Partida Rol por web

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- No fue por gusto mi rubia cimmeria, la próxima que encuentre te la dejaré a ti con sumo placer, solo que ésta me encontró a mi... y se topo con más de lo que podía mascar - sonrie, pero por el aspecto de su cuerpo si la araña hubiera mascado un poco más no estaría aquí para contarlo.

Los ojos del ladrón captan cierta preocupación al posarse en los de Hundra, pero al sonreirle le ve poner otra vez expresión hosca parece un poco preocupada, aunque no le guste demostrarlo. Ja, casi me mira como si fuera su hermanito pequeño, lo cual le hace sonreir más hasta que las palabras de Eban interrumpen sus pensamientos.

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No, así es como llaman al infierno los... diablos Eban, amigo mio - dice con una sonrisa zalamera - no puedes hacer algo con mis heridas y ese veneno. No se me da muy bien hablar de religión ni aún cuando no me duele la cabeza.

- Y que hay de Perla, ¿alguna idea de cuando despertará? Necesitaría hablar con ella

Me quedo pensando unos instantes sobre lo del Arallu cuando las palabras de Diego me instan a empezar a tratarle, me estiro alejándome un poco para acercar el barreño y gasas, así como hilo y aguja por si acaso y empiezo con mi tarea mientras hablo.

- ¡Por los ojos de un halcón! Ya sé lo que es el Arallu, pero mi mente no podia dejar de pensar en la susodicha araña. Debe ser un ejemplar enorme, el mayor que hubiera visto jamás. A decir verdad las arañas no són mi punto fuerte, nunca las he tratado a fondo...- Mis palabras se van haciendo más tenues, prácticamente pienso en voz alta - Si hubiera estado allí habría recogido una muestra del veneno, sería mucho más fácil preparar un antídoto, además, debe ser intersante ver como se mueve un ser con esqueleto exterior de ese tamaño...- Finalmente mis palabras se apagan mientras sigo tratando al Zamorio, pero mis ojos delatan que el monólogo sigue en mi cabeza.

Anhknut está casi anonadado ante la aparición repentina de gente que no conoce, uno de ellos medio muerto, por añadidura. Así que trata de ayudar a Eban en la medida de lo posible para tratar de ser útil en algo, al menos, mientras deja la pregunta de Bit-Yakin en suspenso hasta que se haya resuelto lo más urgente.

- Trataré de ayudarte, Eban.

¿Un muestra? Debe tener un litro en su sangre.- Afirmo con toda mi ignorancia medica pero me mantengo apartada para que los medicos hagan su trabajo, manteniendo mis ojos en el exterior por si viera algo extraño.

Ocasionalmente mis ojos se desvian hacia Dientes por unos segundos antes de volver al cristal. Hay mucho que me gustaria preguntarle o decirle pero no es momento, ni encuentro las palabras... la prioridad ahora son los heridos aunque me reconcome no saber que a pasado ni que estuvo hablando con esta mujer tanto tiempo.

Los dos eruditos atienden al ladrón, que sin duda se mantiene en gracias a su arrogancia y orgullo, y no por sus piernas.

El veneno de araña parece ser bastante común, fácil de extraer y contrarrestar, lo peligroso es su cantidad. Con la ponzoña que corre por sus venas se podría matar a un hombre adulto, pero lo tratáis a tiempo.

Aun así, tardará unas horas en recuperar la movilidad y agilidad que caracterizaba este bribón. Pero ahora tiene una muy buena historia que contar, por la cual seguro se ha ganado una silla en la casa de Bel.

Mientras tanto, El grandullón estaba mirando por la ventana, con la esperanza de que nadie les aya seguido, y parece que habéis tendido suerte, y que convertir esta pequeña casa en un albergue hospitalario solo es incómodo ahora para su dueño.

-No viene nadie...

No se ha que ha venido todo esto. Ni por que esa perla quería tanto este maldito cofre. Era para pagarnos, verdad? No se por que no podríamos abrirlo. Va a estar inconsciente un bueno puñado de horas, verdad?

El Cimmerio esta visiblemente enfadado, no le gusta ver como hace que casi matan al pequeño, al que incomprensiblemente todos parecen cogerle cariño, y que cada vez Perla está perdiendo ese respeto.

El grandullón saca el mencionado cofre y lo pone con desdén sobre la mesa, y se coloca sus ropas nuevas.

-No me acostumbraré nunca a llevar una armadura de estas, ja JA ja...

El cofre es un cofre de madera, adornado con plata y motivos que recuerdan una telaraña. Con tres colmillos que forman una cerradura.

-Lo abrimos?

- Buen trabajo...- Digo con un toque animado a Anhknut cuando hemos terminado, después me giro hacia Diego y levanto un dedo de forma autoriataria -Y tú a descansar, has tenido suerte y hemos podido sacarte el veneno a tiempo, pero tu cuerpo taradará un poco a recuperarse del todo.

Me levanto estirando las piernas para desentumecerlas. Cuando habla Dientes levanto la cabeza intrigado y me acerco despacio al cofre, con las piernas aún algo doloridas por la postura. Miro al bármaro y asiento firmemente con la cabeza, para dar a entender que me parece buena idea que lo abramos.

Miro la caja con asco, comienzo a sospechar que la buena Perla no es mas que una comerciante de esa mierda que llaman loto negro y que eso puede ser el contenido de caja. Me levanto con impetu y me voy al extremo mas apartado de la habitacion, alejandome lo mas posible de esa caja y de Perla.- Por mi podeis hacer lo que os plazca pero si contiene algo tan valioso que a costado vidas, es posible que tenga algun mecanismo o incluso trampa. Asi que tener cuidado, estoy arta de ver compañeros echos mierda.- Gruño mirando de reojo a Perla, bastante mal...

Moghcorb da unos pasos hasta ponerse junto a Hundra, le pone la mano sobre el hombro y susurra con su voz grave lo mas delicadamente que puede.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Dicho esto desenvaina su nueva espada de guerra y comenta.

-Y si lo partimos en dos y nos dejamos de gilipolleces?

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Eh! cimmerio, que uno ha sudado y sangrado por traer eso aquí.. ¡que son esas confianzas! - luego viendo como el norteño se vuelve a mirarle y él sin fuerzas para levantarse, cambia el tono - lo que quiero decir es que Perla es quien me encargo el trabajo y habría de ser decisión suya que va a hacer con él, así que te agradecería que lo dejaras como está hasta que se despierte.

- Además puede que si es algo importante tenga trampas y partirlo por la mitad no me parece muy buena idea en ese caso, al menos, mientras yo siga en la misma habitación - acaba la frase riendose, pero le entra un nuevo ataque de tos y se tumba en los cojines mientras murmura - por Bel, demasiadas emociones en tan poco tiempo.

-Como quieras, esperaremos.

Miro al barbaro algo mal pero asiento con la cabeza y cuando dice que debemos esperar aprovecho la ocasion y le hago un gesto para ir a la parte trasera de la casa.

Sin decir palabra me aparto de todos en esa direccion pero al pasar junto a Diego le susurro.- Tu ya has echo bastante, descansa, te lo has ganado.

Mientras los dos gigantes se van a otra habitación a conversar en secreto, y Diego se recuesta en la cama de Eban tratando de conciliar el sueño para recuperarse, Bit se queda a solas con los dos sanadores, los cuales se ocupan del cuidado de la joven Perla.

La morocha, yace en la única camilla del consultorio, y su pecho se agita al compás de su respiración.
 

Bit, camina por la sala, ignorando por un instante los cuidados que los sanadores realizan sobre la malherida Perla.
Al ver que los dos cimerios entran en la cocina, el nomada se para a un costado de la entrada, recostandose contra la pared y rascandose con desgano debajo del ojo izquierdo y al lado de la nariz...
Mmmm, algo me dice que Perla es menos confiable de lo que quiere aparentar....

Anhknut, a pesar de estar tratando de sanar a gente, dado que únicamente ayuda a Eban, que lleva la voz cantante, es capaz de prestar atención a lo que ocurre a su alrededor, con lo que aprecia la actitud ligeramente esquiva y un tanto meditabunda de Bit-Yakin, pero aún no tiene claro cómo interpretarla.

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Parece que la cimeria le ha leído la mente, pues recostado como está sobre los cojines y con una mano apoyada sobre el cofre acaba quedándose dormido y por la expresión de su cara disfrutándolo después de un "duro día de trabajo"

Hundra y Moghcorb salen a fuera a hablar.

Los demás quedáis solos en la casa, con Diego y Perla dormidos.

Cuando llegáis fuera Moghcorb te lanza al aire una pequeña bolsa de piel, en su interior suenan monedas.

-Es lo que le he sacado a Dulcéa. Tu lo guardarás mejor que yo.

El cimerio empieza a hablar con voz calmada y grave, contándote lo que sabe con toda la confianza.

No parece que sepa mucho de esos dos. Por lo que se, hay un regimiento de las Compañías Libres apostado en la ciudad.

El Rey Oshrik no se fía mucho de sus nobles ni de los del resto de sus hombres, y los ha contratado para que vigilen un poco esta ciudad maldita.

El cimmerio se sienta recostado contra la pared, con una pierna doblada y la otra estirada. Se quita la nueva espada para que no le moleste y la apoya en el suelo con la punta.

Los dos maricones esos, llegaron haciéndose pasar por reclutas, Dulcéa conocía de antes al nemedio, y confía bastante en él. Fueron Aventureros Nemedios en el mismo tropel, así que les cogieron de primeras.

No he podido verlos aun, hoy estaban haciendo una misión de la que no me ha querido hablar. Pero hay algo que no me ha gustado de todo esto....

Hace una pausa y medita.

Me ha costado despistarla, pero ahora duerme, tengo que volver allí antes de que amanezca.

O.o ??

La llave está en un clavo que hay en el marco de la puerta, pero no se que relación puede tener eso con que fuerces el cofre o no.

Con DOS tiradas bien hechas puedes hacerlo, una para coger la llave y otra para cerrar.

Agarro la bolsa al vuelo con un rapido gesto, mi rostro se muestra serio... tal vez esperaba que me dijera algo... diferente.

-Ya me imagino como la has echo dormir para escabuirte.- gruño sin poder evitarlo, me molesta... si, son celos no me cabe la menor duda pero no el no es nada mio y no tengo razon para reprocharle nada.- Bien, vuelve con ella antes de que te eche de menos.- me obligo a decirle intentando bajar el tono a uno mas "cordial" pero sin poder evitar que las tripas se me revuelvan al imaginarmelos juntos...- ¿Hay algo que quieres que hagamos mientras o nos quedamos aqui guardandole las espaldas a la durmiente?- pregunto intentando que mis pensamientos vuelvan al plano profesional, de donde no debieron salir. No quieres nada con el, terminaras el trabajo y te iras, posiblemente no volveras a verle y eso sera lo mejor que puede pasarte asi que olvidalo ya.- piensa riñendome a mi misma por mi creciente estupidez.- No es mas que un capriño pasajero....en cuanto te acuestes con otro le olvidaras...