipaje!- Dije sorprendida comparando su petate con mi maleta.- Tranquila, te puedo prestar mi secador de pelo, si no llevas. Ven, te presentaré al resto.-

Una vez en cubierta, mientras admirábamos las pijerias del barco presenté al resto a la muchacha.

- Esta es Ligeia. Ligeia estos son...(todos ellos XD)- Esperaba que no me faltara el nombre de ninguno.

Ensimismada en el mar, no había reparado en nadie cuando de repente frente a mí aparece una sonrisa  preciosa, fue ella… la mirada se me ilumina de puro agradecimiento y le doy un abrazo sin dudarlo ni un instante. Murmuro “Gracias” como millones de veces seguidas. A parte de ser una gran bebedora me había traído aquí, y había llenado mi mente de esperanzas que ya creí perdidas. Era, desde ya, mi persona favorita.

- ¡Fuiste tú la que me dijo lo del barco! Recuerdo poco aparte de que bebes como una puta esponja, y… - Enarco una ceja, deshaciendo el abrazo - ¿Te acabé comiendo la almeja? Supongo que me acordaría – río divertida mirándola, oye, pues… a mí me gustan las personas, y ella tiene pinta de saber saladita.

Se fija en mi mochila, y la verdad es que no llevo casi a penas nada, enarco ambas cejas cuando habla del secador de pelo.

- Creo que no me he secado el pelo en mi vida, pero podemos probar. No tengo mucho más, lo importante: el tabaco y el alcohol, de eso sí tengo.

Pero de repente le da por querer presentarme a todo el mundo y… a ver si me explico, con ésta cada, ya se ve de lejos que no soy una persona con grandes habilidades sociales, así de repente, toparme con alguien que no me tiene miedo y que además me quiere presentar a otras personas, pues no sé, es algo que no me había pasado nunca así que me pongo un poco nerviosa.

- Poe… yo creo que si aterrizas por aquí ahora, y desvías la atención de mí, serías un gran amigo… - murmuro – venga ¿qué te cuesta? – sigo murmurando – no me pasa nada, baja aquí ahora.

Poe se ríe de mí, no va a aparecer aunque puedo verlo planear por alrededor del barco. Puto pollo enorme.

- Ho-hola… - farfullo cuando me presenta, mirando por doquier.

Nunca le gustaron las fotos, por lo que puso su mejor cara de póker, sin sonreír ni parecer que estaba en un velorio. Ni hablar de lo molesto que se sentía al sacarse una foto del carnet o DNI, casi parecía foto de prontuario. Al terminar se despidió de Javier, prometiendo una vez más juntarse algún día. Luego siguió a Belloch hasta el interior del buque.

El lugar destilaba lujo por los cuatro costados, por mucho que Belloch no lo pretendiera. Había muchísimo dinero invertido solo en el buque, todo lo demás seguro que estaría a la altura. La idea de que todo eso fuera una enorme farsa para potenciar el turismo, producto o lo que fuera, comenzaba a ser más plausible.

-No, primero los hechos. Las conclusiones van siempre después- se dijo al notar que comenzaba a atar cabos sin tener todos los datos.

Keihanelene les presentó al fin a la particular joven, no antes de soltarse un par de frases que lograron arrancar una genuina sonrisa en el argentino, ese viaje sería interesante, aunque no encontraran nada.

-Maximo Cossetti, gusto en conocerte- le dijo desde la distancia, al notar su mirada incomoda. Si uno ignoraba totalmente el tatuaje, era más fácil de leer, al menos esas emociones tan básicas. Su mente ya era otra cosa.

Parecía que había un altercado con el fotógrafo pero quedó en nada, se solucionó rápido y les hicieron una fotografía antes de subir al barco y luego nos enseñaron la embarcación. Se subió las gafas de sol y miró todo, era increíble que un barco tuviera tantas cosas, - Si tiene más cosas que mi propio piso.

Tras ver el barco y que le dieran los datos a la mujer indicada por el señor Belloch, les presenta al capitán, saluda a este con más interes que al anfitrión o la secretaria. - Si necesita algo de ayuda en algún momento hagamelo saber. Dejó al capitán hacer su labor y cogió la tarjeta que estaba entregando la secretaria del señor Belloch, tras despedirse este y el capitán ponerse a dar ordenes para comenzar la travesía una de las chicas que ya se había presentado como Valería nos presentó a Ligeia, una chica algo enérgica por como se comportaba aunque luego se la vio tímida.

Miró a ambas. - Un gusto conocerlas, luego amplio su campo de visión a los demás. - Creo que deberíamos conocernos todos un poco más, ya sea en la comida o con unas birras ¿qué os parece?

-Me parece bien, que tal si vamos al bar que vimos antes en el recorrido, y así  hablamos un poco más...cómodos. -Propuso con una leve sonrisa Mike, mientras se acercaba al grupo.- Aunque primero desearía llevar el equipaje a mi camarote, que por cierto, según Joan, eran por pareja, así que deberíamos ir decidiendo quienes van a compartir habitación. -plantea con tono sarcástico, *a ver a quién le toca la rarita*, pensó para sí.

La idea de compartir un rato juntos le vendría muy bien, pues está algo estresado del viaje y unos tragos y algo de picar en el estómago caerían como anillo al dedo . Además era el escenario ideal para que todos los pasajeros compartieran sus intereses en el viaje y dejar claro que lo fundamental era la investigación científica, aunque con el aporte de todos. Sigue pensando en como ayudaría la de los tatuajes, *bueno, algo sabrá hacer, digo yo*.

Al notar la mirada inestable de Ligeia mientras hablaba, se presenta, dirigiéndose a ella y a la doctora. -Soy Mike, un placer conocerlas.

Afortunadamente, el señor Belloch había permitido que Máximo Cossetti pudiera embarcar junto al resto del grupo. Después de que Aguilar nos tomase una fotografía, pudimos subir al Siren. Formábamos un grupo de lo más variopinto, sin duda: un par de biólogos marinos, una estudiante, un buzo, un periodista, una psicóloga y una... ¿qué se suponía que era la chica con aquel tatuaje que la hacía parecer que tuviera una sonrisa de tiburón?

-Soy Ronan -me presenté a la extraña mujer, que al parecer era una vieja conocida de la doctora Valeria. ¿Se trataría de una de sus clientes?-. Mucho guesto.

Antes de que pudiéramos separarnos e irnos cada uno por nuestra cuenta, Marc había tenido una genial idea. Aún faltaba bastante para que llegásemos a Capri, por lo que, ¿por qué no tomar un trago?

-Apoyo esa idea, Marc -dije, bastante animado-. Creo que este es el momento idóneo de que bebamos un poco antes de que el Siren alcance Capri. Quién sabe qué descubrimientos nos mostrará la mar...

-Somos 7 y creo que soy el agregado a último momento- no había oído que compartieran camarotes, pero no le preocupaba mucho, incluso apenas tenía algo de equipaje-. Regio lo de tomar algo en el bar, ya que vamos a trabajar juntos, mal no nos va a venir conocernos- aunque no creía que fuera muy necesario, se respiraba un aire de compañerismo que no veía en mucho tiempo.

- No, no – miro a Máximo - yo pensaba subirme una manta a cubierta, Poe no podrá volar mucho mar adentro y además no duermo casi, repartíos vosotros, prefiero ver el mar, además he dormido en sitios peores, seguro – río divertida.

Mierda, creo que se me han olvidado los nombres ya, bueno, improvisaré, sea como fuere:

- Lo de la priva - miro al que llegó en moto, que es el que ha sugerido las birras (veinte jarras por favor) - espero que sí haya para todos. - Oye, cómo cuesta esto de socializar.

Nota mental, guardaremos la botella que tengo de momento.

Una vez que el barco sale del puerto a alta mar el capitán abandona su puesto y se acerca a vosotros en cubierta

-"Señores,señoras"-saluda con formalidad-"Tienen bebida y comida de todo tipo,como el señor Belloch no sabía los gustos de los que se iban a presentar ordenó que hubiera un poco de todo,así como bebidas con y sin alcohol"-aclara-"Llegaremos al destino mañana,hora probable de llegada las 13:00 horas,espero que disfruten del viaje,si necesitan cualquier cosa no duden en decírmelo"-sin nadie le dice nada el hombre se marcha dejandoos solos nuevamente

Una vez en el vistoso camarote, Mike suelta su equipaje en el suelo y se lanza a la cama de la izquierda (que era la que más cerca estaba). El cansansio del viaje a Barcelona hacía eco en prácticamente todo su cuerpo, pero ya tendría tiempo para descanzar en la noche (o no). Ahora solo una ducha será suficiente para recuperarse un poco y continuar. Asumiendo que los demás tardarían un poco más en decidirse, decide desvestirse para tomar un baño rapidillo.

Rápidamente comienza a desvestirse, de arriba hacia abajo, comenzando por su abrigo y una camiseta que llevaba debajo. Mike no es de complexión extremadamente fuerte, pero su actual semidesnudo deja al descubierto un cuerpo atlético, bastante definido y rasgado, tando de brazos, como pecho y abdomen, este último deja mostrar una pequeña cicatriz en forma de "L", producto de un incidente bajo el mar que prefiere no recordar.

Ahora se dirige a su maleta, la abre y busca algo de ropa limpia (la primera que encuentra) para ponerse luego del baño,- a ver...boxers, pantalón, este suéter, vale creo que tengo todo... Seguidamente toma una de las toallas que estaban casi perfectamente dobladas sobre una de las camas y entra al baño, para continuar desde allí.

Era la hora de escoger camarote. Lo cierto es que me resultaba un tanto indiferente quién fuera mi compañero, siempre y cuando no se tratase de alguien demasiado madrugador. Siempre había odidado que me despertasen temprano.

-Yo dormiré en este -dije, señalando al camarote más cercano por el flanco izquierdo-. Supongo que me pasaré luego a tomar un trago.

Cargando con el estuche del arpón y la maleta con mi equipaje, me dirigí hacia el camarote que acababa de escoger.

Mantengo un gesto amable ante la charla del capitán y la presentación de Val y ... Ligeia era?. Al ver como se comportaba he de reconocer que quizás las apariencias engañan y sea simpática! pero sigo dudando de qué aportará al viaje...

Compartir camarote ?¿?!! vaya no había pensado en ello.... Por un lado no me importaba compartir camarote con Mike, mi tutor, pero realmente iba a ser algo raro, pero por otro lado no me gustaba estar sola (de ahí que en mi día a día estudie trabaje, haga ejercicio, etc. para pasar el tiempo con gente y no sola), pero tampoco me apetecía meterme en un camarote con alguien a quien no conozco todavía... que hago ?¿?!!  bueno... iré al camarote de Mike y le preguntaré si no le importa compartir habitación.

-Me encanta la idea de tomar algo juntos y conocernos !!, ire a dejar mis cosas y volveré enseguida.- digo sin quitar la sonrisa de mis labios.

Toc toc, llamo a la puerta y la abro.

-Mike? Me preguntaba si no te importa compartir camarote, no me gusta mucho la idea de quedarme sola o compartirlo con alguien que no conozco todavía.- digo algo tímida y sonrojada, al fin y al cabo era mi profesor y no sabía cómo se lo iba a tomar.

Sonrió a los demás y cogió su petate. - Voy a ver donde me meto, imagino que las chicas querréis un dormitorio para las dos, miró a Val y Ligeia.

- Cogeré el individual si no os importa o si no está cogido ya. Se fue a buscar el camarote individual.