Partida Rol por web

Khala se acerca dolorida al camarote, basicamente le costaba moverse y cada movimiento le daba punzadas incluso en músculos que no sabía que existian:

- Rápido pasadme una de mis pociones de curación.

Por mas que intentaba escapar de los no-muertos parecía que estos no iban a cejar en su empeño, se acercaban cada vez mas y no parecía que tuviera oportunidad de poner a Threkor a salvo. El estado de mi compañero parecía estar empeorando por momentos la sangre no dejaba de manar de su costado y empezaba a notarse la lividez en su rostro.

- Venid a ayudar cabrones o sufrir cuando yo sea un esqueleto.

Sigo retrocediendo al camarote, si llegase podría dejar a mi compañero y añadirme a la lucha. 

Khala llega al camarote mientras Eridel termina de ponerse la armadura con ayuda de Shana y Alhandra realiza gestos arcanos, con la adrenalina a tope llego hasta mi mochila y tomo una de mis pociones, enseguida noto una mejoría en mi condición, ahora tengo que coger otra para darsela a Threkor

El alivio al beber el preciado líquido de vida es inmediato para la exploradora. Sus heridas dejan de sangrar profusamente. Edirel , Shana y Alhandra miran impactados a Khala. Ver una lucha a muerte es tan impactante que ver los resultados que tienen las armas en el cuerpo. Los ruidos en el pasillo continúan anunciando que la lucha no ha terminado.

¿Dónde están Raith y Threkor?

Raith llega al final de las escaleras y avanza por el pasillo todo lo rápido que puede a pesar del peso inmóvil del pícaro. cuatro de los no-muertos le siguen a escasos pasos con sus armas preparadas para darle muerte. Threkor sigue inconsciente y la cantidad de sangre que pierde, piensa el guerrero, no anuncia nada bueno. La situación es extrema...

-¡Allí!- grita una voz a espaldas de Raith.

Dos de los marineros, apenas sin vestir, aparecen desde las escaleras a media altura del pasillo y corren hacia los engendros que asedian a Raith. Sin embargo la presencia de esos horrores surgidos del mundo de los muertos les intimidan hasta tal punto de fallar sus ataques.

Ya llegan refuerzos, seguro que podemos darle la vuelta a esto, no hay nada como una poción de sanación para ver las cosas de una manera más positiva.

Sin dilación cojo una poción y me dirijo a Threkor para dársela.

La repentina irrupción de la malherida Khala en el aposento me sobresalta. No imaginé que las cosas se hubieran puesto tan difíciles para los defensores del Exhaustless en tan poco tiempo. Fuera oigo voces y el sonido de muchos pasos que se acercan pero aún no tengo una idea clara de qué es lo que ocurre.

—¡Entrad todos en el camarote, deprisa! —exhorto a mis compañeros—. ¡Entrad y atrancad la puerta! Necesito saber qué es lo que está pasando realmente ahí fuera. Y tú, Shanna, por favor, échame una mano con la armadura.

La cosa pinta peor de lo que imaginaba y parece que toda precaución va a ser poca, de modo que decido reforzar mis propias defensas.

"¡Listo!" En cuanto terminó con la armadura y le quitó el pañuelo en la cara a Edirél, levantó la cabeza también y vio a Khala entrar cubierta de heridas, y a Raith arrastrando a un inconsciente Threkor que parecía aún mucho más herido. Shanna se llevó las manos a la boca y ahogó un pequeño grito de sorpresa. Ella no tenía ni idea sobre criaturas y monstruos. Tan... ¿tan peligrosos habían sido esos esqueletos? "¡Te-tengo algunas pociones más en la mochila!" avisó cuando vio a Khala tomarse una propia para sanarse, y poco antes de ser llamada por Alhandra para que la ayudase a ella ahora con la armadura. "¡V-voy!" dijo y inmediatamente se dirigió hacia Alhandra para ayudarla con ello.

Las manos de la princesa temblaban un poco mientras ajustaba los enganches de la armadura de Alhandra. Se sentía bastante culpable. Después de todo fue ella la que avisó a Threkor, y ahora le veía ahi tendido en el suelo, inconsciente y sangrando...

Raith ve como uno de los esqueletos destripa al atemorizado marino. Sus vísceras caen humeantes sobre la madera del suelo. El otro marino, ya sea por su extraordinario sentido del deber o por puro miedo, no se mueve de su sitio y prepara su arma para atacar a aquellas criaturas de pesadilla.

Fuera no se escuchan más ruidos de lucha. Cuando de repente los esqueletos que luchaban contra Akyos irrumpen en estampida por la escalera y empujan a aquellos que asedian a Raith y al moribundo Threkor. Por suerte Khala reaparece desde el camarote. Parece recuperada en parte y, en su mano, lleva una pócima de curación...

Mientras Shana comienza a vestirme mi armadura, no queda mucho más que yo pueda hacer por mejorar las perspectivas que se me presentan. Estoy mentalmente exhausta, tanto por el incalificable despertar que me han proporcionado como por el despliegue de ingenio que he tenido que hacer para afrontar la inesperada amenaza que se nos viene encima.

Sin embargo, aún se me ocurre una limitada mejora para mi maza y trazo los esquemas arcanos correspondientes para maximizar su ergonomía de tal modo que resulte temporalmente más lesiva en combate.

Mas y mas esqueletos seguían entrando a la bajo cubierta y siquiera los marineros que habían intentado pararles habían sido capaces de hacerlo. Estas criaturas no muertas estaban desatando el caos en el barco y yo no podía hacer nada para detenerlas hasta que dejara a Threkor en un lugar a cubierto.

- Vamos compañero, aguanta un poco mas.

En mi carrera por la supervivencia veo que Khala sale del camarote en mi dirección, con una poción en la mano.

- ¿Que haces?. Regresa al camarote, no hay manera que sobrevivamos con tantas criaturas.

Raith advierte a Khala y la sobrepasa en su retirada hacia el camarote. Al hacerlo ve como otros cuatro marineros ascienden por la escalera en dirección a los no-muertos. A pesar del temor que se refleja en su rostro no dudan en acudir a llamada de alerta.

Tan pronto como noto la última cinta ceñirse, salgo estoque en mano por la puerta.

El panorama era desolador, un marino destripado, otro a punto de serlo y a Raith malerido cargando a Threkor. No los conocía mucho pero me caían majos a diferencia de la orgullosa humana esa. Mientras me acerco a cubrir su retirada.

- Corred adentro, vamos! - Grita Edirel.

La situación es precaria, pero debe haber alguna forma de salir victoriosos. Mira a su alrededor, puede haber algo de utilidad en los pasillos?

"Esto es peor de lo que me imaginaba"

Cuando Edirel termina de colocarse su armadura de cuero sale al exterior del pasillo. Casi queda paralizado. A pesar de saber que iba a encontrar allí no puede evitar verse tremendamente impactado por la escena que tiene ante él.

Raith tira de un moribundo Threkor. Un reguero de sangre marca sobre la madera del pasillo el camino por el que han llegado. Raith le grita algo a Khala, tiene la cara ensangrentada pero el espadachín no sabría decir si la sangre es suya o de Threkor. Khala está por delante de él también recubierta de sangre. Por delante de ellos una gran meleé tiene lugar justo en el lugar donde el pasillo llega a una intersección. Varios marinos luchan contra un número muy superior de ...de...de esas cosas. Cuerpos que no deberían moverse. Cuerpos esqueléticos y podridos que pueden moverse, sisean, rugen y atacan con armas tan depravadas como ellos mismos. Los marinos resbalan sobre el suelo de madera e intentan mantener la verticalidad a duras penas ya que las vísceras y la sangre que ocupan ese espacio hacen muy difícil todo intento de evitar pisarlo todo accidentalmente. Es un auténtico horror...hombres resbalando en la batalla con los restos de sus compañeros y amigos...

-¡ Yo, Dax, hijo y siervo de La Hueste, os maldigo!¡OS MALDIGO Y OS ORDENO ABANDONAR ESTE LUGAR!

La voz es un auténtico trueno que resuena contundentemente en el interior del Exhaustless. Una luz cegadora surge del pasillo y por un lado de la horda de no muertos. Los rostros de los esqueletos se contorsionan como si estuviesen sufriendo una terrible agonía. Sus cuerpos o , mejor dicho sus huesos, tiemblan y vibran a una altísima velocidad. Sus armas caen al suelo y alzan los brazos al cielo en el mismo instante que se quiebran en millones de pequeñas partículas. Como si de esculturas de polvo oscuro se tratase un vendaval salido de ninguna parte los arrasa creando una nube de cenizas oscuras.

Los marinos, sin bajar la guardia, cierran los ojos ante tal torbellino de luz y de polvo. Tras unos segundos un hombre ocupa el centro de el pasillo. Alza una maza con forma de cetro por encima de su cabeza. Un cetro que brilla con fuerza divina. Es uno de los tripulantes que formaban parte del pasaje.

-¿¡ De dónde han salido estas criaturas!? ¿ Hay más?- os pregunta bastante alterado y con una mirada de furia en su rostro.

Yo le doy doy la poción al moribundo

No sabía si alguien estaba atendiendo a Threkor o no, imaginaba que sí ya que le habían pedido a ella que ayudase a Alhandra a ponerle la armadura. Le dio mil gracias a la Hueste Soberana cuando aquel clérigo apareció, expulsando a los no-muertos con su fe imparable. Al menos, eso esperaba que fuera lo que hubiera pasado, porque no podía verlo desde ahí. "¿La-la batalla ha terminado? ¡Ha-hay que tratar a Threkor!" exclamó con urgencia, y dejando de vestir a Alhandra con la armadura rebuscaría en su mochila una poción. ¡Había que tratarlo antes de que la cosa empeorara! Afortunadamente, Khala ya estaba en ello.

La masacre de marinos era terrible. Con la cara pálida a Edirel le costaba creer aquello. Parecía que se encontraba frente a una batalla encarnizada cuando un hombre que se hacia llamar Dax acabo con todos los esqueletos.

"¿¡De dónde vienen esas criaturas!?¿Hay más?" 

Preguntó ese hombre. Edirel se le quedó mirando a punto de responder pero luego vio algo que le urgía más.

-¡TODO AQUEL QUE SEPA COMO CURAR UNA HERIDA QUE VENGA RÁPIDO! ¡RÁPIDO JODER!- Diciendo aquello Edirel fue corriendo a atender a los heridos. Él sabía que no podía hacer mucho pero no pensaba dejar su puesto hasta que alguien más cualificado que él, pudiera ocuparlo.

Unas palabras fuertes se escuchan a mi espalda unas palabras cargadas de fe y de poder al mismo tiempo. No me sentía para nada mejor pero el ruido del metal al caer al suelo me decía que ya los esqueletos no me perseguían y eso a mi me valía por ahora. Al terminar con esas criaturas el sacerdote, clérigo o lo que fuera me había salvado y Threkor también.

- Ayuda.....Había recorrido toda la cubierta inferior arrastrando a mi compañero y empezaba a desfallecer. - El capitán seguía luchando en la cubierta superior no se si está vivo o muerto. Threkor mi compañero digo mientras señalo el cuerpo que llevaba en brazos - necesita ayuda.

La caótica situación que se vive fuera del camarote alcanza dimensiones épicas cuando Edirel y Khala comienzan a ir y venir, mientras sus gritos apremientas se mezclan con los gritos de dolor de la tripulación y los de auxilio de Raith. Por encima de todas estas voces atruena la de un individuo que se hace llamar Dax y que, durante un instante, logra silenciar el caos reinante.

Shanna me abandona con la armadura a medio abrochar y cuando me asomo al exterior no veo más que las oxidadas armas de los supuestos atacantes pero ni rastro de sus propietarios.

Las palabras de Raith indicando que el capitán Akyos estaba en la cubierta en el momento del abordaje me pone de inmediato en acción. Cojo la mochila que nos dio Elaydren y echo a correr hacia el nivel superior del barco en busca del oficial al mando del Exhaustless al tiempo que elevo una silenciosa plegaria a los dioses en los que no creo para que todavía esté con vida.