Partida Rol por web

Sombras del Verso

Capítulo 1 - Escena de roleo libre.

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18/04/2018, 12:14
Dr. Dalton Kaine

Señor Kovacs: yo no deserté de la Alianza, simplemente me licencié y me vine a los planetas del borde. Mi razón para no querer tener nada que ver con el gobierno central es puramente personal y no le va a traer problemas a nadie de esta nave

- Interesante…

Digo escudriñando sus gestos y detectando señales de engaño u ocultación. El hombre parecía alguien de extraños principios. Los escrúpulos podían dar cierto valor a sus acciones pero resultar un impedimento en ciertas circunstancias.

- Tener a gente capaz de conocer esos códigos en las misiones puede ser una gran ventaja. Sin embargo, y aunque creo en sus palabras, señor Kovac, debe entender que si no ha desertado, deberás asegurarme de alguna manera que no tiene contactos con ellos y que ninguno de los miembros de mi tripulación corre el riesgo de ser denunciado por sus acciones o pasado. lo entiende ¿verdad?

Pego una calada al cigarro, degustando el sabor amargo de esta mierda de tabaco que coniguen en estercoleros de las colonias. Luego espiro el humo lentamente mientras mis rendijas se dirigen a la asesina.

Señorita Stark: Yo... lo mismo que él. 

Mujer de boca pequeña, presuntuosa, orgullosa e independiente. Es guapa pero ni siquiera presume o lo utiliza. Tampoco le serviría de nada, por supuesto.

- Me temo que esta vez no va a ser suficiente con su silencio y réplicas vagas señorita Stark. Si tengo agentes de la alianza en mi tripulación quiero saber de lo que son capaces. - abro las palmas de las manos de forma inocente - deje de hacerse la dura y deme algo con lo que trabajar.

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18/04/2018, 14:13
Nikita Stark

Nikkie puso los ojos en blanco. ¿Es que no la había oído? Escuchar solo la sospecha de que era agente de la Alianza la hizo esbozar una expresión de desagrado. Como si se hubiese metido una babosa en la boca.

No soy una agente de la Alianza. Ya no. Aclara tajante. ¿Qué parte que igual que él no había entendido? ¿Cómo pretende que se lo demostremos? Al menos le había gustado que quisiera proteger a la tripulación de la Alianza. Porque puedo escupir encima de uno de sus emblemas si quiere... Dice de forma sarcástica encogiéndose de hombros.

Mire, usted no confía en mi, pero es que resulta que usted tampoco se ha ganado mi confianza, así que no diré nada más, de momento. Aquí Sugar es el que le ha dado el puesto, y yo no sigo órdenes de cualquiera. Demuestre que vale y entonces yo le demostraré lo que valgo yo. Dice de nuevo bastante clara.

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18/04/2018, 22:28
David Kovacs

A pesar de que la sincera respuesta de David pareció satisfacer a Kaine, este todavía no tenía suficiente. Frunció el ceño igual que el capitán cuando miraba a Nikita - ¿Y como espera que se lo demuestre? ¿Quiere registrar mis pertenencias? Porque le aseguro que no va a encontrar nada que pueda resultarle de interés. Como ya he dicho, tengo mis razones para no querer tener relación alguna con la Alianza, y eso incluye el darles información, sea del tipo que sea. No soy un chivato.

Escuchó entonces hablar a Nikita, y aunque no creía que seguir a la defensiva fuera a serle de mucha ayuda por mucho más, si que dijo algo que en lo que tenía razón. Allí todos estaban hablando de su pasado menos el hombre que los guiaba. Recordó la reacción que había tenido cuando Jun le había preguntado por ello, y como había evitado responder gracias a la intervención de Chang - Puede que a la señorita Stark haya que sacarle cada palabra que dice con una pala, pero... tiene un punto.

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19/04/2018, 01:24
Bill Spencer

-Siempre lo tomo fuerte -respondí a la pregunta de la acompañante, tomando asiento en uno de los taburetes de la cocina, mientras observo que Jun está preparando el té.

Veo que Nikita y Kovacs pasar por delante de la cocina para dirigirse a la enfermería.

-Me pareció escuchar al capitán pedirles que fueran a la enfermería -recordé, sin darle mucha importancia-. Supongo que querrá hacernos entrevistas más a fondo o algo por el estilo.

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23/04/2018, 00:54
Jun Vasilis

A pesar de lo anticuada de la instalación, el cazo no tarda en hervir y vierto el agua en dos tazas, con sendas bolsitas de té. Tuerzo la nariz. De verdad, de verdad que tengo que realizar una ceremonia del té como dios manda cuando me instale.

Bolsitas de té... si me vieran en el Gremio...

Dejo que pasen unos largos segundos antes de retirarlas, y llevar las tazas hacia la mesa; deposito una con sumo cuidado frente al señor Spencer, y la otra frente a una silla vacía, justo delante de la suya. Sonrío, soplando el humeante contenido.

-¿Y bien? ¿Qué hay de esa trepidante aventura?

Notas de juego

Esto es lo que pasa cuando abro Umbría recién levantada: leo todos los mensajes y luego pienso que los he soñado. Disculpa mi tardanza, a la próxima me pegas un tirón de orejas por el offtopic.

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23/04/2018, 13:22
Bill Spencer

Dediqué una sonrisa a modo de agredicimiento a Jun, mientras acercaba la taza hacia mí. Sin más, le di un poco sorbo al té caliente.

-En realidad, no hay mucho que contar -dije, encogiéndome de hombros-. Aunque si me lo permite decirlo, no fue ninguna aventura. -Mi rostro se ensombreció con tristeza-. Ningún encargo lo es. -Sabiendo que una parte de él se quedaría más a gusto revelándole a la acompañante lo que había sucedido, procedió a contar su historia-: Fue hace dos meses. Me contrataron para el trabajo en una cantina. Se notaba que mi cliente era una persona adinerada, pero no me sorprendió. La mayor parte de las veces, son los ricos quienes se dedican a solicitar los servicios de los cazarrecompensas. Al fin y al cabo, ellos nunca se ensucian las manos.

-Me propuso un trabajo sencillo y bien remunerado: entrar en la mansión de descanso de un alto cargo militar de La Alianza y acabar con su vida. Supuse que el tipo que me contrató era un rival de la Alianza, quizá alguien que quería quitarse de en medio a aquel individuo. No le di muchas vueltas, ni me importó que mi cliente me hubiera dado un alias en vez de su nombre real. Al fin y al cabo, el trabajo estaba bien remunerado y se me dijo que no habría represalias por parte de La Alianza, lo que me hizo pensar en un cambio de poder. Me engañaron. Logré matar a ese hombre, pero al día siguiente se emitieron grabaciones donde se me mostraba entrando en la casa de la víctima a la hora del asesinato. Me tendieron una trampa, y supongo que mi propio cliente me delató a la Alianza. Ese mismo día, ya habían puesto precio a mi cabeza.

Bajé la cabeza hacia la taza de té y di un ligero sorbo.

-¿Y qué hay de ti? -pregunté a la acompañante, interesado-. ¿Cómo acabaste en esta nave?

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23/04/2018, 14:56
Jun Vasilis

Escucho la narración del señor Spencer sin interrumpirle, mirándole a los ojos. Sólo cuando finaliza, agacho la mirada para mirar la taza que sostengo entre las manos. 

-Tiene usted razón en que ningún asesinato debería considerarse una aventura; Qǐng xiān*, disculpe mi falta de tacto. -murmuro, arrepentida de haber elegido mis palabras con tan poco tino.

Me recojo un mechón de cabello tras la oreja, pensativa, hasta que recuerdo la pregunta que me ha dirigido el cazarrecompensas.

-¿Y qué hay de ti? ¿Cómo acabaste en esta nave?

-Un desagradable giro de los acontecimientos, supongo -sonrío, encogiéndome de hombros.- En mi caso, yo sí me negué a realizar un trabajo, y aquello fue mi perdición. Lo que nuestro capitán llamaría "lastre moral".

Notas de juego

*Por favor

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25/04/2018, 18:45
Bill Spencer

-No tienes que disculparte por nada, Jun. No creo que hayas tenido "falta de tacto" -dije, en tono suave, esbozando una ligera sonrisa para convencer a la acompañante de que no había errado en sus palabras-. Muchos hombres del gremio fardan de cuántas bajas han logrado realizar, de a cuánta distancia han abatido a sus víctimas, de qué heridas recibieron en combate... A menudo para impresionar a las damas.

Escucho en silencio la explicación de qué llevó a Jun a acabar en aquella nave y no puedo evitar que se reflejara la tristeza en su expresión.

-A veces son esos lastres morales lo que definen qué clase de personas somos. Si perdemos eso, ¿qué nos queda? Apuesto a que tenías un buen motivo para no realizar ese trabajo. -Di un nuevo sorbo de té y sonreí de nuevo-: Haces un té delicioso, por cierto.

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25/04/2018, 19:54
Jun Vasilis

Sonrío, agachando la mirada, algo azorada.

-Xièxiè, pero esto no es nada. Sólo una bolsita en un poco de agua hirviendo. Cuando esté instalada podré haceros té de verdad, como lo preparamos en las Casas. -Doy un pequeño sorbo, disfrutando de la silenciosa complicidad que se ha alzado entre los dos.

Aunque a simple vista parecía ser un hombre bastante bruto, el señor Spencer ha resultado ser educado y amable, lo que me permite relajarme un poco entre tanta amenaza de muerte, arma de fuego y contrabando...

Lanzo un quedo suspiro al aire, depositando la taza con cuidado sobre la mesa, pensativa.

-Afortunadamente, espero no quedarme mucho tiempo. Sólo necesito que esta nave me lleve lo antes posible al lugar donde tengo guardado el dinero suficiente para... -alzo la mirada, alarmada. Rayos. No, no, no, no, no...

Aprieto los labios, sintiendo que se me acelera el corazón.

- Bueno. Yo... yo no...

Zǔzhòu*, Jun, eres una bocazas. Mi lengua funciona más rápida que mi cerebro, y trato de balbucear una explicación convincente cuando mi codo choca contra la taza de té, y esta se desparrama por la mesa.

-Dioses, bàoqiàn señor Spencer, yo... -Exclamo, mientras alargo una mano para alcanzar un trapo y tratar de retirar todo el líquido antes de que se le desparrame sobre mi compañero. 

Notas de juego

*Maldición.

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25/04/2018, 20:09
Jun Vasilis

Aprieto los labios, mientras trato de secar bien la mesa. Miro de reojo al señor Spencer.

Muerde el anzuelo, Bill, pregúntame sobre mi "tesoro". Necesito pedirte discreción, y si el rumor de que tengo suficiente dinero para pagar nuestra deuda empieza a correr por la nave... entonces sabremos que Bill Spencer no es de fiar. 

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30/04/2018, 01:11
Bill Spencer

Al ver derramarse la taza de té sobre la mesa, dejo escapar una sonora maldición y arrastro el asiento hacia atrás antes de que el líquido llegue a mojarme. Veo que mi compañera toma un trapo y se dispone a tratar de retirar el líquido.

-Eh... esto... no pasa nada, Jun -balbuceo, con nerviosismo, mientras para mis adentros aún estoy dándole vueltas a las últimas palabras que ha pronunciado la acompañante. Me incorporo y busco otro trapo por la cocina. Suspiro-. Te ayudo a limpiar la mesa, no te preocupes. -Apoyo el trapo sobre la mesa mientras me dispongo a limpiar el té derramado-. Esto... sé que no es de mi incumbencia, pero, ¿dónde necesitas que te lleve esta nave? Quizá podríamos convencer al capitán de que sea uno de nuestros próximos destinos.

Esbozo una leve sonrisa que intenta tranquilizar a Jun. Si bien la mención de dinero oculto habría hecho interesarse a cualquier cazarrecompensas o mercenario intentase sacar tajada de la situación, para mí el hecho de que la acompañante pudiera tener una sustanciosa suma de dinero guardada en algún lugar de la galaxia me resultaba poco relevante. Al fin y al cabo, era de ella y de nadie más.

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30/04/2018, 08:46
Jun Vasilis

El señor Spencer comienza a limpiar la mesa, y yo le miro a los ojos cuando este me sonríe tranquilizadoramente.

Esto... sé que no es de mi incumbencia, pero, ¿dónde necesitas que te lleve esta nave? Quizá podríamos convencer al capitán de que sea uno de nuestros próximos destinos.

Me sonrojo.

-No se preocupe, lo tengo todo pensado, en realidad. Pero... le agradecería discreción. -Murmuro, mientras termino de secar el líquido sobre la mesa- Aún no conocemos a todos los tripulantes y aunque me encantaría pensar que todos son buenas personas, no me gustaría amanecer un día con la garganta abierta, ya sabe...

 Oh, maldita sea, por qué habré tenido que irme de la lengua... Agito la cabeza, mientras dejo caer el trapo sobre el fregadero. Cambiemos de tema.

-A todo esto... ¿qué opina usted de nuestros compañeros de viaje?

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30/04/2018, 19:11
Bill Spencer

-Bueno, esa es una cuestión interesante -comenté, pensativo ante la pregunta que me había hecho la acompañante sobre los otros ocupantes de la nave-. Creo que el doctor Kaine es un buen tipo, puede que resulte un tanto ácido en su trato, pero me transmite la sensación de ser todo un profesional. Pienso que Sugar acertó al nombrarlo capitán. El chavalín me cae bien, y Kovacs también me parece un tipo íntegro, aunque aún no he tenido demasiado trato con él. Faraday parece... no sé, ¿excesivamente seguro de sí mismo? ¿Muy fantasma? Diría que Nikita es la que me genera menos confianza. ¿Qué piensas tú? -El cazarrecompensas esbozó una ligera sonrisa y se dispuso a añadir-: Y por favor, no me hables de usted. Me haces sentir muy viejo, Jun. Con Bill ya es más que suficiente.

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01/05/2018, 00:01
Jun Vasilis

Escucho las palabras del señor Spencer mientras vuelvo a tomar asiento, apartando a un lado la taza de té vacía, y asiento con una sonrisa ante la apreciación que hace del resto de la tripulación. Aún estoy un poco agitada, por lo que tengo que meditar mi respuesta antes de contestar.

¿Qué piensas tú? 

-Estoy bastante de acuerdo, en términos generales. -Por un instante, me siento tentada a compartir mis opiones personales, pero finalmente cierro delicadamente los labios y en lugar de palabras, esbozo una sonrisa.- Bastante de acuerdo. Supongo que todavía es algo pronto para formarme una opinión sólida sobre ninguno de ellos. No quisiera aventurarme antes de tiempo.

Y por favor, no me hables de usted. Me haces sentir muy viejo, Jun. Con Bill ya es más que suficiente.

-Lo lamento, señor Spencer, pero de donde yo provengo el respeto es una norma básica. -Con una sonrisa, me retiro un mechón de cabello del rostro- Creo que me costará quitarme el hábito, pero le prometo que lo intentaré con todas mis fuerzas.

Le miro a los ojos durante unos instantes, y finalmente, dejo caer las manos lentamente sobre el tablero de la mesa. 

-Bueno. No quiero robarle más tiempo señ... -sonrío, de nuevo, agachando la mirada- Spencer. Tenemos que habituarnos a muchas cosas nuevas en esta nave, y espero poder instalarme pronto para invitarle a un té como mandan las fortunas.

Extiendo una mano hacia él, larga y pálida como la espuma del mar. Aún me tiembla un poco, y debo hacer esfuerzos por controlarme.

-Ha sido una charla muy interesante.

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03/05/2018, 10:09
Jun Vasilis

Primer día de viaje. A tres horas de Perséfone. 

Aunque no he conseguido bajar más de tres bolsas al camarote, al menos he desempacado la mayor parte de la ropa, y los utensilios para el altar. Después, prioridades: ponerle un cajón a Mister Mittens en la bodega y revisar la habitación del doctor revisando los suministros disponibles. 
Está todo un poco desfasado, oxidado o sucio, así que empleo las horas siguientes en asearlo todo lo suficiente como para no provocar una septicemia grave a cualquiera que necesite una tirita. 

Al terminar, me enjugo la frente con un pañuelo, y observo el resultado, satisfecha. Supongo que hasta el momento, servirá. Ahora sólo falta atender al primer herido. 

Me asomo desde la puerta de la enfermería, buscando con la mirada al chiquillo.

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03/05/2018, 16:39
Bill Spencer

Me sorprendía la educación que mostraba la acompañante incluso en unas circunstancias en las que no era necesario. Sin duda, más de un miembro de la tripulación debía de aprender de ella.

-Sin duda, ha sido una buena charla -reconocí, sonriendo. "Una de las pocas veces que he podido sentarme a conversar sin necesidad de hablar de trabajo en los últimos años" pensé para mis adentros-. Más calmada de a lo que suelo estar acostumbrado...

Advierto que Jun extiende su mano hacia mí, y dudo durante un instante acerca de qué hacer. Por norma general, cada vez que cerraba un acuerdo con algún cliente o saludaba a un colega del gremio, solíamos estrecharnos nuestras manos. Aunque, teniendo en cuenta lo educada y distinta a mis habituales conocidos que era mi interlocutora, supuse que un apretón de manos o unas palmaditas en el hombro podía resultarle excesivo.

No muy seguro de lo que hacía, me limité a tomar la mano de la acompañante con suavidad. Dudé durante un instante si la mayoría de hombres de la alta sociedad a los que había conocido la acompañante se dedicaban a besar las manos de las mujeres, ya que aquello me resultaba demasiado caballeroso y anticuado, por lo que descarté la idea casi al momento. Permanecí un leve instante tomando con suavidad la mano de la señorita Vasilis y le estreché levemente, no queriendo parecer rudo.

-Encantado de tenerla a bordo, Jun -dije, con sinceridad, antes de abandonar la cocina con paso decidido.

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04/05/2018, 11:30
Aria Russel

Primer día de viaje. A tres horas de Perséfone. 

Que aburrimiento... todos haciendo algo y yo aquí... Aria llevaba desde el despegue tirado en la bodega sin saber que hacer. Se había tirado entre algunas cajas, observando a quienes pasaban por la sala de carga. El capitán, el supuesto mecánico, hasta Jun se había encerrado en la enfermería a saber para qué. 

El adolescente estaba absorto, mirando el alto techo de la nave cuando notó que alguien le miraba. Giró la mirada horizontalmente y vio la cara de la acompañante sobresalir un poco de la puerta por la que había entrado hacía unas horas. –Eh... ¡hola! –Sonrió al ver a la chica. Pero esta hizo un leve gesto con la cabeza señalándole. Ah, sí. No quería molestarte, no es nada...–  Pero el semblante de Jun no cambiaba. Aria bajó de un salto desde donde estaba tumbado y se acercó hasta la enfermería. Ella abrió la puerta y dejó pasar al joven. –Vaya, esto antes estaba hecho un desastre. Te podía haber ayudado si querías.– La diferencia era considerable, ya no parecía un foco de infección salido de Perséfone. 

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04/05/2018, 16:20
Jun Vasilis

Sonrío cortésmente ante la apreciación de Aria, y le conduzco hacia una de las camillas de metal que invaden el centro de la enfermería. Le obligo a sentarse empujándole suavemente por los hombros, y recojo algo de desinfectante y unos cuantos apósitos en el proceso, para depositarlos en una bandeja preparada junto a mí.
-Menudo estropicio -murmuro, preocupada, mientras desinfecto con cuidado algún corte. Tiene golpes y moratones por toda la cara, aunque afortunadamente no parece haber ninguna fractura. ¿Quién podría hacerle algo así a un chaval tan dulce?

Bueno, la vida en Perséfone no es fácil. Quizás se haya metido en alguna pelea...
- Puede que te escueza, amor. Lo siento.

Le limpio el rostro lo mejor que sé, cubriendo los peores cortes con puntos de sutura adhesivos, y cuando termino, avanzo hacia la nevera del rincón para coger una lata de refresco. Compruebo que está lo bastante fría antes de colocársela sobre el pómulo hinchado.
-¿Quieres contarme quién te lo hizo? -Le pregunto finalmente, mientras dejo que el chico descanse un poco de tanto manoseo. -¿Te duele en algún otro sitio?

Notas de juego

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05/05/2018, 11:51
Aria Russel

La luz blanquecina de la enfermería parpadeaba ocasionalmente con alguna de las turbulencias de la nave. Aria apoyó ambas manos en la superficie metálica de la camilla, el frío que emanaba de ella recorrió sus brazos hasta llegar a su espalda. La chica recogió algunos utensilios y empezó a curar las heridas. 

-Puede que te escueza, amor. Lo siento.–Acto seguido cerró los cortesmás profundos y terminó de limpiar la zona. Aria intentó mantener un rostro estoico, impasible, prueba de ello eran los nudillos blancuzcos por la fuerza con la que apretaba los bordes de la cama. Jun se dio la vuelta en dirección a la nevera, momento en el que el joven aprovechó para soltar la tensión con un suspiro que intentó que no se notara. –Auch...

La joven acompañante le ofreció algo con lo que rebajar el hinchazón de la mejilla. –Gracias, no hacía falta en serio, ya se terminaría curando… Pero gracias. –Ariase enderezó involuntariamente y dio una cortabocanadade aire al notar el contacto con el frío. Arrugó la frente ante el molesto quemazón que le provocaba.

Entrecruzó las piernas y comenzó a balancearlas ante la pregunta de Jun. –Fue un pequeño malentendido. Se suponía que estaba todo pactado y yo solo tenía que recoger el paquete y llevarlo hasta unos almacenes. Como lo que vamos a hacer nosotros para el tipo bajito. Pero se ve que no todo estaba hablado… –Torció el gesto al rememorar lo que había pasado, tirando de alguno de los puntos adhesivos. 

–¡Ay! Bueno, los dueños parece que no recibieron el dinero que habían pactado, así que decidieron recuperarlo. Me retrasé un poco en entregarlo donde me habían dicho, es que me encontré con un conocido de mi madre y quería que… A ver, lo que quiero decir es que dieron conmigo y con el paquete. Intenté aclararlo, yo no sabía nada. En serio. Pero esa gente no es de palabras, ya sabes… Salí corriendo, pensaba que los había despistado, pero se ve que no… En fin, un pequeño malentendido sin importancia, ¿No? –Aria agachó la cabeza, pero un pensamiento rápido yfugaz sobrevino a su cabeza.

–Pero no se lo digas a mi madre, ¿vale? Se preocuparía por nada… –Se mordió el labio, estaba ante una desconocida en un lugar desconocido. –Perdona por hablar tanto, no me doy cuenta. ¿Tú como estás? Quiero decir, no me quiero meter en tus cosas, solo que… no sé, esta nave… ¿Todo bien?. Aria trató de arreglar la tontería que estaba diciendo con una pequeña sonrisa sincera.

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05/05/2018, 19:09
Jun Vasilis

Enarco una ceja mientras el chiquillo me cuenta su historia a saltos y trompicones, pero no pierdo la sonrisa.

-¿Un malentendido? -¿Por qué me suena más a una apropiación indebida?- ¿Estás seguro que fue eso? Sabes que yo no voy a juzgarte, ¿verdad, amor? 

–Pero no se lo digas a mi madre, ¿vale? Se preocuparía por nada… 

Suelto una breve risita, mientras termino de tirar a la papelera los envoltorios de los apósitos, y me siento en la camilla que hay frente a la que está ocupada por el muchacho.

-Tranquilo, no se lo diré. ¿Pudiste despedirte de ella? -Reflexiono durante unos segundos, retirándome un mechón de cabello negro y liso de la frente- Cuando habilite la lanzadera te dejaré ponerte en contacto con ella cuando quieras. Así podrás tener intimidad para contarle tus aventuras. 

No me gustaría tener que decirle al señor Faraday que tiene que dejar los mandos de la nave porque necesito hacer una llamada personal.

 ¿Tú como estás? Quiero decir, no me quiero meter en tus cosas, solo que… no sé, esta nave… ¿Todo bien?

Debo confesar que la pregunta me pilla por sorpresa; pensaba que lo primero que diría sería algo como "¿Qué hace una Acompañante en un lugar como este?" o "¿Cómo has acabado aquí?", pero preguntarme, sencillamente, cómo estoy... Ni siquiera me había atrevido a preguntármelo a mí misma.

-Estoy... -titubeo- estoy bien. Creo que hemos tenido suerte con la tripulación. Me esperaba algo peor, y parecen todos buena gente, al menos de momento. ¿Tú qué opinas? Pareces más acostumbrado a tratar con... -le observo las heridas del rostro de forma elocuente- "personas difíciles". ¿Crees que son de fiar?