Partida Rol por web

Pues entonces ataco con la espada.

Al ver el poco efecto que la magia habia tenido sobre su atacante, Lilith se temió lo peor. Serán inmunes a los hechizos? O quizás solamente a la electricidad?

 Decidida a ser útil, empuñó finalmente su vara, convocando el poder que se escondía en ella.

Al limite -como a mi me gusta - saco mis armas y en nada lo tengo a golpe, asi que no dudo en descargar mi hacha subre su cuerpo, veamos que miembro de su cuerpo cae primero.

- Aghhhh.

Itán

Percibes que la chica, ha dejado de gritar. Pero estás demasiado concentrado en la pelea. El tipo acerca sus dientes a tu cuello, pero con un hábil gesto le sajas el torso, te giras en redondo y clavas tu espada en su vientre. El tipo se contrae agarrando el acero. Sus piernas se doblan y por fin, cae al suelo. Queda moribundo, recostado sobre un costado pero todavía su mano derecha intenta agarrar tu pierna. Estás teñido de tu sangre y la suya.  

El otro tipejo ya no está. Sólo queda la muchacha tirada en el callejón sangrando a borbotones por el cuello y con la vista fija en el cielo.

Morrowir

El tipo es más ágil de lo que pensabas y parece embrutecido por la rabia. A pesar de ello es ágil y logra hacerte un profundo tajo en un costado. Notas la calidez de la sangre caer por tu muslo. Sin embargo, tu propia rabia le alcanza fuertemente en el torso sajando su armadura y su piel. La sangre salta con el giro de tu espada. Giras de nuevo sobre tí y ayudado por el escudo, logras desarmarle. Su arma, salta lejos del tipo; pero parece que eso no le importa pues se lanza sobre tí con las manos desnudas...

Lilith y Kazurh

La maga, alza su bastón y una lanza de energía mágica surge de él alcanzando al tipejo antes de que choque con el enano. Esta vez la fuerza mágica parece afectarle y se tambalea pero sigue en sus treces cayendo sobre el enano. 

Apenas tiene tiempo Kazurh de prepararse cuando el tipo, con un rugido se lanza sobre él. Kazurh alza el escudo pero no logra evitar que el hacha del tipejo le impacte con fuerza en un costado. La sangre salta en derredor. Kazurh, responde torpemente al ataque pero el arma silba por encima de la cabeza del atacante...

Artros

Subido sobre la mesa, disparas sobre el más cercano y tu flecha se clava en su pecho pero el tipo, parece que le da lo mismo y sigue corriendo y sajando en derredor. Pronto todo es una algarabía. Ser Vilem, se bate con dos de los atacantes, mientras que Fiala ha tomado una posición similar a la tuya y dispara a los atacantes. Otros dos soldados se baten en inferioridad de condiciones contra los atacantes. Dos mujeres, corren  por delante de una atacante que las sigue enarbolando un hacha. Más allá, Strom, el enano, defiende su puesto enarbolando un pesado hacha. Junto a la fuente, la elfa intenta esquivar los ataques de otro tipejo protegida por el elfo que luce una daga en cada mano. 

A tu izquierda, el sheriff con la espada desenvainada, intenta proteger a su hija. Uno de los asaltantes, corre hacia ellos. 

En medio de la algarabía, la vieja Stokaya permanece erguida y riendo. 

A tu izquierda, el herrero se defiende como puede usando una pata de una mesa. Protege a tres chavales asustados. A lo lejos, dos chavalitos intentan trepar a un tejado mientras un atacante intenta alcanzarlos...

El monstruo comete un acierto al marearme con su peste, pero justo despues su error es fatal, no haberme matado con su hacha, y es que hay que saber usar un arma asi.

Descargo contra el mi hacha de forma horizontal buscando cortarle en dos.

- Aghhhhhhh.

Sin relajarme aún, miro a uno y otro lado y, tras constatar que nadie me acecha, rebano con precisión quirúrgica la yugular de mi rival y le registro en busca de algo de valor. Mientras lo hago, el dolor ardiente de mi herida me recuerda que no estoy en mi mejor momento.

Maldición... No soy rival para estos guerreros, no cara a cara, ni parece que pueda huir a ningún sitio, no con esta herida y el asentamiento rodeado por atacantes... Hay que ganar esta batalla... Pero éste guerrero casi me parte en dos. Tengo que buscar un lugar desde el que poder despacharlos con mis flechas sin que me incordien. Con tanta droga encima, quizá se hayan olvidado de trepar, y es posible que pueda despachar a gusto a unos cuantos...

Con estos pensamientos, busco la entrada en la calle a algún balcón cercano desde el que pueda dominar la situación con la vista, con intención de forzarla si hace falta para acceder al interior.

Adiós, niña... Pienso, sin mirar su cadáver, ni saquearlo, como una última ofrenda a su memoria.

 La desesperación se acrecenta en el corazón y el alma de la joven maga. Han herido a Kazurh, mi dulce protector.... he de hacer algo y hacerlo ya, pero ¿el qué?. Forzada por las cirscunstáncias, avanza hacia el guerrero del hacha con las manos extendidas, apenas separadas del cuerpo y por delante de ella, entonando los místicos cantos del conjuro que tiene en mente.....

La situación es abrumadora. Encima el enemigo alcanzado continúa como si nada. Hay tantos atacantes que me resulta difícil decidir la opción más urgente.

Por fin me decido echar un par de flechas a los atacantes del herrero.

Apunto y disparo intentando reducir a los posibles enemigos que se vayan acercando a él.

Morrowir intenta un nuevo embate contra su agresor, la herida que le ha provocado le molesta a cada movimiento, sin embargo un terrible golpe es devuelto a su rival, aprovechando el momento, Morrowir ataca de nuevo, intentando apresurarse en abatir al enemigo para ir a ayudar a sus dos amigos a los que oye pelear contra el otro individuo.

Sólo Itán

Seccionas el cuello del infelíz que muere entre gorgoteos aún queriendo echar las manos a tu cuello. Lo registras pero salvo un par de amuletos no hay nada más. El olor es espantoso y repugnante, su piel muestra manchas y llagas amarillentas e incluso jurarías que su sangre en vez de roja es tirando a amarilla...

Te incorporas y miras a la muchacha antes de correr hacia un callejón. Sin embargo, antes de alcanzarlo tu cabeza se nubla por unas décimas de segundo y te tambaleas aún sin caer. Te apoyas contra la pared. Hueles en derredor, aún se mantiene ese olor pero te das cuenta que viene de tu herida...

Estás en un callejón oscuro. Hay dos puertas, una a cada lado que dan a sendas casas bajas...

Artros

Rápidamente, disparas sobre el enemigo pero tu flecha se queda corta. El herrero se bate como puede mientras en derredor tuyo se forma un caos. Uno de los atacantes, fija su mirada ensangrentada en ti y desde unos treinta metros echa a correr hacia tí enarbolando un pesado hacha por encima de la cabeza...

Morrowir

El enemigo se abalanza sobre ti con manos y pies  y te abraza en un mortal juego, su boca logra alcanzar tu mejilla y te muerde con rabia antes de que consigas, de un golpe, lanzarlo al suelo. Se revuelve e intenta levantarse pero de un fuerte empujón atraviesas su torso y le clavas al suelo. Durante unos segundos, se revuelve antes de morir.

Miras hacia atrás, parece que Lilith y Kazurh, están en apuros...

Kazurh y Lilith

La maga, convoca la magia en torno de sí. Un cono de frío y pequeñas estrellitas de hielo surge de sus manos y se arremolinan en torno al enemigo que se bate con Kazurh. Parece que el frío le afecta pero aún no cae. 

El enano, aprovecha y lanza un demoledor tajo que alcanza al contrario pero sin abatirlo. Sin embargo, Kazurh no puede evitar que el pesado hacha de su adversario, impacte con fuerza en su hombro. La sangre mana de ambos atacantes...

Morrowir alcanza a ver como cae el enemigo antes de girarse y ver a sus compañeros en problemas, sin pensárselo dos veces carga contra el enemigo y le ataca apuntando a su mano intentando desarmarlo.

Ah... ¿Qué es esto? ¿Veneno?

Inquieto, observo el color de mi sangre. Con cuidado, retiro la ropa adyacente a la herida, para observármela mejor.

Es inútil... Ahora no puedo hacer nada.

Tras taparme de nuevo la herida bajo las ropas, me lanzo hacia la primera puerta y trato de forzarla.

Cae, maldito, cae... ¿por que no caes? ¿Que inhumana fuerza impulsa a estos atacantes misteriosos?

La joven maga se debate pesarosa entre el miedo, el horror y el asco, mientras contempla como el rescatado se convierte en rescatador y se une a su meleé. Al parecer, el frío se ha mostrado lo más efectivo, así que redobla sus esfuerzos en ese sentido. Con una furia que surge de la desesperación, vuelve a convocar a los poderes arcanos para congelar a su enemigo.