Partida Rol por web

- Sí, era hermoso, supongo, pero sobretodo valiente - le responde a la ansíosa joven - El Rey dió la vida por nosotros, para que tuvieramos una mínima posibilidad.

 De pronto vió pasar a Kazurh y lo saludó, alegre por verlo de nuevo, esperando que hubiera podido resolver sus asuntos propios. Morrowir se había ido hacía rato y el sheriff parecía tranquilo. No había logrado obtener nueva información sobre la anciana ni sobre ningún otro tema y aquella conversación comenzaba a alargarse en exceso. Por un instánte pensó que la hija del sheriff estaba interesada en la magia en sí, pero era evidente que no era así. De pronto, observó con sorpresa que Kazurh no se dirigía hacia ella si no hacia el mismo callejón por el que se había marchado el caballero tras su arrebato.

 - Os ruego que me disculpeis.- les dijo con un hilo de voz a sus ilustres invitados y, sin aguardar respuesta por su parte, trotó alegremente tras el pequeño guerrero que consideraba su protector en aquella loca aventura.

 - Kazurh! Maese Kazurh! Por favor, aguardad un instánte... - con sus largas y torneadas piernas dió alcance pronto al musculoso, pero de miembros cortos, luchador. Lo arrastró al callejón donde le relató con todo lujo de detalles el encuentro que habia presenciado entre la anciana y Morrowir, esperando que él supiese algo más que les permitíese llegar a alguna conclusión.

 - De todos modos, ya hace rato que se fue, muy alterado, y aún no ha vuelto.-  le propuso a Kazurh - ¿Te parece si lo buscamos antes de que se meta en líos?

Mala elección... -pienso, cuando oigo los chillidos de la chica alejarse rápidamente.

Entonces, en mitad del movimiento con el que intento ensartar a mi rival, percibo esa extraña vaharada que casi me tumba y, hasta cierto punto me intimida, haciéndome vacilar...

¿Drogas de guerra? ¿Pero qué...? Ojos inyectados en sangre, espuma en la boca, ansia asesina, actuación coordinada, ¿el otro maldice? Le preocupan los gritos, quiere silenciarla cuanto antes, quizá buscan atacar por sorpresa esta población, eso significa que hay más... ¿Un ataque coordinado de humanos enanos? ¿Una tribu salvaje? ¿Qué buscan en este pueblo? ¿Cuántos son? Tengo que acabar deprisa...

En silencio, muevo mis armas, concentrado en el baile de la muerte...

Morrowir hizo un leve juego de piernas que le permitió posicionarse mejor contra su enemigo antes de avanzar hacia éste con toda la inercia que pudo acumular, con el escudo por delante y la espada en alto avanzaba sin temor aunque con nauseas provocadas por tan asqueroso aroma, en otro momento hasta habría pensado en capturar vivo al enemigo, sin embargo el incidente que había acontecido, el olor que desprendían aquellos seres y el hecho de que cargaran hacía él con ese aspecto de animal rabioso y enarbolando un arma le instaban a destripar de la manera más vistosa a sus oponentes.

Itán

El tipo se lanza berreando sobre ti. El tajo es demoledor y no logra evitarlo alcanzándote de pleno en uno de los costados. La sangre mana con abundancia y notas que la herida te arde. Sin embargo, aprietas los dientes y con un hábil gesto, logras herirle en el torso y con otro movimiento de tu espada, logras desarmar a tu enemigo que queda un poco desconcertado.

Mientras, le otro atacante, ha alcanzado a la chica y arrojándose sobre ella empieza a morderla con saña buscando su cuello. 

El tipo, una vez pasado unos segundos lanza sus manos hacia tu cuello y enseña unos dientes negruzcos y amarillentos. Estás casi convencido de que busca morderte el cuello...

Morrowir

Te lanzas contra el tipo que carga sobre ti, los dos lanzáis vuestras estocadas, pero mientras que tu fallas, él logra romper tu defensa y alcanzarte. Por suerte la herida no es muy grave...

El otro tipo pasa como una exhalación frente a vosotros y se interna en el callejón hacia la plaza.

Kazurh y Lilith

Os internáis en busca de Morrowir, dobláis un callejón y os quedáis patidifusos. Morrowir se bate con un tipo pintarrajeado de blanco y rojo, con una especie de armadura de cuero blando y una pesada espada en la mano. Parece que Morrowir lleva las de perder pues la sangre brilla en uno de sus brazos...

Otro de los tipejos, corre hacia vosotros enarbolando un pesado hacha...

Artros

Te dispones a disparar junto con los demás, cuando se oye un tumulto en el otro extremo de la plaza. El Juez os ordena esperar mientras investiga. De pronto alguien grita de dolor. Otro grito enseguida. La gente empieza a correr aunque no ves el por qué

- ¡¡CHASIND!! - grita alguien entre la algarabía. 

Aún la gente se mantiene indecisa y expectante. Ser Vilem, deja el arco y seguido de cerca por Fiala, se dirige hacia el tumulto apartando a la gente...

Nuevo grito de dolor. La gente empieza a correr hacia donde tú estás...

Aah... Bueno, al menos eché un buen polvo, con su aperitivo y su postre. No se puede pedir mas... -pienso, mientras mi ropa se empapa de sangre. Y, si puedo llevarme conmigo a este mamón pirado, quizá hasta haya tenido una buena vida.

Casi con alegría, busco su cuello y su vientre con mis armas, aprovechando que se lanza hacia mí, y le suelto la que siento mi última bravata:

- ¿Tu mamá no te ha dado la teta hoy, hijo de perra?

Morrowir sabía donde tenía que golpear, sin embargo el violento choque entre los guerreros desequilibró al expresidiario lo suficiente como para que fallara el golpe, rápidamente se sobrepuso y preparó el escudo para parar su siguiente golpe.

Veo a mi compañero luchando y disfrutando del combate, tiene suerte, lucha con lo que parece un buen adversario, yo vere como es el que viene, aunque ese hacha da buenas señales, asi que no puedo dejar de sonreir mientras saco un hacha arrojadiza y se la lanzo mientras viene hacia nosotros para justo despues sacar mi hacha y escudo y prepararme para lo que espero sea un buen combate.

 Lilith se detuvo en cuanto vio a los adversarios. Quizá pudiera eliminar a uno rápidamente y sin riesgo antes de que los alcanzase a ella y a Kazurh, de este modo, su protector podría acudir raudo a ayudar a Morrowir, que parecía en una mala situación. Separando un paso las piernas tal y como le habían enseñado, se equilibró y comenzó la lenta letanía de palabras arcanas, al tiempo que sus manos dibujaban símbolos en el aire que sólo tenían sentido para ella.

Al ver el alboroto dejo de tensar el arco y corro en búsqueda de algo a lo que subirme para ver, dispuesto a usar mi flecha en caso de ser necesario.

Itán

La pelirroja chilla y patalea mientras el atacante se lanza sobre ella y la muerde el cuello. La sangre mana a raudales manchando su vestido.

Tu arma, vuela en círculos contra tu atacante desarmado y logras hacerle un tajo en el pecho; pero el tipo parece ignorarlo y simplemente intenta encontrar tu garganta con un mordisco. Por suerte, en el último momento, logras zafarte de su ataque...

Sin embargo, el tipo no parece darse por vencido y lo intenta de nuevo. El olor es insoportable...

Mientras luchas con él, otros dos tipos parecidos, cruzan por una calle cercana camino de la plaza...

Morrowir

A pesar de tu intento de defenderte, el tipo es como un torbellino enrabietado y de nuevo, consigue alcanzarte con su arma. Por suerte, no es muy grave pero sangras. Desde tu posición puedes ver a otros dos atacantes surgir de los campos y correr por otro de los callejones hasta perderse de vista...

Kazurh y Lilith

Lilith, planta los pies en el suelo con fuerza mientras conjura su ataque. Rayos eléctricos surgen de sus manos y alcanzan al tipo que corre que sólo gruñe ante el ataque sin dejar de correr. Su piel humea levemente. 

El hacha de Kazurh, vuela y le alcanza de refilón. Salta un poco de sangre. El tipo, rugiendo, se lanza sobre el enano que a duras penas tiene tiempo de desenfundar sus armas. Al mismo tiempo que el tipo se lanza sobre Kazurh, un olor apestoso y mareante, golpea al enano...

Artros

Trepas a una de las mesas y miras hacia el tumulto. A lo lejos, puedes ver a cinco o seis tipos que están atacando a la gente. Los tres, llevan armadura de cuero blando y pesadas hachas en las manos. Además, cubren sus cuerpos con pinturas rojas y blancas. Puedes ver en el suelo, retorciéndose de dolor a una mujer, un anciano y una niña pequeña... Los tres tipos se abren paso entre la gente a hachazos y sin miramientos. Ser Vilem, con la espada desenvainada, corre hacia ellos al igual que Fiala y otro par de decididos. El resto de la gente, huye a la carrera.

Desde tu posición, ves a otros dos atacantes surgir de una calle por la derecha, seguidos de otros dos por una calle a la izquierda. 

Dándose cuenta de que el enemigo no iba a ceder, Morrowir decidió retomar la iniciativa con un nuevo ataque, sin embargo en un intento de sorprender a su adversario, utilizó el escudo como arma, el cual sabía que podría llegar a resultar letal si alcanzara algún punto vital.

Niña estúpida... Te has dejado aturdir por el aliento de la muerte en tu nuca, y te envolverá la oscuridad. ¿Será también esta mi tumba, será nuestro lecho nupcial hasta el fin de los tiempos? Y no sé tu nombre... niña estúpida... Convencido de mi inminente muerte, una extraña serenidad me inunda, y quizá es esa serenidad la que me ayuda a esquivar el mordisco fatal de mi enemigo. Sólo le importa mi muerte, no la suya... ¿Y por qué el cuello? Y hay dos más... ¿Cuántos más habrá? ¿Atacan por parejas? ¿Qué ocurrirá si cae uno de los dos? ¿Se mantendrá la locura? ¿Se disipará? ¿O irá a peor? De súbito, desecho la ataraxia. El instinto de supervivencia se vuelve a apoderar de mí, y decido intentar sobrevivir con todas mis energías, espoleado por una morbosa curiosidad.

Al ver a los atacantes a mi derecha, grito a la gente- Detrás, detrás mío- Entonces tenso el arco y apunto al atacante más cercano.