Partida Rol por web

Sombras del Verso

Capítulo 1 - Escena de roleo libre.

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06/05/2018, 15:46
Aria Russel

Claro, una equivocación. Un fallo de comunicación entre quien me lo pidió y yo. Solo eso.–Su rostro reflejaba la sinceridad que le caracterizaba. El chico agravó la voz y gesticuló más de la cuenta.– “Aria, necesito que vayas a buscar este paquete por mí. Es sencillo, ya está todo pagado. Vas a la taberna de siempre y allí te esperará Marcus, coges lo que te de y me lo traes aquí. Fácil y rápido, y el dinero es tuyo”. 

Aunque a medida que iba rememorando las palabras, iban apareciendo otrospensamientosen su cabeza. Se rascó la coronilla mientras lo pensaba. Sin embargo… ahora que lo dices, Marcus tenía prisa por deshacerse de la caja. Bueno, eso se queda en Perséfone, no pasa nada. –Encogió los hombros y sonrió restándole importancia.

(…) Así podrás tener intimidad para contarle tus aventuras. Sí que había podido “despedirse”, aunque le hubiera gustado que fuera de otra forma. –Cuando Big-Heart nos hizo buscar, yo estaba en mi casa, era muy temprano. No había casi luz en las calles. Ya sabes, lo de aparecer aquí en pijama y eso… El caso es que iba con las legañas en la cara todavía cuando despertaron a medio vecindario. Cuando mi madre abrió le dijeron que tenía que pagar algo que mi padre había firmado. –Cerró un momento los ojos queriendo recordarlo. Esta vez trató de agudizar la voz para asemejarla al hombrecillo que apareció en su casa.– “Salvo que una de las partes abone la indemnización contractual rescisoria determinada” –Aria carraspeó intentando volver a su voz normal.

–¿Tú sabes a qué podían referirse con eso? Joder, siempre se me va la cabeza con otras cosas, Duìbùqǐ. Tuve unos segundos para poder darle la mano a mi madre antes de que me sacaran de allí hacia Eavensdocks.

El joven asintió ante la respuesta que le había dado Jun a su pregunta. No iba a insistir para que le dijera algo que ella no quisiera contar. –Buena gente… Es relativo supongo. Algunos estamos aquí por obligación, y otros porque les pagarán. Pero sí, no creo que cualquiera desenfundara su arma por un mocoso como yo sin conocerme. En Snowfall estaremos solos, como no nos fiemos entre nosotros, nadie más lo va a hacer.

Aria miró como se balanceaban sus pies antes de terminar de hablar. –Cada uno tenemos nuestras cosas buenas, malas. Pero al final lo que cuenta es lo que hagamos por el otro. Como tú con mis heridas, no tenías porque haberlo hecho, y aún así lo hiciste… Xièxiè otra vez.

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07/05/2018, 10:23
Jun Vasilis

“Salvo que una de las partes abone la indemnización contractual rescisoria determinada”

Reflexiono durante unos instantes.

-Creo que tu padre tenía algunas deudas y pretenden cobrárselas con tu trabajo... o contigo, amor. -Me muerdo el labio inferior. Pobre muchacho- Lo cual va en contra de la ley, las deudas no son hereditarias. 

Escucho las siguientes palabras del muchacho, asintiendo ante su apreciación del resto de la tripulación. 

Pero sí, no creo que cualquiera desenfundara su arma por un mocoso como yo sin conocerme. En Snowfall estaremos solos, como no nos fiemos entre nosotros, nadie más lo va a hacer.

-Hay mucha sabiduría en tus palabras, -sonrío, alargando una mano para arreglarle el cabello- tienes razón. No hacía ni una hora que nos conocíamos, y el señor Faraday ya había dado la cara por ti. Eso dice mucho de él.  

Como tú con mis heridas, no tenías porque haberlo hecho, y aún así lo hiciste… Xièxiè otra vez.

-Bié kèqì*, amor. Es un placer. -Le examino con los ojos entrecerrados, por si se me hubiese pasado alguna herida por alto, hasta que finalmente le obligo a separarse la lata de refresco del rostro- Si te la dejas mucho tiempo, acabarás quemándote la piel. 

Regreso la lata a la nevera con movimientos lentos, tranquilamente.

-¿Es la primera vez que sales de Perséfone, pues?

Notas de juego

*De nada.

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07/05/2018, 19:21
Aria Russel

El chico dejó la manoseada lata sobre la camilla y se toqueteó el lado donde había recibido el golpe. La zona estaba fría y apenas notaba el roce con su propia piel. Embelesado por la extraña sensación, prosiguió la conversación acariciándose, inconscientemente, la parte enrojecida de la cara.

–¿Tanto se me nota? –Aria sonrió ampliamente y se rascó la cabeza– Mi padre me prometió llevarme en alguno de sus viajes. Es mecánico, ¿sabes?. Está en la… ¡Eugine!. Sí, esa es. Se suponía que iba a volver a Eavensdocks hará un par de días, pero mamá me dijo que se había retrasado. Bueno, eso. Hmmm… Me enseñó algo de mecánica, motores y cosas así. Aunque, no es lo mío. Prefiero otras cosas más divertidas. –El adolescente se encogió de hombros.

–¿Qué me habías preguntado?. ¡Ah, sí! El caso es que me conozco Perséfone de arriba a abajo, pero no me preguntes por otros lugares porque no tengo ni idea. Estuve a punto de ir a Sihnon con mi tío Albert, a acompañarle en uno de sus negocios. Pero hubo unos problemas con el pasaje, un fallo en el nombre que figuraba en ellos, creo. Al final me quedé con las ganas…

Aria miró la lata con intenciones de abrirla y bebérsela, pero se contuvo en el último momento. Ya había complicado la situación antes como para hacer algo sin permiso. –¿Tú has estado en Sihnon? Seguro que conoces mundo, ¿Qué es lo más guay que has podido ver?. –El chico la miraba fijamente, con la cabeza un poco ladeada, con cierta curiosidad genuina.

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08/05/2018, 07:57
Jun Vasilis

¿Tú has estado en Sihnon? Seguro que conoces mundo, ¿Qué es lo más guay que has podido ver?

-He estado en Sihnon -asiento, agachando la mirada con una sonrisa- no es muy diferente de Perséfone, lo creas o no. Más concurrida, aunque la capital... bueno.

Observo a Aria, con esos ojos despiertos que parecen querer saberlo todo.

-Lo verás tú mismo. Aunque si me preguntaran el lugar más espectacular donde he estado... probablemente cualquiera elegiría Londinium o Bellerophon, pero yo creo que me quedo con -no puedo evitar una risa antes de decirlo, por lo que cubro mi boca con la mano- Canton. No sé si lo conoces, es el lugar donde fabrican la cerámica más resistente del 'verso. Acabé allí por casualidad tras una avería, y la gente fue tan cálida y amable... nunca encuentras gente así en los grandes planetas del núcleo central. Shuài.

El repiqueteo sordo de unas patitas contra el suelo me saca de la conversación, y observo que Mr Mittens ha entrado en la enfermería, mirándolo todo con su desidia habitual. Por un momento estoy tentada de echarle, bajo la máxima de "gatos en la enfermería, no", pero sé que resultará inútil, y que cuanto más le prohíba la entrada, más ganas tendrá de colarse dentro y tumbarse sobre la bandeja de instrumental quirúrgico. Méi guānxi, supongo. Sin embargo, para evitar más contaminación, desciendo de la camilla para cogerlo en brazos.

-¿Qué harás cuando termines de pagar la deuda de tu padre, amor? ¿Volverás a Perséfone? ¿Tienes a alguien esperándote allí aparte de tu madre? ¿Hermanos, quizás? -Titubeo, acariciando el tupido pelaje del gato- ¿Estás enfadado con tu padre?

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08/05/2018, 21:57
Aria Russel

–Hmmm, Canton… Suena bien. A ver si tenemos suerte y vamos con la Constanze. Por como la has descrito seguro que es alucinante. – Levantó el rostro y su mirada dio contra el techo, pero su cabeza ya estaba imaginando más allá de la nave en la que se encontraba, en cómo sería esa ciudad que le había descrito brevemente. 

Unos tenues pasos trajeron al fantasioso chico de vuelta a la enfermería. Al mirar en la dirección del sonido vio al gato que acompañaba a Jun desde que llegó. –Oh, ¡Hola!. – Dijo levantando la mano como muestra de saludo. Pero el pequeño animal no parecía que hubiera percibido gesto alguno. ¿Pensará que soy un mueble más?. El felino iba caminado lentamente, mirándolo todo a su paso. Cuando llegó al centro de la habitación, Aria estuvo tentado de acariciar el suave pelaje de Mr Mittens, pero retiró la mano antes de siquiera haber hecho ademán de tocarlo. Ya había tenido malas experiencias con gatos callejeros y no iba a volver a pasar por ellas.

Jun se agachó para recogerlo y al incorporarse preguntó de nuevo. –Si supiera de cuánto es la deuda te diría qué haría después. Pero tampoco soy de hacer muchos planes. Tal vez viaje por ahí, conocer planetas, gente… Si llego a alguno maravilloso te lo haré saber. –Asintió enérgicamente para refrendar la promesa.– Aunque claro, no puedo dejar a mi madre sola. Puede que la lleve conmigo. Sí, ¡eso haré!.

Unos quejidos ligeros empezaron a sonar desde su estómago. No le había dado tiempo a desayunar, lo poco que cenó ya lo había digerido y la barriga empezaba a pedir más. Aria tosió para disimular los sonidos estomacales y respondió la última pregunta hecha por la joven. –¿Enfadado con mi padre? No, no. Trabaja mucho para que nos llegue algo de dinero. Casi no está en Perséfone, pero no puedo pedirle más.

La atención del adolescente empezaba a centrarse en el vacío que tenía en el vientre, pero por deferencia a su compañera, que había curado sus heridas (y obviamente por su propia curiosidad), devolvió otra pregunta. –¿Y tú de dónde eres? ¿Alguien te espera en casa?

 

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08/05/2018, 22:01
Jun Vasilis

¿Y tú de dónde eres? ¿Alguien te espera en casa?

Mis dedos se detienen durante unos instantes sobre el pelaje del felino, pero reanudan un movimiento sinuoso casi al instante.
Tardo tanto en contestar que casi olvido que el muchacho está esperando una respuesta, pero finalmente alzo la mirada.

-No. -Murmuro- Realmente... 

Respiro hondo, sintiendo que me embarga una congoja ya muy conocida. Desvío la mirada en cuanto siento que se me enturbian los ojos con lágrimas.

-Mi madre murió hace poco y pensaba que... pensaba que me había quedado sola. Pero después del entierro estuve mirando unos papeles y... -no puedo evitar esbozar una sonrisa de emoción, mientras me retiro una lágrima que no ha llegado a salir- a pesar de todo tengo un padre. Echando cuentas, debe ser un hombre de unos cuarenta, caucásico. Se marchó de Osiris para estudiar medicina en Ariel sin saber que mi madre estaba embarazada. Después de lo de mi deuda... recurrí a Sugar para que me ayudara a buscarle y... bueno. Acabé en esta nave por algo. 

Me late el corazón tan fuerte que me retumba contra las costillas. Es la primera vez que hablo con alguien de esto desde que se lo confesé a Sugar, pero por algún motivo, necesitaba... necesitaba decirlo en voz alta. Sin embargo, he corrido un riesgo tan grande... si alguien se enterase de esto quién sabe cómo cambiaría la dinámica dentro de la nave, si empezarían a hablar de tratos de favor o algo así. Incluso mi propio padre, ¿cómo garantizar que no se marchara, que no me repudiara? Ni siquiera sé si es de fiar; al fin y al cabo, está aquí por algo. A lo mejor mi padre es un asesino y yo... no sé si estoy preparada para averiguarlo.

-Crees que... ¿podrías guardarme el secreto, amor? -Deposito a Mr Mittens junto a mí, en la camilla, y avanzo hacia Aria para tomarle las manos entre las mías, apretándolas con fuerza- Todavía no estoy preparada para decir nada.

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08/05/2018, 22:26
Jun Vasilis

¿Y tú de dónde eres? ¿Alguien te espera en casa?

El corazón empieza a bombearme fuertemente contra las costillas.

Bingo, la pregunta que esperaba.

Veamos si Aria Russell es capaz de guardar un secreto a pesar de toda esa verborrea. No dudo que sea un buen muchacho, pero es importante saber qué podemos decir delante de él, y qué debemos callarnos cuando tracemos un plan. 

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09/05/2018, 14:10
Aria Russel

El semblante de curiosidad fue ensombreciéndose con el silencio de Jun. El único sonido que se escuchaba en ese breve lapso de tiempo provenía del zumbido que provocaba la luz parpadeante de la enfermería. Aria ya se estaba arrepintiendo de haberle preguntado, empezaba a sentirse culpable por el visible desconsuelo que ella estaba pasando. 

Se mantuvo callado, respetó su dolor y esperó que ella diera el paso que necesitara. Apartó su mirada del chico y empezó a rememorar en voz alta los hechos que le hicieron acabar en la Constanze. Cuando terminó, tomó las manos de Aria con fuerza. Esté le devolvió el apretón intentándole transmitir algo de seguridad y fuerza. 

–Siento haberte hecho recordar cosas malas. No era mi intención… –Aunque la situación le pedía que desviara la mirada, mantuvo su vista fija en los ojos de Jun. –Te lo prometo. Como te dije antes, cada uno tenemos nuestras cosas y no creo que en esta nave haya alguien normal, sino mírame a mí. Así que no te preocupes, ¿vale?. Nadie tiene por qué meterse en tus asuntos, y si alguien lo hace, ¡se las tendrá que ver conmigo!. Ya hemos comprobado que sé encajar buenos golpes. –Aria sonrió con algo de cariño para tratar de reconfortarla.

Se levantó de la camilla, sujetando todavía las manos de ella y manteniendo la vista erguida. –Si necesitas algo, solo tienes que pedírmelo. Sé que no te puedo ofrecer lo que Nathan o Kovacs, pero si me necesitas haré todo lo posible para no fallarte. – Con ambos de pie, la diferencia de altura era considerable.

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09/05/2018, 14:31
Jun Vasilis

–Si necesitas algo, solo tienes que pedírmelo. Sé que no te puedo ofrecer lo que Nathan o Kovacs, pero si me necesitas haré todo lo posible para no fallarte.

Enternecida, esbozo una sonrisa trémula y alargo una mano para acariciarle el rostro. Es sólo un chiquillo pero alberga más valor que muchos hombres de los que he conocido. Y he conocido bastantes.

-Muchas gracias, amor. Sólo... intenta disimular cuando nos veas juntos, ¿de acuerdo? A mí misma me cuesta que no se me note...

Suspiro, avergonzada, mientras agacho la mirada y retiro mi contacto con el suyo. Se me escapa una risa ligera cuando escucho que el estómago del muchacho emite un gruñido, y doy un paso atrás.

-No te robo más tiempo, o parece que acabarás devorándome a mí. Creo que he visto algunas barritas de proteínas en la cocina. -Le hago un gesto con la mano hacia la puerta- Venga, vete a comer mientras termino de recoger todo esto.

 

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13/05/2018, 13:38
Jun Vasilis

Segundo día de viaje.

Me despierta un cosquilleo en el rostro, y al abrir los ojos descubro a Mister Mittens olisqueándome la nariz, con esa mirada ceñuda del que espera algo de desayuno. Tras juzgarme con sus ojos amarillos, maúlla con una exasperación condescendiente parecida al que recibe un mal servicio en un buen restaurante. Sobre mí, en la litera superior la respiración de Nikita es pesada pero tenue, así que aparto las sábanas cuidadosamente y me deslizo fuera de la habitación, subiendo la escalerita de acceso de la forma más sigilosa posible, teniendo en cuenta que el gato sabe descender hacia el camarote, pero no llega a subir de un salto, así que debo cargarlo en un brazo.

Mister Mittens, a veces eres un completo idiota.

Jadeando, llego al pasillo. Está todo silencioso, aunque las luces de navegación diurna se han encendido. Probablemente hace pocos minutos. Le pongo la comida al exigente felino y después caliento algo de té en la misma olla oxidada que ayer. Suspiro. Hoy sin falta tengo que terminar de deshacer el equipaje. 
Un sonido al final del pasillo me arranca un sobresalto, y al asomarme hacia allí, me sorprende encontrar la cabina del piloto abierta. Pensaba que viajaríamos en piloto automático. Quizás el señor Faraday sea madrugador.
Con un titubeo, retiro el cazo hirviendo del fuego, y lo sustituyo por una cafetera. Tras unos pocos minutos, me dirijo hacia el final del pasillo con una taza en cada mano, y doy un golpecito con el pie en el marco de la puerta.

-Zǎoshang hǎo*, ¿se puede? -Pregunto a la silla del piloto, de espaldas a mí.

Notas de juego

Outfit. Hay que estar divina hasta para dormir.

*Buenos días

(Me he tomado un poco de libertad para situarnos en escena, espero que no te importe)

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14/05/2018, 06:54
Nathan Faraday

La silla del Piloto no respondió nada, aunque las luces estaban encendidas, y habia alguna luz que indicaba que quizás algo requería atención, el ruido detrás de ella, pronto le indico a la acompañante que Faraday no se encontraba allí.
El ruido de algo metálico dejado en el suelo, detrás de ella, quizás delato la posición de a quien buscaba. Ahí detrás del entramado de la nave, el Piloto la observaba y al verla en esa situación tan “vespertina”, no pudo evitar sonreír de lado.

- Buenos días a usted también, Señorita Valisis-
Al parecer, había estado ejercitándose. Cuando olisqueo el contenido de la tasa que tenia, se acerco a Jun y con ambas manos, retiro la taza con ambas manos y le dio un rápido sorbo.
- Es usted un angel. dijo, ingresando en la cabina y desplomándose en la silla de pilotaje. Todas las acompañantes madrugan, ¿O es algo suyo?

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14/05/2018, 10:34
Jun Vasilis

Faraday me sobresalta cuando aparece repentinamente a mi espalda, y casi derramo el contenido de las tazas sobre el suelo.

- Es usted un angel.

-Sólo es un poco de café -comento despreocupadamente con una leve sonrisa, mientras entro tras él. Con delicadeza tomo el asiento del copiloto, y dejo mi propia taza en una bandeja auxiliar, junto al cuadro de mandos.

No puedo evitar reparar en que me tiemblan las manos, y cierro los puños antes de ocultarlos entre los pliegues de mi vestido.

 Todas las acompañantes madrugan, ¿O es algo suyo?

-¿Mmh? -Pregunto, de forma distraída, antes de mirarle- Oh, no. De hecho, en mi experiencia solemos levantarnos bastante tarde. La mayor parte de nuestro trabajo transcurre de noche, así que no somos grandes madrugadoras. 

Me encojo de hombros, con una sonrisa.

-¿Qué hay de usted? ¿Madruga para hacer ejercicio o es que no ha dormido en toda la noche? 

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17/05/2018, 02:30
Nathan Faraday

Faraday soplo un poco por encima de su taza de café y escucho las respuestas de la joven que incluso en pijama se las arreglaba para estar esplendida. Respondió luego de mirarla por encima de la tasa después de un trago.
- Pueden ser ambas, en el caso de hoy, es la primera. Cuando tengo trabajo no bebo. Igual un sargento me inculco a los golpes la necesidad de despertarme a la mañana, y de hacer la maldita rutina militar todos los días. Asi que asi me ve, despierto a la madrugada espacial.
Faraday ofreció chocar su tasa con la de la joven, mirar un poco los instrumentos de navegación, por segunda vez desde que se sentaban, solo para asegurarse de que todo estaba bien, y siguió conversando.
- No es que sea de mi incumbencia, Señorita Vasilis, pero… entiendo porque gente de nuestra calaña esta aquí en esta nave, todos ellos, incluso el buen doctor. Pero .. ¿usted? ¿Porque alguien arriesgaría su reputación para venir aquí?

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17/05/2018, 09:02
Jun Vasilis

Pero .. ¿usted? ¿Porque alguien arriesgaría su reputación para venir aquí?

Casi me atraganto al recibir la pregunta de Faraday, y, azorada, deposito de nuevo mi taza de té sobre los controles. 

-Vaya, va usted directo al grano... 

Inquieta, me toqueteo algún volante del vestido, agachando mi mirada de forma tímida. ¿Cómo puede esperar que cuente mis penurias tan abiertamente? Sin mirarle directamente, me retiro un mechón de cabello negro de la frente, para ganar tiempo. Gāisǐ de, aún me tiemblan las manos.

-¿Qué hay de usted? -Sonrío, finalmente- No es correcto hacer una pregunta que uno mismo no esté dispuesto a responder.

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22/05/2018, 15:38
Nathan Faraday

- Olvídelo – dijo cuando noto que la pregunta la había visiblemente incomodado. – Yo estoy aquí porque es un mejor lugar que estar haciendo nada. Y resulta que es mejor tener un mando de una nave como esta que estar en tierra firme. Me encanta volar. Y apostar. Y disparar. Y compartir charlas de café. – dijo levantando la tasa por encima, hasta que solo la tasa se superponía entre ella y la mirada que le dio.
La dejo en la silla, en el apoya brazos, y la observo unos mandos, y volvió la mirada a ella. – ¿Puede decirme al menos si la esta pasando bien en la Constanze? ¿Algo que pueda hacer en caso contrario?

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22/05/2018, 17:18
Jun Vasilis

 Olvídelo

Aún evitaba su mirada, cuando de pronto Faraday hace gala de una empatía que no parecía poseer, y despeja mi preocupación con una simple palabra. Ahora sí, no puedo evitar mirarle a los ojos, casi agradecida.

  Yo estoy aquí porque es un mejor lugar que estar haciendo nada. Y resulta que es mejor tener un mando de una nave como esta que estar en tierra firme. Me encanta volar. Y apostar. Y disparar. Y compartir charlas de café. 

-¿Eso significa que no está usted en deuda con Sugar, señor Faraday? -Alzo las cejas, sorprendida, mientras sigo jugueteando con los volantes del camisón. Inquieta, necesito tener algo en lo que emplear las manos antes de volverme loca- Envidio esa libertad, pues. 

  ¿Puede decirme al menos si la esta pasando bien en la Constanze? ¿Algo que pueda hacer en caso contrario?

Ansiosa, vuelvo a mirarle directamente.

-¿Está seguro de que no le han entrenado como Acompañante, señor Faraday? -Sonrío, aún con una evidente expresión de preocupación, ante una broma interna mía. Sin embargo, mi rostro muta al instante, y no puedo evitar pasarme una mano por la frente, aún con la angustia pintada en el rostro- En realidad... 

Ah, maldita sea. No puedo creer que vaya a tener que revelar esto tan pronto. Sólo un día de viaje y ya no puedo controlarme a mí misma. Qué vergüenza.

Se me llenan los ojos de lágrimas de pura frustración, mientras, azorada, cubro mi rostro con las manos. El piloto es el único que hasta el momento se ha mostrado como alguien sensible, y relativamente de fiar. Que me haya encontrado con él justo en el peor de mis desvelos no debe ser casualidad. Si tengo que contárselo a alguien...

-El resto de la tripulación es encantadora, lo cierto es que estoy muy contenta. Y la nave, aunque es antigua, es relativamente confortable. Pero... -no lo digas, no lo digas- Opio. -Confieso, al fin, a media voz- Así es como he acabado aquí, trabajando para Sugar. Y... y debí dejarme la mayor parte de mi dosis personal en Perséfone, durante el traslado. Todavía tengo algo pero... pero temo no tener suficiente hasta llegar a Harmony y...

Me retiro una lágrima de la mejilla, antes de ponerme en pie para darle la espalda al piloto. Mierda, no debería haber dicho nada.

-Lo siento, no suelo perder los nervios. Es que... bueno, en mi trabajo conoces gente y a veces te ves envuelta en situaciones que no... que no controlas. Y... -debería callarme de una vez- por favor, olvide lo que he dicho. 

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22/05/2018, 19:17
Nathan Faraday

Cuando menciono lo de acompañante, Nathan puso cara de orgullo, como si lo hubieran descubierto. Oh si, entrene para ello. Se nota a simple vista. Lástima que mis dedos no sirven demasiado para el tamisen y mis caderas son demasiado angostas y no se lucen en el kimono cuando camino. – sonrió ante la joven, a ver si reia con aquella mentira descarada, pero ella habia elegido ese instante para confesar su secreto, o al menos uno de ellos.

No, no tengo deuda, aunque tal vez si una de gratitud. No todos contratarían a un piloto que le voló un diente a su superior y le dejo arruinado un ojo a otro. Estar en tierra es para mi estar encerrado, así que se podría decir que ser el piloto de la Constanze es una de mis pocas posibilidades de volar.

El silencio ante la confesión de lo que le ocurria duro unos segundos. Otros quizás, hubieran aprovechado para abrazar por detrás a la mujer, tomarla de la cintura y usar ese momento de debilidad y necesidad de empatía para, con un poco de suerte, llevarse a la mujer a la litera, o … la sala de maquinas. El Piloto tomo una diferente aproximación.

Pues… sí que esta enganchada al dragón si piensa que los demás truhanes de aquí son “encantadores” dijo, en una broma. Mire, Vasilis, su problema no es nada del otro mundo. A mi no me molesta ocultar que suelo empinar bastante el codo con el bourbon. no cuando trabajo, eso claro Compañeros míos tomaban anfetaminas para seguir despiertos, otros tranquilizantes de caballo, aceleradores de adrenalina, morfina para el dolor. El mundo de las drogas no me es ajeno. Tampoco soy de esos narices paradas del núcleo que se horrorizara con su confesión. Si quiere podemos parar para comprar un poco en el primer planeta que podamos conseguir, o si quiere dejarlo, puedo encerrarla un tiempo en alguna zona de la nave con algo de privacidad. Cuente conmigo si quiere distraerse, puedo escucharla tocar algún instrumento, escuchar sus problemas mientras dormito, o incluso ofrecerle otras actividades recreativas si le sirven de distracción. Pero no se vaya de aquí asi. No quiero tener que lavar la tasa de te que dejo sobre la consola de instrumentos, y si se va tendre que hacerlo.

Cerro con otro de sus chistes.

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22/05/2018, 19:24
Jun Vasilis

De espaldas al piloto, escuchar sus amables palabras hacen que las lágrimas se precipiten de mis ojos con más intensidad, hasta que su broma final me arranca una involuntaria carcajada, deteniendo el curso de mi tristeza durante los segundos suficientes como para recordarme a mí misma que debo recuperar la serenidad. 

Respira hondo, que no se diga que han hecho llorar a un acompañante registrada.

Inspiro por la nariz, mientras me retiro las lágrimas con el dorso de la mano, antes de volverme hacia Faraday.

-Que las fortunas le libren de tener que lavar las tazas -respondo, amablemente, mientras trato de tranquilizarme-. Ahora en serio... no se preocupe por mí. Lo parezca o no, soy una mujer de recursos, y... estaré bien. Encontraré la manera. Lo único que necesito es... 

Nerviosa, vuelvo a retirarme un mechón de cabello de la frente.

-Que no trascienda. Nadie se fía de alguien con una adicción. Nadie querría dejar objetos de valor a la vista, o el capitán podría pensar que soy... inestable, y por lo tanto, inútil. Reemplazable. -Titubeo durante unos instantes, antes de decidirme a dar un paso al frente y tomar al piloto de la mano- Por favor, ¿podría... guardarme el secreto?

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24/05/2018, 01:39
Nathan Faraday

Ante el contacto físico, el piloto observo hacia abajo, quizás ocultando una sonrisa. El apoyo la mano en la cintura de la joven, disfrutando de la tersa y firme carne debajo del vaporoso vestido, y resistió el impulso de llevarla a su regazo. Le indico, soltándole el tacto de la cintura que se acercara a su rostro.
- Sabe que pretendo por mi silencio? – el rostro del piloto tenía una sonrisa el rostro suyo muy cerca del de la joven… dejo que pasaran unos segundos entre los cuales esperaba que pensara lo peor de el, y termino agregando. ¿Mas café? ¿Le molestaría?

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24/05/2018, 13:21
Jun Vasilis

Siento la mano del piloto grande y caliente sobre mi cintura, y mientras este me inclina hacia adelante para aproximarme a su rostro, por unos intantes pienso que he cometido un error al confiar en él.

- Sabe que pretendo por mi silencio? 

Contengo el aliento, observando de cerca sus ojos de un verde intenso, esperando la petición.

¿Mas café? ¿Le molestaría?

 Exhalo el aliento en una sonrisa de alivio, y asiento con la cabeza, retirándome hacia atrás lentamente.

-Dāngrán*, señor Faraday. Será un placer.

Retiro su taza del reposabrazos y avanzo hacia la puerta. 
Aprovecho los momentos en la cocina para serenarme, limpiarme las lágrimas y recomponerme un poco. No puedo dejar que se me vea así, indefensa, derrumbada. Todavía no ha llegado lo peor, y tendré que estar preparada. No puedo venirme abajo sólo por el miedo, no con todas estas personas viviendo conmigo. Así pues, me lavo la cara cuidadosamente y respiro hondo, hasta calmar mis nervios.
En pocos minutos, regreso con una nueva taza de café humeante y se la tiendo a Faraday, mientras tomo asiento en la silla del copiloto.

Guardo silencio durante unos segundos, mientras observo el universo que se extiende frente a nosotros por el enorme cristal que se extiende todo lo larga que es la cabina.

-Aún no me ha dicho qué opinión le merece el resto de la tripulación -comento, definitivamente más serena- seguro que usted tiene más experiencia calando a gente... "difícil". 

 

Notas de juego

*Por supuesto