Partida Rol por web

El tren dispone de un vagón restaurante, donde se sirven los platos mas exquisitos y truculentos que nadie haya probado. Sus menús, son variados y se puede pedir de todo. Tan solo los viajeros de 1º tienen derecho a este exquisito placer.

Evidentemente la decoración es sumamente fastuosa y llena de adornos , cuadros tapices, lamparas... todo registrado y reservado al mayor lujo del tren.

Mensaje informativo :

Megan llega acompañada de su hermana pequeña al restaurante ;)

Con mucho miedo, Sarah se agarra a tu mano mientras pasa por las distintas zonas hasta llegáis al Vagón del restaurante.

Afortunadamente, el disfraz funciona de maravilla y pasáis inadvertidas como cualquier par de Hermanas cualquiera. La gente de 1º suele ir mucho a su bola y mira por encima del hombro a la gente, por lo que  nadie se fija en quien es quien si no es muy cercano suyo o tiene algo con esa persona. Una gran ventaja en vuestras parte.

Una vez allí os acomoda un camarero mientras os da una carta de Menú a cada una. Sarah la mueve, la mira y le da la vuelta varias veces. Apenas entiende un par de palabras cuando intenta leerlas y pronunciarlas. Y mucho menos teniendo tanto lujo a su alrededor que resulta abrumador para la niña.

-¿Que va a ser, señoritas?- Pregunta el camarero algo impaciente.- ¿Que les apetece cenar?

Sarah te mira sorprendida. Como si se pudiera elegir. Pero mirando a su alrededor intenta comportarse como una señorita e intentando actuar correctamente, como si fuera un juego. Se estira y se pone recta como un palo, como ha visto a varias mujeres que estaban allí sentadas comiendo.

- Una barrita de proteinas, señor- Dice educadamente, mientras sin poder aguantarlo, suelta una risotada y se tapa con su manita mientras te mira divertida.

Megan miro a la niña y reacciono riendo.- ¡Que bromista eres!.- dijo a la pequeña para que el camarero no sospechara nada.-Escucho eso a un mecanico de tercera, no le haga caso.- pidio con cortesia y se apresuro a pedir por las dos.       

- Traiganos la sopa y los medallones de ternera con salsa de queso, por favor. Beberemos agua, el postre lo pediremos despues. Gracias.

Cuando el camarero se fue Megan susurro a Sarah.- Aqui no comemos eso, ten cuidado o nos pillaran. He pedido unas cosas muy ricas, te gustaran tanto como los bombones. Ya veras.-dijo con una sonrisa, no le estaba riñendo, solo queria mantenerla a salvo.

Se la queria quedar, como hermana, como mascota, como fuera. Le encantaba Sarah, era una niña que podia ser su amiga y jugar juntas, por fin tenia a alguien que no la veia como una estupida retrasada. Megan se sentia muy feliz, aun no sabiendo por cuanto tiempo podria mantener la farsa.

-¿Te gusta este sitio? Pues luego alomejor podriamos ir al acuario, es un sitio muy chulo, con agua por todas partes y animalitos nadando.

Al cabo de un rato, la puerta se abre y Rhazes entra acompañado de una persona con una capucha negra tapándole la cara, junto a un guardia que le custodia.

Al pasar por vuestro lado, la mala o buena fortuna quiere que un cubierto travieso se caiga de la mesa y vaya a parar al suelo. Alan, al pasar por allí, resbala con el y da de bruces contra vuestra mesa. Afortunadamente aún no os habían traído nada, pues habría caído encima de la comida.

A Alan se le levanta la capucha y al intentar incorporarse se encuentra cara a cara con una niña, que al principio le cuesta reconocer. La niña se tapa la cara avergonzada, pues sabe quien es el que está tendido encima de la mesa entre vosotras dos.

-Oh, no... Papá...- Susurra ella abriendo los dedos y mirando entre ellos a Alan.

A Alan le cuesta reconocerla al principio, pues está distinta, pero sin duda sabe que es su hija.

Megan pensó que estaba teniendo toda la mala suerte del mundo junta cuando el traspies de ese hombre descubrio que era el padre de su nueva amiga.

- Por favor, no la riña ahora o la delatara y nos meteremos todos en un lio gordisimo.- susurro Megan a aquel hombre, que aun con la cabeza medio tapada y oliendo a cosas muertas pudriendose dentro de calcetines usados, le parecio "mono".

Aunque Megan contaba 17 años, su voz y su forma de expresarse eran mas propios de otra niña de la edad de Sarah.

Entonces a Megan se le ocurrio una cosa.- ¡Camarero, pedimos la carne al punto y esta esta muy poco echa!.- bromeo con lo que le habia caido en la mesa ya que aquellas cosas llamaban demasiado la atención y queria quitar hierro al asunto.

Igual si se hubiera mostrado enfadada por la torpeza del padre de Sarah le habrian castigado y no queria eso.

Se puso en pie para hablar con el guardia que lo llevaba.- Disculpe ¿Este hombre es de esos que arreglan cosas rotas? La ducha de mi camarote funciona un poco mal ¿Cree que podria dejarmelo un ratito para repararla ya que esta aqui?.- pregunto poniendo cara de niña buena e inocente y añadio.- Podemos pedir que nos pongan la comida para llevar y hacerlo ahora mismo, solo seria un ratito pequeño...-pidió Megan, eso le daria un momento para hablar con el padre de Sarah e igual hasta le parecia bien que se quedara con ella para siempre.

El camino se estaba haciendo tortuoso, pero no por nada especial de tener que andar o me obligaran a ir más rápido u otra cosa, sino por el remordimiento de conciencia que tiene que ver aquella decisión que tendría que tomar. Como estaba en mi mundo, apenas podía pensar con claridad, y además iba distraido, pero andando de frente como si no hubiera otro camino, salvo por las breves desviaciones de quienes me acompañaban, hasta que dado el caso. Pisé un cubierto y caí de alguna forma sobre la mesa.

La capucha casi se quitó y pude verla. Era... - ¿Es... - Sa...? - Una voz me interrumpió en el intento de reconocerla, pensar o siquiera hablar. Era ella, estaba seguro, además había dicho "papa" - ¿QUE DEMONIOS HACE AQUÍ? - Por un momento desvié mi mirada buscando a Crowell y gritarle pero... Debía mantener la calma, esa chica tenía cierta razón si la armaba aquí, era dificil que saliera vivo, entonces Sarah... y peor, Dimitry y el tren. - Dimitry y el tren... podría usarlo como amenaza más adelante - Pensé mientras seguía mirando a Sarah. Mi hija estaba tan... no sabía como definirlo. Cambiada sonaba lo más adecuado pero también lo más frio y posiblemente hiriente

Aquella chica me sacó de mi ensoñación cuando dijo lo del camarero. - Tengo que hacer algo, ella es mi hija y... - Por más que pensara, las palabras de Dimitry, sobre la comida de tercera, y las enfermedades en ambas, a parte de las muertes en tercera, hacían que mis sentimientos bailaban de un lado a otro sin saber que era mejor para Sarah, y yo era su padre... Me levanté poco a poco apoyandome en la mesa - P-perdone señorita, m-me he debido de tropezar con algo. Le ruego me disculpe - Actué como ella hizo, ya que la primera frase que me vinieron de sus labios, no eran las normales de alguien de primera, las cuales si fueron las de su segunda frase.

Iba a mencionar algo para intentar hablar con mi hija, tratando de inventarme alguna excusa, de cualquier tipo. Religión, cultura, cuentos, cualquier cosa valía, pero no me salía nada. Por suerte, la chica se me adelantó con arreglar su ducha. - C-claro, mejor repararla cuanto antes y que todo esté en el tren arreglado. - dije intentando que los guardas dieran su respuesta positiva - Igual así puedo hablar con Sarah tranquilamente, pero... ¿Por qué esta chica me está ayudando?

Antes de poder hacer nada entran por la puesta contraria, la de los camarotes, Robb y Senia.

Senia se encuentra con que Megan esta sentada en una mesa y una niña enfrente suya. Encima de la mesa, al parecer por un resbalón, hay un hombre que es de 3ª, al juzgar por sus ropas.

Rhazes está cerca, al igual que un par de guardas que custodiaban a Alan. Su mirada hacia el pasajero de 3 denotaba ira y posiblemente asco, pero la entrada de su hija Senia, le hace cambiar radicalmente lo que estaba apunto de dedir y hacer.

- Claro, pero antes...- Razhes se acerca a Alan y le termina de quitar la capucha negra que casi le tapaba la visión de la cabeza. - ¿Porque no terminan de cenar las señoritas? Señor Robb- ordena Rhazes al guardia que acompaña a Senia.

-Que el señor Alan coma algo. Puede que hoy sea su última cena. Además, no vamos a privar a las chicas de su cena solo por este contratiempo.-

Se incorpora con esa sonrisa de ironía en su rostro que le hacen parecer un auténtico tirano y se acerca a su hija. Una vez a su lado cambia a una cara paternal y la da un beso en la mejilla.

- Come algo en su compañía, Senia, querida. Insisto.- te dice mientras te ofrece sentarte en la misma mesa en la que esta todos.- Señor Robb, después acompáñeles a a reparar las duchas de la señorita Megan y su... nueva hermanita..- añade finalmente frunciendo el ceño y arrugando sus labios.

Con un gesto él se va y los guardias también dejándoos solos.

Megan no entendia nada.

El Jefe de seguridad dejaba que un tipo de tercera se sentara en su mesa, en un vagon restaurante destinado a los de primera, y no era que le pareciera mal pero era muy raro. Desde que había nacido le estaban diciendo que no podía mezclarse con las clases inferiores y ahora, iba a cenar con uno de ellos... con dos, mejor dicho.

Crowell no le caia bien. Tenía decidido que era un hombre malo al que era mejor no llevarle la contraria, así que solo asintio y espero a que se quedaran solos los cuatro en la mesa para hablar.

-¡Jope!.-murmuro mirando a unos y otros.-No se que esta pasando pero me parece que estamos metidos en problemas.- afirmo mordiendose el labio. Miro a su nueva amiga y forzo una sonrisa.

  Lo primero era ayudar a su amiguita en su propio problema, se sentía responsable de ella al ser mayor. -Señor padre de Sarah, siento mucho como le hable antes. Sarah no ha hecho nada malo, se escapo un poquito para ver como era primera y yo la disfrace de gente de primera para que no la pillaran, así que no se enfade mucho con ella ¿Vale?.

  Megan mostro su mejor mirada de cachorrito, suplicando indulgencia para su amiga y continuo diciendo.- Es que entiendalo, en tercera no tienen de nada, ni ducha, ni comida de verdad...ni nada... ¡Yo tambien me querria escapar de un sitio asi!.- aseguro buscando argumentos para la travesura de la pequeña.

Me sorprendió mucho la actitud de Crowell, el cual, si bien era desalmado, me había invitado indirectamente a cenar. No entendía como podía dejarme cenar en primera, igual simplemente era por lo que ocurría en la cabeza del tren, o incluso para mantenerme la boca cerrada.

Tenía aún que echar cuenta de las horas, y lo primero que quería era ver a mi hija. Me daba igual si en primera o en tercera, me daba igual si era trabajando o solo abrazandola, lo que si que quería saber es como había llegado allí y que hacía esta mujer con ella. Aunque no pareciera mala persona de primeras... aun me escamaba aquello.

Me senté donde me dijeron, sintiendome algo incomodo debido a no estar acostumbrado a hacerlo y cuando Crowell se fue a hablar con otra chica de primera, la mujer que tenía a Sarah empezó a hablarme, pero rápidamente la interrumpí - Por favor señorita, coma, los detalles de la ducha puede darmelos luego, no quiero que se sienta molesta por tener que explicarmelo ahora. Hay tiempo - Realmente lo que quería era evitar que lo que pudiera decir ella fuera oido por el resto y pudieran culparla de algo, si bien antes se acercó bastante entre susurros, ahora había guardias y gente de primera atentos en nosotros. - No se preocupe por ello ahora. - Y sonreí lo mejor que pude a la chica y a mi hija. La cual, seguía mirandola confuso sin saber lo que había ocurrido.

Cuando estuvieramos en la habitación de la chica, entonces podriamos hablar con tranquilidad.

Megan se sintio un poco desconcertada y puso una mueca durante unos segundos.

-Aun no nos han traido la comida.- murmuro Megan encogiendose de hombros, no entendia que queria el padre de Sarah que comiera cuando se había caido en la mesa vacia.

Esta vez hablo bajito y se acerco a la otra mujer.- Senia, tu papá es malo con la gente pero es bueno contigo ¿Podrías pedirle que fuera un poquito más bueno con las personas de tercera clase? Es que... tambien son personas ¿Sabes?.- pregunto Megan como si pensara que estaba descubriendole algo nuevo a aquella mujer, que nadie hubiera pensado antes.

Despues miro a Alan.- Senia es la hija del jefe de seguridad del tren. Ella no es mala como su papa, es un poco más buena.

Luego levanto la cabeza y miro alrededor. No entendia donde se habian metido sus padres, no estaban en el camarote y no estaban en el comedor. No solian dejarla sola tanto tiempo, sobre todo su protector padre pero tampoco era algo que la disgustara. Era simple curiosidad.

Sonreí, sintiendome un tanto ridiculo ante lo que había hecho, con la cierta aclaración de la chica de que no había comida - Tiene toda la razón. Quería decir que... - Pensé un poco már intentando lanzar una indirecta, hablando del tema que tenía que arreglar, pero refiriendome a lo que me quisiera decir de Sarah - ...me contara luego, con más tranquilidad... - al decir esto miré alrededor, por los guardas - ...lo que deba saber - Esperaba que lo entendiera

Para colmo de males, a la cena se unía la hija de Crowell, si ya bien era conocido que Rhazes era un cabrón, a saber como era su hija. Aunque me sorprendió de sobremanera, las preguntas que le hizo la chica a la hija de Crowell - ¿Realmente es de confiar? - Por lo visto sí, pues me la presentó como "no es mala", me agradaba oir aquello, aunque sin duda la forma de hablar de aquella chica me hacía gracia. Supuse que le gustaba ser inocente, y por ello hablaba así, a fin de cuentas, no iba a prejuzgar mal a alguien que ha ayudado a mi hija y luego a mi, siendo ambos de tercera... o al menos eso parece.

-Un placer señorita Crowell, soy Alan Ficherald, uno de los mecanicos de tercera - Me presenté, aunque aún sin saber por qué, ante la hija de Crowell.

Por otro lado, mientras ellas hablaban yo miraba a Sarah. Aunque se podía denotar su cara de preocupación, no quería que estuviera así, que me mirara de aquella forma. Saqué entonces valor de donde no podía sacarlo más después de lo que había pasado y hablé con ella, de alguna forma que no sonrara a peligro para los guardas - Ey pequeña, tranquila, no haré nada malo, te lo prometo. - Era desgarrador... quería decir tantas cosas que no podía, y todo lo que podía decir era eso... "Sarah, tranquila, soy tu padre, no estoy enfadado contigo, solo preocupado por ti. No quiero que te pase nada malo hija mia" Solo podía desear que fueramos al camarote de la chica cuanto antes mejor y darle un abrazo a mi hija.

Llegue al vagón restaurante detrás de Robb, estaba bastante confusa ahora mismo con lo que había pasado, o mas bien no pasado. Aquella noche solo quería sentirme normal por unas horas, pero no había conseguido ni estar diez minutos en la fiesta, después me había tenido que ir a mi compartimento vigilada y ahora me obligaban a cenar cuando no tenia ni pizca de hambre.

Creía que al menos había conseguido congeniar con Robb, que me entendiera un poco y no fuera tan estricto como mi padre, pero en un ultimo momento todo se fue al garete y ahí estábamos siguiendo las normas de su jefe una vez mas.

Llegamos y allí estaba Megan con dos personas, una niña y un hombre... vestido... raro.

Mi padre me dio un beso en la mejilla y suspire - No tengo hambre papa... - Comente, pero evidentemente eso no importaba si que me senté en la silla que me ofrecía y mire después a Robb, casi quería gritarle que me salvara de estar allí, porque ahora mismo solo me apetecía volver a mi compartimento y gritar.

Cuando se fue comencé a escuchar la conversación mi mirada perdida comento a mirar a la niña y al hombre que estaba allí con rostro de sorpresa. Mire a Robb y después de nuevo a ellos. - ¿Sois de tercera? - Pregunte sin poder apartar la mirada de ellos. Yo me había criado en primera, había llegado allí de bebe pero sabia que no era la hija biológica de mi padre, mas adelante descubrí que me había traído de tercera poco después de nacer y... Era la primera vez que veía a alguien de allí.

No es que quisiera ignorar la petición de Megan, es que ahora mismo se me veía un poco en shock.

-¡Jo, Senia! Luego dicen que la lenta soy yo...pues claro. Alan es un mecanico que vive en un vagón del final del todo, te lo acaba de decir el mismo.- Murmuro Megan un poco enfadada por que la hija del jefe de seguridad no le respondía a sus preguntas.- Pero allí se vive supermal, Senia, y no es justo.-añadio con un ligero tono de protesta.

Puede que para el resto del tren fuera evidente pero Megan había descubierto recientemente que ser de tercera no solo implicaba llevar una ropa sucia y rota (y no por gusto como ella pensaba), además significaba no tener agua para laverse o limpiar la ropa, ni saber que era el chocolate.

No pude evitar, finalmente, reirme por lo bajo y levemente, de la actitud de la chica que tenía a Sarah consigo durante este tiempo, realmente me recordaba un poco a Sarah cuando jugaba con los otros niños de tercera, y en parte a Anna cuando hacía bromas. Era un alivio poder frenar mi mente de los pensamientos que tenía sobre el asunto de antes, aunque tampoco podía distraerme demasiado.

Por otro lado, era un poco extraño oir hablar de tercera de una forma tan penosa a gente que nunca habían estado allí, supuse que Sarah habló con ella y comparó tercera con primera, un punto a favor el saber que le gustaban cosas de primera, es que podría alejarla de la comida insana que nos daban en tercera... descubrir su ingrediente en la cabeza del tren fue... repulsivo. Peor que la historia de antes de que se crearan, incluso me odiaba a mi mismo por haberle dado eso a mi hija. - Bueno... en tercera es verdad que no se tienen las comodidades de primera, además, vivimos todos apelotonados en un solo vagón, y se denota el olor a... - no seguí, no quería incomodar a ambas señoritas con una visión tan mala de tercera - Lo bueno, es que conoces a todos, y nos ayudamos mutuamente a seguir adelante, a tener esperanzas y vivir con alegría dentro de lo malo. No digo que aquí no lo hagan, ya que no tengo experiencia en la sociedad de primera pero... es algo que me agrada de tercera. - Si pudiera contar todo lo malo que tenía tercera, incluyendo lo descubierto hace unos pocos segundos, ni siquiera lo poco bueno que tenía tercera ganaría.

Por otro lado, primera también tenía sus desventajas, el descubrirlas también recientemente me hicieron ver que tanto primera como tercera, eran igual de malas, al menos por el peso que tenían. Y ahí estaba mi debate, sería capaz de devolver a mi hija a tercera, o dejarla en primera... La condena era segura en cualquier de los dos bandos.

Megan pensó en las palabras de Alan antes de hablar, con un poco de tristeza.- Es triste que buenas personas tengan que vivir tan mal y la gente de primera...-no termino la frase, solo resoplo pesadamente.

-No todos son malos, mis papás son buenos...mi papá es bueno.-se retracto. Su madre era un poco bruja, como todas las estiradas de primera clase. Muchas veces la miraba como si se avergonzara de su hija la retrasada, todo lo contrario que su padre.-Aun así llevo todo el día sin verlos, no sé donde estan ni que han hecho...Si yo desapareciera tardarian días en darse cuenta y igual ni me buscan.

Hasta ese momento pensaba que Sarah era afortunada por haber escapado de un sitio que no sabía lo que era el chocolate o una ducha, pero empeza a entender que lo era por vivir en un lugar donde la gente se preocupaba por ella. Forzo la sonrisa.-Pero yo no soy así, a mi me gusta tener una amiga y no dejaria que le pasara nada malo...-dejo caer, igual que una niña que tira indirectas para quedarse con un cachorrito abandonado.

El walkietalkie del guardia que estaba con Senia y con vosotros, Robb, crepitó por unos instantes y se pudo oir la voz clara de Rhazes.

>>>-Señor Robb. Tenemos en tercera un problema. Traiga al señor Ficherald y a su hija al vagón de cola.- Sin... testigos, señor Robb. Ya sabe a lo que me refiero.-<<<

La orden no se hizo esperar.

Robb se levantó de inmediato de la mesa y con un largo suspiro se apartó un paso de vosotros mientras alzaba el arma.

- Tendréis que comer mas tarde. Levantáos. Todos. - Sus palabras no dejaban lugar a dudas de que era una orden y si no se cumplía dispararía.

Algunos de los comensales de la sala pararon de comer y os miraron con atención durante unos instantes. Después siguieron a lo suyo, comiendo. Robb miró con cara de pena a Senia.

-Lo siento... tu...tu padre... - Susurró intentando disculparse. Se mordió el labio mientras por su cabeza pasaban mil cosas, sobre todo pensando en Senia. - Moveos.! - Dijo amartillando el arma de forma firma y apartando la mirada de Senia, incluyendo a Megan y a Senia también como "prisioneras"

Megan escucho al señor Rhazes dar ordenes y sintió un escalofrío. No le gusto nada. Miro a la papá de Sarah y despues a la hija de Rhazes esperando ver que hacian ellos, ya que por un momento no supo que hacer, pero pronto su caracter se impuso.

-¡NO! No quiero ir contigo, yo no he hecho nada. Sólo me he sentado aqui a cenar, no he hecho nada malo y no puedes obligarme.- protesto dispuesta a montar la madre de todas las pataletas en mitad del vagón. Ella no tenía el miedo a los guardias que podian tener los de tercera, había sido criada con todos los privilegios y uno de ellos era hacer berrinches.

-Bueno, alomejor si puedes pero te va a costar sudar.-pensó Megan enfurruñada.

-¡Si intentas tocarme o coger a Sarah te pateare en tus cositas de chico y te mordere muy fuerte hasta dejarte marca!.-prometio completamente convencida de salirse con la suya.

Tras oir aquella orden me puse en alerta, aunque realmente daba igual, lo importante es que queramos o no, Rhazes se dió cuenta del engaño, y por eso ordenó aquello, pero que quisiera deshacerse de los testigos, incluyendo su propia hija... Ví como Megan fue la primera en reaccionar, y un tanto de mala manera. Acto seguido, me puse entre medias de los dos - Tranquilicese señorita, no nos va a hacer nada. Como usted acaba de decir hay gente buena en primera, y dudo que todos los guardas de primera tengan la sangre tan fría como para matar a dos mujeres y una niña - No dije nada de mi, total, para ellos solo soy un despojo, pero... - Y dudo que quieran hacerlo, pues... - me giré al guardia para mirarle a los ojos - Si lo haces, mañana el tren será destruido - dije por lo bajo.

-De ti depende que sigamos con vida todos los presentes chico, y si piensas siquiera hacer que "no haya testigos" con esa horrible maquina de tercera, vas listo. Soy el único que pude reparar una parte del tren, así que tu decides. ¿Quieres llevarnos a tercera? Bien, pero todos vivos. - Esperaba que el as en la manga que me torturaba tanto en la cabeza desde que lo supe, surtiera efecto para que el guardia se pusiera de nuestro lado y al menos seguir con vida otro rato más - Y si piensas acaso decirselo a alguien, el tren seguirá corriendo el mismo peligro que si nos haces algo - No era un hombre de amenazas, pero mi hija estaba presente, y esto no era tercera.

En tercera sabía como funcionaban las cosas y podía calmar a la gente, pero primera era muy diferente, y seguramente no en el aspecto fisico, así que tendría que usar la misma medicina que usaban con nosotros.