Partida Rol por web

La brisa marina agita mis rubios cabellos y yo, apoyada en la barandilla que da a estribor, cierro los ojos y me dejo transportar por los sonidos y los olores que me llegan. Los camarotes son tan reducidos y se encuentran tan atestados que resulta imposible respirar el aire purísimo que se respira aquí fuera. ¿Y si tendiera un jergón aquí fuera y me quedara dormida mirando a las estrellas?

No puedo evitar sobresaltarme cuando la voz viril del capitán Akyos me sorprende entregada a las divagaciones.

—Buenas... buenas noches, capitán —balbuceo, tratando de recobrar la compostura—. La verdad es que la noche es maravillosa y las vistas, sobrecogedoras. Debo confesarle que siento una malsana envidia por su profesión, que continuamente le permite disfrutar de noches magníficas como ésta.

»Aunque me temo que me falta la formación que tiene usted para apreciarlas en su totalidad. Sé que existen doce lunas pero ni siquiera puedo afirmar con certeza que sea capaz de recitar todos sus nombres sin error y mucho menos reconocer cuál es cuál. En cuanto a cosmología se refiere debo confesar que soy bastante ignorante —afirmo con modestia algo de exagerada ignorancia para halagar a mi inesperado interlocutor—. Estoy convencida de que un hombre tan viajado como usted sin duda habrá visto cosas inimaginables para alguien como yo, que nunca he salido de Sharn. Dígame, capitán, ¿cómo es Rhukaan Draal?

- La verdad es que en pocas ocasiones tengo la posibilidad de disfrutar de momentos como este- te dice apoyándose en la baranda. Te sigue hablando con la mirada en dirección al sur-. ¿Rhukaan Draal? Pues si esto fuera una charla oficial o que tuviese lugar en un palaciego salón, le diría que Rhukaan Draal es una increíble muestra de arquitectura exótica donde se mezclan las más extravagantes y extrañas culturas todo ello aderezado por la  increíble emoción de encontrarse en un lugar fuera de la ley y con constantes indicadores de peligros y aventuras. Pero como mucho me temo que esto no es una charla oficial, le diré que Rhukaan Draal es una zarrapastrosa ciudad llena de basura, caótica y donde el mejor de los consejos es no fiarse de nadie.- Se vuelve hacia ti-. No es lugar al cual me dirigiría por placer. Allí todo el que va lo hace...por motivos de cierta importancia.

Un repentino escalofrío recorre mi cuerpo al escuchar las palabras de mi interlocutor; tal vez motivado por la brisa nocturna, por un genuino temor o por una impostada actitud de fragilidad. Probablemente por una mezcla de las tres. Me abrazo a mí misma mientras mi mirada permanece perdida en la oscuridad.

—Además de culto es usted un hombre discreto, capitán —elogio su prudencia a la hora de evitar preguntar por nuestros motivos para ir a un lugar semejante, antes de añadir con coquetería—: Dos cualidades que siempre he encontrado muy atractivas. ¿Le gustaría continuar esta conversación en otro sitio más... discreto?

La cena transcurrió de forma normal. Sirvió para liberar un poco las tensiones de nuestro encuentro previo y unir algo más al grupo. La comida fue copiosa y reímos y explicamos nuestras aventuras. El capitán era un hombre curtido en viajes y nos inundó de anécdotas de sus viajes por aquí y por allá.

Cuando todos empezaron a marcharse, salí a cubierta a ver el paisaje. Era impresionante ver como el elemental impulsaba el navío y la velocidad que le imprimía. Estuve un rato fuera y entonces me acordé de algo. Fui en busca del capitán. Debía preguntarle algo.

Lo encontré después de recorrer el barco de arriba a abajo.

Capitán, por favor, ¿tiene un momento? - le pregunté educadamente. - Me gustaría preguntarle algo. En sus viajes, ha oído hablar de alguien llamado Jeram? Es una persona ruin que ando buscando desde hace tiempo. Tenemos cuentas pendientes.

La princesa esta con las hormonas alborotadas, tiene toda la pinta de que es virgen aún, que adorable, aunque ha tenido un buena idea, al fin y al cabo es algo que se me había pasado por la cabeza antes.

- Esta bien Shanna, pero seguro que sólo quieres escuchar historias? Si quieres algo más quizás pudiera interceder, si quieres nuevas "experiencias".

Veamos si la niña soporta algo de presión, y el buen capitán prueba mis garras.

Encuentras al capitán esa misma noche mientras le ves pasear por cubierta interesándose por sus hombres.

-¿Jeram?- te pregunta a su vez el capitán. Le ves hacer memoria entre sus recuerdos de las personas que conoce-. La verdad es que no creo conocerle y, si hubiese oído algo de él, lo debo haber borrado  de mi memoria por no llamarme demasiado al atención.

El capitán te acompaña hasta su camarote, la misma dependencia que habéis visitado esa misma tarde. La luz de la luna de Therendor se cuela por los generosos ventanales y muy  a pesar de la sal que empaña los cristales.

- ¿Le apetece una copa, Alhandra?- Notas que es la primera vez que te llama por tu nombre-. Por suerte o por desgracia muchos de los comerciantes que transporto en el Exhaustless me obsequian con especies. No soy muy dado a las bebidas alcohólicas pero este...- Extrae una botella que contiene un líquido oscuro-. Iltrayan. Un vino seco de Aundair. Es de las pocas bebidas con alcohol que me resultan dulces y agradables al paladar.

Del mismo armario extrae dos copas de cristal verde con filigranas de acero brillante. Vierte una ligera cantidad en cada  copa y te ofrece una.

- Por el Exhaustless y por usted- brinda antes de beber el contenido de su copa.

El vino es realmente bueno. Tal y como ha dicho el capitán es dulce y bastante suave. También ,hay que decirlo, la carga de alcohol es bastante fuerte.

El camarote del capitán no es mucho mayor que el nuestro pero sí está mejor amueblado y decorado con más gusto. En cierto sentido encuentro su reducido tamaño y su abarrotado estado incluso acogedor.

Oírle pronunciar mi nombre me produce un placentero rubor y yo acepto sonriente su ofrecimiento mientras tomo asinto frente a su escritorio con naturalidad. No podría vivir lejos de Sharn para siempre pero qué maravillosa experiencia hacerlo a bordo del Exhaustless en tan estimulante compañía.

—Por el Exhaustless y por su galante capitán —respondo a su brindis, antes de paladear el dulce contenido de mi copa—. Sencillamente exquisito. Y dime, Akyos, ¿cómo te convertiste en el hombre más afortunado de Eberron? ¿Cómo te convertiste en capitán del más impresionante navío elemental que jamás he visto?

Mi interés por su historia es genuina y el hecho de comenzar a tutearle tampoco es accidental.

Miro al capitán mientras habla. No se realmente si miente o no, pero no creo que lo haga.

Si oyeras algo, ¿podrías haer llegar un mensaje a Sharn para mi? Me llamo Threkor. Es muy importante.

De allí no podía sacar nada más, así que dejé al capitán con sus quehaceres diarios.

-Es difícil decir en que momento me convertí en un hombre de mar- te dice apoyando la copa en la mesa-. Desde muy pequeño he vivido sobre barcos y galeones. Siempre rodeado de marineros , oficiales ...bueno. Y de olor a pescado también- bromea con una sonrisa-. Sin embargo, si recuerdo muy bien el día en que me convertí en capitán. Fue el mismo día en que me hicieron esto...-Te señala la visible cicatriz que recorre su frente desde el nacimiento del pelo hasta su ceja izquierda-. Fue durante la última guerra. Los mares eran también un lugar peligroso y nuestra casa, Lyrandar, era objetos de muchos recelos. En realidad todas las casas lo fueron durante aquellos años.

Se levanta de la silla y se acerca a uno de los ventanales. A través de su cristal puede verse la luna y la estela que el Exhaustless deja, como si de una cicatriz de plata fuese, marcada en la oscura superficie  del mar.

-Alguien debió pensar que dábamos refugio y transporte a un diplomático de Aundair en las costas de Cyre. Supongo que nos atacaron porque aquella persona a la que buscaban podía decantar el estado de alianzas entre naciones en aquel momento.- Su voz es seria y triste. Su mirada se pierde más allá de este mundo en una vorágine de recuerdos-. Nos atacaron por la noche. Mataron a muchos hombres. Hombres a los que conocía, amigos...

No puedes evitar acercarte a él como medio de solidarizarte con la tristeza que sus recuerdos parecen haber despertado en el capitán.

-Uno de aquellos hombres era  mi propio hermano. Él era el capitán del Exhaustless.- Te mira y sonríe entre nostálgico y apenado-. Y así es como me acabé encargando de este cascarón y de esta panda de marineros pendencieros...Pero no te preocupes. La nostalgia, el drama y lo trágico son los elemento clave de toda buena historia marítima.- Casi no te das ni cuenta cuando  su mano te acaricia el brazo bajando por él hasta retirarte la copa de las manos.  Akyos, tras de ti, te abraza por la cintura mientras miras hacia la propia estela del Exhaustless-.  El romance y el amor también forman parte de esas historias...

Es lo último que dice antes de besarte en el cuello. El Exhaustless sigue surcando el océano de la misma forma que sus besos surcan tu rostro en dirección a tus labios...  

Despierto desorientada y con un ligero dolor de cabeza. Lo primero que percibo es la suavidad de las sábanas y el leve olor a viciado de la estancia. Despego mis legañosos ojos y me asalta la claridad que se cuela a través de los amplios ventanales del camarote que en estos momentos ocupo únicamente yo.

Cierro los ojos de nuevo y dejo que los recuerdos de lo que sucedió anoche regresen a mi memoria. Unos recuerdos en los que ahora se mezclan el placer culpable y la vergüenza. Tal vez no debió pasar, pero hacía tanto tiempo que no me sentía tan viva, tan en paz... La primera noche en muchas semanas que duermo sin pesadillas.

Me incorporo y cubro mi cuerpo desnudo con la sábana de satén, mientras busco una jofaina con la que adecentarme. El agua está tan fría que me pone la piel de gallina, pero su frescor resulta reconfortante y me ayuda a espabilarme.

Me pongo mi ropa, me adecento frenta al elegante espejo circular del camarote y salgo de allí con paso decidido y una sonrisa iluminando mi rostro. Hoy promete ser un día fabuloso para estar en alta mar.

Mi primer destino será la estancia que comparto con mis compañeros, para tranquilizar cualquier inquietud que haya podido surgirles durante mi ausencia nocturna. Después, veré si puedo conseguir autorización de Akyos para presenciar cómo se controla al elemental de agua para colabore en el impulso del navío.

Esta bien Shanna...

 

...¿pero seguro que sólo quieres escuchar historias?

 

Si quieres algo más...

...

quizás pudiera interceder...

 

 

Si quieres nuevas...

"experiencias".

Se quedó parpadeando con los ojos muy abiertos, procesando la información, y cuando lo hizo, paulatinamente empezó a enrojecerse como un tomate.

"¿¡Q-q-q-QUÉ!? ¡N-n-nuevas experiencias! ¡No sé de qué me hablas! ¡Definitivamente no sé de qué me hablas! ¡Ni-ni-ni quiero saberlo! >////< ¡So-so-solo historias, Khala! ¡Solo historias, nada de cosas inapropiadas! ¡A-al menos conmigo delante, si-si vais a hacer algo me avisas y me-me-me-me-me... ¡me retiro! Y-y-yo... ¿de verdad he sonado así? ¡P-p-por la Hueste Soberana! ¡Es todo un improperio, algo nada adecuado para una prince-... noble!"

El Exhaustless prosigue su curso con buen ritmo y según lo esperado. Los tres primeros días transcurren con total normalidad. El tiempo soleado os acompaña haciendo que los días sean calurosos. Las noches, no obstante, son un alivio al bajar las temperaturas y al quedar barrida la cubierta por un viento húmedo, salado y frío.

Al norte contempláis las costas de Breland y de Zilargo. Poco a poco van pasando ante vosotros las montañas, desembocaduras, bosques y ciudades de estas tierras. El sur , sin embargo, tan sólo os ofrece el lejano y curvo horizonte. Por las noches las estrellas parecen alzar el vuelo desde el fondo del propio mar para luego elevarse entre las varias lunas de Eberron.

Sin embargo el tercer día el tiempo parece  girarse en vuestra contra. El amanecer os descubre un cielo oscuro y encapotado. Unas pocas gotas anuncian lo que los marineros parecen confirmar con sus continuas miradas al cielo. Al mediodía el Exhaustless se adentra bajo unos densos nubarrones. El capitán Akyos prohíbe al pasaje salir de sus propios camarotes para evitar posibles accidentes.Una ola podría barrer a cualquier persona inexperta y arrojarla al mar. Desde vuestros camarotes escucháis la violencia del viento y de los rayos. Podéis sentir con gran vértigo como la embarcación remonta olas enormes para luego caer al otro lado como si del trineo de un niño se tratase. La tortura dura horas...

 Pero finalmente el cansancio os vence hasta el punto de quedar dormidos...

"...rac...rac...rac...rac...¡Clack! ...rac ...rac...rac... ¡Clack!...rac...rac...rac..."

Shana abre los ojos. Hace frío en el camarote. Las luces siguen encendidas. El último en dormirse no debió acordarse de apagarlas. El barco no se mueve como antes. Ni hay tanto ruido como había antes. Parece que la tormenta debe haber pasado ya...

"...rac...rac...rac...rac...¡Clack! ...rac ...rac...rac... ¡Clack!...rac...rac...rac..."

"¿¡Qué ha sido eso!? " Rápidamente se incorpora cuando escucha el ruido. Ahora se da cuenta que es ese mismo ruido el que le ha despertado. Mira a izquierda y a derecha desde su camastro y ve al resto de sus compañeros dormidos. Si no ha escuchado mal diría que el ruido venía de...que era como si... ¿Cómo si viniese de la parte de fuera del casco y sonase como si alguien estuviese rascando...? 

"...rac...rac...rac...rac...¡Clack! ...rac ...rac...rac... ¡Clack!...rac...rac...rac..."

"Si...", piensa con la sangre helada. "Suena exactamente a eso..."

Durante los últimos días habían estado ensayando señales y protocolos, para cuando Khala se hiciera pasar por una noble. Justo ese día habían decidido por fin poner en marcha su plan, para que justo entonces... ¡Rayos! (nunca mejor dicho): ¡estallara una tormenta! Tuvieron que descansar en los camarotes mientras la tormenta seguía y seguía, desde el amanecer.

La despertó un ruído extrañísimo, como... como... como si un duende marino estuviera rascando el casco del barco. ¡Que sí, que sonaba rarísimo! Lo mismo se lo estaba imaginan-...

No, ahi estaba otra vez.

-Vale, vale. Shanna. No son tus imaginaciones. Tampoco son ratas, a no ser que sean ratas gigantes. Y, y viene de fuera, o eso es lo que parece.- Lo primero que pensó es que tal vez debería despertar a sus guardaespaldas. Pero... ¿y si no era nada? Podría ser un simple arrecife que estuviera rayando el barco, o algo enganchado, o no sabría qué...

Teóricamente ¿quién del grupo oía mejor? Tal vez debería avisar a Threkor, que era elfo. Los elfos generalmente tenían mejores oídos, después de todo. ¿No?

Fue hacia la litera donde estaba, y casi se tropieza con una de las mochilas de alguno, tal vez la de Raith. *CLONK* Uuups, esperaba que ese ruido no hubiera despertado a nadie. Con suavidad, estiró la mano y empezó a mover a Threkor por el hombro, intentando que se despertara con naturalidad, sin pegarse ningún susto. Se pegaría un dedo a la boca cuando el elfo se despertase para gesticular silencio, y luego gesticularía a sus oídos, y a la pared.

"...rac...rac...rac...rac...¡Clack! ...rac ...rac...rac... ¡Clack!...rac...rac...rac..."

_{"¿Oyes eso?"}  le susurró. _{"¿No suena como algo rascando? ¿Debería preocuparme?"}

Con suerte no sería nada, y podría levantar a Khala para poner en marcha el plan de 'seducción' a la noche...

Me despierto de golpe llevándome la mano instivamente a la espada, pero en vez de peligro, me encuentro con la cara de Shanna que me mira un tanto asustada.

¿Qué pasa Shanna? - aún intento despertarme del todo, pero alcanzo a entender el susurro de Shanna. ¿Un ruido? - Afino el oído y oigo como si algo rascara madera. - Parece que viene de fuera.

Intento afinar el oido para ver si oigo ruido de ajetreo en la cubierta. Es raro que nadie de fuera haya oido nada

"CLONK"

Un ruido sordo despertó a Edirel de su sueño.

"Que hora será... Que hace Shanna ahí con Threkor..."

Afinó el oído para ver que decían, y a parte de la conversación y al mismo tiempo escuchó el ruido del que hablaban. Saltó de la litera de arriba al suelo.

"POF"

Y se acerca a Shanna mientras recoge si estoque de encima de una mesa. Luego pega la oreja a la pared y se aleja.

- No tengo ni idea de que puede ser...

Pero no por ello estaba más tranquilo, no tenia ni idea de que era, por lo que ahora mismo, según Schrödinger (aquél filósofo enano que no le gustaban los gatos) podía ser todo al mismo tiempo, desde un calamar gigante a piedras a una alucinación.

Los juegos de personalidad con Shana eran agotadores, era una sucesión de reglas y repeticiones tremendamente aburridas, pero al menos la chica está entretenida, pero aún la veo poco preparada para lo que está por venir, el terreno donde nos vamos a meter es poco civilizado y hay amenazas por todas partes, nada adecuado para una muchacha inocente, pero tarde o temprano dejará de serlo.

Todo se interrumpe por una fuerte tormenta que mueve el barco de lado a lado, y tenemos que estar encerrados en el camarote aguantando los embates del mar, poco puedo hacer salvo asegurarme de que mi equipo este bien y esperar tiempos mejores.

Mientras estaba dormida empiezan ha murmurar los demás sobre algo que han escuchado, salto de mi catre sólo con mi camisa y agarro mi espada.

- Escuchad lo que queráis, yo voy a ver que pasa. 

Sin más abro la puerta y salgo afuera.

Khala abre la puerta. El pasillo donde se encuentran los camarotes está desierto. Tan sólo se escucha algún ronquido desde algunas de las puertas. Puede ver como se mecen las lámparas del techo suavemente, nada que ver con lo vivido durante la tormenta.

Threkor no consigue escuchar nada más. Si hay alguien de la tripulación en cubierta no consigue identificarlo. Tampoco Edirel es capaz de identificar un ruido que apenas ha escuchado.

Al final del pasillo y en dirección a la popa hay algunas cajas y barriles caídos debido al movimiento del barco. Nadie los ha colocado aún en su sitio. La escotilla que lleva a la cubierta superior está abierta. La luz de la luna entra muy difuminada desde el exterior. Nada más puede escucharse.