Partida Rol por web

Billy subió al autobus y se sentó en el lugar del conductor, lo puso en marcha y empezó a conducir a través de aquel barrio aparentemente pobre de la ciudad. Condujo con cierta lentitud hasta que entraron en una especie de barrio industrial con fábricas, galpones y talleres de aspecto abandonado.

El autobus empezó a acelerar ligeramente, y Billy oprimió un conjunto de botones que no eran usual verlos en los típicos autobuses escolares. Si prestaban atención, lograban sentir un ligero zumbido en el interior del vehículo, inclusive se podía escuchar un débil pitido.

-Será mejor que abrochen sus cinturones, aquí se va a poner algo abrupto... - Dijo con poco entusiasmo, a pesar de que todo lo que venía a continuación sería algo realmente sorprendente para los nuevos estudiantes.

Sin más, Billy aceleró el autobus justo en una curva peligrosa, al doblarla completamente, todos se sorprendieron al ver que el camino se cortaba dejando un acantilado a continuación.

Sin embargo, el chofer oprimió los botones anteriores con velocidad y el autobus pareció cambiar rápidamente de forma, los que se asomaron por las ventanas lograron divisar que dos alas salían de los extremos, mientras que las ruedas eran reemplazadas por grandes propulsores que se encendieron en el momento en que el autobus cayó por el acantilado.

En forma de U, el autobus aceleró sus propulsores y tomó mayor velocidad, volando hacia el cielo. Todos se sujetaron fuertemente de sus cinturones y de sus asientos ¿Y por qué no? De sus compañeros de asiento. Finalmente el autobus pareció estabilizarse como una nave espacial en el cielo, volando plácidamente entre las nubes, de forma lineal.

Por las ventanas podían ver las nubes blancas, como en el viaje en avión que habían hecho. Luego de unos minutos de vuelo, la vieron. 

Era una gran plataforma flotante, les pareció casi absurdo no haberla visto cuando estaban en la tierra, pero ahora aparecía ante sus ojos como por arte de magia. Una gran cúpula de cristal cubría la plataforma, en su interior habían grandes campos de césped y árboles. En el medio, un conjunto de edificios se alzaban con imponencia, que conformaban Sky High. 

Todos observaron maravillados aquel escenario salido de una película de ciencia ficción, pero ahora estaba allí, ante sus ojos. El autobus-nave se dirigió hacia lo que parecía ser la entrada del lugar, una enorme caja metálica compuesta de varios niveles de compuertas. Primero estacionó con suavidad en una superficie anterior a las compuertas, cambiando a tiempo los propulsores por las ruedas.

Poco a poco los propulsores y las alas del autobus volvieron a esconderse en su interior. Luego de que Billy hablara por una especie de radio, las compuertas se fueron una a una abriendo en su camino, mientras que se iban cerrando una vez que las dejaban detrás.

Entraron a la cúpula de cristal, las ventanillas del autobus se bajaron automáticamente y pudieron respirar un aire puro y fresco. El autobus se dirigió hacia el centro, donde habían un par de personas, estudiantes y profesores, todos de apariencia normal. Billy estacionó el autobus y les dijo que bajaran, haciendo lo mismo después del grupo.

-Bien, el tutor Grant estará por llegar para introducirlos a Sky High, en unas horas será la fiesta de bienvenida a los nuevos grupos. No se preocupen por sus maletas, iré al estacionamiento y de allí las llevarán a sus respectivas habitaciones. - Suspiró con aburrimiento, casi con fastidio - Buena suerte, supongo...

El hombre volvió a subir al autobus y lo puso en marcha, conduciendo por un camino al cual rápidamente taparon los árboles. 

- Por muy lógico que les parezca la próxima vez prefiero ser yo misma quien hable de mis habilidades. Además si la anulación de nuestras habilidades ha sido producida por el nuevo tendré que tener cuidado. Si miente automaticamente deja de ser confiable, si dice la verdad no es nada seguro tener a alguien que podría convertirnos en simples mortales en un momento de tensión y que ni siquiera sabe que es capaz de hacerlo.

"Por ejemplo una pelea" pensé para mi misma, ya que a pesar de las incomodidades me gustaba sentirme especial y creía que si ponía de mi parte podría darle una utilidad a mis habilidades. Pero no por eso iba a odiar al chico japonés aunque lo estaría observando de cerca.

- Pero bueno mientras no necesite mis habilidades eres bienvenido a bloquear mis poderes cuanto quieras, así al menos tendré un momento para estar conmigo misma.- Me acerqué al nuevo y para que viera que no había hostilidad solo una sinceridad sin filtro le di unas palmaditas en la espalda.- No tienes nada malo solo estás un poco "descontrolado" pero eso no cambia el hecho de que eres especial. Mi nona siempre lo decía, la gente que no tiene ningún talento, nada que los saque de lo común siempre temerán a aquellos que han ido más allá de lo normal y lo conocido, pero no tienes que dejar que eso te intimide.

Mis habilidades volvieron lo supe de inmediato, al mismo tiempo en que el autobus aparecía. Sin dudarlo me subí dejando mis maletas con el hombre gordo. Pobrecito, si yo tuviera super fuerza le ayudaba con el equipaje. Habían tantos asientos que fácilmente podíamos irnos todos solos, pero no era lo que yo quería así que me fui hasta el fondo donde había 5 asientos (a menos así son los autobuses acá).

- Collete, Eka, Laura tengo asientos disponibles.

Me senté junto a la ventana y abroché mi cinturón cuando el conductor lo pidió. No oculté mi emoción al ver el mágico escenario frente a nuestros ojos. "Debe ser genial volar con tus propias alas" mi animosidad se elevó a niveles considerables y el paisaje absorbió toda mi atención hasta que llegamos.

- Eka tenía razón esto fue algo grandioso.- di varias vueltas tan feliz que dejé de sentir al resto- Escucharon? habrá una fiesta, lástima que no practiqué mis pasos de baile. Espero que nos dejen beber algo,  desde mi último cumpleaños mis padres me dejan beber una copita de vino con cada comida, aunque puede que aquí sean más conservadores.

Robert subió al autobús tras su compañera, y se quedó delante. Parecía observar el interior con interés, aunque su expresión empezó a cambiarse a una más aburrida cuando no vio nada que llamase su atención. Sólo cuando empezaron a conducir se permitió mirar hacia atrás y ver los rostros de sus compañeros: esa gente sería su familia durante, ¿cuánto? ¿tres, cuatro años? ¿Qué pasaría entre ellos? ¿Habría confianza, amistad, surgiría el amor? ¿O habría alguien con el corazón lleno de secretos que pudiera ser una amenaza? ¿Y si era él mismo?

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el autobús empezó a acelerar y una sonrisa afloró en su cara. No tenía el cinturón apretado, sino que se aferraba con fuerza a las barras del autobús, y cuando éste se dirigió hacia aquella caída mortal, dio un paso adelante, casi preparado para salir corriendo hacia la puerta. Sin embargo, cuando los motores rugieron y se elevó en el aire, se permitió un grito de júbilo con el puño en alto, girándose hacia sus compañeros.

- ¡Allá vamos, chicos! - dijo, con una sonrisa en su rostro.

Como una mosca, Robert se pegó al cristal para observar los edificios de Sky High desde lo alto. Parecía realmente complacido con las alturas, ese chico, y en cuanto el conductor aparcó, se acercó a él y estrechó su mano.

- Muchas gracias por el trayecto - dijo, inclinando levemente la cabeza, para luego descender a tierra - Una fiesta... veamos qué nos ofrece este sitio...

Quedó completamente perplejo. Aquella muchacha pelirroja de aspecto  frágil había conseguido acercarse a él lo suficiente como para darle un beso en los labios. ¿Cómo había podido hacerlo? Sin duda le había cogido por sorpresa, si no sus miedos habrían actuado por él haciéndola alejarse, y seguramente de alguna forma bastante dolorosa. No sabía reaccionar, nunca había vivido algo así, pero lo que más le extrañaba era el no saber por qué Collete, que así se llamaba, había hecho eso. Ikuei estaba petrificado.

Justo apareció el autobús, y un hombre bajó de él para cargar las maletas mientras les pedía que entraran. Vio como le costaba cargar algunas de ellas, sobretodo la que contenía a Henriketta o alguna otra maleta que parecía pertenecer a Cam. – Deje que le ayude Billy. Para algo en lo que puedo servir de ayuda… - Ayudar al conductor era una forma de mantener la mente alejada de lo que había ocurrido, aunque era una tarea demasiado difícil, pues sin saber por qué, no podía quitarse aquella imagen de la cabeza. Las maletas, que para billy eran demasiado pesadas, el chico las levantaba sin ningun esfuerzo.

Una vez acabó, subió al autobús, y tomó uno de los asientos del principio, se abrochó el cinturón y volvió a colocarse los auriculares. Aunque lo que iba a ver a continuación no era algo que se hubiera esperado. El autobús volaba!! Increíble. Disfrutó como un niño del vuelo hasta llegar a la impresionante escuela.

El concepto que había tenido de esto cuando comenzó el viaje había cambiado por completo. Tenía compañeros que le aceptaban tal y como eran y que no lo temían, la escuela no era para arrancarle su poder, sino que era para enseñarle a usarlo mejor y por fin se sentía a gusto en un sitio y fuera de su casa de Tokio. Se sentía feliz…

Sus compañeros le despertaron cuándo llegó el autobús. Un autobús amarillo de los clásicos de las películas americanas, ¿en serio? No podía negarlo, estaba un poco decepcionada. Iban a ir a una escuela que se supone trata con gente muy especial, lo común es que el autobús sea también especial.

Se dio cuenta de que su ritmo cardíaco volvía a ser el mismo mientras subía al autobús. Quizá el supresor había pasado, quizá había sido la siesta reparadora, no creía que fuese a averiguarlo pronto. Aunque una cosa sí estaba segura: Durante la siestecita, le había faltado un gato acurrucado a su lado.

Cuándo subió al autobús se sentó en el fondo junto a Camille, y se colocó el cinturón antes que nadie. ¡La seguridad ante todo! La decisión se provó aún más acertada cuándo el autobús se transformó en un avión a reacción, que el dio la sensación de ir en un F-18, aunque lo le disgustó la sensación. Desde la ventana pudo observar con una sonrisa de oreja a oreja la escuela, que le parecía bastante interesante. ¿Oh vamos, una escuela en una plataforma voladora? Un sitio así tiene que ser divertido sí o sí.

"Bueno... Pues aquí comienza el curso, ¿no? Iremos luego a al fiesta ¿Verdad? Seguramente es para que los alumnos se conozcan entre sí."

 Cogí mi mochila en cuanto vimos el autobús. Era un acto reflejo, de años en la escuela rusa, donde se asume que debes ser capaz de cargar tus propias cosas. Además, el que súbitamente todo hubiera vuelto a la normalidad, era un indicativo de que ese y no otro era el bus. Dejé la mochila donde indicó el conductor y luego seguí a Cam cuando dijo que tenía sitio para nosotras. No solía sentarme detrás, pero tampoco veía motivo para no hacerlo. Después de todo, siempre había sido sociable. 

La indicación de ponernos los cinturones me hizo sospechar que había estado equivocada. No es que un vehículo de rotor horizontal no tuviera cinturones de seguridad, pero parecía... menos necesario y menos movido. Me lo puse mientras miraba con curiosidad por la ventana. En realidad, si hubiera podido, habría mirado el propio motor. Y cuando finalmente aceleró, no pude evitar soltar una ligera risa de satisfacción. 

Estaba completamente excitada y feliz cuando llegamos y dijeron lo de la fiesta. Entonces me quedé algo parada. No es que no me gustasen las fiestas, pero no estaba segura de si tendría algo que ponerme. Bueno, ya improvisaría. Volví a sonreír perfectamente feliz. 

- Me pregunto qué tipo de fiesta... Y si habrá muchos más nuevos - volví a sonreír con perfecta felicidad. Me acerqué a Cam y susurré - Oye, ¿crees que habrá que vestirse de forma especial? ¿Nos darán uniformes o algo así?

Cuando el autobus llega Imre se queda observando mientras piensa:

- Parece que el supervehiculo de rotor vertical y nosecuantos que dijo esa chica se ha estropeado y han enviado una chatarra mas comun, o a lo mejor no somos tan especiales como nos creemos 

Tras estos pensamientos y mientras se acerca al autobus no puede evitar sonreir. Cuando el conductor se dispone a subir las maletas y ve como el chico japones se apresura a ayudar Imre hace lo propio, indica al conductor que la maleta de Henriketta la llevara el, le dice que no se preocupe, que es la mas pesada y la dejara con el. Durante el viaje mientras es por carretera piensa:

- Supongo que de aqui nos llevaran a la forma de subir a la escuela, bueno solo queda relajarse un poco, a ver como es esto y a ver como sale todo.

Cuando el autobus se transforma en aquella nave sonrie levemente mientras piensa:

- Vaya, parece que la chica tenia razon, al menos en parte

Mientras ascienden dice:

- Vaya, que bien no me imaginaba que iriamos en una atraccion asi

Cuando aparece ante ellos la escuela se queda simplemente mirando el lugar, parece bastante grande y sin duda estaran entretenidos alli, prefiere no decir demasiado mientras se acercan. Al llegar al "aparcamiento" y tras las palabras del conductor Imre dice:

- Espere un segundo, le aligerare la carga y yo me llevare la maleta mas pesada

Tras esto con sumo cuidado abre la maleta donde esta la marioneta y la saca, hace que se ponga a su lado y a continuacion se dirige hacia la salida del autobus, cuando estan ahi algunos hablan de la fiesta, el dice:

- Sera algo muy formal seguro.

Mientras piensa:

- Seguro que son del estilo de las fiestas familiares, protocolo y posiciones sociales, bueno, menos mal que hice caso a madre y traigo ropa adecuada tambien

Colette mira cómo llega el autobús y procura ser la última en subir. Se siente algo cohibida de acercarse a sus compañeros pero Camille no le deja más opción que acercarse. Ella había sido amable con Colette y no le parecía correcto dejarla con la invitación en el aire.

Se siente y se ajusta el cinturón. Todo parece normal hasta que el cambio del autobús aburrida a máquina voladora ocurre. Con su poder, hace flotar su cuaderno de dibujos mientras dibuja la reacción de todos sus compañeros. Era un hermoso dibujo y le gustaba la espontaneidad del momento. Luego, el majestuoso campus de su escuela se abría ante sus ojos. Ella había visto visiones de ella por los recuerdos de esas personas pero no era lo mismo que verla con sus propios ojos.

Como el vuelo ya se había estabilizado, Colette apoyó nuevamente su cuaderno en sus piernas y comenzó a dibujar la vista aérea de la escuela con gran precisión. Era uno de los dibujos mejor logrados que había hecho.

Cuando aterrizaron y el conductor mencionó algunas cosas de la escuela, la idea del baile redundaba la mente de la joven con pánico. Casi balbuceando, dice - U... u... un... ¿Un baile? - la idea le aterraba. Pensar que podía hacer el ridículo, caerse, enredarse con alguien más, bailar mal y que se burlaran de ella...

Colette mira a sus compañeras y dice - ¿Será obligatorio asistir? Es que yo... No creo que pueda hacerlo - abrazaba su cuaderno de dibujos con fuerza y miraba al suelo.

Miré por un momento al resto. La verdad es que me encantaba bailar. Pero técnicamente, no había nada que dijera que habría baile. Sin contar el otro motivo por el que resultaba interesante ir: información. 

- Han dicho fiesta de bienvenida, no baile. Lo más seguro es que sea una de esas cosas en las que el director da un discurso y presenta a los profesores. - luego sonreí - Y el conductor dijo grupos nuevos. En plural. Eso significa que habrá más alumnos. No sé si... si nos harán competir, pero sería bueno saber todo lo posible sobre ellos - miré significativamente a Colette.

Qué diablos, seguro que los otros también tenían telepatas. Lo que me hacía pensar que para preservar toda la información posible sobre nosotros, lo mejor era sentar a Ikuei en el centro. Aunque claro, tal vez estaba siendo exageradamente... competitiva. Porque esa era una de las cosas que teníamos en rusia, siempre nos esforzábamos al máximo. 

- Vamos, será divertido, seguro que hasta nos dan algún dulce y nos cuentan qué estudiaremos - sonreí otra vez. - ¡Podríamos vestirnos todas juntas para la fiesta!

- No se, creo que aún es muy pronto para eso- le dije a Ekaterina sobre los uniformes- supongo que primero querrán conocer nuestras caras.

Las reacciones y opiniones sobre la fiesta que venía no tardaron en aparecer algunas me hacían más feliz que otras. Yo quería divertirme, festejar, conocer gente, lo típico cuando uno se va de viaje. Después de todo esto para mi era como irme de vacaciones. Nuevamente Collete se moría de los nervios.

- Tranquila Collete pase lo que pase te ayudaré a mantenerte relajada. Ahora que si no hay baile y comida me indignaré de que le llamen fiesta. En mi pueblo una fiesta es siempre a lo grande. Pero bueno ya tendré tiempo de organizar mis propias fiestas.

Zvonimir subió al autobus con el estuche de su violín, aunque dejó al hombre llevar sus otras pertenencias.

Perdone, pero no me gusta la idea de no tenerlo a mano, son pocas las veces que lo hago.

En caso que esto sea una especie de trampa quiero tener mis poderes a mano. Para una escuela que paga aviones privados este autobús es poco.

Al subir al mismo, se sienta cerca del medio y mira por la ventana, si bien al joven le gustaban sus nuevos compañeros, él prefería mirar el paisaje, la naturaleza tenía algo que lo inspiraba y que lo tranquilizaba, a pesar de eso no logró ver mucha naturaleza, especialmente cuando el autobús empezó a volar, en ese momento Z se cayó y no pudo evitar gritarle al conductor.

¡¿Que está haciendo?! ¡No ve que es un barra....

Fue en ese momento que se dió cuenta que el autbús estaba volando, la joven no estaba equivocada. Al decir esto la mira y sonríe.

Al entrar en Sky High Z mira rápidamente a todos lados, buscaba conocer el lugar para no perderse, pero si bien había muchas cosas que se podían ver, la pregunta del joven era lo que habíaa dentro de todas esas paredes y edificios.

¡Esto es enorme! ¿Tendrán un escenario, o algún lugar para practicar mi música? Si bien quiero aprender a controlar mi poder, no quiero perder mi habilidad como músico, eso es lo que me hizo quien soy.

Al bajar mira desconfiado al hombre cuando se aleja, pero rápidamente mira a sus compañeros.

Es una buena idea, si llegamos a tener que competir podríamos hacerlo de esa forma, además no solo tenemos a una telepata, también podrías transformarte en uno de ellos e infiltrarte.

Al decir esto sonríe.

Es decir, tendríamos muchas formas de hacerlo.

Al ver que las chicas se ponen a hablar de la fiesta sonríe.

Al parecer nos tocaron chicas fiesteras... De todas formas no creo que sea algo muy importante...

Zvonimir intenta que Collete le lea la mente para intentar tranquilizarla, pero a eso agrega.

No estaría mal conocer a nuestros compañeros, pero bueno si nosotros vamos a ser un equipo, lo mejor sería pensar primero en nosotros y divertirnos entre nosotros, claro en caso que no sea un aburrido discurso.

Miré a Z por un momento. La idea de inflitrarme no es que fuera mala, pero dado mi escaso control, parecía poco viable. Además estaba el asunto de la ropa. En el hipotético caso de querer intentar algo así... bueno, imaginé que tendría que lograr la ropa adecuada y conseguir algo de ayuda de Colette para no caer en fallos evidentes. Sin contar con que copiar a alguien con quien nunca había tenido contacto... Nunca había intentado algo así y se me antojaba complicado. 

- Me temo que mi control de los cambios es... precario - respondí con voz suave - Sugeriría tácticas más... convencionales. Si Cam se ve capaz podría inspirar "confianza", orgullo o algo que les vuelva habladores. Luego podríamos ir a hablar con ellos, después de que ella se marche para que no nos afecte a nosotros. Eso o... - esbocé una ligera sonrisa juguetona - simplemente podríamos arreglarnos - reí con suavidad dando a entender que era una broma.

Claro que poderes o no, no dejábamos de estar en plena pubertad. Éramos adolescentes y los chicos solían interesarse por las chicas.

- Claro, este sitio es enorme, seguro que encontramos el modo de pasarlo bien - le guiñe un ojo a Z, feliz ante cualquier idea que implicase no quedarse quieto ni encerrado en el mismo sitio y sin nada que hacer. 

Robert se separó unos pasos y alzó las manos.

- Chicos, chicos, en serio, ¿planeando estrategias y ni siquiera llevamos un minuto aquí? - dijo, sonriendo - Este lugar nos enseñará a prepararnos para el futuro, a controlar nuestras habilidades y, probablemente, a conocernos mucho mejor de lo que nunca lo hemos hecho. ¡Dejad esas cosas para cuando llegue el momento! ¡Somos jóvenes, diantres!

Z sonríe al ver como Robert trata de cambiar de tema.

Es que es divertido planear cosas, de todas formas sería difícil no pasarla bien en este lugar.

Aquí le guiña un ojo a Ekaterina.

¿Que poder creen que tenga el director? Espero que no sea como el mio y nos obligue a callarnos cuando el de su discurso.

-Lo que ha dicho el señor Blackett es la verdad - Repentinamente una voz masculina hizo que todos se dieran vuelta para encontrarse con el jóven profesor que tendrían a partir de ese momento.

Era alto, algo corpulento, estaba vestido de manera elegante, su cabello negro estaba alborotado y en la parte de adelante era de color blanco. Ojos verdes y energéticos. 

-Mi nombre es Marcus Grant, soy profesor y el tutor del Equipo Fénix, es decir, ustedes... - Se presentó con media sonrisa, mientras llevaba una mano al bolsillo de su traje. 

-¿Así que ya están pensando en estrategias para combatir con los demás equipos? Menudo equipo... y yo que pensaba que los del Equipo Medusa eran los más agresivos.. - Pensó para si mismo.

-No se preocupen por la competición entre los equipos todavía, aún falta tiempo. En el primer trimestre siempre suele evaluar el rendimiento de los equipos - Empezó a caminar hacia la puerta de entrada, dando a entender que lo debían seguir - Y espero que sean los mejores - Añadió con una sonrisa en su rostro.

-Todos ustedes conformarán un equipo y deberán llevarse bien, tengan sus diferencias o no. Las clases serán de 16 personas, ustedes y un equipo más, pueden mantener una relación cordial o ser unos verdaderos enemigos, eso ya pasa por ustedes. Lo que sí es que cada equipo deberá tener un... líder, alguien que los representen, un lider al cual ustedes... -Marcus se dio media vuelta a la altura de las escaleras, al frente de la entrada principal - deberán votar más adelante...

- Encantada - hice una inclinación de cabeza en señal de respeto. 

Adopté una expresión inocente. No podía evitarlo, siempre estaba dándole vueltas a las cosas. Claro que técnicamente no estaba pensando estrategias aún, sólo en modos de obtener información. Asentí de modo pensativo cuando dijo que, efectivamente, competiríamos con el resto. Y aunque el primer trimestre era una evaluación de rendimiento, el que el tutor dijese que esperaba que fuéramos los primeros implicaba, si, una competición indirecta. Nada nuevo, era como las notas o una carrera. Y del mismo modo que ocurría con el deporte, no veía ningún problema en que existiera una competición amistosa con los otros equipos. 

- Es mejor llevarse bien con las personas que convives - comenté con un encogimiento de hombros - ¿A qué tipo de pruebas tendremos que enfrentarnos? ¿Todas las clases son obligatorias o hay... optativas? ¿Existen clases de refuerzo o actividades extraescolares? - Naturalmente era un hervidero de preguntas, pero decidí que aquellas eran las más importantes y ya eran bastantes. Sonreí un poco. 

De lo de llevarnos bien debería ser bastante sencillo. Además, aunque no era estrictamente necesario para el funcionamiento de un grupo (el ejercito era prueba de ello), si era una gran ayuda para el día a día. Si queríamos ser eficientes era vital colaborar entre nosotros. Eso si, me mostraba bastante optimista al respecto. Claro que, ¿cuándo no era optimista? 

Robert también tenía algunas preguntas, pero ante la avalancha de ellas que hizo su nueva compañera, prefirió callarse. El señor Grant, su nuevo tutor, era profesor en aquella academia por varias razones, y probablemente una de ellas sería una o varias habilidades poderosas. Le picó la curiosidad, pero no podía preguntarle directamente. Ya habría tiempo para ello.

"Encantada, Señor Grant" dijo mirando a aquel hombre de peinado interesante. ¿Sería natural, tintado, o era un cambiaformas como Eka?

Fuese cómo fuese, estaba claro que ése curso iba a ser interesante. Así que iban a estar con otro grupo más, ¿eh? La expectativa de conocer más gente con poderes le alegró la cara. Ojalá todos pudieran llevarse bien. En ese momento, Eka comenzó a bombardear totalmente al profesar con preguntas, casi parecía éste agobiado y todo sin saber por dónde empezar.

"¡Relaja, Eka, que sólo llevamos aquí cinco minutos, no llega! Al profesor le dará dolor de cabeza de pensar tanto de golpe" Terminó soltando una risita por lo bajo.

Aunque la verdad es que ella también tenía curiosidad por saber cómo eran las cosas allí. Si habían actividades extraescolares, ¿qué clase de actividades serían?

Al ver al profesor llegar se queda en su posicion esperando, habia estado escuchando sobre las estrategias de guerra de algunos, a el eso realmente le daba igual, el habia ido a una escuela a mejorar sus poderes y eso es loq ue haria, le daba igual las estrategias que algunos se estaban montando:

- Creo que aqui hay gente que ha visto demasiadas peliculas de espias y cosas asi

Cuando el profesor camina Imre hace lo propio con su marioneta a su lado, le gustaba tenerla cerca siempre que pudiera, fuera de alli no la tenia cuando se iba con sus amigos a divertirse, sin embargo alli, tal vez podria tenerla todo el tiempo

- Mi meta en realidad no es competir quiero aprender a usar mis habilidades con emociones más positivas como cariño, alegría, tranquilidad, paz, confianza. Pero si fuera necesario, si aprendo a controlar bien mis habilidades siempre puedo infundir desconfianza entre los integrantes de un equipo o si me enojo con alguno de ellos "compartir" esa emoción con el resto de los integrantes. Nada destruye más rápido a un equipo que la falta de confianza y las peleas.

Eso que estaba diciendo sonaba un poco maquiavelico para alguien que preferia divertirse en vez de competir. "Supongo que soy una mala perdedora pero es mejor no adelantarse". La aparición del profesor me hizo cambiar el foco, el tipo era atractivo, estaba un poco viejo pero igual y funcionaba como el vino*, me acerqué a él con seguridad, mientras Ekaterina le hacía todas esas preguntas, algo que parecía ser carácteristico de ella y que en realidad a mi me gustaba.

- No se preocupe profesor yo estoy aquí para divertirme mucho, las competencias no  están ni en el tercer lugar de mis prioridades.- Sonreí siguiendolo como una mariposita a su flor preferida, cuando habló del Líder miré a mis compañeros- Yo desde ya les digo que no cuenten conmigo para liderar, si controlara bien mis habilidades sería una gran líder pero de momento soy totalmente inestable, así que le dejaré el puesto a otro.