Partida Rol por web

Akyos ha estado muy ocupado los últimos días como para dedicarme la atención que a mí me hubiese gustado y debo reconocer que he echado en falta su agradable compañía, especialmente cuando estalla la aterradora tormenta en alta mar. No puedo evitar pensar que todos moriremos aquí y nadie encontrará jamás nuestros cuerpos. Ojalá estuviera aquí Nely para contagiarme algo de su inquebrantable fe en los dioses...

En algún momento de la tormentosa noche caigo profundamente rendida al agotamiento provocado por el miedo y las nauseas y no despierto hasta que una racha de frío viento marino se cuela bajo mis mantas.

Me incorporo rápidamente en mi lecho, aterrada, y a punto estoy de golpearme la cabeza con la litera de arriba; medio despierta y medio soñando que el barco se va a pique y que el frío procede del agua que inunda ya nuestro camarote. Me siento aliviada al constatar que la estancia no se está inundando y que el frío procedente del exterior se cuela a través de la puerta abierta.

Creo distinguir la figura de Khala recortada bajo el marco de la puerta y a Threkor y Shanna cuchicheando junto a la cama del primero. También el misterioso Edirél está en pie pero yo no alcanzo a averiguar a qué viene tanto alboroto.

—¿Ya es de día? —pregunto, restregándome los ojos con ademán somnoliento y bostezando sonoramente—. Bien, porque tengo el estómago vacío. No miréis pero creo que mi durante la tormenta vomité mi cena en el orinal que está ahí debajo y estoy muerta de hambre.

Que raro que yo haya nadie por la zona para recoger lo barriles caídos, no puedo evitar ponerme tensa, estará ocurriendo algo malo? El mar no es mi terreno, pero si aparece un enemigo seguro que le puedo clavar la espada igualmente.

Decido ir hacia arriba, al fin y al cabo si ocurre algo será por arriba, supongo que alguno de los demás se decidirá a asomarse, aunque sea por calmar a Shana, es un chica impresionable y aún no controla situaciones de tensión.

Con decisión enfilo la escalera hacia la cubierta, aunque no vaya muy tapada al menos no llevo ese cursi vestido azul.

Khala había iniciado el ascenso a cubierta para ver qué demonios había pasado. Necesitaría cobertura, así que me acerqué con la espada preparada por su espalda y empecé a subir los escalones yo también.

Un escalón bastante carcomido, cedió a mi primer paso, rompiéndose con un sonoro *CROCK* que sobresaltó a todo el mundo.

Mierda, maldito escalón. A ver si lo que haya fuera no lo ha oído.

Había conseguido acomodarme a mi litera y caer en un profundo sopor sin pensar siquiera en que un mal golpe de mar podría dar al traste con esta misión, cuando en el camarote todo son movimientos arriba y abajo, seguidos de cuchicheos.

- Por el amor de los dioses así no hay quien duerma.

Cuando consigo abrir un ojo veo como Khala algo ligera de ropa y Threkor están armados y salen por la puerta del camarote.

- ¿Que pasa?. 

Para que se aventuraran con esa facha fuera del aposento estaba claro que algo pasaba, lo que era un no estaba claro para mi. Aunque nunca era tarde para meterse en una pelea por lo que se veía, desciendo de la litera y echo mano a la espada...no creo que tuviese tiempo de dormir mas.

Rápidamente, Edirel comienza a ponerse su armadura de cuero y su ropa, desenvaina el estoque y lo engancha a su guantelete de sujección. Las trifulcas las ganan los más preparados... Y dado el panorama no sería de extrañar que hubiera pelea dentro de poco. Con una seña Edirel apremia a sus compañeros medio dormidos a que se levanten rápido y en silencio.

- Preparaos ya. No me gusta nada la situación. Algo ocurre.

A continuación se gira hacia la semidesnuda Khala.

- Ponte algo Khala, la falta de preparación es un lujo que no podemos permitirnos.

Una vez puesto todo Edirel se queda en la puerta, ocultándose en la oscuridad mientras busca en la misma, las amenazas que podrían habitarla.

¡Pero será posible! Khala la había visto con el vestido en la mano, y además sabía que ya era de noche, y que esa era la noche en la que habían planeado la 'seducción' del Capitán. ¡Pero claro, las ratas eran más importantes que eso! Ya había aceptado reticentemente y ahora tenía excusa para no ponérselo. ¡Traidora!

Con el vestido sobre su regazo, Shanna se sentó sobre una de las camas vacías, con el ceño frunciño, y la cabeza apoyada en las manos. "Khala, ¿no olvidas algo?" se limitó a recordarle, con un tono reprobatorio. Después de Threkor, Édirel y Khala, Raith y Alhandra no tardaron en despertarse también, y preguntar qué psaba. "Ah, uh..." Sin quererlo había despertado a todo el grupo por tan sólo unos ruidos extraños que tal vez no fueran más que ratas. Había intentado ser discreta, porque tal vez no era nada, pero... bueno, que había despertado a toda la comitiva. Informó a Raith y a Alhandra rápidamente: "La tormenta ha pasado, y he oído unos ruídos muy extraños, como si algo estuviera rascando las paredes. Lo mismo eran solo ratas, y por eso sólo quise avisar a Threkor, que tiene un oído mejor que el mío, pero sin querer os he despertado a todos."

Édirel estaba igual que Khala y Threkor, ansioso por ver qué era lo que hacía el ruído, por si aquello se convertía en una miniaventura y algo de entretenimiento en la aburrida travesía. "¿Necesitas ayuda con eso?" le preguntó con desgana a Édirel, viendo cómo tomaba su armadura de cuero y empezaba a ponérsela apresuradamente. Se levantó y le ayudó a poner los enganches, pero seguía con el ceño fruncido. ¡Ella también quería entretenerse! ¡Con las historias del capitán! ¡Pero Khala la estaba dejando plantada! D:

Khala se asoma con precaución. Hace frío y una niebla densa no permite ver gran cosa. Aún así consigue escuchar algo en dirección a la popa. Suena como la  típica charla entre dos marineros de guardia a las tantas de la mañana. Y aún así escucha algo más. Es como un ruido...como si algo rascase la madera. Cree oírlo hacia estribor más allá de la bruma. Y...también hacia babor.

La madera de la cubierta está aún mojada pero la ágil cambiante es apenas una sombra. Se desplaza ligeramente sin perturbar el ambiente  más que la propia niebla. 

"¡CROC !"

Un sonoro chasquido suena tras Khala en la zona de las escaleras. Ha sonado como la madera al quebrarse. De repente las voces callan y unos pasos seguidos de la luz de una lámpara se acercan. Fuesen quienes fuesen parecen haber escuchado el crujido. 

-¿Quién anda ahí?- pregunta un marinero mientras alumbra la zona con su linterna.

A su lado aparece el capitán Akyos. Mira a su izquierda y ve a Khala sobre la cubierta.

-¡Oh! Es usted señorita...- dice el capitán justo en el momento en el que se percata de la escasa ropa que lleva puesta Khala-. ...Eh...Siento...lamento...eh... Siento el mal tiempo que hemos tenido hoy. Espero que hayan podido llevarlo de la mejor forma posible aunque nunca es fácil estando encerrado en esos pequeños camarotes pero han de entender que la seguridad del pasaje es nuestra mayor preocupación en todo el trayecto...

Pero Khala deja de escucharle cuando sus afinados oídos se centran en aquel "rascar".  De repente el ruido desparece tras el constante fluir de las palabras de Akyos. Unos secos "¡Bump!"  suenan donde antes escuchaba el "rac...rac...rac ". Sus pupilas se contraen y sus músculos se tensan. Unas figuras acaban de aparecen  en la niebla tras el capitán y el marinero. Avanzan hacia ellos y los ve justo en el momento en el que Threkor aparece por la escalera...

Ocho figuras avanzan hacia vosotros. El capitán y el marino de guardia ven con terror aquellos que vienen por vuestra derecha...pero parecen no haberse dado cuenta del peligro que aparece tras de ellos... Un nauseabundo olor llega hasta vosotros, mezcla de podredumbre y  de humedad. Cuando mueven sus piernas sobre la cubierta sus articulaciones crepitan y crujen. Sus escasos y corrompidos restos de piel, carne y tendones gotean agua de mar mezclada con fluidos en descomposición...

—Y a mí no me gusta nada ese tono tuyo —replico a Edirél manifiestamente molesta por la injustificada urgencia con que nos apremia—. Algo ocurre, vaya, pues eso sí que es importante. ¿Y qué es lo que ocurre que requiera de nuestra intervención? ¿Un kraken, un motín a bordo, el elemental de agua se ha soltado...? Un ruidito como de ratas. Vaya, muchas gracias por despertarnos a tiempo entonces, odiaría perderme ese... "algo".

Que no tengo buen despertar es notorio y menos cuando la justificación es tan cuestionable, por no decir risible. Creo que la tripulación del Exhaustless va a alucinar cuando nos vea aparecer en cubierta pertrechados para la batalla, sobretodo después de habernos dado instrucciones de permanecer en nuestro camarote durante la tormenta. No me sorprendería que incluso llegaran a pensar que los amotinados somos nosotros.

Me tumbo de nuevo en mi camastro y doy media vuelta, girándome hacia la pared más cercana a mí y cubriéndome con la sábana hasta la cabeza.

—Despertadme si me necesitáis para algo de verdad —gruño bajo la ropa de cama—. Para estar incordiando por aquí, podéis marcharos con viento fresco.

La tranquilidad en la cubierta duró poco, casi tanto como la adorable incomodidad del capitán, pero enseguida aparecieron los horribles muertos vivientes, pero de donde demonios aparecen esqueletos en el medio del mar, serán naufragos malditos?

- Por la espalda Capitan! NOS ATACAN! Cerremos un círculo!

Sin más se prepara para combatir sin armadura, no es lo mejor, pero hay que defender la cubierta mientras lleguen refuerzos.

Vaya, asi que esqueletos. Miro mi espada. No sabía si con ella haría suficiente daño a alguno de ellos, pero debíamos deshacernos de ellos cuanto antes. Además estábamos en medio del paso de las escaleras y los demás tenían que subir.

Khala, al de enfrente, yo me encargo de este de la izquierda. No hay que dejarles tomar la iniciativa.

A sabiendas de que era una locura, me lanzo hacia el esqueleto que tengo más cerca

El grito de Khala resuena en la cubierta y es arrastrado hasta la puerta abierta de nuestro camarote. La princesa tenía razón algo había abordado el barco y estábamos bajo ataque, aunque no me hacía gracia salir a medio pertrechar para entrar en un combate tenía que ir a ayudar a mis compañeros.

- Despierta Alhandra parece que si que hay problemas.

Con la espada ya en la mano, cojo el escudo y corro hacia las escaleras de cubierta. 

- Por la espalda Capitan! NOS ATACAN! Cerremos un círculo!

El grito de Khala llega en el momento oportuno. El capitán desenvaina su espada y gira su cuerpo con un movimiento rápido. A pesar de no haber visto cual era el peligro sabe muy bien que encontrará entre la niebla. Lanza su espada en un movimiento circular contra el no muerto. La punta de su espada entra por un lado de la boca del esqueleto y sale por el otro arrancando absolutamente todos los dientes y muelas de la criatura. Como si de cuentas de  un collar se tratase los dientes podridos caen sobre la cubierta con un repiqueteo. Una persona normal hubiese caído al suelo retorciéndose de dolor...

- ¡ALARMAAA! ¡ALARMAAA! - grita el capitán en un intento de alertar a su tripulación. El marino , nervioso, intenta extraer el cornetín para dar una señal de alarma más poderosa.

El monstruoso esqueleto alza su oxidado acero para clavarlo en el cuerpo de Akyos... 

El grito de Khala despejó cualquier duda en mi mente. Ahí afuera había un peligro real. Rápidamente veo como Shanna se apresura con mi armadura, mientras dejo que me apriete las cintas, cojo el balde de agua que usábamos para lavarnos las manos y la cara, y se lo tiro a la dormida e impertinente Alhandra. Esta se levanta enseguida con los ojos como platos y mirando a Edirel con cara de "COMO OSAS", pero Edirel no le deja proninciar ni una palabra.

- DESPIERTA NIÑA IMPERTINENTE! - Comienza Edirel a gritar - SI VALORAS TU VIDA UN MÍNIMO COGE LO QUE NECESITES PARA PELEAR! ESTAMOS BAJO ATAQUE!

Los ojos amarillos de Edirel miraban a la d'Cannith con fiereza, la urgencia se palpaba en el ambiente.

Raith ya estaba preparado.

- Raith adelántate, yo iré cuando con estás dos cuando estén preparadas, no dejaré que les ocurra nada tranquilo.

Sabía que arriba era donde necesitarían más ayuda, pero no se iba a arriesgar a dejar ni a Alhandra sola ni a dejar a Shanna con ella, ellas dos no están tan dotadas para defenderse coma el resto.

La cimitarra se clava en el hombro del capitán con un terrible sonido de choque entre acero y hueso. El capitán grita de dolor y la cubierta empieza a mancharse de gotas de sangre a increíble velocidad. 

El marino extrae su cornetín al mismo tiempo que se agacha esquivando dos golpes de otras dos criaturas que se lanzaban sobre él. Khala observa lo que sucede con ellos pero tampoco tiene tiempo para pensar uno de ellos lanza un corte contra la cambiante cortándole el antebrazo. Su camisón se tiñe de sangre. Es una locura. Vienen más de estas criaturas. Al lado de ella Threkor se ve sorprendido. 

Uno de los monstruos porta una raída barba cogida al único resto de carne que queda en su cuerpo, pegado a la mandíbula. Su visión y su olor  es  terrorífico. El pícaro nota una punzada en su brazo derecho. Otro no muerto se le ha acercado clavando recta su extraña espada. Una especie de cimitarra estrecha oxidada y mellada. Pero en manos de estas criaturas siguen siendo hierros capaces de perforar y de cortar. 

Apenas si ha tenido tiempo para protegerse cuando el esqueleto de la barba le hiere en un pie atravesando cuero, pie y suela con un puñal oscuro. El dolor al sentir partir pequeños huesos del pie es inenarrable. Pero saca fuerzas de flaqueza y golpea a su vez con su espada corta. El brazo izquierdo de la criatura se quiebra por el húmero... pero la "cosa" se incorpora.

Es todo muy caótico, pero si veis que se acercan dos más de estas "cosas"... 

Estoy a punto de conciliar el sueño cuando noto el agua helada impactar contra mi espalda y empapar mi cama. ¡Hijo de perra! Me incorporo de mi litera de un salto y me quedo mirando a Erindél sin dar crédito a lo que acaba de hacer, parpadeando y boqueando como un pez fuera del agua mientras mi chorreante melena gotea sin parar, encharcándolo todo.

Miro alternativamente a este majadero y a Raith con incredulidad. Esperando que mi amigo vengue mi honor ultrajado.
No es que después de su desafortunada actuación me hicieran falta más pruebas para constatar que mi compañero de camarote es un rematado descerebrado, pero aún así él insiste en presentarme evidencias de que lo es hablándome con una falta de respeto tal que me resulta inconcebible. Si esto llega a ocurrir en Sharn puedo jurar por todos los forjados de guerra de la Casa Cannith que hubiera sido expulsado de la ciudad con varios huesos rotos y jamás se le habría permitido volver a poner un pie en ella so pena de acabar sus días degollado en cualquier cuneta.

Roja de ira no encuentro ni siquiera palabras para expresar mi rabia, pero por mi cabeza pasan rápidamente tentadoras escenas en las que me veo a mí misma disparándole con mi ballesta en un ojo o apuñalándole mientras duerme. ¡Qué gravísimo error tenerme como enemiga!

Sin embargo, el agudo sonido de una corneta atrae mi atención a mi pesar hacia la entrada del camarote. Es verdad que ahí fuera está pasando algo.

—¡Por supuesto que no te vas a quedar aquí, retrasado! —le grito, fuera de mí—. Ahora, por tu culpa, tengo que cambiarme y no pienso tolerar que un degenerado como tú me vea desnuda. ¡Largo de mi vista o no respondo!