Partida Rol por web

Sombi ni poyah

Orguyo y Satisfaksión (Escena 3)

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04/04/2015, 00:24
Director

Al amanecer del segundo día, mira al este. Digo, se levantaron con más desgana que gana. Las órdenes eran las de hacer una maleta pequeña, echando ropa de ir arregladito. No ve uno al rey todos los días, con apocalipsis o sin él. El zeppelin tenía un compartimento para las maletas en la misma góndola, justo por debajo de los asientos, al que se accedía por fuera del aparato, como si fuera un autobús. Pero sus dimensiones eran más modestas. No tenía compartimento arriba para maletas de mano, ni nada así. De hecho la única comodidad que tenía era que la góndola iba insonorizada (así no escuchabas el puto zumbido todo el rato), que los asientos tenían cinturón de seguridad y que aquel modelo en concreto tenía uno de esos minúsculos baños químicos que hay en los aviones, por que al parecer los modelos anteriores tururú que te vi.

Al menos la vista era inmejorable, cojonuda. Los pasajeros tenían al lado amplios ventanales de cristal reforzado e insonorizado con los que disfrutaban del paisaje mientras viajaban de una manera acojonante.

Los pilotos comprobaron que todo era correcto. Eran dos alemanes de la empresa Zeppelin, que se habían largado a España cuando se país se fue a la mierda. Uno de ellos, Karl, el copiloto, había estado 200 veces en la casa de su abuelo en Mallorca, y se acordaba de la isla. Sabía que una isla así el contagio era mucho más fácil de controlar, y que había islas en las que directamente el virus no había llegado por el cierre de los aeropuertos. Todavía no salían las hordas del fondo marino que posteriormente se experimentarían en las islas del Mediterráneo, así que convenció al piloto, un holandés llamado Piet, de que cogieran a sus familias, cargaran las maletas, dinero y robaran el zeppelin a la empresa tomando las de Villadiego, aprovechando que se había decretado la evacuación hacia Hannover.

Y así habían llegado a Mallorca, más contentos que la hostia. Entonces les recibieron unos cazas, por que estamos hablando del 10 de agosto de éste año, y preguntaron que coño pasaba, y por que violaban su espacio aéreo. Les hicieron aterrizar, les sometieron a pruebas médicas para descartar que no tenían la enfermedad y pidieron instrucciones a la embajada alemana. La embajada alemana estaba encantadísima de estar en España y no en Alemania, donde la gente estaba muriendo a cientos, y dijo que ellos eran ahora refugiados en tierra española. El zeppelin se quedó en una nave y ellos vivieron en un hotelillo cutre de Palma de Mallorca hasta que, comenzado el Apocalipsis, el general García pidió un informe de aeronaves disponibles para la defensa y aparatos civiles, entre los que estaba el zeppelin. Y la bombilla se les encendió.

De esa manera el "D-LZZF, Baden-Württemberg" llegó a Ronda y se convirtió en "El Dragón". Las familias alemanas encantadas de vivir en Ronda, paraíso terrenal, y los pilotos que habían sido reclutados por la gracia de Dios para las más variadas misiones. Menos mal que Karl hablaba un español bastante decente, dentro de lo macarrónico, por que si no ya me dirás.

El caso es que el dirigible rugió, la escalerilla se metió otra vez padentro, el copiloto cerró la cabina y unos minutos después comenzaron a remontar el vuelo. Tuvieron así ocasión de ver una perspectiva aérea cojonuda de Baños, el pantano y el castillo. Su castillo. Comenzaron el viaje, un viaje de los de antes, de tocarse los cojones a dos manos y dejar que te llevaran. Que descansado y que chulo, cago en diez.

Sobrevolaron la provincia hacia el norte, a una altura prudente, no demasiado elevada, lo justo para pasar encima de las montañas sin preocuparse. Vieron así Despeñaperros, que desde el aire molaba bastante, y tras él, las planicies de la Mancha. Era como un capítulo de "España a vista de pájaro", solo que con detalles macabros. Apenas habían pasado Despeñaperros vieron que las hordas caminaban por la autovía, desbocadas. Cientos al principio, miles más al norte, cientos de miles en las inmediaciones de Madrid.

Pero el peor espectáculo, sin duda alguna, fue sobrevolar lo que antaño había sido la base aérea de Cuatro Vientos. Un noble intento de crear un gran campo de refugiados y base militar en la provincia de Madrid, que había terminado en un fracaso absoluto. Derrotados en una batalla campal en la que los medios militares convencionales se demostraron inútiles, los militares habían abandonado allí gran cantidad de equipo y aeronaves. Había tiendas de campaña por doquier, quemadas, destrozadas o aún en pie. Vehículos militares, tanques, hangares y centros de mando móviles en aquellas gigantescas pistas de aterrizaje, convertidos en un museo macabro. Los cuerpos tirados de los soldados y civiles a las que no pudieron enterrar, muertos "en combate", junto a las hordas de decenas de miles que todavía lo inundaban todo, y que levantaron sus manos patéticamente hacia el zeppelin que les sobrevolaba a cientos de metros sobre sus cabezas. La bandera seguía hondeando en la Torre de Control del aeródromo, testigo mudo de la masacre que había derrotado al ejército español.

El general guardó silencio ante aquella visión apocalíptica, todos lo hicieron. Generaba vergüenza, rabia y desazón. Tantos millones de euros gastados en plena democracia para modernizar un ejército para que acabara de aquella manera. Tanta confianza de los refugiados en las autoridades, transformada en una gigantesca mentira. Ahora más que nunca les quedó claro que el método Baños era lo único que podía funcionar. Trabajar para tu propia salvación, formar parte activa de la maquinaria que hiciera posible una victoria ganada día a día, con el sudor de la frente. El enemigo no tenía prisa. Ellos no debían tenerla tampoco.

Con esos funestos pensamientos bordearon ese gran monstruo que era Madrid. Madrid, una ciudad sumida en el más absoluto de los caos. Grupos de supervivientes en las azoteas, agitando las manos, creyendo que aquel zeppelin iba a salvarles. Grupos de policías atrincherados que resistían pegando tiros en las comisarías. Pero sobre todo, hordas. Grandísimas hordas que recorrían las calles, que salían del sistema del metro y las tapas de algunas alcantarillas. Los restos de lo mejor de la UIP, los GEOS, los GOES y toda su puta madre, en la Plaza Cibeles, con los coches quemados, abiertos, con sus cadáveres tirados o sumados al ejército del mal con sus andares torpes y lentos. En aquella pequeña batalla se habían cargado a un buen puñado. Casi a mil. Sus cadáveres tapizaban la plaza y sobre ellos andaban los muertos.

Todo aquello les hizo recordar lo muy privilegiados que eran. La genialidad de la toma de decisiones que habían hecho desde el primer momento, que había salvado a su pueblo y le había traído algo parecido a la prosperidad, si se comparaba con aquello. A decir de Jose Luis, "esto está como siempre. Nunca me ha gustado una mierda Madrid. Grande y fea". Por una vez, Mari Cruz estuvo de acuerdo con él.

Salieron de Madrid, sobrevolando sus sierras en silencio. Los pinos ocultaban lo que había más abajo, y respiraron con más comodidad. Incluso sobrevolaron el Valle de los Caídos, cuya gigantesca cruz de cemento les pareció ahora un fúnebre monumento. No a la memoria de los caídos "por Dios y por España", si no por todos aquellos que, atrapados en una gran ciudad, habían perecido o estaban a punto de hacerlo. Un monumento a la absurda futilidad de un gobierno incapaz que había tratado de contener lo incontenible, utilizando para ello los medios habituales. Como si más que zombis, aquello hubiera sido una manifestación o un atentado de la ETA. Y ahora, los huevones del gobierno en Canarias comiendo plátanos, y los panaderos de Coslada agotando suministros en sus pisos, abrazados a su familia que llora hecha un ovillo por que se escuchan gruñidos en las escaleras. Perra y puta España, hoy y siempre. La España que te duele en el corazón.

El zeppelin tenía una velocidad cojonuda. 70 kilómetros hora en velocidad de crucero, hasta 140 dándole caña. El viaje había sido sorprendentemente rápido, aunque se les hubiera hecho larga. Cuatro horas. Llegaron a media mañana a Segovia, ya podían verla desde las cristaleras. La ciudad baja, con las fosas comunes donde estaban enterradas las hordas de la ciudad, y más allá la ciudad vieja, protegida por sus murallas, puertas y torres, bullendo de actividad. Un latido en el cardiograma del país, que hacía recuperar la esperanza. Una ciudad tomada por tropas militares y que contenía un buen número de refugiados, pero no exagerado. Parecía que se había instaurado allí el sistema sudafricano. Se había salvado a un número asumible de personas, personas en muchos casos escogidos por lo útiles que pudieran ser en aquellas circunstancias, condenando al resto a malvivir en sus refugios.

La vieja ciudad de reyes, cual Minas Tirith española, resistía al invasor como la aldea de Asterix. Les sorprendió que una radio les interpelara, preguntando quienes eran. Se informó, por que ya venían sobre aviso, y se les dió permiso para aterrizar. Karl miró a su compañero y pensaron "que cojones". Aquel cacharro podía despegar y aterrizar verticalmente, así que seleccionaron bien el sitio para aterrizar. Era una plaza que había junto a la catedral, no en la fachada principal, la que daba a la plaza mayor, si no a una lateral. 300 metros de ancho tenía la plaza, el zeppelin medía la mitad. Y la verdad es que los alemanes sabían pilotar de putísima madre, por que aterrizaron en el centro exacto del recinto, sin rozar una puta farola siquiera. Que cracks, cago en todo.

Ahora, lo típico del aterrizaje. Un buen rato parados hasta que se comprobaban todos los controles de la nave y se iban deteniendo los motores. La ordenanza del general que abrió la puerta y sacó la escalerilla, escuchando ellos el puñetero zumbido del aparato, ahora apagándose. El Cagaprisas que quería estirar las piernas, salió a la plaza sin más, rascándose la huevada. El viaje se le había hecho largo.

Fueron saliendo así, cada uno cuando le salió de la flor. Vílchez, Mari Cruz, el General, el Zeky y los armarios empotrados de los escoltas del general. Abrieron los compartimentos y sacaron las maletas, mientras los soldados se pusieron a asegurar el aparato, como habían hecho en Baños. En éste caso, en vez de dejarlo flotar lo amarraron al suelo para que no flotara, o casi.

Llegaron unas motos, que eran de la Guardia Real. Allí todavía usaban coches para moverse dentro de la ciudad. Con las motos venían un coche bueno, mercedes o así, y un microbús que había sido del urbano de la ciudad, que suponían que era para recogerles. Cuanta deferencia, coño. Seguro que era por que venían con un picatoste. El coche se paró y los escoltas acompañaron a un tío vestido de traje que se acercó y estrechó la mano al general enérgicamente, luego a Mari Cruz, y después a todos los que habían llegado, sin distinción.

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04/04/2015, 01:33
Alberto Aza

El picatoste se esperó a que los motores dejaran de rugir y saludó a los pilotos cuando bajaron. De los de la guardia real, unos se iban a quedar allí de guardia vigilando el zeppelin, razón por la que hubieran venido tantos. El silencio del motor coincidió con las campanadas de la catedral, que llamaba a misa de las doce. El ambiente era relajado, se podía respirar la tranquilidad en aquel sitio. Y la tranquilidad en aquellos tiempos era un valor que se cotizaba como el oro. Después de las campanas, vino el silencio. Un silencio casi melancólico.

-Me alegro mucho de recibirles. En nombre de la Casa de Su Majestad el Rey, les dió la bienvenida a Segovia, ahora capital de la defensa de España.

Hizo una pausa.

-Hemos escuchado grandes cosas de lo que se está haciendo en Andalucía. Cosas muy prometedoras. Es por ésto que su majestad me ha transmitido su deseo de que reciban el mejor trato posible durante su estancia en ésta ciudad, pues bien merecido se lo tienen. Sin embargo, el monarca, yo mismo y varios oficiales del Estado Mayor del Ejército deseamos fervientemente escuchar lo que han venido a contarnos. Por eso me temo que tengo que abusar de su amabilidad y pedirles que nos acompañen. Su Majestad ha tenido a bien compartir su comida del mediodía de hoy con ustedes, pero antes de ir al castillo, como tenemos tiempo, les escoltaremos hasta su alojamiento, por si quieren cambiarse, asearse o lo que quieran.

Miró el reloj. En aquel momento parecía un guía turístico.

-Son las doce. Bien. Para la una y media podemos partir desde la puerta del hotel hacia el palacio para la recepción. Todo está muy cerca aquí, claro.

Les indicó que le acompañaran hacia el autobús que habían traído.

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04/04/2015, 11:46
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Se cagó en la puta y en su putísima virgen cuando vio a la yaya sentá cocinando después de que había echao hasta los higadillos en el puto cubo al lao de la cama. Se acercó y la levantó de la silla. Su yaya había sio la única figura parental que había respetao en toa su vida y la quería mucho, pero era más cabezona que un borrico cuando se lo proponía. 

-Me cago'n la puta, yaya, ¿qué pijo'stás haciendo?- cogiéndola del brazo salió dirección a donde estaba la doctora Barbi y toas las monjas. -Si no me quiés hacer a mí caso, pos te vas a quedar en una cama con toas las monjas, que te velen ellas y si hace falta que t'aten a la cama, copón. Ni saliéndosete el corazón del pecho te pués sentar un rato, copón.

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04/04/2015, 11:27
Jose Luis Carmona "El cagaprisas"

-No sé que pinto yo aquí -dijo cuando bajó del dirigible.

Es lo mismo que dijo cuando se montó allá en Baños. Estaba de mal humor y esas fueron casi todas sus palabras en todo el viaje. Se sentía manipulado. Sentía que le ocultaban algo. Quizá fueran paranoias suyas, pero fuera verdad o no la mala hostia no se la quitaba nadie. Primero, el alcalde con su historieta de ir a Segovia por tierra, luego que tol mundo tranquilo que vamos volando. Luego resulta que el alcalde no va, que va la rubia. Que una cosa es cubrirle el lomo al alcalde y otra que la sargento necesite protección. Y en todo caso que habiendo legionarios qué pintaba él ahí haciendo de guardaespaldas. Y para remate, resulta que iban con el general aquel, lo que le daba a Jose Luis para sospechar más cosas.

...amo a ve, Selui... que te dicen que no se pué hablá con el rey por radio que no se pone... eso me lo creo porque don Faustino éh un don nandie comparao con el rey... ¿pero que no se ponga a hablá por radio con el mihmísimo general de toah lah Andalusíah? ¿Y si el rey no se pone porque no hay rey ni pollah? A lo mejó ta muerto o se le rompió la pata esquiando y no quieren que nandie lo sepa... ¿y eso va a cambiá tu vida en Baño? ¿En verdá eso limporta a alguien? ¿Lo va a hase má fási tó? No, Selui, no, ni má fási ni má difísi... Lo que diga el rey te la suda en verdá, Selui, no lo niegue... tu vida ahora éh Baño, éh tu Toñi tu Deibi tú... tú... te lastán metiendo doblá, Selui que te lo digo yo...

Sus manos se crispaban en el reposabrazos y los músculos se iban tensando más y más a medida que iba pensando cosas así. ...cuidao no rompa na, Selui, quehte cacharro parese de uguete con to lo grande que éh... Recordaba aquel documental que vió hace años de un bicho de esos que explotó cuando las cosas se grababan en blanco y negro. ...el barco voladó de Hitle o algo deso, que reventó en unah olimpiada nasi cuando un negro levantó el braso dehpué de ganá una carrera y tocarle loh huevo al Hitle ¿no?... ¿cómo se llamaba el globo ese, Selui? ... el Gil de Burgoh ¿no? ... que lleva nombre de tío de novela antigua, digo yo que pa qué le ponen ese nombre loh americano o loh alemaneh o quien carajo sea que haya hecho el globo aqué... pero que murieron ciene de persona, Selui que eso metió un explotío de cojone...

A pesar de esas ideas malsanas se encontró inesperadamente cómodo en el Dragón. El único lugar del planeta en el que podría bajar la guardia, que no te iban a morder los huevos los apollardaos. Lo peor que podía pasar es que el cacharro ese pegara un pepinazo, pero ¿acaso no era una manera limpia de morir? Pim pam pum y fuera.

Él tenía cosas más importantes de las que preocuparse que de ir a ver al puto rey. Con tos los respetos a Su Majestad, claro. El chip de supervivencia se encendió a mediados de agosto con todo aquel cipote y ya no se había apagado. Todo era estrés y preocupaciones inmediatas. Ni rutina ni pollas, todo era ya búsqueda de soluciones y tener la cabeza ocupada en salvar el propio pellejo. Que tensión, carajo, qué manera de quemarse cosa mala. Desde las alturas le interesó especialmente todo el entorno de Baños. Lo miró todo con auténtico interés: algún grupo de apollardaos, cortijos disponibles, maquinaria, naves industriales... lo que hiciera falta. Tomó nota mental de algunas cosas: tendría que avisar a la vuelta de algunas cosas, como aquel ¿quizá un camión con bombonas de butano? ...no tá claro, Jose, pero no telolvide...  que estaba relativamente cerca de Baños en una comarcal y que podría ser recuperable; o aquella furgoneta blanca que, más que verlo intuyó, sería una ambulancia, no se sabía si abandonada al lado de un árbol o directamente empotrada contra él, pero que quizá tuviera algún suministro médico que pudiera salvarle la vida a un bañusco en el futuro.

...arriesgá la vida pa recuperar una ambulancia que a lo mejó está vacía, pa salvarle la vida a alguien no se sabe cuando...

En definitiva esa era la idea del viaje, o al menos era lo que le habían dicho. Le costaba ver el plano completo. Comprendía la importancia de Baños por sí misma, pero no entendía qué coño podía aportar a otras poblaciones.

Más allá de Despeñaperros el interés saqueador se convirtió en mero turismo. Las impresionantes hordas y la tremenda devastación era como ver una película. Era una estampa negra detrás de otra, pero en cualquier caso ajena a él y a Baños. ... to irrecuperable, Selui... el método Baño vale pa Baño, y punto...

Con esa idea muy clara bajó del dirigible. Demasiado tiempo sentado en ese ascensor. Estiró las patas y se recolocó los huevos.

-No sé qué pinto yo aquí.

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04/04/2015, 15:32
Er Zeky

Al final ibamos a ver al rey. No acababa de entender muy bien mi papel en todo esto, ciertamente. La de veces que estos picoletos me habran tratao de perroflauta como si eso implicara ser por cojones un puto vago de mierda. Que si, que lo fui, pero estos señores no me conocía, y solo tenían el prejuicio por delante. ¿Y ahora me necesitaban? Pues que no se pensaran que me iba a vestir de pinguino ni pollas. Asín que me coloqué mi indumentaria fiel. En este caso fue una camiseta a rallas negra y morada (tipicamente de perroflauta), unos pantalones cagaos piratas, unas botas de montaña (resctás de casa), una rebeca pal frescor, y me recogí el pelo con un coletero (que a esas alturas debía estar más largo).

Lo de los pantalones cagaos todavía no era en el sentido literal. Pero la mera idea de subir en el artefacto este me daba vuelcos al ojete. De toa la vida me había dao miedo volar, y me monté con el culo apretao. La pose que adopté en el asiento fue, cuanto menos, ortopedica. Mas tieso que una vara, mas manos aferras a los reposabrazos...Una pose de tensión de cojones. Ni siquiera las vistas consiguieron borrarme las ideas apocalipticas de que aquello se podía caer en cualquier momento y partirnos la crisma allí. Solo fue con el tiempo, y la puta visión del verdadero apocalipsis cuando esas visiones se me fueron un poco de la cabeza y dejaron paso a la jodida realidad. Las hordas, todas las putas hordas que se movían buscando a un infeliz del que alimentarse. Las familias chillando desde balcones y terrazas, con las esperanzas de que les ibamos a salvar el culo. ¿Cuanta más gente habría asín? ¿Cuantos? Y nosotros nos hemos dao el lujo de partidos de futbol y fiestas...Eso generó en mi cosas rarunas. Por un lao, me sentia un puto afortunao, pero por otro lao...también me hacían sentir un poco rastrero, o insolidario, o llamalo como quieras. Pero un poco na mas ¿eh? Porque esto era como cuando había mundo y nos ponían en la tele un anuncio de una ong con imágenes de niños malnutrios, asín a medio dia. Y tu mirabas tu plato sintiendote afortunao, y sintiendo pena por aquellos chiquillos...Pero la pena duraba lo que tardaba en volver a poner los Simpson.

Ay Madrí, Madrí...Había estao por aqui un par de veces, y ya era irreconocible. ¿Cuantas borracheras había pillao aqui? ¿Cuantas gachís de hablar finolis me había empotrao? Como cambia la vida, como cambia...Y aun lo pensé más cuando en Segovía no recibió toda la comitiva. Y el barbas aquel me da la mano como un igual...No pensaban lo mismo cuando nos soltaban a los antidisturbios en las protestas anarquistas. De esas protestas que a veces no estaba puesto de la misa la mitad, pero que las gachis estaba muy buenas y no llevaban sujetador, y bueno, que había premio después.

Al bajar del zepelin estiré las piernas y miré bien todo aquello. En Segovia también se lo habían montao bien, pero Baños me seguía pareciendo mejor.

- Ya somoh doh, illo...- al cagaprisas por lo bajo.

Al parecer nos iban a llevar a un hotel y to. Me sentía un poco fuera de lugar. Como cuando la mama me llevo a comprarme ropa formal pal bautizo de la prima Lali. Al menos la dependienta estaba buena.

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04/04/2015, 16:06
Mari Cruz Castaño Hita

En otro tiempo se habría sopado pero esa noche tuvo, tuvieron, carrete para rato. Nada que ver con lo de antes, no con otros, de los que ya ni se acordaba, con él, una nueva etapa con sus nuevas cosas, tiernas, intensas y dulces cosas. Ay algo muy hermoso en los defectos del otro, cuando los ves, los reconoces, y los adoras, tanto o más que las virtudes, porque en la imperfección reside la verdadera dimensión de la belleza, eso es amor. Ahora se sentía mal por haberle juzgado como lo hizo antes del estallido, creía que era un chulillo de pueblo, un poco vago, un poco inútil y glotón, pero con un culito…
A la mañana siguiente (pasara lo que pasara Mari Cruz a las 9 de la mañana tenía los ojos como platos, si estaba muy cansada… las 10) estuvo un buen rato observándole, profundamente dormido. Ay que ver… nunca había dormido bien con nadie (sin contar a su hermana peque)y con él sin embargo lo hacía como una piedra, a pesar de que la abrazaba y no la soltaba, era sentir ese calor a la espalda y… ahí estaba esa sensación, estaba en casa. Miró alrededor, se asomó por la ventana, Baños estaba de resaca, que tranquilidad… hasta los españoles pueden cansarse de su propio ruido. Una mañana perfecta y sin necesidad de café!
Jorge la llamó amodorrado y ella regresó al trote bajo el edredón, que ya iba haciendo fresquete, al dolce far niente. Lo nunca visto.
Al mediodía le despertó el perfume de algo delicioso cocinándose en el infiernillo.

Por la tarde ya tocó ponerse a currar, había un viaje que preparar, terminar el dossier, editar algunos videos, debatir detalles, hacer maletas… en ese momento Mari Cruz entró en pánico, al probarse el uniforme de paseo le sobraba ropa por todos lados ¡Se le caía la falda! Por suerte una de las benditas abuelas del pueblo se había subido su Singer al castillo, de las que el pie va sin motor, y lo arreglaron en tiempo record. Lo peor fue tener que aguantar al conclave de señoras poniéndole alfileres y tomando medidas mientras le decían que estaba muy flaca, que a los hombres les gustaba tener donde agarrar, que tenía que comer más y todo eso que le repetía su madre solo que con más picardías, menudas eran las abuelas…

Al día siguiente salieron temprano y le dolió en el corazón dejar allí al tito, que al fin y al cabo la idea era suya y el mérito de ambos. Se despidió abrazandolo muy muy fuerte.
El viaje fue toda una experiencia, es curioso que le impusiera respeto viajar en zeppelin y no en globo deportivo, pero al rato gracias a las comodidades se le pasó y lo que veían fuera les hizo derivar la atención a otras cosas. Un panorama desolador… y cuanto más próximos a Madrid peor, ni en las películas… estrechó la mano de Vílchez, todo eso les rodeaba.
Como hizo en el tour de días pasados, llevaba en el equipaje cámaras de video y foto, baterías y un portátil. Sacó la cámara de video del bolso y fue grabando intermitentemente, los alrededores de Baños por valor estratégico particular y el resto por valor documental. Las charlas del general y el tito le hicieron pensar, los medios de comunicación habían colapsado y a saber cuantos periodistas podían quedar vivos en el mundo, alguien debía tomar el testigo y dejar constancia. Ella de los viajes, su hermana de la gente y las historias de Baños.

España… aún por encima del humo, las ruinas y las miserias humanas ondeaba brillante, aún hecha girones se la reconocía en la distancia. Reconstruida mil veces, hecha a trozos y a su manera, ni contigo ni sin ti, esa era la esencia de la disfuncional pero funcional España. Única en el mundo hasta hecha mierda. Mari Cruz tenía muy claro que iba a dedicar hasta su último aliento por ese… país ( el concepto se le antojaba estrecho para lo que realmente era, una realidad compleja) que un día se olvidaría de ella como de otros tantos a los que usó para seguir a flote. Pero la historia estaba plagada de enamorados de la piel de toro que aún maltratados le profesaban devoción. Porque de catetos e hijasdeputa como el Cagaprisas y la Toñi salían diamantes como el David, era por esos niños, por la esperanza depositada en ellos, que luchaba y no por la gloria o la maná de cabrones que poblaba el mapa ahora mismo. La infección era una nueva oportunidad de construir algo que mereciera la pena.
“Ay tito, has hecho de mí una soñadora como tú…”

Observó la cabina, a los compañeros, le preocupaban el Cagaprisas y el Zeki a los cuales notaba desubicados. Era vital que se sintieran valorados e integrados en algo más grande que ellos mismos, los individuos, en el sentido de entes independientes y por tanto egoístas (es la naturaleza de la supervivencia), eran peligrosos para el bienestar común.

Segovia era otro milagro como Baños, impensable después de lo que habían visto por el camino. Encontrarse además con un ambiente tan correcto e institucional daba la sensación de estar en una novela de ciencia ficción, parecía irreal. Almorzar con el rey… cuando hace un mes estaba haciendo controles de alcoholemia en una verbena de pueblo, “si me pinchan no sangro o “pa mear y no echar gota”, será por refranes pa elegir...
El hotel no hizo si no ahondar en esa sensación, joder estaba tan limpio y era todo tan perfecto pero estaba tan vacío que parecía un decorado de Matrix. Le daba cosa de tocar algo y que parpadeara como un holograma igual que en un corto muy chulo de dibujos que vio en youtube “Magnetic Rose”, yuyu total y se le notaba. Se sentó en la cama, estaban allí, era real, iba a pasar, no fue consciente hasta ese momento, se la comieron los nervios. El rey…
Resopló por la nariz, se levantó y se puso a hacer cosas, deshacer las maletas, sacar y ordenar el material de la presentación, dejar los uniformes estirándose, tareas en las que Vílchez tenía que ayudarla, con el brazo derecho en cabestrillo estaba torpona. Se dieron una ducha, una ducha de verdad! Con sus jaboncitos pijos, secador, toallas esponjosas que olían a lavanda y esas cosas de hotel, y se vistieron con los uniformes bonitos: tricornio y zapatos de charol, guantes blancos, y ella maquillada, peinada con trenza, falda y medias (no pantys, que decía que le molestaban las costuras). Detalle este último que puso a Jorge como una moto. Ajena preguntó como se veía frente al espejo vestidor, no se ponía ese uniforme… no se acordaba ni cuando… -Para comerte- le respondió abrazándola por detrás –como te descuides no sales de la habitación- la besó en el cuello.
Sonó el teléfono, les avisaban de que fueran bajando. Vílchez estaba al auricular cuando Mari Cruz hizo un extraño contoneo de caderas y hábilmente sin tener que remangar demasiado la falda las braguitas cayeron al suelo, las dobló y las guardó en uno de los bolsillos internos de la chaqueta de su chico, atónito. –un secretillo entre nosotros, para que no se te olvide lo que hay debajo de este uniforme esperando por ti- le lanzó una mirada que podría derretir los polos desplazando el dedo desde el bolsillo hasta zonas más sensibles y se fue a la puerta –¡Venga! que nos están esperando- dijo sonriendo perversa. 

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04/04/2015, 17:14
Toñi Moreno

La abuela protestaba pero evidentemente no estaba bien. Tenía que descansar, según le había dicho la doctora. Sería Barbi, pero tonta no era. A los médicos hay que hacerles caso siempre. Así que la arrastró como pudo hasta que ella finalmente dejó de resistirse y caminó un poco, no por convencimiento, si no por no pasar vergüenza delante de los demás.

Fue entonces cuando la Toñi apareció en modo berserker, muy cabreada. Creía que ésta era su oportunidad de ponerle las peras al cuarto a la Kimberly.

-¿Donde vas, desgraciá? -le espetó- ¿Te quieres escaqueá del trabaho otra vé, no? Podría tomá ehemplo de tu aguela, que aún estando mala quiere hacé cosa por los demá. Pero pa ti eso e imposible, ¿no? Puta niñata de mierda, to tiene que sé pa tu coño. Que te lo va follando to como si te picara el chichi.

Había vecinas que se asomaban ante aquella retahila de insultos.

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04/04/2015, 17:22
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Cuando oyó a la Toñi se le subió toa la mala hostia de una, pero no ya que su voz fuera tan molesta como ponerse una compresa al revés y tener que despegársela del coño de un tirón... Sino que dice cosas, cosas de ella y de su yaya. Cosas que por la mitad d'eso hubiera partío la boca a la choni rival de barrio y la Toñi en el fondo era como ella, una nini tocapelotas. 

-¿Escaquear yo japuta?- le dijo con toa la mala folla, sotando a su yaya, porque allí se iba a liar gorda. Además tenía público, que era lo que más le gustaba a ella, además que esta vez tenía razón. -Mira, cacho puta, tú no eres naide pa decirme que m'escaqueo, que llevas desde qu'empezó to esto pegando voces a la gente mientras te rascas el coño por las esquinas, porque no haces ná de ná y eso lo sabe to'l mundo. Que ni matar un puto apollardao cuando vinieron en maná, no fuera a ser que se te herniara el choto espuerta que estás echando de tocártelo a dos manos tol día. ¡Yo me pasé t'ol puto día matando bichos!- levanto el dedo amenazante y se acercó a ponérselo delante de la cara. -Y ahora que mi yaya está mala... Que t'estás aprovechando qu'es más buena que toas las cosas. Ya te lo dije el otro día, si quieres chachas pa tu coño gordo, lo llevas guapo, te pones a currar como to'l mundo y me dejas en paz, porque estás a esto de que te parta la cara de mal follá que tienes...- se mordió la lengua y midió un pequeño tramo casi inexistente entre su pulgar y su índice.- Qu'eso es lo que te pasa que eres una puta estrecha, que ni casá te follan y te da envidia cochina qu'el resto tengamos hombretones que nos den lo nuestro, porque a mí si me pica el chichi me lo rasca mi Paco y como digas cosas contra mi Paco ahora mismo te quedas sin ni un puto pelo en la cabeza.

Hablaba rápido y muy hecha ella a todo aquello, casi echaba de menos las peleas del barrio por la supremacía masculina del lugar. Ahora era mejor, porque tenía razones de las buenas pa partirle la cara a la Toñi. Y no se lo pensó mucho más, la agarró de los pelos para que supiera que su amenaza iba en serio.

- Tiradas (1)
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04/04/2015, 17:36
Director

¿Que hacían allí? Era una buena pregunta. Pero se aplicaba a todos. De cualquier modo, pronto saldrían de dudas, por que tampoco tuvieron mucho tiempo para pensar. El trayecto en bus fue corto, muy corto. Todo estaba cerca allí. Pero les permitió ver algunas calles y la gente que vivía y trabajaba allí.

El hotel escogido estaba a doscientos metros de la puerta del famoso alcázar, y era un pequeño paraíso de tres estrellas. Las habitaciones eran nuevas, bien amuebladas, con las paredes pintadas de colores tranquilos. Les habían dado las mejores, con camas grandes, duchas con agua caliente, minibar repleto y buenas vistas al patio interior, una terracita con césped donde había unas sillas para sentarse al calorcito.

Tuvieron tiempo para darse una ducha, tomarse una cervecilla y cambiarse de ropa. Entonces fueron bajando, con más o menos convencimiento, hacia la puerta del hotel (el hotel Don Felipe) donde aguardaba el tío del traje con los de la guardia real, ahora a pie. Pasearon calle arriba hacia la entrada al famoso alcázar, que parecía un castillo Disney. Era chulo de cojones. En el puente había un control de la guardia real, que ni siquiera les detuvo. Sabían a lo que venían.

Los que se habían trajeado se sentían un poco incómodos por la situación y por la ropa, especialmente Mari Cruz. Dentro del castillo había mucha actividad, tanto de militares como de gente de traje y operarios varios. Los bellos salones del castillo ahora estaban dedicados a otros usos, como sala de transmisiones de radio, centro de mando estratégico y cosas así. Allí se cortaba todo el bacalao, y pudieron ver que no estaban solos. Les retuvieron un rato largo en la puerta del salón del trono, y podían ver en la sala de mando unos mapas colgados con unos puntos en el mapa que eran núcleos de resistencia. En Andalucía había un buen puñado, y una chincheta señalaba Baños. Pero aunque la zona de Madrid estaba bastante desierta que éstos puntos, el resto de España no. El Valle de Arán estaba lleno de chinchetas, así como varias partes del País Vasco y Asturias. Castilla y León tenía varios puntos, y en la Mancha igual. También en las fronteras había muchas chinchetas, por que el ejército estaría allí vigilando que no venían hordas de otros países. Ceuta y Melilla no tenían chincheta, y sabían lo que eso significaba.

El señor Aza volvió a abrir la puerta del bonito salón del trono de los Reyes Católicos y les pidió por favor que fueran pasando. Él mismo les fue presentando, con nombre y rango (si lo hubiere) como "la delegación de la plaza fuerte del castillo de Burgalimar en Baños de la Encina".

Allí estaba el Juancar con su uniforme de capitán general, y al lado la Sofi con uno de esos vestidos tan sobrios que solía llevar. Rodeados por algunos picatostes en uniforme de las diferentes ramas del ejército (había hasta de marina) y flanqueados por el Felipe y la Leti, que les miraban con curiosidad.

Estaban que no les cabía un cañamón por el culo.

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04/04/2015, 17:37
Toñi Moreno

La Toñi no podía más, tenía que reventar por algún sitio con aquella cabrona. Cuando la agarró del pecho, forcejearon y consiguió separarse de ella, a costa de que la Kimberly se quedara con unos mechones de pelo arrancados en la mano, y que a la Toñi le sangraran nos capilares por ellos. Respiraba fuerte como un toro de lidia, mirándola con odio infinito, y no solo por aquellas palabras duras. Si no por que la odiaba.

-¡¡A MI NO ME HABLES ASÍ, NIÑATA DE LOS COJONES!!

Se enzarzaron en una pelea muy femenina. Con muchos aspavientos, pero de momento sin concretar ningún golpe decisivo o doloroso, más que algunas bofetadas a mano abierta, tirones y gritos de tal calibre que parecía que les estaban arrancando las tetas a tirones.

- Tiradas (1)
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04/04/2015, 17:44
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

La Kimberly se dejó sus uñas en todo hueco libre que pillaba de la Toñi, que desde que no podía comprarlas postizas en el chino, se las había tenío que dejar largas como a la antigua usanza. Y tiro del pelo, mucho, que se jodiera y se quedara calva la mu puta.

-¡TE DIGO LO QUE ME DA LA GANA, JAPUTA! ¡QUÉ ES LA VERDÁ! ¡VIVIR DE TU MARÍO PA VIVIR AHORA DE TOS! ¡MÁS PERRA Y ACIPOTÁ QUE NÁ!- gritaba mientras moñeaba como podía a la japuta, que se defendía bien pa estar vieja la jodía.

- Tiradas (1)
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04/04/2015, 17:52
Er Zeky

Me quedé pa mear y no echar gota con semejantes habitaciones. Si antes de que el mundo se fuera a la mierda ya no me hubiera imagiao pisar un sito tan así, pues imaginate ahora. Aquí debían acoger a la puta plana mayor, o asín, porque no creo que el hotel funcionara de continuo. Me instalé en el cuarto. Bueno, lo poco que tenía por instalar. Fue cuestión de tirar la mochila (porque llevé mochila/macuto) sobre la cama e higienizarme un poco. Higienizarse fue echarle un chorreón de axe, y cambiarme de ropa, que la nueva no fue mejor que la primera. Yo no tenía trajes, ni tenía intencion de ponerme uno. Me rehice la coleta y va que chuta.

Para bajar un poco los nervio, me preparé di cuenta de un par de botellitas de estas pequeñas típicas de minibar. Mientras me fumé un cigarro mirando las vistas de la ventana. No era cuestión de ir chispa a ver el señor monarca, pero de ser por mi me hubiera triscao el minibar entero. Llegado el momento bajo con el resto...Algunos se habían trajeado, pero si el rey tenía que verme, tenía que hacerlo en mi esencia. Era lo que había, el mundo se había ido a la mierda. Los protocolos a tomar por culo.

El castillo este lo había visto por fotos, porque lo papas habían venio un fin de semana de turismo por aqui. Ay los papas, estarían contentos de que esté aquí, solo por eso ya hace que vea el viaje de otra forma. Esta gente se lo había monta muy bien en el castillo...Pero pa mi Baños seguía siendo mas calido y más de to.

Y de pronto...De pronto de vi con el Juancar enfrente, con la reina, el Felipe y hasta la Leti. La madre que me pario. Esto imponía que te cagas. Ezquiel Patiño ¿cuanto hace que no me presentaban asín? Mi nombre entero solo lo escuchaba cuando iba al médico o cuando me decian algo en el instituto.

- Un plasé, un plasé... - añadí, con el culo contrito, cuando me presentan. Me sentía como un mono enjaulado a quien van a ver al puto zoo.

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04/04/2015, 18:43
Director

La rabia contenida de la coñona de la Toñi se materializó, como cuando le pegó la guasca a su marido. La Kimberly la atacó dos o tres veces, pero sin llegar a hacer nada grave. Ahora ella si que se le echó encima y le pegó una de sus famosas bofetadas, que la tiró de culo al suelo al tropezarse con un cable gordo de la electricidad.

Su abuela intentó mediar, ponerse en medio para evitar que siguieran pegando a su sobrina, pero la Toñi era como un tiburón que había mordido en carne, y le pegó un empujón que la hizo caerse por encima del arranque de muro de excavación arqueológica, cayendo de cabeza al otro lado muy malamente.

La Kimber se apresuró a ver como estaba su abuela, olvidándose por un momento de las hostias. El Paco había llegado y detrás de él venía Carrillo, que quería intervenir, pero el primero le frenó con un gesto.

- Tiradas (2)
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04/04/2015, 18:49
Toñi Moreno

La Toñi se giró, molesta, mirando a los militares. En su esquema de las cosas, ella era como una vicepresidente del gobierno. Lo que ordenaba tenía que cumplirse.

-¿Que coño hacéi ahí paraos? Detené a ésta pelandrusca, que casi me arranca el pelo. ¡ES UNA ORDEN!

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04/04/2015, 18:50
Sebastián Carrillo

Carrillo levantó las manos. Como siempre, conciliador, pedía resolver el asunto como personas cabales, y no como animales.

-Toñi, tranquilizate. No vamos a detener a nadie, no por una peleilla. Reconoce que le tenías ganas a la chavala. Tengamos la fiesta en paz.

El Tatu la miraba como si fuera a matarla a hostias. A su novia no le ponía nadie la mano encima.

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04/04/2015, 18:53
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Fue corriendo a ver cómo estaba su yaya, la rabia le invadía, pero su yaya era mucho más importante. Aquella mala bruja le había empujao y la había tirao de cabeza, como hubiera desgracia a su yaya la iba a matar. ¡Vaya que si la iba a matar!

-Mi yaya, ay mi yaya- se lamentó saltando a ver cómo estaba. -¡La japuta de la Toñi ha empezao to! ¡Lo ha visto to'l mundo y lo pué decir! Si hay que detener a alguien es a ella, ¡QUE HA TIRAO A MI YAYA A LA ZANJA!- gritó cabrea, ni siquiera ver allí a su Paco la calmó. Que lástima su yaya, ojalá no se hubiera hecho na, o eso rezaba ella por dentro.

Notas de juego

Que hostias a +11, la Toñi está over 9000 xD

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04/04/2015, 18:58
Toñi Moreno

La Toñi se sentía herida, sin el reconocimiento que merecía. Había dado una orden directa, y aquellos cabrones no hacían ni puto caso. En el fondo de su alma negra de manipuladora sintió que todo lo que había construído se derrumbaba como un castillo de naipes.

Así que fue retrocediendo, como si fuera a irse, pero se acercó a la puerta de los toriles. Su mirada estaba llena de odio. Mientras, la Kimberly vió que su abuela tenía una brecha muy fea en la cabeza.

-Me dái risa. Puto maricone, no merecéi viví. Aquí tranquilicos y agusto en el castiyo, por tol trabajo que he hecho por vosotro. Por mis noche aguantando al meapila del Don Fautino, por mis noche aguantando al putero de mi marío. To pa salvaros. Pero no merecéi una mierda. No... ¿A quien vamos a salvá, a la zorra la nini éta?, ¿a ti, Carriyo, que eres un pocamierda?, ¿al legionario que mete la poya en cualquié sitio? No.

Le dió a la palanca del motor para que subieran las dos puertas de los toriles a la vez.

-¡¡¡A tomá por culo!!! -dijo, retrocediendo hacia la escalera que subía a la almena.

Fuera había un grupo de diez apollardados que entraron por la puerta abierta, atraídos por el ruido. Sonaron las alarmas, la gente comenzó a correr como pollos sin cabeza. El somatén acudía, Carrillo y el Tatu sacaron las pistolas y comenzaron a disparar a los apollardaos, mientras la Toñi corría por la almena, directa a su siguiente presa. Directa a la Natasha, a la que quería matar con sus propias manos.

Hija de la gran puta.

Notas de juego

Tu también tiras 11+, por que se suma característica y habilidad ;)

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04/04/2015, 19:00
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Cuando vio que la Toñi se salía con la suya, su objetivo cambió rápidamente. Estaba mu preocupá por su yaya, pero seguía teniendo sueños húmedos con empujar a la Toñi contra los apollardaos y ahí estaba su oportunidad. Cuando su Paco y el Sebastián se pusieron a disparar, ella corrió tras la Toñi. Aquello no iba a quedar así, primero tocar los ovarios y ahora tocarle a su yaya, por sus muertos que aquella japuta pagaría Que ella había hecha tanto, dos mierdas que se comiera, que no hacía más que tocar la moral general a to'l mundo y disfrutar con ello, pero aquí s'acababa su viaje. Se quitó los tacones y corrió lo que no había corrío en su vida tras aquel zorrón.

Notas de juego

Ya decía que debía estar haciendo algo más. ¿Entonces para correr qué tiro? ¿Resistencia+atletismo?

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04/04/2015, 19:07
Director

Notas de juego

Destreza + Atletismo, dado mayor.

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04/04/2015, 19:09
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director
- Tiradas (1)