Partida Rol por web

La vibración suave e instantánea provocada por el cañón laser hormiguea levemente por la nave. Parece que Kovacs ha empezado a poner la artillería a trabajar. Sin embargo el motor sigue parado y Aria parece estar herido. 

Tracciono de la palanca del acoplador de energía cuando escucho el alarido del chaval. El susto hace que consiga acoplar la palanca hasta la posición y me giro completamente sorprendido.

Salto por encima de las tuberías para apartar al chico del chorro de vapor.

- ¡Joder! ¡No! ¡No! ¡NO! 
Nunca, nunca hay que abrir esas válvulas cuando el medidor de presión está en más de 300 mm de Hg - digo golpeando el vidrio del medidor de presión con el dedo indice lleno de rabia - ¿es que estás loco?  ¿quieres derretir tus putas corneas?

- Por dios - cojo al chico que está casi cegado y lo alejo del reactor de protones para que no tropiece con las tuberías. Le alcanzo una botella de agua a medio consumir que alguien dejó hace poco y se la pongo en las manos con fuerza. - Límpiate los ojos, cálmate y enseguida te llevaré a la enfermería.

Me giro con gesto de enfado mientras escucho como el sonido de los motores se va apagando por el escape de presión tan abrupto. La humareda de vapor y gas se dispersa mientras el reactor comienza a diminuir sus ciclos.

- Mierda... mierda... ¡MIERDA!

Escucho la voz de Faraday gritando lo evidente. Estamos a la deriva. Somos un punto blanco vagando a la deriva.
Cojo el comunicador - Haré todo lo posible, pero esa maravillosa pirueta que ha realizado señor Faraday ha sobrecalentado los estabilizadores de proa y babor, y se ha roto el sistema de refrigeración iónico que lo enfriaba.

Moriremos todos con un impresionante orgasmo en nuestras retinas tras presenciar su maravillosa maniobra aérea.

Observo la maquinaria que aún está activa. ¿qué cojones puedo hacer para conectar el refrigerador y que esos malditos estabilizadores puedan volver a estar activos? sin estabilizadores, el motor no se reactivará. Es un sistema de seguridad para que el motor no lance la nave contra una estrella o un planeta sin control. - Trataré de repararlo. Dense un beso de despedida por si acaso.

Veamos... o se me ocurre algo pronto, o vamos a ser pedazos de basura espacial.

Refrigeración... estabilizadores... motor. Cojo las herramientas, me pongo las gafas protectoras y me meto entre las tuberías.

-Mierda -mascullo, tendido en la camilla de la enfermería-. Eso ha sonado como a "nave yéndose a la porra".

Tengo la ligera impresión de que algo va mal en la cabina de motores. Lo más probable es que Aria sea el que se encuentre manejándola o, al menos, intentándolo. Me pregunto si estará bien.

-No sé si esto es lo más recomendable después de recibir tres disparos... -musité, incorporándome lentamente de la camilla, todavía dudando sobre si tenía que hacerlo.

Nunca había sido un buen mecánico. Lo mío eran las armas a distancia, seguir rastros, pilotar naves y tener una potra tremenda cuando me disparaban. La mecánica... Bueno, el viejo Tunstall lo había intentado, pero nunca me había interesado especialmente por arreglar naves y vehículos.

Aun así, salí de la enfermería, con una mano en el costado y apoyándome en las paredes mientras me dirigía a la sala de motores. Allí pude ver al pobre Aria, quien parecía haber recibido un fogonazo en la cara, y al doctor Kaine intentando hacer lo que buenamente puede para reparar el motor.

-Capitán, no se ponga melodramático. Nadie va a morir hoy -le aseguré, avanzando en su dirección-. Atienda al chico cuanto antes, esa quemadura tiene mala pinta. Le pagaremos una copa del mejor whisky al chaval en la próxima roca en la que aterricemos. Yo me encargo de reparar el motor, sé que puedo con esto.

"O acabo convertido en un churrasco y la nave se va a tomar por culo" pienso para mis adentros, aunque por supuesto no lo exteriozo.

Extiendo una mano para que Kaine me pase las herramientas y las gafas de protección, y procedo a introducirme entre las tuberías para arreglar la avería.

El motor arranca con las maniobras del Doctor Kaine auxiliado por el bueno de Bill. Incluso no parecen haber qiedado daños permanentes o secuelas de la avería, lo cual es casi milagroso. Mientras tanto las atenciones del doctor parecen haber aliviado los dolores del joven Russel ¿Quizás Big-Heart y Sugar sabían lo que se hacían al nombrar capitán a Dalton Kaine?

La nave arranca y parece capaz de mantener la distancia de sus perseguidores. La situación es tensa, los reavers no son dados a rendirse en una cacería. La segunda nave parece haber dejado de ser una amenaza. Parece que Kovacks le alcanzó en algún punto sensible de su sistema de propulsión.

Escucho la retahíla de insultos del Capitán haciéndole cargo de que estuvieran sin el reactor principal. Lo dejo hablar como si no hubiera dicho en al menos quince ocasiones que necesitaban un técnico en los reactores durante esos dos días.
- Hay peores formas de morir, señor. dijo el piloto, aun usando la nave para realizar giros con lo que quedaba de los impulsores, buscando esquivar arpones y darle un mejor ángulo de apuntado a Kovacs. – Aquí el bueno de Kovacs se ha casi cargado una de las dos naves, pero queda una y aproximándose. ... dejo pasar unos momentos y pregunto, casi con culpa ¿Como está el chico?

Luego de comunicarse con el Capitán,
- Vasilis, … insultar, gritar y sacarla de la cabina no ayudaría. El mismo sus primeros días había sentido terror la primera vez que había ido al frente y si tuviera que enfrentarse a los Reavers lo que primero que comprobaría además de la munición era tener un par de pantalones extras… por si acaso. Jun… incluso si no fuera así… tenemos dos o tres horas de aire en la nave antes de quedarnos sin soporte. Eso sin hablar de los trajes y las naves. Puedo llevarlos a tierra. … ¿Por qué no va a ver el estado de Rush? Seguro que el chico le agradara ver un rostro amigo.
La energía pareció volver a los paneles de la nave, y en el rostro del Piloto se dibujo una sonrisa. Realizo el mismo el análisis.
O tal vez el chico puede esperar unos instantes. ¿Puede trazar el curso hasta Perséfone?

Faraday realizo unos chequeos y los doblechequeo. Todo daba luz verde. Sin embargo, no había llegado a ser el mejor, o bueno, a que dijeran que era el mejor, confiando en lo que decía el sensor. Doble chequear siempre era bueno. Abrió el comunicador para hablar con la sala de maquinas.
Aquí me dice que puedo dar plena potencia para sacarnos de aquí. ¡Dame confirmación, Kaine!
Normalmente no doble confirmado, pero luego de que lo insultaran por las maniobras no quería hacer explotar la nave. Además, es cierto que conducía bien y rápido, pero no había pisado los motores a fondo, y la Constanze al parecer sobrecalentaba. Era mejor asi.

Con un suspiro de alivio compruebo que la energía ha vuelto a la nave, y esta vuelve a avanzar, como un perro viejo y tísico, sí, pero avanza. 

Ni siquiera había conseguido hacer una lectura de los fallos de la nave, pero parece que ya lo hace Faraday por mí. Me siento torpe, pero no tengo ningún conocimiento sobre ingeniería. Apenas reconozco el plano de la Constanze cuando aparece en la pantalla, ¿cómo iba a saber lo que significan todos esos colores y letras?

Frustrada, observo que Faraday no deja de dar órdenes, así que me aferro a lo siguiente que me diga.

¿Puede trazar el curso hasta Perséfone?

-Puedo intentarlo -murmuro, toqueteando la pantalla de navegación. Sin embargo, todavía me tiemblan los dedos, y algo he debido tocar mal, que no dejan de aparecer miles de números sin sentido y coordenadas que nada tienen que ver con las de Perséfone. Shiny.

Frustrada, aprieto los labios e inclino la cabeza hasta hacer chocar la frente con los mandos.

-Gāisǐ de -mascullo.

- Esa fui yo

David se giró hacia Jun al oír aquello - ¿En serio? No joda - dijo sin poder creérselo. Desde luego, la que en un principio le había parecido como la que más desentonaba y que de menor utilidad le sería al grupo, estaba resultando ser toda una caja de sorpresas, entre sus conocimientos de pilotaje, medicina y ahora el manejo de armas pesadas. O quizás había sido la suerte del principiante. Daba igual, lo que contaba era que les había librado de una buena acabando con el Reaver del lanzacohetes.

Siguió el haz de láser con la mirada y sonrió al ver como impactaba en una de las dos naves, que redujo su velocidad, dejándola fuera de juego por el momento. Si conseguían recuperar la potencia de los motores, no tendrían problemas en escapar de ella. Aunque su compañera seguía acercándoseles peligrosamente. Volvió a introducir datos en la consola para calcular una nueva solución de disparo. De fondo oía los gritos de Kaine y Russel en la sala de máquinas, pero él estaba concentrado en lo que hacía. Si se las arreglaba para inutiizar o incluso derribar la otra nave Reaver, tendrían todo el tiempo que necesitaran para arreglar la nave y tratar a quien hiciera falta.

De repente, la nave volvió a arrancar y Faraday se apresuró a alejarla de sus perseguidores, justo cuando él inciaba la secuencia de disparo. Esperaba que la sacudida no hubiera modificado demasiado la trayectoria del láser.

El segundo disparo hizo blanco en la nave de los salvajes, sin embargo no consiguió causar ningún daño de importancia. Parece que los Reavers estaban dispuestos a dar hasta el último aliento. La segunda nave parecía desistir de la persecución, sin embargo, aún queda una.

Me giro hacia el señor Spencer con gesto serio mientras termino de activar las clavijas del fuselaje y el motor comienza a encenderse a mis espaldas, iluminando toda la sala y haciendo que la nave vuelva a temblar.

Paso por su lado y le dejo en las manos las omniherramientas. - Ya está en marcha, señor Spencer, pero gracias - señalo los medidores de condensación y a las pantallas con las temperaturas. - ya sabe lo que tiene que hacer. Mantenga este sitio a plena potencia para que el señor Faraday pueda fardar, pero no quiero que la temperatura vuelva a superar un 25% del límite máximo. ¿entendido? - Maldigo las naves antiguas sin procesadores inteligentes que sepan corregir esos factores de forma automática, es como si fuésemos en un viejo tanque a pedales.

Luego cojo al chiquillo con cuidado y me lo llevo a la enfermería dejando que se apoye en mis hombros. Con la mano libre cojo el comunicador. - Señor Faraday, sáquenos de aquí por favor, tenemos un sombrero muy grande que comprar.

La voz de confirmación de Kaine sonó como música en sus oídos. Apenas supo que podía pisar el pedal de potencia para sacarlos de allí, el Piloto sonrió de lado, y puso la palanca hacia delante, al tiempo que pisaba los pedales para sacarlos de allí.

- Entendido Señor. dijo sonriendo… ¿Creo que había dicho algo sobre una botella de Bourbon?

De salir todo como esperaba, el motor principal empezaría a soltar una imponente llamarada y ellos empezarían a acelerar y dejar atras a sus perseguidores.
Ya cuando la nave estuviera lejos del alcance de aquellos arpones que regalaban con prodigalidad, el Piloto abrió el canal de comunicación con los Reavers, y escucho el sonido inequívoco de estática como si fuera un rugido. Aisló el sonido y les hablo en canal abierto.

- ¡Adiós Inoperantes del Espacio!. ¡Nunca nos alcanzaran! Recuerden este día, como el día que fueron derrotados! ¡Recuérdenlo! ¡Como que mi nombre es Hector Chang!

No sabía si funcionaria, pero solo el hecho de hacerlo le había mejorado el ánimo. Apago el comunicador abierto, y se relajo. No había hecho el salto aun, solo se había alejado considerablemente para darle tiempo a Jun a terminar de programar el destino. De no lograrlo, llamaría a la navaja multipropósito que tenían por Capitán.

Las comunicaciones internas en la nave se suceden a mi alrededor, mientras tengo toda mi atención concentrada sobre la pantalla de situación. Continúo peleándome con ella. Maldita testaruda. Parpadea, y tengo que golpearla un par de veces para que desaparezcan unas molestas rayas blancas que oscilan de arriba a abajo. Rumbo a Perséfone, a Perséfone... 

Números y letras, coordenadas y órdenes de circulación espacial inundan la pantalla, mientras trato de fijar nuestra propia nave en el espacio. Me cuesta encontrar de nuevo Snowfall, y después, la posición de la Constanze en su atmósfera.

Perséfone... ¿por qué vamos a ir a Perséfone? Nuestro destino es otro.

Harmony. Ahí.

Longitud: -81.5812300
Latitud: 28.4187500

Escucho las bravatas de Faraday en comunicación con los reavers, y no puedo evitar esbozar una sonrisa de medio lado, mientras este pisa a fondo el acelerador y nos saca de este maldito planeta. 

-La primera estrella a la derecha, y todo recto hacia el amanecer, señor Faraday -murmuro, fijando el rumbo en pantalla, y esperando que los mandos hagan su trabajo. 

Con la otra mano, abro el hilo musical, y toqueteo un poco, buscando...

El segundo disparo también hizo impacto sobre la nave enemiga, pero únicamente uno superificial, al contrario que el primero. Al menos, la nave a la que había conseguido darle abandonaba definitivamente la persecución, demasiado tocada como para satisfacer las ansias de muerte de sus tripulantes.

Por fin oyeron buenas noticias de manos de Kaine, parecía que el motor volvía a funcionar, lo que les daba una nueva oportunidad para salir de allí. Oportunidad que Faraday, por supuesto, no dejó correr. La Constanze aceleró todo lo que pudo en sus circunstancias, y pronto estuvieron fuera de peligro, demasiado lejos y demasiado rápidos como para que los Reavers tuvieran siquiera una posibilidad de darles alcance.

Aunque no se permitió quedarse tranquilo hasta que no escuchó el breve discurso de la victoria del piloto y empezó a sonar una de sus canciones por la nave. Entonces si se relajó y se dejó caer sin más sobre su asiento. Demasiadas emociones para un solo día. Se giró sonriente hacia el piloto - Joder, Nathan. Tengo que decirte que eres casi tan bueno pilotando como eligiendo música - entonces ladeó la cabeza hacia Jun - Veo que el entrenamiento de Acompañante incluye una gran variedad de categorías - dijo, sorprendido por como se las lograba apañar la mujer.

-Entendido, capitán -asentí a las palabras del doctor Kaine.

Gracias a sus conocimientos de mecánica, nos habíamos in extremis. Suspiré. Al menos parecía que el peligro ya había pasado.

Pude ver cómo el doctor Kaine se lleva a Aria en dirección a la enfermería, mientras que yo me quedaba en la sala de máquinas, resoplando mientras me preguntaba si no me hubieran ido las cosas mejor si en vez de aprender a disparar, hubiera estado más atento a las clases de mecánica del viejo Tunstall.

Tal y como me había ordenado el capitán, decidí mantener los motores a plena potencia, tratando que la temperatura no llegase a excederse en más del veinticinco por ciento.

"Conque un trabajo sencillo, ¿eh, señor Chang?" pensé para mis adentros, con sorna.